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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

¡Hola gente! ¿Tienen idea de cuantas veces escribi y borre esto? Muchas muchas. Por que seguía con la duda existencial de que carajos hacer, aun la tengo, pero bueno... decidí que esta era la versión que más me gustaba. Imagino que ya saben que es un capitulo critico (?). A cada comentario que leía y las cosas que ponian estaba como "borro esto y agrego esto" y luego leía otro y era borrar y escribir de nuevo. En el fondo quería que este capitulo hiciera justicia a las expectativas, pero realmente no se si lo logre. 

Espero que les emocione, lo amen, lo odien, lo sientan (?) 

En fin, enjoy!

LA GUERRA II



Lo que sintió, en el fondo de su pecho, era comparable con mil puñaladas. Sentía que todo se había ido hacía abajo. No podía creerlo. Shaw le había quitado a su omega. Erik le había besado, lo había reconocido como su alfa, ahora todo lo de más carecía de sentido. No pudo detener el rugido que salió desde el fondo de su pecho. Sentía su corazón partido en mil pedazos... Erik y Shaw se estaban besando con pasión. Casi podía imaginar la lengua de Shaw recorrer la boca de su omega, la boca que el había besado esa mañana, la boca que había degustado la noche anterior mientras le hacía el amor. ¡¿Por qué carajos estaba pasando esto?! ¡¿Cómo pudo dejarlo ir solo?! En ninguno de los finales que vislumbro Erik se rendía a los brazos de su alfa y le besaba... nunca le correspondía. Podía imaginar a Shaw aturdiendolo, confundiendolo, engatusandolo; pero nunca a Erik tan entregado a sus brazos. Y nada le resultaba más doloroso que eso, sentir en su entrañas la ansiedad que el omega sentía por todo eso. Desde niño Erik había deseado que Shaw fuera un buen alfa, y ahora estaba besandole con ternura. El omega quería eso, era más feliz así que con él. 

Su voz se quebró, y las lágrimas abandonaron sus ojos antes de poder detenerlas. Sentía el alma partida al medio, su corazón roto en mil pedazos. Su omega le dejaría, se iría, y le dejaría solo. Quizás Erik siempre había tenido razón, quizás Shaw era su alfa y ahora se iría con él y ya no podría tenerlo a su lado, nunca más. Pero entonces ¿por qué su corazón se negaba a pensar eso? ¿Por qué sentía en el fondo de su alma que Erik era suyo y que si no estaban juntos ninguno de los dos sería feliz? Él ni bien lo vio lo había reconocido, Erik era suyo ¿verdad? Tenía que serlo. 

-No, no hagas esto Erik...-sollozó, golpeando la ventanilla, sintiéndose cada vez más desesperado. No podía aguantarlo, su mente aun seguía conectada a la del omega y sentía la revolución de sus sentimientos. Lo odiaba, lo odiaba... se sentía desesperado de verlo besarse con otro hombre. ¡Erik era suyo! ¡Solo suyo, todo suyo! Sus labios no deberían tocar a nadie más, esa boca era de su propiedad, todo Erik era suyo-Eres mio, eres mio... maldición, Erik, eres todo mio-gruñó, desesperándose cada vez más. Pero no había caso, el judio estaba aturdido por el beso, no pensaba en nada más. Toda sus emociones, toda su atención habían sido capturada por Shaw. Estaba como hechizado por ese contacto que en una parte de su ser había anhelado toda la vida-Eres mio, mio, mio-gruñó, gritó, intentando llamar su atención de cualquier manera, pero no lo lograba. El polaco estaba como en blanco, era como si de él solo existieran sus labios, siendo asaltados por el otro alfa, y su corazón acelerado. Saber que lo estaba disfrutando, o que al menos estaba sumamente concentrado en ese beso, le estaba matando. Los celos, la desesperación, el miedo a perderle estaban eclipsando su mente. 

La mano de Shaw se acomodo en la nuca del pelirrojo para jalarlo más cerca y Charles lo sintió gemir. ¡Gemir! Erik no debía gemir en otros brazos, solamente en los suyos. Todo se volvía cada vez más rojo a los ojos del telepata. Su omega no debería tocar a nadie más, no debería disfrutar con nadie que no fuera él. Erik era suyo, solamente suyo, había sido hecho para él. Y si no quería estar a su lado por su propia voluntad iba a obligarlo. Presiono más fuerte sus dedos, queriendo embargar por completo la mente ajena. Lo obligaría a detener a Shaw e ir a sus brazos. Ya nada le importaba, lo quería con él y lo tendría sea como sea.

Se profundizo más en la mente de su pareja, al mismo tiempo que Shaw concluía el beso. Pero el ex nazi no se detuvo allí, tomo el mentón del polaco y le hizo levantar el rostro, exponiendo completamente su cuello. Charles a cada momento se sentía más violento, sintió en su propia piel él estremecimiento que eso causo en el omega, que de pronto se hallaba nervioso. Asustado por que Shaw mirara su cuello-Estas lleno de marcas... te conseguiste un alfa posesivo-los dedos del mayor pellizcaron una de las marcas, con fuerza, logrando que el omega se quejara por lo bajo-. Dime quien es, se un buen chico... ¿es el telepata?

-Si, Charles... es Charles-no pudo evitar responder. Erik había comenzado a respirar agitado, el cuerpo de Shaw se presionaba contra el suyo, pero ahora volvía a ser amenazante. La mano en su cuello le estaba rodeando, como si quisiera ahorcarle, aunque solo ejercía una pequeña presión. 

-Se ve que le gustas mucho-ante esa frase se mordió el labio. Suponía que si, que le gustaba a Charles... Charles lo amaba. Eso le había dicho, debía ser verdad-. ¿Y él te gusta, verdad? Abre los ojos, conejito-ante la orden lo hizo, enfrentando los de su alfa que volvían a ser maliciosos-¿Te gusta como te folla? Y no me mientas-la sonrisa era maligna. El cuerpo del omega tembló al sentir la lengua delineando su mentón, pero no supo si fue de ansiedad o miedo. Se quedo callado, mordiendo los labios para no responder. La mano que sujetaba su cuello lo apreto aun más-Dímelo.

-S-si-dejo escapar un suspiro, avergonzando de sus propias palabras. Era más que gustar, le encantaba. Y ahora que lo pensaba se oía tan sucio... le gustaba que Charles le usara. “¡Yo no te uso!” fue un rugido en su cabeza que le tomo por sorpresa. Su corazón se detuvo un segundo. Dios, dios... había olvidado que Charles estaba en su mente. Ahora se sentía doblemente humillado, avergonzado ante los dos alfas. El telepata seguramente podía sentir su ansiedad, la lujuria mezclada con el miedo, y seguramente igual que Shaw pensaba que se comportaba como una puta.

