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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

¡Hola! Me tarde con este capitulo, por los nervios, las dudas, el colegio principalmente. El ultimo año de la Uni es como... ufff. Encima se me rompí la netbook, y espero que no sea nada grave por que el técnico me dijo que si era lo que creía tardaría seis meses ¬¬

Deseenme suerte, aunque sea espero recuperar la información, tenía el borrados de tres historias Cherik allí u.u 

Enjoy!

LA GUERRA



Erik sintió la respiración en su nuca, un beso cariñoso se poso en su piel y suspiro de placer, antes de obligarse a abrir los ojos. Miro de reojo y se topo con los enormes ojos de Charles mirándole con atención, cosa que le hizo sonreír con pereza. Quería despertar así cada mañana. Aun estaba adormilado, quiso seguir relajado con las caricias ajenas, las manos del telepata vagaban por su espalda y él ronroneo de placer-Erik-la voz retumbo en su oído y le hizo erizar los bellos del cuerpo. Joder, nunca en la vida estuvo tan relajado, dormir con Charles era como una terapia-Darling, aunque quisiera consagrar toda la mañana a acariciar y adorar tu cuerpo, hoy es el gran día-noto ese ligero tono de urgencia y se obligo a reaccionar. Se giro, para enfrentar al telepata que aun se encontraba desnudo-. Me hubiera gustado dejarte dormir más, te ves realmente bello cuando descansas, y aun es temprano, pero debemos prepararnos.

-Obviamente-respondió, sus ojos estudiaron un momento al telepata y estiro la mano para colocarla en el cuello ajeno y jalarle hacia sus labios. Un rudo beso de madrugada, ansioso, algo nervioso. No sabía lo que podía pasar luego. Aunque Charles había dicho que siempre tendría un lugar allí. ¿Debía creer que le dejaría matar a Shaw? ”Preferiría que no lo hicieras.”, la respuesta resonó en su mente y lo hizo apartarse y cortar el beso. Charles apenas abrió los ojos para mirarle y Erik suspiro-Sera mejor que nos alistemos-dijo, sin querer hablar del tema. Charles asintió, aunque ninguno se movió. Los rayos del sol aun ni se filtraban por la ventana pero sabían que era hora de arrancar el día. No era lógico que ambos hubieran dormido tan tranquilos y relajados la noche previa a una guerra, pero luego del sexo ambos habían caído en una danza suave de paz y relajación. 

Charles se inclino a robarle un nuevo beso, un poco más prolongado que al anterior. Menos urgido y más cariñoso. Ambos ronronearon y se separaron sin ganas-Debemos ir, hay que levantar a los chicos-se levanto junto con sus propias palabras y vio al polaco imitarlo. Charles se dirigió al baño mientras Erik juntaba sus propias ropas. Con una sincronización, que parecía propia de una rutina que ellos no tenían, se alistaron. El mayor acomodo su chaqueta y miro de reojo a Charles, en un traje como siempre-No se si esa es la vestimenta apropiada para una batalla-comento, ganándose una mirada curiosa por parte del telepata.

-El traje es multi ocasión-el omega alzo la ceja, había un tono de diversión en los ojos ajenos así que no quiso seguir preguntando. Allá Charles y su ropa. Salieron del cuarto, los chicos ya estaban despertando y Erik se auto designo preparar un rápido desayuno. Con su habilidad era mucho mas rápido y practico, y en pocos minutos tuvo algo presentable que hiciera que el hambre no les derrumbara ese día. Comer siempre era importante. 

Le sonrió a Raven al verla con su piel natural. La chica había despertado en el cuarto del polaco, recordaba vagamente lo ocurrido la noche anterior y estaba avergonzada. No quería enfrentarle, ni a él ni a Charles. Su hermano le mataría si se enteraba de lo que quiso hacer. Si se enteraba de que beso a su omega. Aparto el pensamiento, ya que no quería proyectar, e ignorando a todo el mundo se sentó a tomar su desayuno en silencio. Dios, después de todo lo que bebió anoche le dolía la cabeza, esperaba que la aspirina le hiciera efecto pronto. 

Desayunaron en un silencio turbio, todo parecía estar tenso ese día. La única conversación que se escuchaba era la de Moira, que hablaba por teléfono con la CIA, queriendo enterarse de lo que había ocurrido durante la noche. La agente se veía un tanto ojerosa, al parecer no había descansado bien la noche anterior... muy preocupada en lo que ese día les depararía. Alex también lucia algo fatigado, aunque con más pesadez. Mientras que Sean parecía ser el único no afectado por el asunto. Cuando todos ya estaban terminando el desayuno, Raven pregunto por Hank, pero todos suponieron que estaría por llegar. Cuando la mañana siguió su rumbo y el científico no apareció decidieron que lo correcto era ir a buscarlo. Ya era hora de marcharse y el chico no daba señales de vida.

Charles encabezo la caminata al cuarto ajeno, ni bien lo vieran se marcharían así que no quería que ninguno se dispersara o se distrajera en ese momento. Se detuvo frente a la amplia puerta y tomo con cuidado una nota que reposaba en la entrada. Cuando entraron a la habitación todos se mostraron sorprendidos. Era un absoluto caos, todo estaba roto. Raven sintió su corazón acelerarse ¿que había pasado allí? De pronto se sentía nerviosa, no entendía por que Hank podría haber hecho eso... Joder, joder, joder. Camino junto con los chicos, hacía la caja que había en medio del cuarto. Todos se asomaron a mirar, pero ella solo podía seguir observando el cuarto. Santo cielos, solo esperaba que el chico estuviera bien. ¿Todo eso tendría que ver con la inyección? 

-¿De veras tenemos que usar esto?-al escuchar la voz de Alex finalmente miro lo que había dentro de la caja, no le sorprendió encontrarse con los trajes que ya había visto antes. Aunque ahora estaban terminados, la ves que ella los vio aun les faltaba mucho.

-Como ninguno de nosotros muto para soportar fuerzas G extremas ni una lluvia de balas sugiero que nos los pongamos-respondió la voz segura del telepata. Erik fue el primero en tomar el que supuro que era suyo por el tamaño y luego se marcho a su habitación. No tenían por que desperdiciar el tiempo.


**


Finalmente, todos ya vestidos y preparados llegaron a la base aérea. Cuando llegaron al jet todavía no había rastros del científico, cosa que hizo que la chica azul se sintiera cada vez más y más nerviosa. Moira se había retirado para arreglar algunas cosas con sus jefes mientras ellos se quedaron admirando la nave. Tras varios minutos de silencio la metamorfa ya no pudo aguantarlo más.

-¿Donde esta Hank?-pregunto sin poder evitar que su voz sonara algo ansiosa. No quería perder la compostura, se mostraba seria y segura. Había ganado varias miradas por tener su forma azul, los chicos se comportaban un poco raros, aunque lo estaban aceptando bastante bien. 

-Estoy aquí-la figura del chico apareció por la entrada principal. Todos intercambiaron miradas confundidos al ver la fisonomía más grande de lo habitual. Solo fue necesario un par de pasos más para que lograran ver lo que la inyección había hecho. Raven contuvo la respiración, eso era lo que había destrozado al científico. Debía odiarlo. Y ella lo entendía, tanto tiempo con una forma que nadie apreciaba... y Hank había odiado sus pies por ser distintos, seguramente ahora se odiaba por completo. Oh, pobre, debía estar destruido. 

