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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! ¿Qué tal? Aquí tenemos el nuevo capitulo. Espero que les agrade :3 Al fin termine el diez, después de muuucho esfuerzo, y empece el once, que creo que me sera más fácil por que sale con fluidez :D

Muchas gracias a todos los que siguen la historia desde el principio, y se toman el tiempo de comentar. Tambien bienvenidos a los nuevos lectores :D Me encanta leer los rewies de cada uno de ustedes, me anima muchisimo a escribir. 

Espero les guste el cap, si es así comenten, y sino diganme sus opiniones, ideas, criticas y sugerencias. Enjoy!

TENSIÓN Y CALMA... Y TENSIÓN



Erik gimoteo removiéndose en la cama, sentía su cuerpo transpirado pegotearse con las sabanas. Las apartó, y se acostó boca arriba, apartando su cabello de la frente. Al sentarse bufo al sentir la fuerte humedad entre sus piernas, estaba empapado, y peor aun, la sabana tenía una mancha justo a la altura de su trasero, lo cual revelaba claramente su pecado. Tenía el pene jodidamente duro, pidiendo que le acariciara, cosa que no dudo en hacer. El efecto de la crema le había abandonado hacía rato, después de que se la aplico por segunda vez notó que ya no era tan efectiva, y empezaba a frustrarse. Aun le quedaba parte de la tarde y toda la noche hasta que Hank accediera a darle unos inhibidores, y no que los inhibidores fueran a ayudar mucho, salo limitarían un poco su aroma, y harían que deje de desear desesperadamente un pene clavado en lo hondo del trasero. 

Oh, cuanto le gustaría... Erik ni lo pensó cuando se acomodo en la cama boca abajo, coloco una almohada bajo su cadera, y acerco sus dedos a su entrada. Estaba lubricada y lista para follar, pero claro, su cuerpo no disfrutaba de ese tipo de placeres. Hacía años que no follaba con nadie, al menos no como pasivo, y solo muy de vez en cuando se dejaba a si mismo disfrutar de meterse sus dedos. Normalmente con los supresores no lo necesitaba, pero sabía que si ahora no se calmaba un poco a si mismo se iba a desesperar de necesidad. Sin demasiado drama se enterró dos dedos en el trasero gimiendo de gusto, buscando llegar bien profundo. Su interior estaba apretado, y se forzaba un poco a recibirlos, palpitando furioso para adaptarse a ese intruso. Suspiraba de alivio al tener algo dentro, finalmente... acaricio un poco su próstata, pero sollozo, pensando que si fuera un pene le tocaría mucho mejor. Sus dedos no se quedaron quietos, los movía con ganas, aunque sabía que no le calmarían demasiado... sino fuera tan orgulloso agarraría lo primero que viera con forma falica y se lo dejaría allí hasta el día siguiente. 

Se arqueó de gusto, mientras con su otra mano intentaba mantener un ritmo sobre su pene. Su cuerpo temblaba ligeramente, su pene había comenzado a palpitar y liberaba precum. Estaba tan húmedo por todas partes, tan excitado, tan pecaminoso... Empezó a gemir bajo, ya no podía contenerse, se sentía tan bien. Tan delicioso... agrego otro dedo, soltando un jadeo ronco, quedándose quieto un instante, disfrutando de su cuerpo expandirse. Pero no pudo aguantar mucho, estaba inquiero, se movía ansioso. Odiaba no tener más manos, odiaba no poder tener un alfa que... se quedo estático, miro fijamente la pared enfrente suyo, y se sintió un idiota, tirado allí, desesperado, manoseándose como un omega necesitado. Él no era así, él mantenía el honor ante todo. Él no era una maldita zorra necesitada. Sintió decepción de si mismo, se odio al pensar que Shaw había tenido razón después de todo: él era una zorra necesitada. Incluso el día anterior se había aprovechado de que Charles... oh dios, era un maldito necesitado. ¿Cómo carajos iba a animarse a ver a su amigo de nuevo? Con desgano saco los dedos de su interior, estaban completamente empapados, pero prefirió ignorar ese hecho. Ni bien recordó los insultos de su pareja, lo humillado que se había sentido en cada celo, sintió su pene perder algo de firmeza. Junto energía para levantare y se dirigió al baño para darse una ducha helada que le refrescara un poco. Tenía que aguantar solo unos días, era poco, necesitaba fuerza y voluntad para no empezar a comportarse como un vicioso de nuevo. 