-Siempre tan zorra-el nazi se rió contra su cuello, su mano había vuelto a sujetar su nuca, dejando el lugar libre para olfatear y lamer la piel. Erik tembló al sentirlo presionarse contra él, notando el bulto que ya estaba firme dentro del pantalón ajeno-. Me imagino que se lo rogaste, que le suplicaste... que ni bien te vino el celo te tiraste en su cama todo húmedo y dispuesto a que te...

-No, no, ¡no fue así!-lo dijo para asegurarselo a si mismo, para ser consciente de que no lo hizo. Cerró los ojos de nuevo, sintiendo los ojos arder. Él no se había comportado como una zorra, él había sido un buen alfa, él había puesto resistencia y había demostrado que... ¿qué? Igual termino en la cama de Charles-No fui un omega necesitado, él se esforzó, él me q...

-¿Él qué? ¿Él te quiere?-la sonrisa se agrando en los labios ajenos-Cualquier alfa querrá a cualquier omega que este disponible para que le follen. ¿Piensas que te quiere? ¿Y qué pasara cuando encuentre a su pareja? Por que sabes que la encontrara, así como tu y yo nos encontramos, él lo hará también... y te va a botar. Lo sabes, Erik-los ojos del alfa incluso mostraban lastima. Se sintió más tonto, más humillado, por que sabía que todo eso era verdad. Siempre lo había sabido, solo que quiso disfrutar de que alguien lo quisiera-. Eres peor de lo que pensaba, no te prostituyes por placer, sino por cariño... ¿tan necesitado estas? 

¡Erik basta! Sabes lo que siento por ti. ¡No dejes que te engatuse! Él no es para ti, todo lo que te ha hecho creer es...”. La mente del omega pareció recuperarse, estaba de nuevo revolucionada, y no en el buen sentido. No importaba si Shaw era su alfa, él no iba a dejar que volvieran a humillarle. Nadie. No necesitaba ser el omega de nadie, él había estado bien solo, todo este tiempo, solo. Él se prometió a si mismo dejar de ser un omega débil. Él era fuerte y determinado, se cuidaba solo. Era un omega que no necesitaba de nadie y que no iba a dejar que nadie le hiciera sentirse inferior. Tomo aire y apreto los ojos con fuerza, juntando valor-Marcame-le susurró al alfa, su voz sonando algo rendida, como si se hubiera dejado convencer. Como si finalmente aceptara que su único destino era estar con su pareja. Shaw sonrió nuevamente, inclinándose a su cuello, comenzando a besarlo y succionar, dispuesto a dejar la seña de que era suyo. Quería burlarse de las otras marcas en esa piel, dejando la suya, bien marcada y grande. Esa marca iba a ser bien visible, para que todos vieran que Erikse había rendido ante él.

El telepata gruño de rabia, celoso... ¿Que carajos estaba haciendo Erik? No lo entendía, en su mente se notaba que estaba tan enojado pero se estaba dejando mar... Charles abrió los ojos de golpe, asombrado, justo al mismo tiempo que lo escucho gritar.

-¡¡Ahora Charles!!-todo había pasado en una fracción de segundo. Había entendido el plan de Erik justo a tiempo, la milésima de segundo siguiente el magnético había usado sus poderes y con el cable había quitado el casco de Shaw. Este se aparto inmediatamente, y se giró presuroso para tomarlo, pero no alcanzo a hacerlo antes de que Charles llenara su mente y le mantuviera quieto. Joder, joder, casi no lo lograba... había estado tan concentrado en querer entender a Erik que si no hubiera alcanzado a leer eso de su mente no hubiera logrado capturar la cabeza de Shaw. ¡Dios santo! Erik iba a volverle loco a este paso. Realmente pensó que lo había perdido, pero había sido un plan para distraerle. Un plan que obviamente no le había agradado para nada, joder, en cuanto lo viera debía partirle la boca de un beso, debía sujetarlo tan fuerte hasta que lo dejara completamente impregnado de su aroma. 

Pero de momento simplemente se concentro en mantener la mente de Shaw quieta, era una mente poderosa, que quería liberarse de él. Se quejo por lo bajo, y escucho a Moira preocupada ante su jadeo-Moira guarda silencio. Solo puedo controlarlo poco tiempo.-no se preocupo por ser sutil y delicado, realmente en ese momento no le importaba. Entre todo lo que acababa de vivir, más el esfuerzo que estaba haciendo, lo que menos le interesaba era ser caballeroso. 

El magnetico por su parte, una vez saco el casco, se dejo caer al piso casi como si no tuviera fuerzas. Se apoyo en la pared, y cerro los ojos con fuerza. Eso había sido demasiado. Besar a Shaw había sido demasiado, dejar que le marque y no retorcerse de miedo y asco fue difícil. Desde el momento en que había dicho que Shaw era su alfa había sabido que igualmente no podían estar juntos. Durante un instante realmente pensó en dejarse arrastrar por él, pero por suerte su parte consiente, su parte más fuerte y “alfa” se había mantenido despierta y había razonado que era una verdadera locura creerle luego de todo lo que le había hecho. No iba a perdonarle, por muy dulce que hubiera sido en ese momento, Shaw no le amaba, nunca lo respetaría, jamas lo trataría como él quería. Le había besado para distrarle, pero luego todas esas palabras le habían liado tanto... lo habían hecho sentir tan mal. Le había humillado de nuevo, como siempre, recordándole que solo era un simple y calenturiento omega.

Sollozo, aun en el piso. Sabía que no debía esperar, que debía actuar, pero estaba realmente sin fuerzas mentales. Joder, joder... ese contacto le había removido tantas cosas, las palabras ajenas le habían vuelto a lastimar como cuando era un niño. Le había llamado zorra de nuevo, y lo había hecho por que tenía el cuello completamente salpicado de las marcas de Charles. Se llevo la mano a la garganta y sollozo, aun sentía arder el lugar donde tenía la nueva marca. El maldito la había hecho bien visible, seguramente para mofarse del ingles. Lo peor era que sentía que todo lo que acaba de escuchar era verdad. Shaw había tenido razón, había sido una maldita zorra... se había alejado de su alfa para volverse uno, para ser fuerte, independiente, pero se había entregado a los brazos de otro. Realmente había deseado estar con Charles, incluso quiso imaginar su vida al lado de un alfa que no era suyo. Era patético. Por muy romántico que fuera el menor él sabia que cuando encontrara a su omega le patearía lejos, sin importarle nada. 