-¿Hank?-Charles fue el primero en juntar valor para hablar. El chico camino hacía a ellos, acercándose más que nada a Raven. De pronto se sentía sumamente tonto y angustiado por todo lo que le dijo a la chica la noche anterior, se imaginaba que ella no debería querer ni hablarle. 

-No ataco las células. Las mejoro.-aclaro, sentía la mirada de todos encima de él. Realmente quería desaparecer en ese momento. Toda una vida queriendo lucir normal, queriendo ser como cualquier otro humano, y ahora era un monstruo. Evito mirar a los de más, no quería enfrentar esos ojos de los chicos, no quería ver sus expresiones de asco-No funciono

-Si lo hizo, Hank.-Raven sonaba animada, dándole energía. La mano azul apretó su hombro y de pronto se sintió un poco más aliviado-¿No lo ves? Esto es lo que realmente deberías ser. Este eres tu-sus ojos amarillentos chocaron con los ajenos. No había esperado encontrar a Raven en su forma natural, pero era un poco más tranquilizante no ser el único distinto. Eso le dio un poco de paz-Basta de esconderse-el comentario casi le roba una sonrisa, pero no llego a hacerlo antes de sentir la mano de Erik en su hombro.

-Nunca luciste mejor, viejo-y de pronto toda alegría que llego a sentir se borro. Ni lo pensó cuando estiro su mano y la coloco rodeando el cuello ajeno. Lo hizo levantarse varios centímetros del suelo y en cada segundo le apretaba más y más. Podía partir al medio el cuello si solo ejercía un poco más de presión. Estaba jodidamente molesto, lo que menos necesitaba en ese momento era que se burlaran de él. 

-Hank-la voz de Charles se escuchaba tensa, pero no le intereso. Necesitaba calmarse, y dejar que su ira fluyera parecía bastante bueno. Noto la forma en la que el rostro de Erik comenzaba a ponerse colorado, las venas se marcaban. Esos ojos celestes se llenaron de lagrimas por el esfuerzo, y ante esa cara de suplica sintió un sabor sangriento pero agradable en su paladar. A la bestia dentro de él le encantaba tener a un omega tan poderoso así, sometido.

-No te burles de mi-le dijo tenso, amenazante. Al aspirar sintió el aroma dulzón llegarle y apretó mas el cuello ajeno, sintiendo un ruido de atragantamiento.

-Hank, bájalo inmediatamente, por favor.-respiro pesadamente al escuchar la voz de Charles. El telepata estaba usando ese tono dominante que era capaz de convencer a cualquier persona de hacer lo que le pedía. Xavier era un alfa poderoso y en su tono era obvio que se estaba molestando en exceso. Era normal, Hank estaba atacando a su omega-Hank.-repitió Charles, cada vez más y más molesto. Le costaba controlarse, quería saltarle a la yogular y morderle con fuerza, hacer que suelte a su pareja. Nadie debería lastimar a Erik. Nadie debería tocar a su omega. Empezaba a ver en rojo, y al captar los pensamientos de que Hank estaba disfrutando de esto no pudo contenerlo y gruño con fuerza. No iba a dejar que le tocara-¡Hank!-el rugido que acompaño el reclamo hizo a todos temblar ligeramente y finalmente el científico retomo su control y dejo caer al magnetico.

Erik no pudo controlar su propio cuerpo, cayo directo al piso. El sonido sordo hizo que Charles gruña bajo. De pronto era consciente de lo tenso que estaba, y de la forma en la que apretaba los puños. Él no tenía una naturaleza violenta, mucho menos de violencia física, pero realmente había pensado en arrojarse encima de Hank y golpearle.

-No me burlaba-dijo sin voz el polaco, sus ojos brillaban con ira e ironía. Se masajeo un poco el cuello, sintiendo su voz muy ronca. Una mano se coloco frente a su rostro y la tomo si pensar, al levantare noto los ojos endurecidos de Charles. Era una de las primeras veces que Charles realmente le daba miedo. Se veía sumamente molesto. El telepata rozo con sus dedos el cuello de Erik y este tembló ligeramente, antes de exponérselo un poco, por instinto, dejando que le revisara. La yema de los dedos ajenos bailo sobre su piel, acariciandola, asegurandose de que no hubiera daños. De pronto se sintió mas tranquilo ante ese contacto, y noto como los ojos azules se calmaban también. Debió pensar en esa sensación de calma que se generaban el uno al otro con solo un roce, pero como siempre, ignoro las sensaciones tan profundas que se causaban mutuamente. O más bien prefirió no pensarlas. Que Charles tuviera tantos efectos sobre él era una simple casualidad.

-Aun yo tengo que admitir que te ves bastante rudo-comento Alex, una nueva sonrisa se dibujo en sus labios-Creo que tengo un nuevo nombre para ti: Bestia.-el bufido que recibió en respuesta le hizo reír. Hank realmente pensó en golpearle, pero por suerte Sean les interrumpió.

-¿Estas seguro que sabes pilotear esta cosa?

-Por supuesto que si, yo la diseñe-respondió confiado. Unos pasos le hicieron voltear y vio llegar a Moira. La agente venía corriendo y les apremio a que se subieran rápidamente al jet. El cruce de la franja se calculaba para las diez de la mañana, y ya eran las nueve treinta, estaban atrasados y no podían meterse en asuntos personales en una situación como esta.

Finalmente todos se acomodaron en sus respectivos asientos. Hank comenzó a pilotear el jet a toda velocidad, por suerte este era muy aerodinámico, así que en cuestión de unos quince minutos ya estaban volando sobre la costa atlántica. Cuando llegaron las cosas se veían tensas, los estadounidenses ya estaban apuntando al barco ruso que seguía avanzando sin dudar. 

Charles no dudo en llevar los dedos a su frente, la primera intensión fue entrar en la mente del tripulante y hacerlo girar para que se marcharan de allí si mayor inconvenientes. Era la forma más sencilla de acabar con aquello. Pero no debía ser tan confiado, solo encontró una mente consciente a bordo, y a través de ella fue capaz de ver al mutante con forma de demonio. Toda la tripulación estaba muerta, apenas y escucho el mensaje que enviaba el otro navío ruso: “Mr de Aral se le ordeno dar la vuelta”. Pero obviamente eso era algo imposible, Shaw se había asegurado de ello. Antes de poder hacer mucho más, Azazel le pego una patada al hombre, y al caer en la inconsciencia el telepata se vio alejado de esa mente. Se sintió un poco mareado y abrió los ojos, apartando sus dedos-Toda la tripulación del Mar de Aral esta muerta, Shaw estuvo allí-dijo, algo tenso. Miró a Erik, que esta casi enfrente suyo y sintió un remolino en el estomago al ver esos ojos celestes brillar con entusiasmo. De pronto no quería que llegue el momento, no quería que su omega vaya a encontrar a Shaw... no quería que se enfrente al sujeto que creía que era su pareja, no quería que lo tuviera cerca, no cuando sabía todo lo que ese hombre le hizo. ¿Y si Shaw volvía a deñarle? No iba a poder soportarlo.

-Aun esta aquí, en alguna parte-recalco el polaco. Sus ojos celestes no se apartaban de Charles, le observaban con insistencia. Mas allá de lo que el ingles deseara sabia que tenía que dejarlo ir. Erik se enfrentaría a su destino con o sin su consentimiento, y prefería ayudarle, así se aseguraba de que no le pasara nada malo. 