**

Charles se había colado en la habitación de Sean que estaba a un lado de la de Erik, se había apoyado en la pared más cercana a la cama de Erik, y ni bien cerro los ojos su mente se había llenado de los pensamientos del polaco. Podía sentir la necesidad del polaco, como sentía su piel arder, como incluso el suave contacto de las sabanas le enloquecía. Se había desabrochado el pantalón ansioso, hace rato que había sentido a Erik despertar y su cabeza se había llenado de calor. Sabía que debía mantener sus pensamientos alejados del hombre, para no desearle más, para no ansiar tomarle al sentir su necesidad; pero estaba preocupado por él, y su mente buscaba ansiosa la de Erik para asegurarse de que estaba bien. No podía acercarse como la vez anterior, durante casi una noche entera sintió los pensamientos erráticos de Erik sobre lo mal que se sentía, lo mucho que se odiaba, lo zorra que se sentía, la duda sobre como haría para enfrentar a Charles después de lo que paso. El telepata decidió actuar de la única forma que sabía, y se contuvo. Prefirió actuar alrededor de Erik, como si nada pasara, como si fueran simples amigos. A pesar de que le gustaría repetir, y mejorar lo que paso... no tenía caso. Tenía que actuar como un amigo, darle su espacio y su tiempo.

Pero no podía evitar preocuparse, y buscarle mentalmente. Claro, su mente ni bien se encontró con la ajena, pudo sentir el hambre de su omega, y él quería responder como su alfa. Era tortuoso saber que Erik se estaba volviendo loco de necesidad, deseando tanto que le atendieran, y no poder hacer nada. Había intentando resistirse al inicio, pero cuando descubrió que Erik se estaba tocando así mismo no pudo aguantarlo más.

Y así, el correcto Charles Xavier había terminado en un rincón de una habitación, sentado en el piso, con los pantalones abajo, y la mano meneándose ansiosa sobre su pene, intentando darle liberación. Había cerrado los ojos, y mientras se acariciaba se dejaba llevar por lo que Erik proyectaba. Gimió de gusto al sentir que el omega se metía los dedos en la entrada, podía sentir lo húmedo que estaba, su cálido interior, lo bien que lo pasaba con los dedos bien a dentro, abriéndole tanto como se podía. Notaba que deseaba más, que quería algo más duro, más grande... y Charles gimió, pensando para si mismo que él podía dárselo, si... el podía hundirse en él y darle alivio. Si tan solo Erik le dejara, si tan solo pudiera penetrarle, y calmarlos a ambos. Se imaginaba lo bien que estaría metiéndose dentro suyo, lo delicioso que sería presionarse contra esa entrada, sentirla ceder de a poco, y luego clavarse en su recto por completo. 

Sentía su virilidad palpitar, su placer se había mezclado con lo que proyectaba el mayor, y cada vez le costaba más contenerse. Su cuerpo quería responder a ese llamado animal, a que sus cuerpos se entregaran al instinto. Intento concentrarse más, con un poco más podría eyacular y calmarse un poco. Ahora entendía lo feo que era estar en celo, estaba tan desesperado por acción, por... por lo que sea. Gimoteo de gusto al poder imaginar como Erik movía los dedos para darse en su próstata, apretó su pene y acaricio sus testículos, se sentía al borde del orgasmo, solo un poco más. Escucho el gemido a través de las paredes cuando otro dedo paso a inundar esa cavidad, y apretó la base de su pene, mordiéndose los labios para no gemir. Su mano volvió a moverse acelerada al notar que Erik volvía a masturbarse, los dos estaban tan próximos a un deliciosos orgasmo. Y él quería que se vinieran al mismo tiempo... 


No, no, no, no... mierda... No, Erik no te descon...¡¡JODER!!

Charles bufo, se irguió un poco, y golpeo su nuca contra la pared. Erik había tenido ese ataque de no querer ser omega y había frenado todo. Ahora los pensamientos eran caóticos, entristecidos, de decepción. Su pene de a poco se fue deshinchando, a pesar de que Charles seguía tocándose. Ya no podía sentir nada del placer ajeno, solo la frustración que empezó a embriagarle así mismo, y de a poco fue deteniendo el movimiento, antes de dejar la mano estática. Ya no tenía caso seguir tocándose, a pesar de que le dolían los huevos y estaba frustrado. 