Bajo su mano desde su cuello hacía su pecho, y apreto su puño a la altura de su corazón que aun latía como loco. Tenía que ser fuerte, tenia que ser el de antes. Él podía manejar todo esto, él era capaz de enfrentar a su alfa. Él no era un omega inseguro... él era fuerte. Soltó el aire despacio, antes de con bronca limpiarse las lagrimas. Tenía que acabar con eso, finalmente iba a poder ser libre, ser lo que siempre quiso. Él era capaz de hacerlo, él era capaz de hacer cualquier cosa. Había huido de su alfa, había logrado sobrevivir solo, había soportado los calores, había aprendido a ser mejor, había crecido, ganado fuerza, había matado antes. Era capaz de hacerlo ahora. E iba a disfrutarlo. Charles estaba equivocado, esto si le traería paz. No debía escucharlo.

Antes de poder levantarse vio a Shaw girarse lentamente, durante un segundo temió que Charles no hubiera podido sujetarle. Él no tenía fuerzas para enfrentarle de nuevo. Tembló en anticipación, pero luego el cuerpo de Shaw cayo arrodillado al piso, como una marioneta. Su posición era de subordinación, como entregado a Erik. “¿Esto es lo que quieres? ¿Quieres matarlo? Hazlo”. La voz del telepata era débil en su cabeza, seguramente se estaba esforzando demasiado, pero se escuchaba llena de furia. Erik paso saliva. ¿De verdad iba a dejar que lo hiciera? 

Se arrodillo y se acerco hasta Shaw, mirándole con curiosidad. ¿A quien estaba viendo? ¿A Charles o a su alfa? Daba igual, iba a descargarse. Si el telepata le estaba dando la oportunidad él no iba a desperdiciarla-Si estas allí dentro quiero que sepas que concuerdo con todo lo que dijiste.-ladeo un poco su rostro, inclinándose para estar más cerca. Su cálido aliento toco los labios ajenos, escucho a Charles volver a rugir, molesto de nuevo por esa cercanía, pero lo ignoro. Él era libre de hacer lo que quisiera. 

Lo peor de todo, para el telepata, era que ahora sentía ese aliento como si tocara su piel, pero sabía que no era así, que Erik en verdad solo miraba a Shaw. A través de los ojos del nazi pudo ver a su omega, algo colorado, los ojos rojos y cristalinos, con una mezcla de furia, odio, miedo. Se lo veía completamente destruido. Lo había escuchado sollozar a través de los oídos del alemán y no pudo contenerse. Necesitaba calmarlo. Por eso le entrego a Shaw, si iba a sentirse mejor matándolo... que lo hiciera. Él mismo se estaba conteniendo de no hacerle estallar la mente, estaba sumamente furioso luego de todo lo que le había dicho a su omega. Shaw era despreciable, se lo merecía. 


-Somos el futuro-susurro el omega y cerró ligeramente los ojos. Su mirada celeste se clavo con atención la boca de su alfa. Era atractivo, nunca había podido negar eso. Su mano gano vida propia y acaricio esa mejilla con algo de dulzura. ¿Cuantas veces había querido tener la libertad de tocarlo?-Eres tan hermoso...-susurró contra su boca, mordiendose apenas el labio inferior. Era la primera vez que tenía la oportunidad de estudiar con calma ese rostro. Y el maldito era tan bello, con esos ojos claros, el cabello lacio, las facciones marcadas. Se notaba que era un alfa poderoso. Con un cuerpo musculoso que era parejo al de Erik, que hubiera sido capaz de sujetarlo y abrazarlo con fuerza. Pero claro, nada de eso paso ni pasaría jamas. 

Charles no sabía como sentirse, estaba tan confundido, y tenía que mantenerse concentrado. Si se dejaba llevar por lo que Erik hacía, si sus celos le ganaban, soltaría a Shaw y en ese caso su omega correría un verdadero peligro-Pudimos haber sido felices-continuó el magnético, antes de cerrar la distancia y unir ambas bocas. El beso era suave, anhelante y con miedo al mismo tiempo. Era como si fuera un primer beso, cargado de emociones y nerviosismo. Charles lo sentía como si fuera en sus labios, pero diablos, sabía que no, que Erik estaba besando a Shaw por elección. Sintió la lengua de su omega delinearle los labios, empujar suavemente para colarse en esa boca, y recorrerla como si quisiera grabarsela. Joder, estaba dejando que Erik besara a otro. ¿En que momento todo se volvió tan bizarro? Debería hacer algo, pero solo podía concentrarse en mantener a Shaw en su lugar, era lo menos riesgoso, si le soltaba no imaginaba que podía pasar. Respiro aliviado cuando la boca de Erik se aparto. Lo vio limpiarse la boca con el dorso del brazo, con algo de repulsión. Bueno, al menos eso le consolaba-Pero, por desgracia, me torturaste toda mi niñez, te burlaste de mi, me despreciaste... me quebraste y lastimaste de formas en las que nadie debería ser herido-mientras decía esto Erik se alejaba, hasta apoyarse de nuevo en la pared. Cuando volvió a mirarle sus ojos celestes eran odio puro-Y más importante aun, tu mataste a mi madre.-las palabras casi fueron escupidas de sus delgados labios. Charles sintió un temblor al verlo así, desfigurado por el odio. Erik realmente daba miedo, aunque se mostrara calmado. 

El magnetico saca la moneda de su bolsillo y la coloca frente a su rostro, mostrándosela a Shaw-Esto es lo que haremos...-Charles de pronto dudo. No había esperado que Erik fuera tan sádico. Una parte de él se negaba a todo eso y se encontró a si mismo pidiendo que eso no pasara, su ideología no debería permitirle hacer eso... pero al mismo tiempo otra parte de él lo deseaba. Deseaba que quien se había atrevido a hacer sufrir a su omega las pagaras toda. Ese hombre era el responsable de que Erik sufriera, le había torturado tanto que su omega no le reconocía... por su maldita culpa el polaco estaba lleno de demonios que quizás nunca podría borrar. Podría soltar a Shaw, podría salvarlo, podría evitar que su omega se convierta en un asesino, pero... esa otra parte lo domino todo, y supo que quería que pasara. Quizás nunca lo admitiría en voz alta, pero realmente deseaba que muriera y sufriera en el proceso. Quería que fuera al infierno y pagara por cada uno de sus pecados, le hubiera gustado torturarlo incluso, pero nunca hubiera sido capaz. Ademas, era justicia divina que Erik acabara con él. Lo menos que podía hacer era ayudarlo. Todos esos sentimientos y pensamientos negativos le embargaron, y le mantuvo en su lugar, obligandole a enfrentar su destino.