Miró a Moira al escucharla hablar sobre lo que pasaría si el bote cruzaba la linea de embargo. No tenían mucho tiempo y tenían que encontrar una solución. Normalmente prefería pensar un poco más las cosas, pero entre la adrenalina del momento y el futuro encuentro entre Erik y Shaw estaba nervioso. No pensó demasiado cuando llevo los dedos de nuevo a su frente. Hizo lo que tenía que hacer, y al instante la nave rusa estaba disparandole un misil a su propio compañero. Era la única forma de detenerlos, bueno, no la única, pero si la más efectiva y la más rápida. Lo que no considero fue el riesgo de la trayectoria del misil. Pasaba muy cerca de ellos antes de caer contra el barco ruso. El jet se cimbro y se sacudió rápidamente, con Hank intentando no perder el control. Todos jadearon y se sujetaron con fuerza de lo que podían. El telepata miro a Erik, asegurándose de que estuviera bien, mientras su mano se coloco frente a Raven, sujetándola por las dudas. Su instinto protector estaba bastante a flote. Quería mantener a las dos personas que más quería en este mundo a salvo. 

-Una pequeña advertencia la próxima vez, profesor-comento Hank, girándose apenas para mirarlo. Charles asintió apenas con la cabeza, sabia que había sido un riesgo. Pero bueno, el barco ruso había explotado, y por suerte ellos no habían sufrido altercados. Se relajo un poco antes de con su teleatía buscar la mente de Shaw. Cerro los ojos un momento, concentrandose, pero por más que buscara no lo encontraba. ¿Donde carajos estaba? Moira no tenía mejor suerte en el radar, y Charles suspiro al escuchar a Hank explicar que debía estar bajo el agua. Las opciones se estaban limitando, pero por suerte Sean se ofreció como radar humano. Se levanto de su asiento con un nuevo entusiasmo, seguido por Sean y Erik. En cada paso sentía en su cabeza la ansiedad creciente del omega. Ese día era difícil, todos estaban alterados y proyectaban demasiado, él los bloqueaba, pero bloquear a su pareja era un poco difícil. Y tampoco quería hacerlo del todo, prefería ser consciente de lo que sentía. 

-Woaaahh tu no te acerques-advirtió Sean, alejándose del polaco. Charles finalmente vio una sonrisa divertida en los delgados labios y Erik levanto los brazos para demostrar su inocencia. El ambiente se relajo un poco, dentro de lo que se podía, después de todo era imposible olvidar el hecho de que estaban en medio de una posible guerra, algo que podía cambiar el curso de la humanidad. Charles sabía que tenía que concentrarse en eso, en que lo que estaban haciendo era sumamente importante, pero la idea de poner en peligro a su omega le turbaba un poco.

Sean salto del avión a su señal, su rostro era un poema entre el nerviosismo y la adrenalina. El telepata se llevo los dedos a la frente para poder saber lo que las hondas trasmitían. Miro de reojo a Erik, notando que tenía la mirada clavada en el océano. “Al fin, voy a volver a verlo. Voy a enfrentarlo... he esperado esto toda mi vida”. A pesar del éxito de sus pensamientos, se le escuchaba nervioso. No estaba seguro de poder enfrentar a su alfa. ¿Y que tal si una vez que estuviera enfrente de él ya no podía hacer nada? ¿Que tal si sus instintos le impedían lastimarlo? No quería quedarse paralizado, no quería sentirse débil. Pero Shaw lograba hacerle temblar, le helaba la sangre, le dejaba la mente en blanco. Tenía que concentrarse en no sentir miedo, en que él era fuerte. Él era capaz de hacer esto, él era capaz de vengarse, era capaz de matarlo.

-Banshee tiene la ubicación de Shaw-las palabras de Charles detuvieron la linea de sus pensamientos. Cuando sus miradas se conectaron noto lo profundo de la mirada azul. El alfa le miraba con completa atención, estudiandole, como si quisiera asegurarse de que estaba bien, de que estaba consciente de todo lo que iba a pasar. Ese era un momento determinante: iba a sacar el submarino, debía concentrarse, debía enfocarse en que era capaz de hacerlo-¿Estas listo para esto?-y la pregunta abarcaba mucho más de lo que simplemente estaba diciendo. ¿Estaba listo para esto? ¿Estaba listo para volver a ver a Shaw? ¿Estaba listo para matarlo? Charles sentía la adrenalina corriendo en sus venas, su respiración estaba apenas agitada y lo que realmente quería hacer era abrazar a Erik y mantenerlo a salvo de todo... pero tenía que concentrarse. Tenía que estar calmado para poder actuar como correspondía. Ese era precisamente el momento en el que no tenía que perder el control. Sabía que su omega era poderoso... todo iba a salir bien. Estaba seguro de eso. 

-Averiguemoslo-respondió el magnético. Sus ojos celestes mostraron determinación, necesitaba hacer esto, iba a hacerlo. Aunque muriera en el intento. Descendió del avión, sujetándose del soporte de la rueda. Intento calmar sus pensamientos, y estiro su mano hacia el punto exacto que Charles le había señalado mentalmente. Pudo sentir el peso del mental. Era realmente grande y no estaba seguro de lograrlo... era mucho más difícil que mover la antena. Se concentro, mandando toda la energía a sus manos, sintiendo en el paladar el gusto del metal, saboreandolo en la boca. Se mantenía concentrado en eso, haciendo fuerza con sus dedos, intentando trasmitir esa energía que el metal le hacia sentir. Pero no podía terminar de levantarlo, lo sentía a pocos metros de la superficie, pero realmente ya no podía más. Su rostro estaba colorado, y las vena de su frente palpitaba como loca. No iba a lograrlo, no iba a poder, no... “Recuerda, el punto entre la ira y la serenidad”. Sintió a Charles abordar su conciencia, le hizo olvidarse de su sed de venganza, guiándole sutilmente hacia ese punto que ya le había mostrado antes. Erik se concentro en eso, tanto como pudo, y finalmente el submarino termino de subir, arrastrado como si el magnético fuera su punto de gravedad. 

Aun estaba levantandole cuando la compuerta de este se abrió y Janos se asomó, con solo un movimiento de manos formo un tornado y lo dirigió hacía el jet, que empezo a sacudirse levemente-Erik toma mi mano-grito el ingles, extendiendola hacia su pareja. Pero este aun estaba concentrado, fijo en cumplir su misión, queriendo terminar de arrastrar el submarino. Quería llevarlo a la orilla, necesitaba arrástralo hasta allí. Charles se estiro más, queriendo sujetarlo y arrastrarlo a dentro aunque tuviera que hacerlo a la fuerza. No quería que le pasara nada, ese huracán podía derribarle. No podía dejar que eso pasara. Adentro, Hank les grito a todos que se sujetaran, cosa que desespero más al telepata. Necesitaba meter a Erik adentro, YA. 