Sus ojos se abrieron con algo de enojo, estaba seriamente frustrado. No podía creer tener esa mala suerte... Erik le estaba haciendo ir de calenton a calenton sin encontrar un alivio adecuado, sentía que en cualquier momento ya no iba a poder aguantar más y explotaría. El problema en si no era ese, sino que él sabía que tenía que tener paciencia, pero si continuaba así dudaba que le durara mucho. No quería terminar haciendo una locura como saltarle encima, confesarle todo y recibir un golpe en respuesta.

Xavier se levanto del piso, suspirando, subió sus pantalones y ordeno su ropa. Intentaba ser el caballero de siempre, aunque se sentía un maldito maniático abusador. Erik le hacía sentir culpable, por no poder contenerse, por no ser lo suficientemente fuerte. 

Salio del cuarto de Sean procurando no ser visto, camino por el pasillo, y cuando estaba por llegar a las escaleras se encontró con Moira que salía de su habitación con un bolso en la mano. La chica sonrió al verle y se acerco. Moira era una mujer tan fuerte e inteligente, y era atractiva, Charles pensó en alejarse al saber lo que la chica pretendía, pero se quedo ahí, sonriendole en respuesta.

-Hola Charles, estaba por ir a buscarte, en un rato me iré a la ciudad para ir a la agencia, tengo que averiguar unas cosas. Al parecer hay nuevos datos sobre Shaw, creo que podrían ayudarnos a actuar antes de que sea demasiado tarde. Preferiríamos detenerlos antes de que los barcos empiecen a navegar hacía cuba-dijo sería, sus ojos castaños mostraban preocupación.

-Entiendo Moira, ni bien sepas algo o necesites ayuda, comunícate conmigo. Estaremos preparados para cualquier urgencia-le aseguro Charles. Ella le sonrió y ambos se quedaron un momento mirándose, con una ligera sonrisa, sin decir nada en particular. Finalmente la chica se inclino y rozó sus labios con los ajenos.

-Voy a extrañarte-le susurró, y Charles le miro atentamente, antes de profundizar el beso. Él seguía ansioso, y Moira estaba dispuesta. La chica luego se iría y el no tendría posibilidad de alivio. Estaba siendo egoísta, y se odiaba por eso, pero era su única oportunidad para calmarse y no hacer una tontería. Sabía que si salían algún lado, él en vez de ir a coquetear como siempre lo hacía, preferiría quedarse cerca de Erik, así que un nuevo ligue no estaba en sus planes futuros-Oh, Charles...-suspiro ella contra sus labios, y se abrazo a su cuello.

-Podemos despedirnos apropiadamente, Darling-dijo él, con su típico tono coqueto, y ella le sonrió ilusionada en respuesta. No tardaron en caminar entre besos al cuarto de Moira, y ni siquiera habían entrado cuando ya estaban desacomodándose la ropa. 

Alivio, solo un poco de alivio...

**

Dos días habían pasado volando, dos días donde Erik no había dejado la habitación y toda la mansión tenía un aroma insoportable. Al menos si eras un alfa. Hank le había recomendado que pasara otro día sin inhibidores, ya que aun estaba muy hormonado, y el polaco había preferido quedarse en su cuarto. Sobre todo por que había visto los ojos oscuros de Hank mientras le revisaba. No era que no confiara en el mutante, pero sabía que cualquier alfa era peligroso en su estado. Charles le había invitado a jugar al ajedrez para distraerle, pero él declino, suponiendo que en realidad iba a ser muy incomodo, aún más después de lo que paso entre ellos... hubiera preferido que Charles no se acercara. El telepata se sintió un poco aliviado, le invito para relajarle, pero no sabía si podría concentrarse. 

Durante la tarde del segundo día sin supresores, se sentía derretido. Durante varios momentos pensó en salir, simplemente salir y dejar que alguien le follara. Quien sea... seguramente alguno de los alfas de allí lo haría. Quizás Charles... no, Charles no, Charles era demasiado correcto, ni siquiera lo intento cuando estaban solos. Por suerte tomar un baño le abrió la cabeza, y le hizo darse cuenta que estaba pensando tonterías. Termino tirado en la cama, masturbándose, odiándose por ser una zorra.