-Contare hasta tres y moveré la moneda-continuo el polaco. La misma se alzo frente a su mano, con absoluto control. Erik no cambiaba su expresión, y aunque Charles odiara verlo así nada valió para que tuviera misericordia por Shaw-Uno-la moneda comenzó a avanzar lentamente, con tranquilidad y confianza-Dos-el polaco no quería apartar su vista, no quería perderse de nada, incluso prefería no parpadear para verlo todo, pero no podía evitarlo. El ultimo numero escapó de sus labios con anhelo, con deseo-Tres-la moneda empezó a travesar la frente de Shaw, abriéndose paso lentamente. Destrozando la carne, el cráneo, y sin dudas continuó, clavándose en el medio del cerebro. 

Charles gritó con todas sus fuerzas, no había esperado sentir tan fuerte el dolor. Debió esperarlo, debió suponerlo... no lo considero. Quiso abandonar esa mente casi al instante, pero no pudo. Recién cuando la moneda termino de atravesar, y la mente de Shaw se apagó por completo, pudo volver a si mismo, sintiéndose agitado y adolorido. Dios, dios, esa había sido una experiencia horrible. Pero... solo era un pequeño sacrificio, un poco de dolor para compensar todo el que Erik había sentido. Se sujeto la cabeza intentando reponerse. Pero no quiso perder demasiado el tiempo, empezó a caminar por el submarino, debía encontrar a su pareja. Se llevo la mano a la frente, exigiéndose aun más, y busco su mente.

Erik temblaba, aun sentado contra la pared. Incapaz de mover un musculo luego de haber cumplido su misión. Las lagrimas no dejaban de caer de sus ojos. A pesar de saber que era eso lo que había querido toda su vida aun le costaba asimilarlo. Enfrente suyo el cuerpo de Shaw estaba desplomado, sin vida. ¿No debería sentirse sumamente dichoso? ¿Por que no podía dejar de temblar y llorar? ¿Por que aun se sentía asustado? Sintió la conciencia de Charles en su cabeza y se sacudió. “¡No! ¡Sal de mi mente ya! No te quiero aqui” le amenazo, no quería que el telepata sintiera su desesperación y su humillación. Quería seguir viéndose fuerte e indestructible, no quería estar más humillado aun a ojos del ingles. Ese día seguramente Charles había notado toda la mierda que el cargaba y nunca volvería a mirarlo como antes. Shaw antes de morir había destrozado la imagen que el telepata tenía sobre él.

“Tranquilo Erik, solo quiero calmarte... no esta mal que...”

“¡Callate! Sal de mi cabeza. AHORA”


Charles volvió a gruñir, lo había hecho mucho durante ese día. No podía dejarle solo ahora, no después de todo lo que acaba de pasar. Sentía la mente ajena aun liada, en shock, razonando incoherencias, gritando mil cosas al mismo tiempo. Erik no estaba estable en ese momento, era demasiado que afrontar. No podía dejar que se distorsionara ante tantas ideas que surgían erraticamente, no podía arriesgarse a que su mente se quebrara. Su instinto no se le permitía alejarse de él, lo notaba tan angustiado. Mientras intentaba acariciar y calmar su mente se apresuro a salir del jet, queriendo encontrarlo físicamente, sujetarlo entre sus brazos. Calmarle a base de besos y caricias, lograr que se relaje, llevarlo a la mansión y cuidarlo. Ahora que Shaw no estaba podría ayudarlo a superar todo eso, podría hacerle olvidar sus traumas y lograr que le reconozca ¡Al fin!

"¡¡Deja mi cabeza en paz!!"

“No, no voy a hacerlo, no voy a dejar que...”

“¡Dejame! Yo solo...”
. Detuvo el pensamiento al sentir que el metal de los botes se estaba moviendo. Giró el rostro hacía el mar, a pesar de que no podía verlo, lo sentía mucho mejor. Los malditos humanos les estaban apuntando. ¡Justo ahora! Despues de que ellos los hubieran salvado. Su pecho se lleno de más odio aún, despreciaba a esa maldita raza inferior, vengativa. No se merecían su ayuda, ni su preocupación. ¡Querían lastimarlos! Querían matar a sus compañeros. Estaban amenazando a sus pares mutantes, luego de que hubieran evitado una guerra. Eran unas malditas lacras. Debían morir, todos ellos.

“No, ERIK NO. No puedes simplemen...”

“¡¡¡Que salgas de mi cabeza!!!”
 fue un grito mental que los hizo temblar a ambos. Erik estaba cansado de que los alfas intentaran controlarle. ¡Él era una persona libre, por dios santo! Abrió los ojos y estudio la habitación, sintiéndose molesto, errático. Sus ojos se posaron en el casco que había caído al piso, a un lado del cuerpo de Shaw. No dudo cuando estiro la mano, el casco voló rápidamente hacía él-Lo siento, Charles.

“Erik por favor, no nos separes. Lo que estas pensando es una locura. Se mejor, esta en ti...” la voz del ingles sonaba afligida, nerviosa. El telepata tampoco nunca imagino que eso podía pasar ¿como las cosas se le salieron tanto de las manos? Había notado como los pensamientos negativos del omega se multiplicaban rápidamente, como un cáncer. Mierda, quizás no fue tan buena idea dejarlo matar a Shaw. Pero él había esperado poder consolarlo luego y hacerle entender todo... no espero que Erik pensara que los humanos iban a atacarle. Eso no iba a pasar, no podían hacerlo ¿verdad? Acababan de salvarlos, no podían atacar. Se apresuro aun más en salir, queriendo llegar cuando antes a donde el magnético estaba. Nunca espero que Erik pensara en usar ese casco para distanciarles. Mierda, eso no pintaba nada bien.

-Pero no confió en ti.-continuo Erik, ignorando completamente los ruegos del alfa que parecían cada vez más ansiosos. Llevo el casco a su cabeza, con tranquilidad. Sus ojos celestes no se apartaban del cuerpo de Shaw. Iba a demostrarle que él nunca fue una zorra, ni débil. Iba a completar esa misión. Iba a hacerse respetar por cada ser de ese mundo. Un nuevo fulgor habitaba en su pecho, empujándole cada vez más y más allá. Si, Shaw lo había transformado en esta arma, en este monstruo, y estaba disfrutando de serlo. Iba a cumplir con su destino. 

