Un viento frío, un suspiro. Cerró sus ojos por un segundo solo para poder acomodar su chaqueta alrededor del cuello. Cuando abrió sus ojos, el autobus estaba ahí. Se puso de pie rápido y se movió dentro de la masa de gente que se amontaba fuera del bus. Se sacó una correa de la mochila, y entonces entró al bus y buscó por un asiento. Pero a esa hora, ni si quiera podía tener la esperanza de encontrar uno.
-¡Oh! ¡Milagro! – exclamó, sus ojos cayendo en un buen asiento con una apariencia cómoda.
Se acercó rápidamente, temiendo que alguien más pudiera tomar el lugar en frente de sus ojos. Una vez que estuvo listo para sentarse, con una sonrisa enorme cruzando sus labios, notó a una anciana que caminaba hacia él, mirando hacia derecha e izquierda para encontrar un asiento también.
Donghae ni si quiera lo pensó. Se alejó y le mostró el asiento que él había querido ocupar a la señora con una sonrisa educada. La anciana le agradeció y por fin pudo descansar sus piernas cansadas. Donghae entonces se agarró a la barra de metal que estaba conectada con el techo, para no caer. Tan mal, esa mañana tampoco podría sentarse. Al menos había hecho su buena acción del día, y solo eso lo llenaba con una alegría placentera.
Llegó a la escuela cerca de una media hora más tarde. Pronto encontró a Siwon sentado en el patio con Hangeng. Platicaron juntos hasta que Sungmin y Ryeowook llegaron. Cuando el timbre sonó, se fueron a clases. Ya habían pasado diez minutos de clases cuando Kyuhyun llegó al salón, creando un gran desorden.
Finalmente fueron a comer durante el recreo de colación. El almuerzo transcurrió entre risas, bromas amables y cosas sin sentido. Todo iba de lo mejor, todo estaba bien; perfectamente. ¿Quizás demasiado? Era una pregunta en la que pensó Donghae mientras miraba a Ryeowook reírse tanto que tuvo que apretarse el estómago con sus manos. ¿Era normal que la vida pareciera tan hermosa? ¿Era normal sentirse tan feliz? ¿Al final no era molesto? ¿No terminaría siendo aburrido?
No. Sincera y perfectamente franco, Donghae no podía encontrarlo aburrido. Era feliz, realmente feliz. No pedía nada más en su vida. Así que terminó su comida en una alegría tan estimulante como con la que empezó.
Pero más tarde, cuando todas las clases terminaron, un pensamiento lo golpeó. Sí, era feliz y eso no lo aburría. Pero aún podía encontrar más cosas. Podía traer aún más cosas a su vida: nuevas experiencias. Y eso, solo Eunhyuk podía dárselo.
Su corazón se sacudió pensando en el chico y su sonrisa se ensanchó. La conversación que habían tenido el día anterior no dejaba de rondar su mente. Y después de algunos profundos pensamientos, que duraron casi la noche entera, se convenció a sí mismo que Eunhyuk tenía razón.
Se despidió de sus amigos y corrió hacia la biblioteca con una mente ligera. Nada podía hacerlo perder su sonrisa. Estaba tan feliz. Nada. Excepto… Que cuando llegó a la mesa donde él y Eunhyuk se veían cada noche, se dio cuenta de que el otro no estaba ahí. Donghae sintió como si alguien acabara de darle una cachetada. Sinceramente, no se lo esperaba. Eunhyuk siempre había estado ahí hasta ahora, dormido o no. El atardecer lo iluminaba y extendía una clara y cálida luz sobre su figura esbelta. Aunque el cielo estuviera cubierto de nubes, Donghae siempre tenía la impresión de ver algo de luz flotar alrededor de él. Después su brillante cabello castaño claro que siempre cubría un poco sus ojos y que acariciaba amablemente su cuello. Sí, Donghae siempre tenía que tratar con una vista así de maravillosa cada vez que llegaba a esa mesa. Pero no esa noche. Y lo extrañó terriblemente.
Triste y desilusionado, igual caminó hacia la mesa vacía. La tocó ligeramente con sus dedos como un objeto al que no puedes dañar. Y no quiso irse de inmediato – quizás Eunhyuk llegaba más tarde- puso una silla para sentarse, pero algo lo detuvo en ese preciso momento. Vio una pieza de papel descansando en la silla. Intrigado, la tomó y la desdobló para ver algunos números aparecer.