Fue recién al tercer día de que esa locura inicio cuando Hank accedió a darle inhibidores, aunque Erik sospechaba que se los dio por que ya estaba cansado del aroma. La pastilla en cuestión tardo en hacer efecto, así que Erik salio de su habitación recién al mediodía, cuando estaba seguro de que ya no lubricaba, y que no apestaba a perra en celo. Se puso su típico perfume, que tapaba bastante su aroma natural, y decidió ir a buscar algo de comer. Por más que le hubieran llevado comida, se negó a sentirse vulnerable, y no comió un carajo... y ahora claro, moría de hambre.

La cocina estaba desértica, cosa que agradeció. A pesar de que había estado muy solo, aun necesitaba tranquilidad. Siempre había preferido la soledad, y estando en esa mansión era bastante difícil. Comió relajado, suponía que los chicos debían estar a fuera entrenado, y se planteo a ir a verlos en un momento. Solía ayudar durante los entrenamientos, él era la voz de la valentía, quien empujaba a Shaw, desafiaba a Raven o discutía con Hank para sacar su lado rudo. No era indispensable, Charles era el profesor, pero a veces le ayudaba pensar que era parte de ese equipo que descubriría y liberaría la nueva raza mutante.

Estaba por levantarse a lavar lo que uso, cuando unos gritos le hicieron ponerse alerta. Todos los chicos estaban gritando, pudo escuchar a Hank gritándole a Raven que se corriera, incluso escucho la voz de Charles gritando que intentaran mantener la calma. Inmediatamente pensó lo peor: Shaw había venido a atacar, a intentar hacerlos enemigos o aliados. Sabía que el hombre era un cabrón, se imaginaba que había traído su séquito de seguidores y que debían estar atacando sin culpa. El alemán era un perturbado, amaba hacer sufrir a las personas, no respetaba la dignidad. Erik sintió su corazón bombear con fuerza, no podía creer que les estuvieran atacando. Todo el metal en la cocina levito durante un momento, mientras él soltaba todo y salía disparado hacía el exterior. No se inmuto por que un par de cuchillos le siguieran volando detrás suyo, lo mejor era estar preparado para lo que sea. 

Abrió la puerta que conducía al exterior, sintiendo la sangre acumularse en los oídos... creía ver en rojo. Sentía el gusto de la ira en su boca, el anhelo de venganza, iba a atacar a quien fuera que se interpusiera en su camino. La puerta detrás suyo se azoto con fuerza, mientras el corría para alcanzar a los suyos, tenía que salvarlos de....

Se quedo estático, los cuchillos detrás suyo cayeron inanimados, mientras el polaco se había detenido, inmóvil mirando la escena frente a sus ojos. Todos estaban empapados de agua, Sean volaba y al emitir sus hondas procuraba que golpearan en el agua de la enorme fuerte de la mansión. El agua creaba ondas que intentaban abarcarlo todo, salpicando a todos los presentes. Raven le gritaba que dejara de hacerlo, que era fastidioso, mientras intentaba secarse el cabello, en vano por que otra oleada de agua volvía a empaparla. Al parecer era la novena consecutiva... y claro, Alex estaba involucrado empujando, a los que alcanzaba, al lodo que se había formado. Cuando la metamorfa callo al barro, perdió su figura durante un instante, volviéndose azul solo un momento insultando a Alex e intentando empujarlo antes de recuperar su figura normal que estaba cubierta de barro.

Hank estaba ocupado renegando consigo mismo, intentando desatorar su pie de un pantano de barro que los chicos habían creado entre la energía de Alex y el agua que Sean salpico. Realmente era un poso de puro barro, donde el chico había atorado su pie mientras corría... quizás si tuviera su pie libre podría sacarlo con facilidad, pero con las zapatillas era difícil liberar a la bestia.

Cuando sintió otro grito volvió a mirar a Raven que se había transformado en un enorme sujeto, y empujaba a Alex intentando enterrarlo en el barro. Al parecer eso era la tercera vez que pasaba, ya que Charles venía corriendo, quejándose de que dejaran de hacer eso, que estaba harto de separarlos. Al parecer Charles se había salvado de terminar en el barro, aunque si estaba muy mojado. Lo vio llevar su mano a su frente para hacer que Alex y Raven se separaran, aparentemente se negaba a tocar a los luchadores de lodo. Estaba mojado pero era el único impecable.