“Erik, mi amor, no habrá vuelta a...” ni siquiera se permitió terminar de escuchar lo que Charles iba a decirle. No quería que nadie interfiriera. Iba a detener todo esto, iba a matarlos e iba a disfrutar de hacerlo. Era su venganza, era su momento. Él era el monstruo de Fransktain. 


**


Charles se apresuro a correr por la playa, odiando la maldita arena que no le dejaba ser lo suficientemente rápido. Pero se detuvo en seco al ver el cuerpo de Shaw levitando como si aquello fuera una crucifixión. Sintió las alarmas sonando en su cabeza, sabía que Erik esta empezando a salirse de la raya, debía hacer algo pronto todo eso iba a descontrolarse. Si no tuviera ese estúpido casco sería tan fácil calmar la situación. 

-Hoy cesa nuestra lucha-todos miraron con atención como el cuerpo descendía hasta acabar en la playa. Si no fuera por la sangre de su frente todo podría considerarse perfectamente normal. Tanto los chicos como los otros mutantes no pudieron apartar la mirada del cadáver que yacía en medio de la playa. Charles le dedicó una única mirada, de pena, sintiéndose ligeramente culpable, pero luego sus ojos volvieron a buscar a Erik, viéndolo decender flotando... con ese maldito y patético casco en la cabeza. El metal enmarcaba su mirada, y noto como esos ojos celestes chispeaban con ira y con algo que rozaba la locura-Abran los ojos, hermanos y hermanas. El verdadero enemigo esta allí-señaló al mar, donde los barcos continuaban en su lugar. Camino por la playa, con confianza, decidido, mirando a todos. Se veía y sonaba como un verdadero alfa, realmente no parecía apto para la subordinación, sino para dirigir. Si ninguno allí lo conociera, ninguno pensaría que era un omega. 

Charles sintió su corazón acelerarse y estrujarse al mismo tiempo: su omega era fuerte, un verdadero líder, una maravilla, único.-Siento sus armas moviéndose en el agua, su mental apuntándonos. Estadounidenses, sobieticos, humanos. Unidos en su miedo a lo desconocido. El neardental corre asustado, mis semejantes mutantes-Charles se fue acercando lentamente, aunque quería llegar a su lado, algo le abstuvo de hacerlo. Los dos caminaron, un tanto distanciados, hacía la orilla. Sus ojos se cruzaron en el camino, y notó la mirada desafiante de su pareja-Adelante, Charles. Dime que estoy equivocado-el telepata llevó sus dedos a la frente. Realmente deseando que estuviera equivocando, esperando que lo este. Su optimismo se mantenía incluso en ese momento. Su expresión se desfiguro al notar que su pareja tenía razón. Estaban apuntándoles. No quiso mirarlo, simplemente se giró hacía Moira, quien entendió rápidamente y corrió hacía al Jet. 

Pero no pasaron ni tres minutos cuando el estruendo se escucho. “Paf Paf Paf”. Lo misiles salieron disparados sin remordimiento alguno. Se alzaron en el aire con dirección clara hacía la playa. Todos los mutantes comenzaron a retroceder. Charles pudo sentir el miedo palpitando en su mente: pánico. Nadie decía nada, pero él los sentía gritando en su cabeza. De pronto mil pensamientos de muerte y soledad le inundaron. Erik era el único que se mantenía parado con confianza, seguro, decidido. Sus ojos no se apartaron del cielo ni un segundo. Se lo veía decidido, determinado. 

Cuando los misiles estaban empezando a descender hacía ellos, estiró la mano y con solo un gesto todos se detuvieron, quedando inmovilizados en el cielo. Charles tampoco se había movido, esperando que aquello pasara (o que si no se detenían podría saltar sobre Erik y darle un ultimo beso). Sus ojos se mantuvieron en los misiles, y cuando los vio girar sintió su corazón acelerarse. No, no, no... no quería muertes, no quería que su pareja fuera un monstruo-Erik, tu lo dijiste, somos mejores-se volteo hacía a él, acercándose un poco, queriendo hacerle razonar-Este es el momento de probarlo-pero no había caso, el omega ni le miraba. Los misiles apuntaron a los barcos y él se sintió cada vez más nervioso, era indisimulable en su voz-Hay miles de hombres en esos barcos. Hombres buenos, honestos, inocentes. Solo obedecen ordenes-ni bien dijo las palabras supo que se había equivocado. Debió decir cualquier otra cosa, pero no, esas palabras cavarían su sentencia. 

-He estado a merced de hombres que solo seguían ordenes-la voz era tensa, casi inentendible. Cuando Erik se giró a mirarlo, Charles solo pudo registrar el odio en su mirada tan transparente: odio a los nazis, odio a Shaw, odio a los humanos, odio a si mismo. Su corazón se detuvo, por que su pareja parecía haberse transformado en un monstruo ante sus ojos, y no era lo que deseaba. Mierda, no debió dejarlo matar a Shaw. Eso había desencadenado todo esto. Erik volvió a girar el rostro y mirar con decisión a los misiles-Nunca más-prometió, y con un gesto firme los misiles tomaron su nueva trayectoria volando hacía los barcos. 

-¡Erik, suéltalos!-ordenó el alfa, con su voz de mando, pero no había caso: Erik nunca le había obedecido. No tenía sentido ordenarle nada, ese omega no se subordinaba ante él. La acción fisica no era lo suyo, pero era la única opción. Corrió rápidamente hacía a él, dispuesto a derribarle. Debía quitarle ese casco cueste lo que cueste. Logro tirarlo a la arena y lo escucho quejarse. No quería lastimarlo, pero debía detenerlo. Se le subió encima, queriendo llegar a su cabeza, queriendo quitarle aquello para hacer que los misiles se detuvieran. Sus ojos se clavaron solo un momento en la marca que Shaw había dejado en el cuello de SU omega y sintio la ira llenarle. Eso le motivo a pelear con más ganas. Iba a detener a Erik, y llevárselo a casa quisiera o no, y si tenía que anudarle a la fuerza para que le reconociera y dejara de comportarse como un idiota iba a hacerlo. 

-No quiero lastimarte, no me obligues-Erik logro tirarlo y se le sentó encima, para mantenerle quieto. Cuando vio a los chicos acercarse estiró la mano empujándolos hacía atrás-¡Quédense atrás!-ordenó, con esa voz de mando que superaba la de muchos alfas-Charles, es suficiente-el telapata continuaba forcejeando, intentando quitarle el casco, pero su omega era más fuerte y le mantuvo contra la arena con una mano, mientras con la otra dirigía los misiles. 