Con un ultimo movimiento de manos, el magnetico logro arrojar el submarino a la playa. Sintió la victoria danzando en sus venas, y el aire abandono sus pulmones en un suspiro de éxito. Lo había logrado, lo había logrado. Realmente lo había hecho. Contemplo un segundo su hazaña, y luego se arrodillo para ganar estabilidad. Al levantar la mirada sus ojos chocaron con los del telepata, que se veía realmente preocupado-¡¡Erik toma mi mano!!-sin pensarlo demasiado lo sujeto, apretándole con fuerza. Sus dedos se crisparon contra la piel ajena cuando el jet se sacudió, si le soltaba podía caer. Charles intento jalarlo hacía dentro, sin lograrlo del todo. Erík era demasiado grande para su propia fuerza. Finalmente, el magnetico logro sujetarse de la apertura, y hizo fuerza con sus brazos para empujarse hacía arriba. Se desplomo en el piso, sintiendo el frió metal contra su piel darle un poco de alivió. Había estado a punto de caer, sino fuera por Charles aun estaría afuera. El avión se sacudió un poco, y las manos del telepata le sujetaron. No era el momento, pero igualmente el menor no dudo en inclinarse y besarle la frente, feliz de tenerle seguro. Su corazón latía como loco ante la idea de que Erik se hubiera caído al océano. El polaco se dejo hacer, entreabriendo apenas los ojos y conectando su mirada con la ajena. Ambos se calmaron al volver estar cerca; y Charles tuvo que pelear contra sus deseos de abrazarlo con fuerza. No debían perder tiempo. 

Se levanto, comenzando a caminar hacía el área de navegación. Necesitaban llegar a sus asientos, o al menos a algo de lo que pudieran sujetarse antes de que.... ¡Joder, joder! El avión se sacudió nuevamente como loco, Hank no lograba controlarlo y solo quedaba intentar suavizar el inevitable estrello. Ni bien sintió el movimiento, Charles quiso girarse para sujetar a Erik. Necesitaba tenerlo cerca, ya. Era una necesidad tenerle entre sus brazos para cuidarle. No había pensando en que su instinto iba a estar como loco pidiéndole proteger a su pareja. Debió pensarlo, las cosas podían salir mal si no lograba controlar sus ansias de tenerlo cerca y seguro.

Antes de poder girarse resbalo, no pudo contener el equilibrio y cayo al piso cual peso muerto. El mayor le miro de reojo sintiendo su corazón detenerse un momento. El avión de nuevo se agitó, y ni siquiera medito cuando se arrojo encima de Charles. Apretó su cuerpo contra el ajeno, manteniendolos pegados al piso. Su mente estaba nublada, solo podía pensar en que debía proteger al alfa, no podía dejar que nada le pasara. Sus manos se mantuvieron aferradas al metal, tomándolo como eje, mientras el avión giraba sobre si mismo. Los gritos de todos resonaron con fuerza, aunque Erik fue más consciente de como Charles gritaba y su cuerpo se tenso, se pego por completo a él, en parte para calmarse y calmarle, y en parte por que quería sentirse seguro de que nada iba a pasarle. Tenía que cuidar a Charles, era una prioridad. 

El avión finalmente dejo de rodar, y se quedo boca abajo dejando el piso como techo. Suavemente Erik se fue dejando caer y el cuerpo de Charles acompaño el movimiento. El telepata termino encima del mayor, y se giro para mirarle con sus enormes ojos azules. Joder, si no hubiera sido por Erik no hubiera salido vivo de esa. Estudio el rostro de su omega para asegurarse de que estaba bien, más allá del sudor y las venas hinchadas no parecía haber más daño. -¿Estas bien?-pregunto roncamente, girándose y levantándose de a poco, dándole lugar para que se levantara también. Erik estudio con la mirada el cuerpo del telepata y al asegurarse de que no había ningún daño asintió.

-Si, pero tienes que tener más cuidado-sus ojos celestes se clavaron con firmeza en Charles, en un claro reclamo, ya que no quería perderle. No se aguanto de besarle rapidamente la mejilla, para al menos tener un poco de contacto, pero luego se giro para caminar hacia las ventanillas-No voy a estar salvando tu culo a cada rato-comento, relajandose un poco, mientras sus ojos estudiaban la playa-¿Que sabes de Shaw?


-Leí la mente del transportador. Shaw esta absorbiendo toda la energía del submarino. Se esta volviendo él mismo un tipo de bomba nuclear-todos los mutantes se asomaron por las ventanillas. Tenían que planear como harían aquello, tenían que hacerlo bien. La vida de la humanidad dependía de eso. Moira y Charles comenzaron a hablar, organizando las cosas. Necesitaban que las flotas se retiraran para no sufrir perdidas innecesarias. Erik se concentro en la playa y el submarino, no quería escucharles hablar, no le interesaba, y la presencia de Moira solo le molestaba más y más. Prefirió estudiar el submarino, decidiendo que hacer. Debía entrar y matar a Shaw, en eso no había opción. Él era quien debía hacerlo, nadie más.

-Voy a entrar-sintió la mirada de Charles clavarse en él con profundidad, pero prefirió no enfrentarlo. El telepata sentía su pecho retorcerse ante la idea de dejarlo ir, solo, a enfrentar a ese hombre que bien podía matarlo y que ademas era a quien creía su alfa. ¿y si las cosas salían mal? ¿Y si le perdía para siempre? No podría vivir con eso. Estudio la expresión de Erik, su rostro tenso y su mirada turbia seguían clavadas en el submarino. Era obvio que ese era un momento importante en su vida, algo trascendental para él. Algo que necesitaba hacer. Erik necesitaba enfrentarse a Shaw, necesitaba cerrar esa parte de su vida. Lo sabía. Y con suerte, si terminaba todo eso podría superarlo y reconocerlo. Charles no podía negarle la posibilidad de cumplir su destino por miedos propios, sabía (aunque su instinto le dictara lo contrario), que tenía que dejarle ir, ser, y debía limitarse a apoyarlo, a ayudarlo para que las cosas no salieran mal.

-Bestia, Havok, apoyenlo.-ordeno a los otro dos, esperando que eso le hiciera sentir un poco más seguro. Aunque era imposible, la única forma de sentirse seguro en ese momento era sujetando a su omega entre sus brazos y apartándole de aquel que se atrevió a tocarle. El polaco aun ni le miraba, su rostro continuaba serio y tenso, algo pensativo-Erik puedo guiarte una vez que estés dentro. Pero necesito que desactives lo que sea que este bloqueandome-finalmente el omega se volteo y sus ojos se encontraron. Con solo una mirada el polaco era capaz de sentir todo el miedo y la angustia que el alfa sentía. Él también lo sentía si pensaba que algo le podía pasar a Charles, pero por suerte el telepata se quedaría en el jet. “Cuidate” sintió en su cabeza, y asintió sutilmente. El menor estudio cada facción de su rostro, como si quisiera grabarla para siempre en su cabeza. Esperaba que pasara lo que pasara, luego de esa guerra, Erik continuara siendo el mismo, y le amara, y se quedaran juntos. No debía pensar en otra cosa, por que sino se asustaría y actuaria por impulso. Debía mantener la calma, podría hacerlo... iba a estar en la mente de Erik e iba a cuidarle-Luego debemos pedirle a dios para que pueda pararle a tiempo-comento, moviéndose de su posición para ponerse manos a la obra.

-Entendido-respondió el mayor, dándole una mirada significativa, antes de girarse y echar a correr. Joder, iba camino a su futuro, y a cada paso sentía como su corazón latía con más y más fuerza. No podía creer que finalmente iba a enfrentarse a eso que había estado esperando toda la vida. 

-¡¡Buena suerte!!-escucho la voz de Charles, antes de sentir una presencia en el fondo de su mente. “Todo va a salir bien, lo se”, le dijo mentalmente el telepata y Erik proyecto en asentimiento, queriendo creerlo también. Realmente no sabia que pensar al respecto, desde que imagino ese momento, luego de matar a Shaw, no había más nada. Él podía morir, o desaparecer, era como dar su vida por resuelta... era la misión que lograr y luego nada, quizás paz. Pero ahora tenia amigos, hermanos, familia y no sabía que sentir. ¿Y si luego de cumplir su misión no era el mismo? ¿Y si no podía hacerlo? ¿Y si moría? “No vas a morir, no te atrevas a pensarlo”, el pensamiento le robo un suspiro. Cualquier otra presencia en su cabeza sería incomoda, pero Charles... Charles era su fuerza. 