-¡Es la letra de Eunhyuk!- exclamó, dándose cuenta de la similitud con la que había visto antes.- Números… ¿Quizás es su número de teléfono?
Su corazón inmediatamente hizo click. ¿Eunhyuk no había podido ir pero había dejado su número? Sí, definitivamente era eso. Colocó el papel en su bolsillo y dejó la biblioteca con una sonrisa. Durante todo el camino a casa, en el bus tan lleno como en la mañana, tocó el papel arrugado perdido en el bolsillo de su chaqueta con una mano tímida.
***
-¡La cena!
La puerta de su habitación se abrió abruptamente en ese momento y Sulli entró, gritando:
-¡La cena!
-¡Sí, ya te escuché!- gruñó Donghae colocando rápidamente una mano en su bolsillo.
-¿Qué es eso?- Sulli, que no se perdía de nada, preguntó, curiosa.
-Nada- respondió su hermano, levantándose de su cama.
-¡Oh, dime! ¿Qué estás escondiendo?
Se ganó a un lado y dirigió una mano al bolsillo del pantalón del chico. Donghae agarró su muñeca, echándola hacia atrás. Entonces le sonrió.
-No es para tu edad- respondió simplemente mientras trataba de sacarla de su habitación.
-¡Eh, no juegues conmigo! ¡Tengo quince!- se quejó la chica con un mohín que no hizo que el chico perdiera.
-Exactamente, solo tienes quince
-¡Oh, por favor! ¿Qué es? ¿Es un condón?
Donghae de inmediato se volvió tan rojo como un tomate y Sulli lo notó. Abrió su boca en una casi perfecta ‘O’.
-¡Oppa!- gritó ofendida con ojos grandes.- No me dijiste que y-
-¡Silencio!- Donghae la calló colocando una mano sobre su boca.- Primero, no es un condón. Y segundo, no veo por qué debería hablar de esas cosas contigo
-¡Pero soy tu hermana!
-Ese es el motivo principal…
Donghae pasó de la chica y se apresuró en bajar las escaleras con una sonrisa.
-¡Por favor Donghae! ¡No eres divertido!- Sulli siguió quejándose mientras lo seguía.
Pero su hermano mayor no pretendía decir nada. La cena transcurrió bajo la mirada sospechosa de Sulli hacia Donghae, las sonrisas del chico, y la sorpresa de ambos padres.
-Corazón, ¿Podrías limpiar el lavavajillas por favor? ¡Tengo toneladas de trabajo para mañana!
-¡Oye! ¿Por qué yo?- gritó la chica.
-¡Porque eres una chica hermosa y con mucha energía!
-No veo la relación papá…
-Solo limpia el lavavajillas- dijo Donghae.- Así te reflejas en tu estupidez
-¿Cuál?- Sulli reaccionó de inmediato.- ¡No soy yo la que esconde un condón en mi bolsillo!
Las mejillas de Donghae se amorataron en frente de la escena idéntica a la de antes. Pero esta vez estaba el doble de avergonzado. La mirada que sus padres le enviaron lo hizo estar en apuros.
-Pero yo no ten-
-Donghae- lo interrumpió su madre. -¿Tienes… tienes novia?
-Mamá, no t-
-Déjalo ser- dijo su padre con una sonrisa. - ¡Este tipo de cosas son completamente normales a su edad! Y es normal que no quiera hablar de ello. Al menos por ahora.
-Sí, entiendo… pero Donghae, si necesitas consejos o-
-¡Mamá!- el chico la detuvo.- No… no necesito consejos… Está bien…
Donghae, quien no quería escuchar nada más, se apresuró en dejar la sala de estar bajo la sonrisa de Sulli, orgullosa de sí. Subió las escaleras rápidamente y se encerró en su habitación lo más rápido que pudo. Ahí, se dejó caer en su cama y suspiró aliviado. ¿Cómo era posible que la conversación se hubiera desviado tanto?
Metiendo la mano a su bolsillo, sacó el papel que tenía el número de Eunhyuk. Todo eso por culpa del papelito… Lo miró por un momento, sin saber qué hacer. Entonces se levantó y se sentó en el colchón, sin dejar de mirar el papel.
