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Nueva Vida por UsagisWhife

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Notas del capitulo:

Hola guapuras <3 

bueno, aquí les traigo el noveno capítulo de este fanfic, si, al fin traigo lo que me han pedido desde los primeros capitulos, el lemmon!

bueno, estuve todo el día escribiendo, y está apunto de dar la media noche, estoy que me caigo de sueño, y adecir verdad medio flojera revisar el capitulo, así que me disculpo por adelantado si es que encuentran algun horror ortográfico o gramatical.

bueno en este capitulo vemos un poco del pasado de mi peliplata favorito <3 pero bueno...

no les haré más spoiler, asi que las dejo leer <3

CAPITULO 9

-Entonces es por eso que mi hermano decidió que debíamos mudarnos, es decir, bueno, de Hokkaido a Tokyo se hace mucho tiempo aun en auto…- dije

-pues… supongo que debo agradecerle a tu hermano por forzarte a vivir aquí- me dijo Sempai apretando ligeramente la mano que me sostenía mientras caminábamos.

-No diga eso Sempai- dije muy sonrojado, desviando mi mirada hacia otro lado, mi vergüenza era demasiada, así que intenté cambiar el tema- aunque… el amanecer aquí en Tokyo es realmente hermoso- dije mirando al horizonte, entrecerrando los ojos al ver el brillante sol que comenzaba a asomarse por detrás de monte Fuji. Era verdad, los amaneceres aquí se me hacía mucho más hermosos, a decir verdad, todo aquí se me hacía mucho más bello.

-Es cierto- contestó Sempai- pero… tú eres mucho más hermoso- dicho esto me dio un rápido beso en la mejilla, haciendo que nuevamente la sangre corriera a mis pómulos, de verdad, ¿es que este hombre no tenía nada que hacer que no fuera avergonzarme?

Aunque… aunque a cada momento me avergonzara, no es que esos besos tiernos, esas caricias suaves y esos cautivadores susurros al oído me molestaran, a decir verdad, esos pequeños detalles me enamoraban más cada día.

Nuestra relación iba de maravilla, no había nada que nos pudiese molestar, o eso quería creer…

No me malentiendan, no quiero decir que no quiera a Akihiko-sempai, ni mucho menos, es solo que me intrigaba su pasado y el por qué le había afectado tanto como para no querer contarlo, pero, si tanto lo lastimaba, no lo obligaría a decírmelo. Si, quería saberlo, quería conocer todo acerca de él, sin embargo no indagaría en sus cicatrices solamente para abrirlas y esparcir sal por ellas, pero tampoco podía evitar que no me preocupara como lo hacía.

Caminábamos hacia la escuela tomados de la mano, a esta hora no había casi nadie en la calle y es por eso que no teníamos que preocuparnos por si alguien nos veía; a Sempai últimamente se le había hecho costumbre pasar por mi a mi casa para así poder ir juntos a la escuela, no me molestaba, era un pretexto útil para poder pasar más tiempo con él.

Llegamos a la escuela pasados unos minutos, aún no había casi nadie, era realmente temprano, faltaban alrededor de 30 minutos para que iniciaran las clases, así que decidiendo aprovechar el tiempo nos dirigimos al aula de música, ya que ahí nunca había ni llegaba nadie, además de que era el lugar donde nos habíamos declarado y comenzado a salir, así que era un lugar muy cómodo para ambos.

Una vez llegamos ahí nos sentamos en el suelo, recargándonos contra la pared, aunque yo por mi parte, recosté mi cabeza en el hombro de Akihiko-sempai, mientras él pasaba una mano por mi cintura acercándome más a él.

-Sempai- susurré, tal vez no pudiera preguntarle acerca de ese pasado que lo atormentaba, pero aun así quería conocerlo- cuéntame de ti…

-¿de mi?-respondió

-si, de tu pasado, tus amigos, cómo conociste a Hiroki-san, tu familia, donde naciste…-

-esas son muchas preguntas- dijo a la vez que soltaba una leve risilla, sin embargo no era una forzada, al parecer no se estaba incomodando con la conversación…- ¿por qué quieres saber?

-bueno… se… se supone que estamos saliendo, así que… simplemente quiero conocerte, saber más sobre ti- dije escondiendo mi rostro, un poco avergonzado.