Vio a Best y Havok enfrentándose a Azazel, Angel se desplazo por los aires, en busca de Sean y frente a sus ojos solo quedo el mutante que creía que se llamaba Janos. No lo pensó demasiado, no había nada que pensar, estiro la mano y el submarino se abrió ante sus ojos. Lo arrojo encima del susodicho, y luego continuo corriendo hacia a dentro. A cada paso sentía el corazón latir con fuerza, el zumbido en su cabeza, la sangre quemando. Era el momento, el momento definitivo. 

Erik ve al centro del buque. Ese es el punto que mi mente no puede penetrar. Tenemos que suponer que alli es donde esta Shaw”, se quedo quieto un instante, dentro del buque, sintiendo su respiración descontrolada. Sabía que debía continuar, que no había tiempo que perder, pero de pronto todo parecía pesarle. No podía levantar los pies, era como si estuvieran adheridos al piso, el metal parecía no querer dejarle avanzar, le sujetaba con un campo magnético invisible. Su cuerpo se negaba a seguir sus ordenes, quería quedarse allí... estaba asustado ¿Y si no podía hacerlo? Shaw aun revolvía cosas dentro de él, no precisamente agradables, pero no estaba seguro de que su instinto le permitiera desobedecerle. ¿Que tal si fallaba? De pronto se sentía de nuevo ese pequeño niño, incapaz de mover la moneda, y en caso de fallar de nuevo la vida de gente que quería estaba en riesgo. Su respiración se agito mas, se vio obligado a entreabrir los delgados labios para poder respirar. Quizás no estaba listo, no debió precipitarse, no sabía si podría. Shaw aun era su demonio personal, aun era su tortura ¿que le aseguraba que podía enfrentarlo cara a cara y vencerle? Era patetico, Shaw aun le hacía temblar en sus pesadillas, de solo pensar que lo tendría en frente... ¿como podría hacerlo? “Calma Erik, se que puedes... eres un mutante poderoso. Tu puedes Erik. Yo estare contigo”. Su mente pareció encontrar algo de calma ante la idea, finalmente su respiración se calmo un poco. En ese momento noto la forma en la que sus manos habían estado temblando. Realmente había estado asustado, al borde de un ataque de pánico. Fue consciente del murmullo de la mente de Charles, casi como un mantra “calma, calma mi amor, tu puedes querido, tu puedes”. Finalmente toma aire profundo, recuperando la compostura y su cuerpo se digno a obedecerle. Avanzo por el lugar, mirando con atención todo a su alrededor. Listo para cualquier ataque. No sabía si había alguien más a dentro, no sabía si el nazi sabía que estaba allí. 

Todo esta destruido, las cosas hacían cortocircuito y él se acerco a una palanca que capto su atención “Ese es el reactor nuclear, desactivalo”, sin pensarlo demasiado obedeció, aunque Charles había usado su tono de alfa ni lo noto. 

El omega continuo avanzando, el aroma de Shaw estaba impregnado en el lugar, lo cual le hizo ir con cautela. Abriendo otra puerta entro a una habitación bellamente decorada. La decoración que le gustaba a su alfa, la conoce-"Erik llegaste al vació"-al escucharle su corazón se acelera. Shaw debía estar en ese lugar, debía estar allí... iba a enfrentarle al fin. Entró ansioso, explorando en lugar con los ojos y no pudo evitar fruncir el ceño al no encontrar nada. ¡¿Donde carajos estaba el maldito?!

-No esta aquí, Charles. Shaw no esta aquí.-su voz es sumamente ansiosa, alterada. No puede creerlo, asi no era el plan. Tiene que encontrarlo, tiene que hacerlo. Era el momento definitivo... la simple idea de que se escapara, de que volvería a perder su rastro le volvía loco. Quizás no estaba listo, pero necesitaba enfrentarle ahora, no podía esperar más... no podía iniciar una nueva búsqueda. Era el momento de la verdad, de cerrar ese capitulo de su vida. ¡No podía dejarle ir! ¡¿Donde carajos estaba?!-Se ha ido del submarino-casi gruño. 

¿Que? Tiene que estar alli. Tiene que estar. No puede estar en otro sitio. Sigue buscando”. La respuesta era sumamente ansiosa. Una de las pocas veces que Charles sonaba alterado. Obviamente eso tampoco estaba en los planes del telepata. Erik paseo la mirada de nuevo por el lugar, como si no confiara en su propio juicio, pero luego de unos segundos bufo.

-Y yo te digo que no esta. ¡No hay nadie aquí, maldicion!-no pudo evitar responderle alterado también. No podía creer que todo eso hubiera sido en vano. Su cabeza ya estaba maquinando un nuevo plan, una nueva forma de encontrarlo. No podían dejarle ir, debían averiguar donde estab... un aroma le llego con fuerza. Ese aroma ya lo conoce, lo ha olido muchas veces en su vida. Involuntariamente un escalofrió recorre su espina dorsal. No lo puede evitar por el miedo, su instinto sabe que es su alfa, pero también sabe que es el hombre que le daño desde que lo conoció. El terror se dibuja en su rostro, y se gira de a poco, con miedo, casi esperando que aquello no fuera real. 

Pero lo es. Sus ojos celestes chocan con la figura de su alfa. Allí, parado, con esa elegancia y poder que son imposibles de ignorar. Shaw es un hombre apuesto y poderoso... y también un condenado hijo de puta que siempre había jugado con él como si fuera un muñeco. Es curioso la forma en la que su interior parece partirse al medio: terror e ira por igual. Quiere abrazarse a si mismo y huir, y, al mismo tiempo, saltarle encima y desfigurarle el rostro a golpes. Shaw nunca generaba algo bueno en él.

-Erik, mi pequeño omega, que agradable sorpresa-su corazón se detiene un segundo, por que esa voz sigue teniendo el mismo poder que siempre ha tenido. Le hace sentirse pequeño e insignificante, fuera de si, asustado. Con solo escucharla su mente grita de forma agobiadora y su interior se retuerce entre el pánico y la ansiedad: ansiedad por acercarse, por obedecer cualquier cosa que le pida. Hacía tanto que no lo sentía... esa vena sumisa palpitando dentro de él. Se siente tan indefenso, solo quiere la aprobación de su alfa... y es una estupidez, sabe que no debería quererla, que Shaw es un desgraciado, pero es tan difícil pelear contra sus propios instintos-Ven aquí, omega. Ven con tu alfa... se un buen chico....

Y su mente se pone en blanco. Shaw tiene esa manía de llamarle omega, de querer hacerle sentir bien diciéndole que es bueno. Y se siente bien y horrible a la vez. Su mente no razona nada, solo ve la mano extendida, la mano de su alfa. Su alfa que le esta pidiendo ir con él. Eso es lo único que debería importarle en el mundo. No puede pensar en nada más, sabe que si le desobedece las cosas saldrán mal. No puede pensar, no puede hacerlo.