-Quizás está esperando que lo llame…
El corazón de Donghae estaba latiendo rápido; quizás demasiado rápido. Estaba entre la urgencia de llamar a Eunhyuk, y el miedo de molestarlo. Quizás no quería que lo llamara.
Un momento de reflexión después, decidió llamar. Tomó su teléfono en una mano y, manteniendo el papel en la otra, marcó el número. Entonces colocó el teléfono en su oreja, y, durante el ruidoso tono de marcado, empezó a sentir pánico. ¿Qué pasaba si Eunhyuk estaba haciendo algo y lo molestaba? ¿Y que sí en realidad nunca quiso que lo llamara? ¿Y qué si el número no era de Eunhyuk? Los ojos de Donghae se abrieron con horror. ¡¿Qué pasaba si el número no era para él?!
-¿Aló?
Saltó de repente y casi soltó su teléfono.
-¿H-hola?- respondió incómodamente.
-…¿Sí?
Se alivió, era la voz de Eunhyuk. Pero prefirió preguntar para asegurarse.
-¿Eunhyuk? ¿Eres tú?
Un silencio breve que le molestó un poco tomó lugar. Pero la voz se escuchó poco después.
-¿Donghae?
Donghae suspiró con alivio. Una sonrisa enorme se formó en las facciones de su rostro y apoyó su espalda contra el muro.
-Eunhyuk, ¿no…no te estoy molestando? Fui a la biblioteca hoy después de clases, pero no estabas. Vi el papel así que pensé que era tu número. En serio no quería llamarte, ya sabes, no sabía si tu querías que llamara o no…
-Un mensaje hubiera estado bien creo yo- respondió la voz de Eunhyuk con una carcajada.
Donghae de inmediato se sonrojó. Se golpeó la frente por su estupidez. ¿Por qué no envió un mensaje? Que tonto era…
-Oh, uh… S-sí, es verdad. Perdón, yo… yo…
-Ah ah, está bien, no me estás molestando- lo cortó Eunhyuk.- En realidad, dejé mi número porque creo que es más fácil así
-Sí, sí- Donghae estuvo de acuerdo.- Y… ¿tenías algo que hacer esta tarde?
-Ahm… no realmente… pero me molesta verte todo el tiempo en la biblioteca
Donghae tuvo un shock. Su respiración casi se cortó y su corazón sufrió un dolor indescriptible. Escuchar decir eso a Eunhyuk realmente le dolió. Pero se obligó a mantener la compostura y responder:
-Oh, uh… ¡En serio! ¿Por qué… te molesta?
-No lo sé, lo encuentro estúpido. ¿Tu no?
-Sí- mintió por reflejo. – Es cierto que es… es…
-No importa- lo cortó Eunhyuk de nuevo. - ¿Quieres salir en la noche?
-¿Perdón?
Donghae pestañeó. Se mantuvo estúpido por un largo rato hasta que Eunhyuk finalmente decidió responder.
-Salir- repitió en un tono que Donghae pensó harto y cansado.- Nos podemos encontrar en el mall; estaré con algunos amigos.
Donghae empezó a asustarse. Le dio una mirada rápida a su radio reloj para ver qué hora era. ¿Las 9 y 35? ¡Sus padres nunca lo dejarían salir a esa hora! Y había escuela al otro día. Recién era martes.
-Yo…uh, no sé…
-¿Por qué? ¿No quieres? ¿Tienes miedo?
-No…no, no tengo miedo- mintió de nuevo.
Porque en realidad, lo que estaba sintiendo en ese momento sí era miedo. El miedo a cambiar sus hábitos por salir tan tarde. El miedo de enfrentar a sus padres. El miedo de encontrarse a los amigos de Eunhyuk. Pero mayormente el miedo a decepcionarlo. Porque si se negaba, estaba casi seguro de que lo decepcionaría. Pero en paralelo, sentía que era imposible responder que sí a su petición. Tantas cosas le impedían decir que sí.
-Es solo que, en realidad- intentó explicar Donghae. – Tengo tareas y… tenemos clase mañana. Salir tan tarde es…
-¿Tan tarde? – exclamó Eunhyuk con una carcajada que sobresaltó a Donghae.- Espero que estés bromeando. Las nueve cuarenta, ¡Yo no le digo tarde a esto!