-¡Erik, detente!-repitió, intentando sonar mas dominante aun. Joder ¡¿por que mierda Erik no era como los otros omegas y le obedecía?! ¡Incluso había alfas que le obedecían ante su tono, pero su maldito omega no! Sus manos intentaron sujetar el casco, y eso pareció hartar al omega. Lo siguiente que Charles supo era que tenía un puño enterrado en el rostro, robandole un quejido y haciéndole enterrar el rostro en la arena. Fue consciente de que varios misiles se estrellaron contra si mismos por la distracción, pero al instante siguiente Erik se levanto, poniéndose de pie y caminando hacía a la orilla, haciendo a los misiles seguir su curso. 

El magnetico estaba tan concentrado en eso, que los primeros disparos le tomaron por sorpresa. Cuando se giró vio a la humana disparandole. Se sorprendió ante su ingenio: dispararle cuando él controlaba el metal. ¡Vaya inteligencia! Se abstuvo de burlarse, simplemente aparto las balas con movimientos firmes de su mano. ¿Qué más pruebas quería Charles de que los humanos no eran confiables? Aquí estaba Moira, su monito amigo, apuntándole, cuando él acababa de cumplir la misión que ella había querido. Eso lo jodía cada vez más ¿de verdad él era el único que notaba que los homosapiens eran un peligro?

La tercera bala que alejó, fue la que dio contra Charles. Lo notó por que un grito de dolor atravesó sus oídos, poniéndolo en un estado de alarma que antes no conocía. De pronto se olvido de todo, y solo fue consciente de que necesita saber como estaba Charles. Se giró, entre angustiado y sorprendido, y lo vio caer en la arena. La imagen se reprodujo en cámara lenta ante sus ojos, pudo ver la forma en la que intentaba tocar su espalda, la expresión de dolor y luego como perdía el equilibrio y caía. Su corazón se detuvo, dejo de respirar. De pronto se sentía asustado y angustiado, demasiado, era una desesperación que no había sentido antes. Su cuerpo reacciono mucho más rápido que su mente, y antes de notarlo estaba corriendo hacía a él, tirándose a su lado, sujetándole con cariño al mismo tiempo que su mano se apresura a extraer la bala. Le había hecho daño, joder, esa no era la idea. Su corazón latía como loco, un montón de alarmas sonaron en su cabeza. Todas gritaban “Charles, Charles, Charles”. Nada más habitaba su mente. Se olvido completamente de los misiles, que chocaron entre si, su atención se quedo en su compañero. Era lo más importante ahora. Los ojos volvían a arderle, presos de la angustia-Lo lamento tanto-le murmuro sintiendo que podía quebrarse en llanto. Lo acomodo entre sus brazos, escuchándolo quejarse... y cada sonido de dolor que escuchaba en esa boca parecía remover partes de él que ni siquiera sabia que tenía. Definitivamente odiaba el sonido de sufrimiento de Charles. Había lastimado a Charles, lo había herido. No podía creerlo. Nunca en su vida pensó en lastimarlo, Charles que era tan bueno... tan perfecto, por dios. La culpa empezó a llenar su pecho... escuchó los pasos de Moira y levanto el rostro. Al verla sintió ira pura-¡Dije atrás!-la agente se detuvo al instante, impresionada por ese tono y esa mirada que no dejaba lugar a replicas. Incluso los chicos obedecieron la orden. Pero ahora su atención se centraba en Moira, no podía evitar odiarla más a cada segundo. Nunca la quiso, y ahora tenía más motivos para no hacerlo. No fue su culpa, él solo había querido alejar las balas, defenderse. ¡No había tenido intención de lastimar a Charles! Todo eso era culpa de esa maldita mujer, que tenía el cerebro de adorno. ¡Si ella no hubiera estado disparandole él nunca... nunca...!-Tu. Tu hiciste esto-estiró su mano, e hizo que la cadena comnzara a asfixiarla. Quería verla caer, quería verla desesperarse por oxigeno. ¡Todo esto era su culpa! Había hecho que lastimara a Charles, a su mejor amigo, a su amante. Era una maldita beta entrometida que siempre había estado buscando que Charles, que su al...

-No fue ella, Erik. Fuiste tu-apenas logró murmurar la voz adolorida de Charles. La intención no era culparle, pero sabía que era lo único que podía hacer para detenerle. Erik bajo la mano al instante y sus ojos estudiaron al telepata entre sus brazos, sintiendo de nuevo la angustia llenarle. Él le lastimo, no podía creerlo... nunca quiso hacerlo. No había sido su intención, pero el ingles le estaba culpando a él, estaba defendiendo a Moira. Sintió su corazón quebrarse un poco. ¿Por que él era el villano allí? Él solo quería cuidar a todos los mutantes, proteger a Charles. Lo sintió temblar entre sus brazos, y lo único que atinó a hacer es sujetar mejor su nuca y acariciar un poco su pecho. Quería calmarle, hacerle olvidar el dolor, pero no sabía como. 

-Enfrentarnos entre nosotros, eso es lo que quieren. Intente advertírtelo, Charles-susurró, pero no sabía si esta escuchandole, seguía temblando y su expresión de dolor no parecía apta para razonar palabras en ese momento. Igualmente siguió hablandole, por que quería hacerle entender, por que era Charles... no quería perderle, no por los estupidos humanos. Todas las fibras de su cuerpo estaban rogando por que le abrace con fuerza, pero sabía que esta herido, no debía hacerlo... igual no pudo acallar su necesidad-Te quiero a mi lado. Tu y yo, somos hermanos... amantes-murmuró por lo bajo, los ojos azules le miraron con más atención y él sintió su pecho acelerarse. Necesitaba que el telepata entendiera que no quería perderle, que lastimarlo nunca fue su intención-Tenemos que estar juntos, todos nosotros. Protegiéndonos-sonaba utópico, y era perfecto... lo que él desea, era lo que más quería. Quería poder estar con todos ellos y liderar esa nueva raza. Y Charles también lo deseaba con su alma, pero no así, no como Erik lo deseaba. Sabía que si no aceptaba no podría mantenerlo a su lado, pero tampoco podía venderse a si mismo. El omega no quería estar a su lado como su pareja, simplemente quería cumplir esa tonta venganza. Esa causa estaba mal-Deseamos lo mismo.-y no, sabía que no. Por que él quería a su omega, quería a su familia, que esten juntos y ser felices. Quería volver a su mansión y abrir su escuela y tener a Erik a su lado, ayudandole a educar a todos los mutantes. Y paz, quería paz, para ellos, para Erik, para los mutantes y los humanos. No quería iniciar una nueva guerra. Erik aun ni le reconocía, solo quería seguir con su causa, matando humanos. Simplemente no podía aceptarlo, por mucho que le doliera, a pesar de saber que iba a sufrir con todo esto. ¡No era lo que él deseaba! Él solo quería besarlo y acurrucarse entre sus brazos, por que se sentía jodidamente adolorido. No quería una güera, no quería pensar en nada, solo eliminar el dolor y tener a su omega consigo.