¿Erik? ¡Erik!” apenas y nota la voz de Charles en su cabeza, a pesar de que el ingles esta gritando y rugiendo con fuerza. Ni siquiera lo escucha, en su mente solo esta su alfa. Solo puede avanzar hacía a él, dejándose arrastrar al vacío. Aunque quiere pelear contra sus instintos su cuerpo no le obedece, solo quiere ir con él.

-Que bueno volver a verte, mi rebelde omega-la mano sigue extendida en invitación. Shaw esta sonriendo con una dulzura que Erik sabe que raya en lo irreal, en lo enfermo. Tiene miedo incluso de esa tierna sonrisa. Pero su cuerpo tiene vida propia, camina hacía la habitación de espejos y entra en ella sin dudar.

Ni bien la puerta se cierra a sus espaldas, el aroma de Shaw parece embargarlo todo, penetrante, fuerte, masculino. Se siente un poco mareado por eso, siente que esta perdiendo su propio control. Mira a Shaw, y sabe que no podrá hacerlo. Es su alfa... ¿como va a matarlo?


**


La mente de Charles es un verdadero lió. Una parte de él grita que no quiere dejar ir a su omega hacía ese lugar, la parte racional sabe que deben acabar con aquello, y otra pequeña parte le incita a guiar a su omega a cumplir sus deseos, a lograr su venganza. Encima siente las emociones de Erik casi gritar en su cabeza, la ansiedad y el miedo parecen abarcarlo todo. Durante un instante los pensamientos se vuelven un tanto negativos y no puede evitar gruñir de disgusto. No le agrada que su pareja piense en su muerte, no puede dejar que muera, a Erik no debe pasarle nada... debe volver entero a sus brazos. No puede evitar regañarlo ante el pensamiento, va a exigirle volver vivo. Tiene que hacerlo. No puede dejarle solo.

Esta viendo lo que el magnetico ve. Ingresa al submarino y su mente intenta abarcar mas, pero aunque lo intenta no puede penetrar. No sabe que demonios es, pero es un buen escudo antitelepata. Necesita acercarse más... y en ese momento nota que Erik esta estático, presa del miedo. Nota la ansiedad drenando por sus venas, lo nota asustado, paralizado, respirando agitado. Su mente parece desvariar en cualquier sentido, y sabe que eso puede ser el inicio de un ataque de pánico. Erik esta perdiendo el control. 

Y de nuevo sus propios pensamientos entrar en conflicto. No puede dejar ir a su omega allí, no cuando esta tan asustado. Su parte protectora le exige que lo haga volver, o ir con él, protegerlo. ¡¿Por que carajos esta dejando ir a su omega solo?! Se supone que tiene que cuidarlo, no guiarlo hacia una posible muerte. Todo su interior se agita, exigiéndole que salga de allí, vaya a buscarle y lo aleje de ese alfa. No debería dejarlo ir solo a enfrentar eso... pero, dios, él no es puro instinto. Es una guerra, y Erik es el único lo suficientemente fuerte para hacerlo. El magnetico es fuerte y capaz e independiente, puede hacerlo. Necesita hacerlo, necesita eso para poder sentir que logro su misión. Si el interviene quizás Erik nunca se sane así mismo. Es importante que lo haga, por la misión y por si mismo. Tiene que ser racional, tiene que alentarlo... y la única forma de hacerlo que se le ocurre es llenarlo de palabras de consuelo y de amor, alentarlo cariñosamente, esperando que funcione. Y lo hace, por que de pronto siente la mente más calmada, su cuerpo un poco más relajado. Sonríe a la nada al saber que tiene ese efecto sobre su omega. Dios, Erik debería notar eso... pero no es momento. Luego de que solucionen el asunto Charles tendrían todo el tiempo del mundo para avanzar en su relación hasta que Erik le reconozca. Si, tendrían el tiempo, estaba seguro, pero ahora debían acabar con esta amenaza.

Guía a Erik, haciéndole apagar el reactor y dirigirse hacía el vacío. El polaco avanza y Charles se siente cada vez más ansioso. Están tan cerca del vacío, y finalmente Erik enfrentara a Shaw. Dios, la simple idea de verlo juntos quiere hacerle gritar. Esta jodidamente nervioso, asustado, pero se obliga a ser positivo. La respuesta de Erik de que allí no hay nadie le toma por sorpresa. Por que no podía ser, tenía que estar allí... por más que razonara todo no había forma de que estuviera en otro lugar. Shaw tenía que estar alli y...

Las alarmas en la cabeza de Erik resonaron en su mente. Sintió el estremecimiento del polaco como si fuese suyo, cuando esa voz resonó a sus espaldas. De pronto sintió lo pequeño que se sentía Erik, lo indefenso que estaba, como su cuerpo parecía querer huir pero se mantenía estático. Joder, recién ahora notaba que tan fuerte afectaba la presencia de Shaw a su omega. No debió dejarlo ir solo. Ahora que sentía las cosas como si fueran suyas, todo parecía tener sentido. El miedo hacía que su corazón latiera más despacio, tenía el estomago revuelto, y notaba como Erik se sentía hipnotizado por la imagen de Shaw enfrente de él. Durante un segundo dudo si él era el alfa de Erik, ya que ahora que sentía como el polaco se ponía al ver a Shaw, realmente parecía que ese hombre fuera su alfa. El cuerpo del judío parecía una marioneta, recio a moverse hasta escuchar la voz de su alfa. Realmente nunca en su vida pensó que Shaw hubiera marcado tanto a Erik. Sentía todas las emociones que le generaba, como el cuerpo temblaba al escuchar la palabra “omega”. 

La confusión se vuelve suya. El odio de todo eso, pero como su cuerpo parece ansiarlo... y cuando esa orden llega nota como Erik queda en blanco. El cuerpo de su omega responde sin dudar a ese llamado, como si realmente Shaw fuera su alfa, y Charles no puede evitar rugir en descontento. No, no, no. ¡Erik es suyo!

-¡Erik! ¡Erik!-lo llama mentalmente, varias veces, al principio queriendo hacerle reaccionar pero luego con simple desesperación. No quiere que se deje llevar, no quiere que vaya hacía a él. De pronto los celos y el instinto protector palpitan en su pecho. Erik avanza en trance, y por más que el grite y ruja dentro de su cabeza, nada parece hacerlo reaccionar. No, no, no... ¡Definitivamente no! No quiere que se acerque un paso más. Erik es suyo, completamente suyo, esta seguro, lo siente en las venas-¡¡ERIK!!-continua llamando, pero es consciente de que su palabras no llegan a la mente ajena. Empieza a golpear las cosas a su alrededor, sin poder contenerse. Esta nervioso, alterado. Los rugidos escapan de su boca sin poder contenerlo. 

-¡No lo hagas, no vayas! ¡¡Mierda, Erik reacciona!!-grita a la ventanilla, mientras cierra con fuerza los ojos y presiona más los dedos contra su sien, esperando que aquello ayude de alguna forma, pero no había caso. Gruñe, iracundo, cuando sabe que la situación se a ido de sus manos. Su omega no lo escucha, su omega esta atontado por otro alfa. ¡Y no debería ser así! Odia, realmente odia que Shaw tenga ese poder sobre su pareja.