-S-sí, es verdad pero…
-¿Te dan miedo mis amigos? No te preocupes, son buenos, y seguro ya los conoces. Va a estar Yesung, Kangin, Sh-
-Eunhyuk- lo detuvo Donghae, temblando.- No es eso… es que… yo… solo…
Un suspiro hizo que se callara. Temblando, con el corazón pesado: esperó que Eunhyuk hablara. Lo que hizo unos pocos segundos después de un silencio ensordecedor.
-Vale, entendido. Nos vemos
-¡Ah! ¡Eun-
Un ruido seguido de un largo beep le dijeron que Eunhyuk acababa de colgar. Aún temblando, Donghae dejó que su brazo cayera al lado de su cuerpo. El teléfono se soltó de su mano y cayó en el colchón. Suspiró profundo y levantó su cabeza hacia el cielo, descansando su nuca contra la muralla. Tragó dificultosamente, llevándose la saliva violentamente mientras sentía como comenzaban a formarse las lágrimas. Ahora estaba convencido de que Eunhyuk estaba enojado con él, y su corazón dolía como nunca antes. Pero era totalmente incapaz de moverse o de solo caminar abajo para preguntarles a sus padres si podía salir. Estaba más allá de sus capacidades. Y de todos modos, estaba seguro que una vez estuviera en frente de Eunhyuk y sus amigos, querría volverse a casa.
-Es demasiado pronto…- susurró, cerrando sus ojos.- No puedo…
Aunque el gran nudo en la garganta le dolía, se tragó las lágrimas y se levantó de la cama. Tomó su pijama y salió de su habitación hacia el baño.
***
Pasó una noche horrible. No había parado de pesar en Eunhyuk, preguntándose qué estaría haciendo, si seguía enojado con él o si el enojo le duraría mucho tiempo. Pasó toda la mañana completamente abatido. En realidad, estaba escuchando sin oír y anotando cosas sin entenderlas. Al medio día, no tuvo la fuerza para si quiera platicar con sus amigos, aunque lo intentó. Pero… no podía evitarlo. Pensaba en Eunhyuk y en la plática de la noche anterior a cada segundo.
Afuera, después de comer, no había dejado de enviar miradas de izquierda a derecha, tratando de ver al chico. Pero para qué… Casi nunca lo veía ahí. A veces se preguntaba si él y sus amigos en realidad iban…
-…¡Hae! ¡Donghae!
-¡Uh!- saltó abruptamente, levantando su cabeza.
Se encontró con la mirada furiosa de Kyuhyun, manos en las caderas, mirándolo intensamente.
-¡Donghae, whoa! ¿Estás con nosotros? Base llamando a Fishy, ¿me escuchas?
Donghae suspiró.
-Está bien Kyu, te escucho…
-¡Eh, ya era hora! ¿Qué te pasa desde la mañana?- preguntó el maknae, levantando una ceja.
-Nada…solo estoy un poco… cansado…
-Claro…
-¿Dormiste mal?- se preocupó Ryeowook, llegando junto a ellos.
Vio a Siwon girarse por un momento para mirarlo sospechosamente. Donghae ni siquiera se había dado cuenta de que habían empezado una pequeña caminata y que pasaban calmadamente por la parte de atrás de su escuela. Siwon, Sungmin y Hangeng platicaban en frente de él, y Kyuhyun con Ryeowook se habían quedado atrás para observarlo.
-Algo así…- respondió, pasando una mano por su cuello.
-¿Qué pasa? ¿Estás enfermo?- el siguiente maknae habló, preguntando en voz baja.
-No, estoy bien; no te preocupes Ryeowook- Donghae intentó tranquilizarlo con una sonrisa.
-Bueno, en todo caso- intervino Kyuhyun casi inmediatamente.- Te estaba diciendo que quiero hacer una fiesta para nosotros seis el fin de semana. ¿Te apuntas?
-¡Oh, sí! ¡Suena genial! – exclamó Donghae.
Había sido un tiempo desde la última vez que habían pasado una noche juntos. Seguro que eso colocaría las cosas en su lugar, lo que sería bueno.
-¿Cuándo haríamos eso exactamente?
-La tarde del sábado estaría bien-propuso Kyuhyun.
-Sí, seguro- aceptó Donghae. - ¿Dónde?