Era contradictorio, por que ambos querían estar juntos. Ambos querían ayudar a surgir a esa nueva raza, educarla, hacerles saber que eran especiales e importantes. Pero uno quería guerra y el otro no. 

-Amigo mio, lo lamento, pero no es verdad-dolió pronunciar las palabras, realmente le costo por que sabía que eso provocaría una despedida que no deseaba tener. Vio la expresión de Erik endurecerse, sin querer mostrar lo vulnerable que se sentía de pronto. Esas palabras le habían partido al medio, saber que no tendrá a Charles a su lado hace que de golpe todo su mundo tiemble. Pero intentó mantenerse fuerte, debía hacerlo. Lo había hecho antes. Estudió esos ojos enormes, que parecían los de un cachorro al estar vidriosos... el telepata estaba sudado, la piel pálida y los labios excesivamente rojos. No era la mejor imagen, pero quizás no volvieran a verse por un tiempo y quería grabarla en su mente. Notó los ojos azules estudiarle con la misma ansiedad, y eso le dolió más: saber que querían estar juntos, pero que sus causas les separaran. 

Finalmente Erik apartó la mirada, ya sin poder enfrentar esos ojos azules que parecían querer destruirle. Le hizo un gesto a la humana, quien rápidamente corrió hacía ellos y comenzó a disculparse con su maldita voz chillona. Prefirió ignorarla, quiso ignorar como Charles intentaba calmarla... no quería pensar en ellos dos juntos. Se levantó y caminó hacía los mutantes que se mantenían observando todo, expectantes. 

-Su sociedad no nos aceptara. Formemos la nuestra. Los humanos han hecho su jugada. Ahora preparemosnos para hacer la nuestra. ¿Quien esta conmigo?-todos se miraron, nadie parecía atreverse a tomar una decisión. Pero él no podía irse solo de allí, no podía perder. Miró a Raven, los ojos amarillos le estudiaron. Estiró la mano hacía ella, en una clara invitación-Basta de esconderse-la mutante por fin pareció despertar de un adormecimiento, comenzó a avanzar, pero en vez de ir hacía a Erik sus pasos se dirigierón hacía Charles. Lo escuchó quejarse y se inclinó a su lado, mirando atenta esa expresión de dolor.

El telepata había estado prestando atención a medias, tanto como podía, mientras ignoraba su dolor. Al ver a Raven a su lado se sintió un poco más tranquilo, aunque sabía que debía renunciar a ella también-Deberías ir con él. Es lo que quieres.-la chica estaba por negarse, por decir que nunca lo dejaría pero siente la presencia de Charles en su cabeza. “Necesito que vayas con él, Raven. Por favor. Necesito saber que alguien lo cuidara. Te ruego por favor, hermana, que lo traigas de nuevo a mi”. Y tal es la desesperación de sus pensamientos que Raven tuvo que contener un sollozo. Sabía que separarse de su omega iba a destrozarlo. No pudo más que aceptar, esperando que así su hermano se mantenga más calmado. No quiere siquiera imaginar como se sentíra Charles sin Erik, es tan obvio que lo ama profundamente... va a derrumbarse cuando no lo tenga a su lado. Cuando vea la habitación del polaco vacía, cuando no lo pueda sujetar entre sus brazos. La pelirroja tuvo que ser fuerte para no llorar.

-Me prometiste que jamas leerías mi mente-dijo, sin saber que más decir. “Prometiste que siempre estaríamos juntos”. Sabía que debía irse con Erik para que Charles estuviera tranquilo, pero realmente le costaba tanto separarse, aun más al saber que estaba herido. 

-Lo se. Prometí cosas que no pude cumplir-le respondió el telepata. Y no solo a ella, sino a si mismo, a Erik. “Por favor, Raven, se que estoy pidiendo demasiado pero...” “No quiero dejarte, me estas lastimando Charles”-Lo lamento-le miró con el ruego pintado en sus ojos y ella asintió sutilmente. Eso le hizo sentirse un poco más aliviado. Le beso la mano, y sintió el cálido beso en su frente. Esa era la despedida. 

-Cuídalo-le susurro la metamorfa a Moira, antes de levantarse. Vio la mano extendida de Erik y le odio y lo adoro a la par. Por que si, ella tenía los mimos ideales y quería pelear con ellos, estaba segura de que eso era lo correcto... pero no quería dejar a su hermano. Admiraba y odiaba la fortaleza de Erik, lo firme que era con su ideología, su determinación. Sin querer pensarlo demasiado se levanto y tomo su mano, poniéndose a su lado. Los mutantes de Shaw se acercaron a ellos. El magnetico acintió rápidamente y luego todos se dieron las manos, dispuestos a desaparecer. Raven miro a los que habían sido sus compañeros y sintió su pecho doler al saber que estaba dejando a Hank atrás-Bestia-le llamo, queriendo decirle que aun era hermoso así, que aun quería estar con él... que esperaba poder arreglar las cosas-Mutante y orgulloso-fue todo lo que pudo decir, queriendo animarle con ello.

Erik miro de reojo a Charles, sintiendo su corazón oprimirse. Pero él era un experto en ignorar sus sentimientos e instintos. Decidió dejar pasar ese retorcijo en el vientre que parecía quererlo mantener allí, que le quería obligar a ir al lado del alfa, sujetarlo en sus brazos, curarlo y quedarse a su lado. También ignoro el chispaso de culpa que le quedaba al dejarlo tirado allí, confiaba en que podrían arreglárselas... pero si él no se iba ahora no podría hacerlo nunca más. Aun sintiéndose una mierda, giró su cabeza y le hizo un gesto a Azazel. Segundos después los mutantes habían desaparecido, dejando detrás de ellos solo humo.