Erik parpadeo, sintiéndose un idiota al pensar que habían estado en peligro. Les siguió mirando un momento, antes de alzar la voz por encima del bullicio-¡¿Que carajos esta pasando aquí?!-todos se giraron a mirarle y se quedaron estáticos. Parecían un montón de niños capturados infraganti por un padre castigador. Erik de pronto se sintió divertido por todas las miradas que le observaban nerviosos-Parecen unos niños, joder... ¡¿no deberían estar entrenando?!-Raven había vuelto a su forma habitual, y Sean había aterrizado. Charles se veía avergonzado de no poder controlar a los chicos. El magnético le miro malicioso, antes de mover rápidamente la mano. Charles sintió como la hebilla de su pantalón le empujaba con una fuerza descomunal, y termino cayendo de culo al piso, llenándose de lodo. 

Los ojos acusadores del telepata miraron a Erik fijamente, antes de que esos rojos labios dibujaran una encantadora sonrisa y soltara una carcajada que fue secundada por Erik, y que luego todos terminaron uniéndose. Charles ni lo pensó cuando enterró la mano en el lodo, y haciendo una bola se la arrojo al mayor. Escucho el jadeo de Erik cuando la bomba estallo en su rostro, llenando su cara de barro. El mayor se limpio con asco la boca y el rostro, y al segundo siguiente Charles había sentido su hebilla de nuevo empujarle y estaba girando en el lodo.

La guerra volvió a tomar su curso, hasta que todos terminaron como victimas del “ataque”. 

**

-Agsh, no puedo creer que me hayas tirado barro en la cara... aun me escuecen los ojos-protesto Erik, mientras apoyaba el tablero en el pasto, debajo de un árbol que daba una sombra perfecta. Charles soltó solo una risa y le miro recriminatorio-Te recuerdo que fuiste tu quien me enterró en el barro y luego me hizo girar. Me saque barro de lugares donde nunca creí tener barro-contesto el telepata, sentándose igual, y sacando la cajita con las fichas.

Ahora estaban presentables, luego de una larga ducha todos los habitantes de la mansión habían pasado a ser los de siempre. Erik y Charles habían programado jugar un ajedrez durante la tarde, ya que el día estaba muy lindo para estar sentados a fuera.

-Fui yo quien salio preocupado y los vio batallando en medio de una guerra épica de lodo-Erik rodó los ojos, mientras entre ambos acomodaban las fichas. La partida la inicio Charles, quien había pedido las fichas blancas. Charles estaba relajado, feliz de al fin poder volver a estar cómodamente con su omega. Y al parecer Erik parecía estar de un esplendido humor, así que mejor aún. El único detalle es que el magnético seguía oliendo deliciosamente violable, pero ahora era mucho más resistible que antes. Aunque quizás no lo suficiente para concentrarse en una partida de ajedrez. Cada tanto Charles se colgaba mirándole, apreciando la sonrisa de triunfo que dibujaba al eliminar alguna de sus fichas, y como fruncía ligeramente el ceño en rictus de pensamiento.

El mayor estaba muy concentrado en el juego, y Charles ciertamente estaba más concentrado en mirarle. No era de asombrarse que estuviera jugando algo mal, pero sinceramente no le importaba. Prefería seguir perdiendo, mientras Erik sonriera así.

Finalmente noto que estaba muy distraído cuando el largo dedo de Erik le daba un golpe a su rey para tirarlo-Jaque mate-susurró el polaco, y le miro alzando la ceja. Charles parpadeo, miro el tablero, sus fichas y las ajenas y solo pudo respirar.

-Felicitaciones mi amigo, me has derrotado-Charles se le quedo mirando, y miro luego el cielo. El día apenas empezaba a atardecer, y se veía hermoso. Se giro para sonreirle a Erik-¿Una revancha?

-Solo si esta vez te esfuerzas-Erik le sonrió, y ambos volvieron a acomodar las piezas.

**

Finalmente la partida se alargo más de lo esperado, por lo cual tuvieron que mudarse a la biblioteca. A dentro el aroma de Erik se concentraba más, así que a Charles no le sorprendió de nuevo estar perdiendo la partida. Fue como un dejavu ver a su rey caer y Erik pronunciando las mismas palabras. Terminaron acomodando las fichas para una nueva partida, y Charles estuvo a punto de servir vino cuando la voz de Raven les llamo para cenar. Erik sonrió, y movió una primera ficha, ya que esta vez el tenía las blancas.