-¡Podemos hacerlo en mi casa!- dijo Sungmin dándose vuelta.- Mis padres van a París cada fin de semana por el trabajo; ¡no habrá nadie en casa!
-¡Sí, genial! ¡Llevaré Starcraft!- dijo Kyuhyun inmediatamente.
-¡Ni hablar!- Siwon lo detuvo.- ¡Si vamos a pasar la noche juntos, nada de video juegos!
La cara de completo horror de Kyuhyun hizo a Donghae sonreír. ¿Quién no podría reírse justo después, si Ryeowook se reía tan fuerte?
Gracias a sus amigos se sintió mucho mejor. El resto de la tarde pasó tranquilamente, hasta el atardecer.
Cuando tenía que dejar la escuela, el corazón de Donghae dio un vuelco. Se preguntaba si Eunhyuk estaría en la biblioteca o no.
Debería ir… ¿solo para estar seguro? ¿O debería mandarle un mensaje? Aunque no estaba seguro de si Eunhyuk querría hablar con él después de la plática de la noche anterior. Hacía que su corazón doliera pero no podía evitarlo.
Finalmente decidió irse con sus amigos. Habían pasado unos días desde que no se había ido con ellos sin quedarse en la biblioteca. A todos les pareció bien y rieron por largos minutos.
Pero en la noche, en su habitación, Donghae esperó interminablemente por una llamada o un mensaje de Eunhyuk, cosa que nunca llegó. Se fue a la cama con el corazón pesado y con ojos llorosos.
El día siguiente, jueves, fue idéntico al anterior. Donghae no se había cruzado con Eunhyuk ni una sola vez y en la noche, no había ido a la biblioteca. Una vez solo en su habitación, no había recibido ni llamadas ni mensajes. Se sentía terriblemente triste. ¿Eso significa que era el fin del corto período de tiempo que pasó con Eunhyuk? ¿Había decidido que no lo vería de nuevo ni que lo contactaría? Eran pensamientos que lo congelaban de manera horrible. Eran pensamientos que se negaba a tener pero que estaban ahí de todas maneras.
Y la noche del jueves no pudo contener sus lágrimas. Fluyeron silenciosamente por sus mejillas. Recostado en su cama, acurrucado bajo sus tapas, finalmente se permitió sollozar. Sus lágrimas se detuvieron solo cuando se durmió.
***
-¡Bueno, entonces nos vemos mañana!- exclamó Kyuhyun felizmente.
-Sí, juntémonos a las 6- asintió Sungmin.- ¿Vale?
Todos asintieron y se despidieron antes de caminar hacia sus respectivas casas.
Cuando llegó a casa, Donghae se quitó sus zapatos y su chaqueta, los colocó en la entrada y caminó hacia el enorme living. Sus padres estaban ahí, sentados en el sofá. Estaban conversando en frente de la televisión. Donghae fue a saludar. Su madre le dijo que comerían más tarde porque aún tenía algunos papeles que terminar, y Donghae asintió antes de ir hacia las escaleras. Una vez arriba, se encontró con Sulli, quien con una gran sonrisa, le mostró una hoja de papel.
Los ojos de Donghae se achicaron.
-¿Qué es eso?- estaba sorprendido.
-¿No lo ves? ¡Es un dibujo!
-¿Un dibujo? ¿Un dibujo de qué?
-¡Es de quién! –lo corrigió Sulli.- Es Yonghwa, ¡el hermano mayor de un amigo!
-Ah… no parece muy atractivo- Donghae hizo una mueca y señaló el dibujo.
-¡¿Estás bromeando o qué?!- exclamó su hermana con una expresión shockeada.- ¡Él es el hombre más atractivo de la tierra!
Donghae suspiró.
-Conozco a alguien que lo es más- murmuró para sí mismo pasando a su hermana pequeña.
-¡Oye! ¡Donghae, espera!
-¿Qué?- suspiró, girándose hacia ella.
-Pero… te muestro un dibujo del chico que hace que mi corazón lata, y a ti… ¿y no te importa?
-¡Oh!- preguntó Donghae, abriendo sus ojos.- ¡¿Estás… enamorada de él?!
-¡Sí! Es tan atractivo, tan amable, tan dulce, tan atento, tan encantador, tan… ¡Oye, Donghae!