-¡Mierda, Erik, no entres! Te proh...-y ni siquiera alcanza a dar la orden cuando el mayor ya ingreso a esa sala donde su mente no llega. Gruñe con fuerza, y golpea las paredes del jet, sintiendo como su corazón late acelerado, furioso y adolorido a la vez. No debió dejarle ir solo, no debió-¡¡No entres maldición!! ¡Eres mio!! No le hagas caso a él...-continua golpeando las cosas. Su rostro empieza a ponerse rojizo. No sabe que hacer, no sabe como detener todo ello. No puede dejar que Shaw este a solas con su omega, no puede permitirle que lo lastime, o que le siga engañando. Necesita detener todo aquello, necesita tener de nuevo a Erik entre sus brazos, necesita decirle que es suyo. ¡Shaw no debe ponerle un solo dedo encima!

La sangre arde en sus venas, su rostro esta rojo y su cuerpo tenso. Sabe que debe intervenir pero no sabe como. Los celos nublan su mente, quiere matar a Shaw con sus propias manos. No puede dejar que le ponga una sola mano encima a su omega. 

-Se ha ido-dice tenso, ganándose una interrogación por parte de Moira. Ni la mira, comienza a caminar por el submarino, acelerado, cada vez más nervioso y enojado-Ha entrado al vació, no puedo comunicarme con él allí


**


Una corriente surca su cuerpo cuando Shaw toma su mano y termina de acercarlo. Hace demasiado tiempo que no están cerca, tanto tiempo desde la ultima vez que sintió su aroma con tanta fuerza. Shaw luce seguro, como si el tiempo no hubiera pasado. Sabe que aun puede influir sobre el omega, que aun tiene su poder. Al judío le cuesta salir de su aturdimiento, le mira con una cara de incredulidad y miedo, cosa que hace reír al ex-nazi. 

-¿Puedo preguntarte algo, conejito?-los ojos celestes le miran con atención. Igual que cuando era un niño. Erik luce nervioso, asustado, indefenso. No importa que ahora sea mucho más grande y mucho mas fuerte... aun se siente como el pequeño y virginal omega que fue una rata de laboratorio para ese sádico alfa. ¿Como va a evitar temblar y temer? Toda su vida fue así, configurado para eso, para obedecerle y respetarle-¿Por que estas de su lado? ¿Por que luchas por una raza condenada que nos perseguirá tan pronto se den cuenta que su reinado a llegado a su fin? No debes estar con ellos, omega. Tu debes estar a mi lado, ¿acaso olvidas como delirabas entre mis brazos?-una sonrisa pervertida, maliciosa, adorna sus labios.

Y si, Erik lo recuerda todo. Recuerda cada maldita vez que Shaw le uso, como le insulto, como dejo que otros alfas le follaran, como si él no valiera nada. Como si él fuera solo un juguete que puede ser quebrado y destrozado. Recuerda cada vez que le dejo agonizando, cada vez que prefirió ignorarlo en su celo y lo dejo sufriendo, limitándose a insultarle por sentirse caliente. Recuerda cada maldita vez que le golpeo, que le inyecto cosas, que lo drogo y jugo con él. Sabe, que desde el maldito momento en que Sebastian Shaw entro a su vida esta se transformo en un infierno. Perdió a su madre, a su única familia, perdió su niñez, perdió su dignidad, lo perdió todo. Lo recuerda, y lo lleva tatuado en la piel. Todo eso le llena de bronca, de ira, las ansias de venganza vuelven a él, y antes de pensar lo que esta haciendo, su puño esta volando contra el rostro de su alfa, con todas sus fuerzas. El golpe se asienta en su mentón, empujando a Shaw hacia atrás. 

El aleman se sacude, pero luego vuelve a pararse como si nada. Cuando sus ojos vuelven a chocar, Erik nota lo que acaba de hacer: acaba de golpear a su alfa, y siente el miedo llenarle las venas. Sabe que no es bueno. Nota la crueldad en los ojos del nazi, y de pronto su propia mirada se llena de pena-Lamento lo que sucedió en los campos-sigue como si nada, como si el golpe que acaba de recibir no lo hubiera molestado. Y Erik durante un momento duda, por que incluso su tono suena algo afligido. Una mano se posa en su mentón, acariciando su afilada barbilla y no se aparta, pero tampoco se relaja. Aun nota en brillo de ira en esos ojos claros-De verdad-y el polaco quiere creerle. Por que se supone que es su alfa, realmente quiere creerle, quiere pensar que todo fue un error y que... de pronto la mano en su mandíbula se aparta, y le toca la frente. Parece que sera una simple caricia, pero Shaw libera la energía que tiene acumulada y su cuerpo vuela empujado por esa feroz fuerza, hasta golpear uno de los espejos. Jadea en queja, antes de caer al piso, sintiendo sus fuerzas abandonarle un instante.

Ha vuelto.” la voz del telepata suena con éxito total en su cabeza. Charles realmente se había sentido nervioso ante la idea de perderle, saber que podía estar en su cabeza de nuevo es alentador. Su telepatia aun no puede entrar con mucha fuerza en el cuarto, pero al menos ya no esta a oscuras “Erik lo que sea que estes haciendo, continua, esta funcionando.”, lo alienta. Esto anima al polaco, que levanta el rostro y se enfrenta a Shaw. Una nueva fuerza y sed de venganza brillando en sus ojos. Vino aquí a destruirlo, no puede flaquear ahora... por más que su instinto se retuerza por obedecer a su alfa.

El aleman esta acercándose de nuevo, sus ojos no se apartan de los de Erik. Su expresión es seria, confiada-Pero todo lo que hice, lo hice por ti. Para activar tu poder, para que lo adoptes. Para que evoluciones, para que no seas por siempre ese debil y necesitado omega-se inclina, como si fuera a ayudarle, pero sus dedos le rozan un poco y el cuerpo del judio vuelve a volar en dirección a otra pared, logrando que el vidrio estalle en mil pedazos. 

Charles logra entrar un poco más en el cuarto, notando como es la situación. Al parecer Erik no estaba haciendo mucho, sino que Shaw lo estaba lastimando y ayudándolos al mismo tiempo. Pero era bueno, ya podía verle “Esta funcionando. Comienzo a verlo pero aun no puedo llegar a su mente”, le comento al omega, intentando darle fuerzas con eso. Sabe que la situación no es fácil, que hay muchos sentimientos encontrados. Erik esta hecho un lio, pero al menos parece querer de nuevo su venganza. De momento eso es lo mejor, así no se deja embargar por sus ideas de estar con Shaw. 

-Haz mejorado mucho desde que doblaste ese portón. Estoy tan orgulloso de ti. Mirate ahora, eres fuerte, poderoso... ya casi ni noto que eres un omega. Si no fuera por ese aroma-Shaw arrugo la nariz mientras se aproximaba hacía a él. Erik había logrado levantarse, de a poco se recupera, y a medida que lo ve avanzar sabe que no debe dejarle acercarse. No debe hacerlo, por que mientras lo tiene cerca su cuerpo parece rebelarse. Necesita mantenerlo alejado-. Realmente me enorgulleces, omega-continuo. A medida que avanzaba Erik comenzó a jalar todo el metal que estuviera a su alrededor. Sabe que necesita mantenerle lejos, necesita hacer que Charles pueda acceder a ese cuarto. Las bisagras rompen los espejos, antes de volar enfrente de él, queriendo hacer un separador entre el cuerpo del alfa y el suyo. Intenta empujarle, empujando los campos magneticos hacía a él. Pero nada parece afectarle, Shaw sigue avanzando con confianza y Erik se siente cada vez más nervioso asustado. No quiere tenerlo cerca, no quiere que pueda efectuar ese poder sobre él... sabe que si se le acerca todo estará perdido. No puede permitir que eso pase-Apenas estas comenzando a rasguñar la superficie. Piensa lo lejos que podemos llegar juntos, piensa en lo que podría hacer contigo, omega. Puedo desatar todo tu poder-el magnetico sigue sin querer escucharle. Se concentra en llamar todo el metal a su alrededor, e intentar alejar su cuerpo del de Shaw que cada vez esta mas cerca. Pero nada afecta al nazi, sigue avanzando, aprovecha su energia para tocar el metal y empujarlo de nuevo hacía a Erik, logrando que el polaco termine atrapado contra la pared. 