Charles jadeo, principalmente por la perdida de su pareja, el aroma le abandono muy de golpe, lo cual hizo que su corazón se estrujara. Los chicos se acercaron a él rápidamente, queriendo socorrerlo. Pero no había nada que ellos pudieran hacer, el dolor físico era agobiante, pero el dolor del alma era mil veces peor, y para ese no había cura. Erik se había ido, le había dejado. Su omega acaba de abandonarle, y aunque quisiera mantenerse positivo no podía. Quizás nunca volvería a verle, quizás nunca podría volver a besarle, quizás no podría escuchar de nuevo su voz, ni sentir su aroma, ni su calor, ni ver su sonrisa... dios. ¿Cómo iba a soportar tenerlo lejos si ya se sentía desesperado y acababa de irse?

Hank se había sentado a su lado, intentando levantarlo, pero se quejo de dolor. En su cabeza como un mantra se repetía una y otra vez que Erik le había dejado. No le importaba más nada, tanto su alma y su corazón se habían partido. Se sentía solo y pequeño e insignificante. Lo único que quería hacer era llorar. Estaba desesperado por la angustia, quería que Erik le abrazara, le consolara... pero se había ido. Le había abandonado, su omega lo dejo atrás.

-Moira, pide ayuda-la chica rápidamente se lenvanto, mirando aun preocupada al telepata antes de correr hacía el jet-Charles, mejor no te muevas...-aconsejo el científico y de pronto paso algo que nadie había esperado: Charles se recargo contra Hank, hundiendo su rostro en le pecho ajeno y comenzó a sollozar sin control. Su cuerpo se convulsiono, y la bestia apenas atino a acariciar su espalda, sin saber muy bien que hacer. 

-Se ha ido. Me dejo. Erik se ha ido, Erik se ha ido, Erik se ha ido-repetía una y otra vez, sin poder controlar en llanto, sin intentarlo siquiera. Ninguno supo que hacer, nunca habían visto al correcto profesor quebrarse de aquella manera, perder los estribos. Nunca imaginaron ver a ese fuerte alfa llorar de pena. El científico le acaricio el pelo, sin saber que más hacer. Sabía que perder a una pareja podía llegar a ser enloquecedor, se sentía como si se perdiera una parte de si mismo. No todos sobrevivían a eso. Le apreto un poco y lo sintió sollozar más fuerte, un grito desgarrador fue ahogado contra su pecho, mientras el cuerpo en sus brazos continuaba temblando, cada vez con más fuerza.


Charles Xavier nadaba en angustia, su alma se sentía absolutamente rota. Erik se había ido, le había dejado. No sabía si volvería a verle. Erik, su Erik... le había abandonado. ¿Que iba a ser de él sin su pareja? Sintio la tristeza arrastrarle más y más, las lagrimas no dejaron de caer, el dolor del cuerpo se mezclo con el de su alma volviéndose absolutamente insoportable. Sentía que le faltaba una parte, que su alma se había partido al medio y una mitad se había ido muy lejos. El llanto ya no parecía suficiente para expresar su pena. Su cerebro fue embargado por la absoluta desolación, jadeo con fuerza, lleno de dolor. Su mente realizo una descarga electrica, enviando dolor a cada celula de su cuerpo antes de sentir como la oscuridad le arrastraba. 

Hank le alzo con delicadeza, el telepata se había desmayado entre sus brazos. En parte era mejor, era mejor que estuviera inconsciente a que siguiera sufriendo desoladamente. Así, con un inconsciente Charles Xavier, esperaron que algún avión de la CIA viniera a buscarles. Bestia sabía que si no recibía atención media pronto, esa bala podría causar cosas muy graves.

Igual, también sabía, que no importaba cuantos daños reciba el cuerpo... había heridas en el alma que eran irreparables. Nada garantizaba que el hombre que sujetaba entre sus brazos, algún día volviera a ser el joven profesor optimista que ellos conocieron. Nada garantizaba que Charles Xavier, sin Erik, alguna vez volviera a ser el mismo.



Fin

Notas finales:

-sale con una armadura por que en el fondo sabe que quieren matarla- En fin, amor y paz gente. Amor y paz.

A mi defensa, el titulo y el resumen aclaran que esto es First Class, así que acaba como la peli xD Yo se que muchos no lo deseaban -3- a mi defensa (si, si, me re defiendo), tampoco es reee igual a la peli xD

Ahora, el "Fin" fue para agregarles drama y odio hacía a mi. Así de masoquista soy. Pero bueno, tengo una pregunta/duda/anuncio. Hay dos opciones a partir de aquí:

a) Hago un epilogo, que puede acabar feliz o triste de acuerdo a como me sienta ese día. Aun ni pensé como puede ser un epilogo que termine TODO así que veré de acuerdo a lo que vaya pensando. Esta opción debe ser votada por aquellos que ya se cansaron de leer y que quieren ver un final prontamente.

b) Puede haber una continuación, que ya esta pensada y de la que he escrito poco, muy poco, por que supongo que en realidad esto ya se ha vuelto muy largo y nadie va a querer leer la otra parte. Asi que ante esa idea preferí no seguir perdiendo tiempo escribiéndola, aunque si ya esta pensada. ¿Cual es el problema con la segunda parte? Que tendría un largo igual o quizás un poquito más a este fic, y soy una firme creyente de que ciertas cosas es mejor acabarlas antes de que se echen a perder. Creo que ya muchos dejaron de leer esto por lo extenso y la falta de interés, no me gustaría hacer una segunda parte y que nadie la lea, o que la odien. Yo misma dejo de leer mucas cosas cuando se vuelven demasiado largas y dramáticas, y no quiero que eso pase u3u

Tambien me tardaría con la segunda parte, por que como dije, escribí poco y ahora inicie mis practicas y andaré escribiendo más pausado. A menos que me agarre el ataque de inspi y logre escribir mucho, pero eso nunca se garantiza. 

Sea como sea, a esto le queda al menos un capitulo. Así que nos veremos la próxima :3 

P/D: se que mi Raven es muy OCC pero es que nunca pude aceptar que abandonara asi por asi a su hermano, me parece más lógico a mi manera ¬¬ Se que es mala, pero en ese momento no era taaan mala como para abandonar a Charles, a mis ojos, mi Raven. 

P/D2: Si estan muy depres este videito siempre me hace reir https://www.youtube.com/watch?v=KksgdLbSDbA Erik me resulta... no se, adorable xD

P/D3: Si alguien quiere decirme su comentario por face por que no tiene cuenta, mi face es https://www.facebook.com/PockysBeagle (?)

Ahora si, adios -huye-


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