Con una sonrisa, Donghae dejó a su hermana hablando de las muchas cualidades que tenía el chico, para llegar a su habitación. No era que no le interesara. En realidad, todo lo que tuviera que ver con las historias de amor de su hermana le interesaba. No podría verla con un chico deshonesto y le costaba mucho aceptar verla con novio. Probablemente era demasiado sobreprotector, y tenía la irritante tendencia de preocuparse por todo y nada que tuviera que ver con ella saliendo con alguien, pero por ahora, tenía que concentrarse en las personas que él frecuentaba. Había tomado una gran decisión.
Así que dejó a Sulli por ahora para encerrarse en su cuarto.
Se acomodó en su cama, sacó su celular del bolsillo, y después de unos cuantos segundos de reflexión, finalmente lo contactó. Con su corazón latiendo más y más rápido, esperó a que el chico contestara; lo que pasó dos segundos después. Pero solo lo recibió silencio.
-¿A-aló?- dijo en voz baja.- ¿Eunhyuk?
Silencio. Creyó escuchar una respiración, pero no estuvo seguro. Que mal, de todas maneras seguiría hablando.
-Q-quería llamarte- susurró, bajando su mirada.- Ha pasado un tiempo y… y me estaba preguntado si… si estás enojado conmigo por algo o…
Seguía el silencio. Pero esta vez, escuchó claramente la respiración de alguien. Tomando su coraje en ambas manos, continuó.
-La última vez en… en realidad… yo… yo quería disculparme por…
-Donghae- la voz de Eunhyuk lo detuvo, lo que lo sorprendió.
-¿S…sí?
-¿Quieres salir en la noche?
Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Donghae, una sonrisa aliviada. Suspiró y apoyó su espalda contra la muralla.
-Sí- respondió en un susurro.
Convencer a sus padres fue un poco más fácil de lo que creyó que sería. Aunque tuvo que mentir un poco, diciendo que se encontraría con Siwon y los otros en un parque. Y dejó claro que quizás comería con ellos para que no lo esperaran. Y como era la noche del viernes, tenía permiso para llegar un poco más tarde de lo normal.
Todo había salido bien y sonrió, complacido. Cambió el uniforme de la escuela por un pantalón negro que llegaba hasta sus zapatillas blancas, y se colocó una chaqueta rojo oscuro decorada con letras blancas sobre una camiseta negra. Con las manos en los bolsillos, llegó rápidamente al centro de la ciudad. Eunhyuk le había dicho que lo encontraría en la entrada del mall. Que podía esperarlo ahí. Así que fue con latidos rápidos que se bajó del bus en la parada más cercana al centro comercial. Y mientras más avanzaba, más rápido latía su corazón. Había sido bastante tiempo desde la última vez que había visto a Eunhyuk, desde la noche del lunes para ser exactos. Y sin mentir, lo extrañaba.
Llegó al mall con las manos sudadas. Mucha gente estaba ahí aunque ya estaba casi completamente oscuro, familias, adultos, aunque la mayoría eran adolescentes. Un poco incómodo, como si no estuviera en su lugar, Donghae caminó directo hacia las grandes puertas de vidrio. Y desde allí, vio a un grupo de personas que captó su atención. Los reconoció fácilmente y su corazón se saltó un latido cuando vio a Eunhyuk.
Era la primera vez que podía verlo vestido en algo que no fuera el uniforme de la escuela. Tenía unos pantalones claros que apretaban sus piernas y mostraban perfectamente lo delgadas que eran. Tenía rotos en los muslos y lo seguro era que estuvieran hechos apropósito. Eunhyuk también llevaba una camiseta blanca que se pegaba a su cuerpo. El cuello en V bajaba hasta su pecho y después, una chaqueta amarilla con negro cubría sus hombros y brazos. Donghae incluso notó que su cabello estaba hacia arriba de su frente con gel.
Sintió su corazón latir un poco más fuerte al verlo. Tenía que admitir que era realmente atractivo; mucho más que ese tal Yonghwa del que se hermana decía estar enamorada (tenía que decirse que el dibujo, en realidad, había sido un fracaso). Pensando en esto, Donghae sonrió. Y, con un poco más de confianza que antes, pasó por la gran puerta que se abrió automáticamente. Avanzó lentamente hasta el pequeño grupo en frente de él, hasta que vio a Eunhyuk girar su cabeza en su dirección. Una gran sonrisa apareció en el rostro del chico que se apresuró en hacer un gesto hacia él.