- en ese caso… veamos… a Hiroki lo conocí cuando era muy pequeño, tendríamos unos ocho años, recién acababa yo de llegar de Inglaterra, pues ahí viví desde que nací hasta ese momento.

-¿en Inglaterra?, ¡increíble!-

-no lo es tanto… a decir verdad, me gusta más Japón, aquí estás tu después de todo- dijo besando mi coronilla, haciendo que las mariposas en mi estómago comenzaran a revolotear junto con mi corazón.

-ya te dije que no digas ese tipo de cosas…- dije en apenas un susurro

-Lo siento, es solo que… no puedo evitarlo- dijo estrechándome entre sus brazos, ¿habría algún limite para querer a alguien?, me gustaría estar entre esos brazos todo lo que restaba de mi vida, e incluso hasta la muerte.

-continúe por favor, lo que me estaba diciendo…-

-oh, es cierto- dijo sin soltarme- realmente nunca me he llevado muy bien con mi familia, mi padre es el dueño de una de las empresas más grandes de este país, así que… bueno, él podía darse el lujo de estar con cuantas mujeres  le placía, sin importarle si tenía una esposa o no -seguía hablando, sin embargo pude notar un poco de rencor en su voz-  pues, yo soy el resultado de una de sus muchas aventuras, sin embargo me arrebató de mi madre a los ocho, es por eso que vine aquí a Japón…- no dije nada, no sabía qué decir- vamos, quita esa cara- dijo alzando mi rostro para que lo mirara- no te lo estoy diciendo para que te compadezcas de mi, no es algo que me afecte en demasía hoy en día, además, tú fuiste el que dijo que quería saber de mi, ¿te arrepientes?- rápidamente negué con la cabeza, no, quería saber más del, quería que me abriera su corazón y me mostrara no solo sus alegrías, sino también sus demonios y agonías.

-entonces… ¿es por eso que se independizó?- pregunté

-exactamente, sin embargo deje todo, no me lleve absolutamente nada, decidí cortar lazos completamente con mi familia, ellos nunca se interesaron por mí, así que decidí no interesarme por ellos-

-pero… si no se llevo nada, ¿cómo fue que hizo para salir adelante y seguir estudiando?-

- bueno, se podría decir que con ayuda de un amigo llamado Isaka, pude conseguir  un pequeño empleo, que, tal vez no sea el mejor del mundo, ni tenga la mejor paga, pero me da para vivir y cumplirme algunos caprichos, además de que es algo que realmente disfruto hacer…-

-¿en serio?, ¿de qué se trata?-

- tal vez te lo diga algún día, pero por el momento, debemos ir a  clase, faltan 5 minutos para que comiencen- dijo levantándose, ofreciéndome una mano para levantarme de igual forma.

Así salimos del aula y nuevamente comenzamos a caminar a través de los pasillos de la escuela hasta llegar a mi salón.

-bueno, te veré más tarde, Misaki- me dijo, solía besarme cada vez que nos despedíamos, sin embargo el salón estaba lleno de gente, sin embargo me dedicó una mirada especial, casi besándome con ella, así me quedé clavado en su mirada hasta que dio la vuelta y desapareció de mi vista.

-¡hey!, ¡chico enamorado!- al instante voltee nervioso, creyendo que alguien nos hubiera descubierto o algo por el estilo, pero gracias a dios lo único que encontré fue la sonrisa de Kisa

-oh, buenos días Kisa- dije sonriéndole.

Nos dirigimos a nuestros asientos, comenzando a platicar, eso hasta que llego el profesor e impidió que nosotros pudiéramos continuar nuestra conversación. Las primeras dos clases fueron algo pesadas ya que fueron dos horas seguidas de física, dos horas llenas de formulas, postulados y el valor de la aceleración de la gravedad, sin embargo todo esfuerzo tiene su recompensa, ya que al terminar las horas de física se acercó uno de los prefectos y nos informó que la profesora de literatura no llegaría, así que tendríamos el siguiente modulo libre.

Mis compañeros rápidamente comenzaron a dispersarse, a levantarse de sus asientos y comenzar a conversar, yo traté de hacer lo mismo, sin embargo Onodera se encontraba muy concentrado leyendo un libro y Kisa se mensajeaba  con quien me imaginaba era Yukina, así que sin tener con quien conversar decidí mirar a la ventana.