De pronto el corazón de Erik se acelera de golpe, lo siente palpitando en sus oídos. Sabe que no hay vuelta atrás, tiene a Shaw cerca, y no puede apartarlo. Ese aroma le esta llenando, lo siente nublar sus sentidos, volver loco a su instinto. Su cuerpo se retuerce de ansiedad y miedo. Sabe que esta perdido. Shaw se acerca, una sonrisa dibujada en sus labios, y Erik no quiere verle, voltea el rostro sin querer enfrentar esa mirada que desde siempre logro helarle la sangre-No quiero lastimarte Erik. Nunca quise hacerlo. Quiero ayudarte. Este es nuestro momento. Nuestra era. Somos el futuro de la raza humana. Tu y yo, omega. Este mundo podría ser nuestro, seras mi pareja, estaremos juntos...-no se atreve a mirarle, prefiere mantener su expresión perdida en la nada. No quiere enfrentar ese rostro, no quiere ver su sonrisa. Se siente derrotado, perdido, sabe que ya no tiene caso... cayo en sus brazos de nuevo. Siente el aliento ajeno chocar con su mandíbula, su cuerpo se estremece sin poder controlarlo. “No le hagas caso Erik, sabes que no es cierto... no lo necesitas a tu lado. Eres mio, recuerdalo... me amas, no te dejes arrastrar por él”. Se queja por lo bajo, por que siente la voz de Charles algo desesperada en su cabeza. Sabe que el telepata tiene razón, pero su cuerpo le traiciona, un estremecimiento surca su espalda cuando los labios de Shaw se apoyan en la piel de su cuello, justo sobre una de las marcas que Charles le había dejado-Te voy a perdonar por ser una zorra, se que no puedes evitarlo...-Erik jadeo al sentir la lengua de Shaw lamer esa marca, y cerro los ojos con fuerza. De pronto sentía sus ojos arder, de nuevo Shaw estaba recordandole que era una zorra, pero esta vez tenía argumentos. Erik tontamente había dejando que Charles le llenara de marcas, le reclamara... realmente se había comportado como una puta. Había sido una puta entre los brazos del telepata, y lo peor de todo era que lo había disfrutado con cada fibra de su ser-Se que eres una puta caliente, los celos te vuelven loco...-la risa retumbo contra su oído y su cuerpo tembló al tener a su alfa tan cerca. Hacía tanto que no sentía el calor de su piel-Te perdono por todo ello, Erik. Créeme, omega, no te guardo rencor... quiero cuidar de ti-el judío gimió al escuchar aquello. ¿Acaso no fue lo que toda su vida quiso escuchar? Su respiración se acelero cuando, con una dulzura impropia, Shaw capturo el lóbulo de su oreja entre sus labios. Lo sintió chupar suavemente, y su cuerpo vibro en respuesta-Sabes que soy lo mejor para ti, puedo hacerte fuerte, saco lo mejor de ti. Siempre lo he hecho, te llevo a la sima de tu poder...-”No Erik, no lo escuches. Eres fuerte, eres asombroso. Nada de lo que él dice es cierto, no dudes de ti... no lo hagas Erik, recueda lo que tenemos, no lo escuches. No lo escuches, por favor, Erik...se fuerte, eres capaz de vencerlo”.

El polaco cerro los ojos con dolor, liado entre las palabras de los dos alfas que habían marcado su vida. El aroma y el tacto del aleman estaba enloqueciendole, haciéndole perder fuerzas, por más que sentía al telepata en su cabeza, la presencia de Shaw era más real. Aun no se atrevía a mirarlo, por que cuando lo hiciera estaría perdido. Bueno, ya lo estaba. Por más que Charles quisiera ser optimista en su cabeza, él ya estaba perdido-Todo lo que hiciste me fortalecio.-dijo finalmente, aun mirando el piso ante sus ojos. La sinceridad era palpable en sus palabras, aunque no se atrevía a mirarlo todavía-Me hizo el arma que hoy soy. Es la verdad. Lo supe todo el tiempo. Me haz hecho más fuerte, me hiciste no ser débil como cualquier otro omega. Tu me creaste-susurro, y finalmente sus ojos se giraron a enfrentar los ajenos. Sintió el “NO, no, no, no, no, no” retumbando en su cabeza, pero lo ignoro. Sus ojos chocaron con los de Shaw y lo vio sonreír. Sonreír con esos dientes tan perfectos, con su cara un poco más relajada. El maldito era condenadamente guapo. Shaw se acerco suavemente y Erik sintió el roce de sus labios contra los suyos. Escucha a Charles llamarle con más insistencia en su mente, pero sus ojos no pueden apartarse de su alfa. Apenas y junta valor para alejar su rostro del ajeno, ganándose una mirada curiosa, pero aun feliz por parte del alfa. Finalmente le mira y Shaw le sonríe con algo similar al orgullo-Tu eres mi alfa-la expresión de éxito brilla en los ojos ajenos, y esta vez con más confianza se inclina a besarle. Erik cierra sus parpados y al sentir el contacto de esos labios con los suyos un cosquilleo se extiende por todo su cuerpo, y sin pensarlo demasiado abre la boca. La lengua de Shaw se mete al instante, comenzando a acariciar cada rincón. Hace tanto que no se besan, y definitivamente nunca fue así. Ahora era... distinto. Erik volvió a gemir, removiedose un poco, sentía la lengua de Shaw queriendo llegar tan hondo como pudiera y él solo abrió más la boca para darle más acceso, antes de que su propia lengua fuera a acariciar la de su alfa, con completa devoción.

El magnetico prefirió ignorar el gruñido de desesperación que había comenzado a sonar en su cabeza justo en el preciso instante que inicio el beso. Charles estaba rugiendo con furia, celos, tristeza y desesperación. Todo al mismo tiempo. Su mente se había eclipsado y solo quería gritar, gritar y romper todo a su alrededor. Las lagrimas habían comenzado a caer de sus ojos justo cuando el rugido se dejo escuchar. Erik había partido su corazón en mil pedazos. Erik había reconocido a Shaw como su alfa, y él podía sentir cada parte de su alma partirse. No pudo dejar de rugir hasta que su voz se quebró, transformándose en un llanto desgarrador.

Shaw había ganado.

 

 

Notas finales:

-esta escondida detras de un campo de fuerza para los posibles ataques xD- No soy muy buena escribiendo guerras... peeero espero que no se les haya hecho muy pesada. 

¿Cuantos de ustedes quieren matarme? ¿Se esperaban que esto pasara? En fin, si se animan a dejar review me haran muy feliz *3* 

Dejo adelanto: 
Su mirada celeste miraba con atención la boca de su alfa. Era atractivo, nunca había podido negar eso. Su mano gano vida propia y acaricio esa mejilla con algo de dulzura. ¿Cuantas veces había querido tener la libertad de tocarlo?-Eres tan hermoso...-susurro contra su boca, mordiendo apenas el labio inferior.

-se va escondida-


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