-¡Ey, Donghae!- gritó fuertemente.
El resto de sus amigos se giraron también, y sintiéndose incómodo de nuevo, Donghae caminó hasta ellos. Su corazón se convirtió en un completo desastre cuando sintió que Eunhyuk llegaba rápidamente hasta él y colocaba un brazo alrededor de sus hombros.
-¡Oh, me alegra que vinieras!- exclamó.- Ey, ¡sin el uniforme estás bastante bien!
-Ah… ¿Ah, sí?- respondió Donghae, sonrojándose.
De reojo vio a Eunhyuk esbozar una gran sonrisa que se fue directo a su corazón de nuevo. Era la primera vez que estaba tan cerca de él. Sus cuerpos se tocaban completamente y el brazo en sus hombros se sentía realmente placentero. Además, podía oler perfectamente la esencia de Eunhyuk, y pensó que debía ser un perfume más bien caro. Olía extremadamente bien. Era dulce y frutal. Donghae incluso detectó algo sensual y cálido en el perfume; algo que venía perfectamente con Eunhyuk.
-Chicos, este es Donghae- dijo Eunhyuk justo después.- Del que les hablé
Donghae no pudo evitar que sus labios formaran una sonrisa satisfecha. Así que, ¿Eunhyuk le había hablado a sus amigos de él? Era… gratificante para Donghae.
-¿Así que tu eres el pequeño Donghae?- dijo uno de los chicos, que parecía ser el más fuerte.
-¿Pequeño…?- murmuró Donghae.
-Hey, Hyuk, ¿Por qué nos traes a un tipo como este?- lanzó otro, un poco más bajo con cabello negro ébano, que combinaba perfectamente con sus ojos oscuros.
-Ya te lo dije Yesung, Donghae es diferente
-¡¿Di-diferente?!- exclamó Donghae, abriendo más sus ojos.
En este punto, Eunhyuk sacó su brazo de los hombros de Donghae para mirarlo mejor. Donghae notó que sus ojos parecían el doble de intensos si mostraba su frente.
-Sí, ¿ya te lo dije, cierto? Eres un tipo extraño
-Pero no soy extraño…
-Para encontrarte con Eunhyuk en la biblioteca, ¡debes haber perdido algunos tornillos! – se rio otro que era un poco más alto que el resto.
Donghae no dijo nada. Porque aunque nunca se había considerado así mismo como extraño, no podía evitar sentirse feliz. Porque así, era diferente en los ojos de Eunhyuk; hasta único quizás.
-Bueno, haré las presentaciones- propuso Eunhyuk después, cortando sus pensamientos.- Ahí tenemos a Kangin, Shindong, Zhoumi, Yesung y Kibum
Donghae, educadamente, hizo una reverencia para saludarlos, lo que hizo que Yesung estallara en carcajadas. Después de enderezarse, prefirió desviar su atención hacia Eunhyuk otra vez, incómodo. No sabía realmente cómo tratar con ellos. Pero los ojos y la sonrisa de Eunhyuk lo tranquilizaron un poco.
-¿Ves Donghae? No hay nada de qué asustarse. No te vamos a hacer nada
-S-sí, lo sé…
-Y bueno…
Eunhyuk puso un brazo alrededor de sus hombros de nuevo para acercarlo a él, y colocó sus labios junto a su oído.
-Estoy aquí, no tienes que preocuparte
Donghae asintió. Sí, Eunhyuk estaba ahí, así que todo estaba bien. Se sintió tranquilo y sonrió cuando el chico se alejó.
-Vale, ¿entonces nos vamos?- preguntó Kangin con una expresión impaciente.
-Sí, sí, está bien, vamos- dijo Eunhyuk mientras empujaba ligeramente a Donghae por la espalda.
-Ahm… ¿Dónde… a dónde vamos?- preguntó preocupado, pestañeando.
-¡Sorpresa!
De nuevo, la sonrisa de Eunhyuk lo hizo estremecerse, pero también se sentía emocionado. El sentimiento era realmente contradictorio pero no se resistió y lo siguió a él y a su banda sin decir nada. Al menos estaba con Eunhyuk, y al otro parecía gustarle. Así que todo estaba bien.