-Dejemoslo en suspenso para después de la cena, tendrás toda la comida para pensar que hacer-Charles miro atento al caballito que había saltado por encima del peón y era el único desacomodado en el tablero recién iniciado. Le sonrió a su compañero y ambos bajaron a cenar.

Luego de una amena cena, donde todos parecía discutir quien era el ganador de la guerra de lodo, volvieron a la biblioteca, y ahora si Charles sirvió las copas de vino, para iniciar ese juego que era casi un ritual entre ambos. Y esta vez el telepata intento concentrarse, pero entre el vino, Erik que olía delicioso y la suave música clásica que sonaba por lo bajo, lo que menos podía hacer era concentrarse en el partido. Sus ojos se perdían en delinear el rostro de Erik, bajo la hermosa música de Vivaldi. Su omega era sumamente hermoso, olía sumamente rico... y cada vez las ganas de besarle aumentaban más y más. Aunque sea solo un beso, no pedía tanto... 

-Vamos Charles, es el tercer partido que te gano, empiezo a creer que ni siquiera lo estas intentando-el polaco le miro con la ceja alzada, y Charles finalmente quito sus ojos de su rey, que había caído bajo el embiste del alfil de Erik. Sabía que estaba siendo un pésimo compañero, equivocándose en jugadas obvias, sin presentar un verdadero desafió. 

-Entiende, mi amigo, que es muy difícil concentrarse en estas circunstancias-se atrevió a decir el menor, después de todo, a pesar de que intentaba mantener la mente en el juego, lo que realmente quería era algo totalmente distinto. No estaba seguro de decir aquello, no estaba seguro de hacer lo que estaba por hacer... Erik seguramente iba a enojarse y terminaría reventándole el rostro de un golpe. Pero tenía que ver que pasaba, estar en la incertidumbre no era algo que le agradara demasiado. Las ansias comenzaban a consumirle, sus ojos iban de los ojos ajenos, a sus labios, que se veían tan hermosos, aun más cuando hacía una de esas sonrisas tan encantadoras. 

-¿En estas circunstancias?-Erik frunció el ceño, mirándole atento. Charles se había levantado, sirviéndose una nueva copa de vino, y dándole un corto sorbo. El menor estaba mirando atentamente la chimenea, no podía evitar estar nervioso. Con cualquier otra persona podría coquetear como si nada, pero con Erik todo era distinto, sentía que era la única persona que realmente podría rechazarle, y al único que no quería perder. Su corazón latía con fuerza en su pecho, e incluso sentía sus mejillas arder. Cerro los ojos respirando profundamente, pensando que había que arriesgarse para perder o ganar. 

-Tu aroma, mi amigo... me esta matando...-Su voz sonó sincera, sería, sin mala intención. Ni bien las palabras abandonaron su boca, sintió que sus mejillas quemaban aún más. Charles sintió la tensión en el cuerpo ajeno, pero no se amedrento, se acerco hasta quedar frente suyo y le miro atento. Le miro de frente, los ojos estaban clavados en los suyos, y ligeramente entrecerrados, como si no le gustara lo que estaba pasando. El telepata prefirió ignorar eso, decidió tomar todo su valor. El aroma de Erik le había embriagado y le estaba llamando, eso bastaba para arriesgarse a la nada misma-Intento resistirme... pero solo quiero...-sin más Charles se inclino, aun con la copa de vino en la mano. Miro fijamente sus ojos, y luego miro su boca. Respiro hondo y unió sus labios a los ajenos, muy suavemente. No podía creer que lo estaba haciendo, estaba besando a Erik. Finalmente... lo hacía tan suave como podía, para no alterarlo. Sus rojos labios acariciaban la delgada boca ajena con una devoción absoluta... había imaginado tantas veces como sería estar así. Sentía su aroma bien de cerca, sentía su calidez, la rugosidad de la creciente barba, el sabor a alcohol de sus labios; era simplemente perfecto, a pesar de que los labios debajo de los suyos estaban estáticos. Con algo de de inquietud se separo lentamente. Abrió sus ojos con lentitud para descubrir que el polaco tenía los suyos cerrados y la boca entreabierta. ¿Acaso eso era una invitación? Charles miro con intensidad el rostro ajeno, tan hermoso y perfecto... volvió a acercarse a su boca, capturando el labio inferior de Erik entre los suyos y repartiendole castos besos. Sintió a Erik suspirar, y su corazón se acelero más de pura dicha. Erik había entreabierto apena los labios, y el se atrevió a sacar un poco su lengua, apenas para rozarla contra la cavidad ajena. El magnético sabía delicioso, su boca era cálida y sus labios suaves. 

La mano de Erik se apoyo en su pecho, y Charles pudo imaginar que Erik debía sentir lo rápido que estaba latiendo su corazón. Se estaba emocionando, por que finalmente estaba con su omega. Al fin... la mano en su pecho empezó a hacer presión, y aunque no quiso, Charles se vio obligado a apartarse de los labios ajenos. De pronto tenía un nudo en la garganta, que se asentó al abrir los ojos y ver a Erik con el ceño fruncido. El judío abrió sus ojos celestes, y Charles pudo sentir que esa mirada era un disparo directo a su pecho-No vuelvas a acercarte a mi, Charles.-su voz sonaba ronca, tensa, con algo de odio. 

Charles de pronto sintió que la sangre abandonaba su rostro y su corazón se detuvo por un minuto. Dio un paso atrás, cosa que Erik aprovecho para levantarse y comenzar a caminar hacía la salida. El telepata no sabía que hacer, estaba paralizado, solo podía ver el espacio vació que antes había ocupado su omega, donde antes le había besado. Estaba incrédulo, pasmado. Reacciono recién cuando sintió el ruido del picaporte-Espera, Erik, espera-su voz era de angustia pura, se apresuro hacía la puerta, pero apenas y pudo ver una mirada de traición por parte del hombre, antes de que la puerta se cerrara separándoles-¡Erik!-intento abrir la puerta, necesitaba alcanzarle, pero el mutante había cerrado la cerradura con sus poderes, y era imposible abrirla. Forcejeo contra la puerta, intento empujarla, quería abrir, necesitaba salir. Empezó a golpear la puerta con fuerza, a patearla, mientras llamaba a su compañero con un poco de desesperación-Erik, Erik... joder ¡Erik! ¡¡Por favor!! ¡Déjame explicarte! ¡¡ERIK!!-pateo con furia la madera, descargando su bronca.

Se freno de golpe y respiro hondo intentando calmarse, antes de volver a sentir la impotencia llenarle. Se volvió a arrojar sobre la puerta, empezando a golpearla con bronca. Le pegaba con sus puños, y la pateaba... en algún momento comenzó a sentir sus lagrimas deslizarse por sus mejillas. Eso le hizo detenerse, limpio su rostro, e intento calmar el temblor de su boca. Sentía la angustia llenarle ante el rechazo, sus manos temblaban, tenía un fuerte nudo atorado en la garganta, los ojos le ardían... era tanto el dolor en su pecho. Se apoyo en la pared, cerrando los ojos con pena, y se fue dejando caer lentamente, al llegar al piso abrazo sus rodillas y sintió de nuevo las lagrimas caer. 

No podía creer que Erik le hubiera rechazado, se había arriesgado y ahora el mayor le miraba con odio. ¿Por que no le reconocía? No entendía, primero pensó que eran las hormonas que anulaban sus sentidos, pero ¿acaso no habían abandonado su cuerpo aun? Se tironeo el pelo, sin poder calmar su temblor. Sentía que su corazón se había partido al medio ante esa mirada de odio. La angustia le había llenado por completo, se sentía desolado. ¿Que estaba haciendo mal? ¿Por que no le reconocía? ¿Por qué? -¿Por que mierda no me reconoces, Erik?-le pregunto lleno de angustia, a una habitación vacía. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado :D Dejamos las cosas un poco tensas u.u Pero bueno, de a poco iremos avanzando y acercándonos a la Tarde de Cuba :D / D: Cosa que aun no decido como sera jajaja Creo que no lo hare hasta ultimo minuto. 

Espero el capitulo se merezca un comentario, critica, sugerencias, algo :D

De momento les dejo un adelanto: 

-Charles... Charles...-la chica jadeo y se aparto, intentando limpiar las lagrimas que no dejaban de caer-¡Alex no supo controlarse! No apunto bien... y le dio ¡¡Le dio!! No reacciona, por dios, no reacciona...-la chica volvió a mirarle y noto lo pálido que se había puesto, y como su mirada se veía vacía.


¿Les deje picando? ¿Quien esta herido? :O Ya me diran. Besos suerte.


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