Miraba las nubes moverse al ritmo del viento tranquilamente, pero dicha tranquilidad fue interrumpida por tres chicas que se encontraban frente a mi pupitre.

-ammm hola…- dije. Las conocía, iban en mi salón después de todo, si no me equivocaba, eran Mei, Kou y…no recordaba el nombre de la tercera; sin embargo yo nunca había hablado con ellas, así que me extrañaba que estuvieran ahí tan atentas mirándome.

-Hola Misaki-dijo Kou

-hola…- repetí- ¿necesitan algo?

-bueno- dijo Mei- pues notamos que al parecer tú eres muy amigo de Usami-sempai…-

“amigo”…

-Om, pues, supongo que sí, algo… ¿por qué?-

-bueno…- continuó Mei- pensamos que a lo mejor tú sabías si tiene novia o si está saliendo con alguien…  -dijo, miré a las tres chicas, todas tenían una enorme sonrisa manipuladora, pero lo que ellas no sabían es que Akihiko-sempai nunca se fijaría en ninguna de ellas, eran demasiado simples, o más bien demasiado comunes, demasiado lambisconas, demasiado arrogantes, manipuladoras y fáciles.

Me sorprendí a mi mismo pensando de esa manera por unas chicas que ni siquiera conocía, sin embargo no podía evitar pensar así de ellas, me molestaban, me hacía enojar que creyeran que alguien como ellas pudieran tener una oportunidad con mi Akihiko. Esperen, ¿mío?, ¿desde cuando era de mi propiedad?

-Lo siento chicas, pero por lo que sé, Akihiko-sempai está saliendo con alguien…- dije fríamente esperando que se largaran de mi vista de una vez por todas.

-cielos…-dijo la desconocida- olvídenlo chicas…

-pero se me hace extraño- contestó Mei- por lo que yo sabía él no ha tenido novia desde primer año… incluso ahora

-es cierto, a lo mejor se enamoró nuevamente…-

Esos comentarios me causaron curiosidad, yo ya había escuchado por parte de Hiroki-san algo de ese estilo, pero… ¿fue por un mal de amores?

-ammm disculpen, pero ¿de qué están hablando?- pregunté

-¿es que no lo sabes?- dijo una de las chicas- Usami-sempai tuvo una novia cuando estaba en primer año, una chica llamada… ¡Erika!, al parecer Sempai estaba de verdad enamorado, tanto que cuando terminaron, bueno… dicen que Sempai no parecía él, pero nadie sabe el por qué terminaron, simplemente lo hicieron, y cuando ella se graduó…-

-¿cómo que cuando se graduó?-  inquirí confundido

-si, ella era de tercer año en ese entonces, es mayor que nuestros Sempais…-añadió una de las chicas

-pues cuando ella se fue, Usami-sempai no volvió a mostrar interés en ninguna chica, y se le veía muy frío y triste, al parecer estaba muy enamorado, dicen que esa chica era su todo-

-¿es increíble no?- dijo Kou- imaginar que el chico más guapo de la escuela, que tiene a sus pies a todas las chicas de la escuela alguna vez estuvo a los pies de alguien…-

-lo sé, ¡incluso dicen que ella le quitó la virginidad!-

-es increíble…-

-supongo que sí- añadió Mei- pero si está saliendo con alguien ahora me alegro de alguna forma, que se haya vuelto a enamorar y que deje atrás el pasado…-

-supongo que sí… de todas formas, creo que ni siquiera se hubiera fijado en mi jaja-

-jaja si, y sobre todo con esa obesidad que te cargas jaja-

-¡vamos no estoy tan gorda!, bueno, adiós Misaki…- y así se alejaron saliendo del salón.

No podía creer lo que había escuchado, Akihiko-sempai alguna vez estuvo tan enamorado que se había sentido completamente destruido cuando terminó. No podía evitar sentirme triste, aquella chica… había sido muy importante para Akihiko-sempai, ahora entiendo el por qué nadie me había contado de ello.

No sabía qué pensar, estaba confundido, pero… a fin de cuentas eso ya había pasado, se supone que a quien quería en estos momentos era a mi, entonces, ¿qué significaba este sentimiento de inseguridad en mi pecho y el temblor en mis manos?

Los pensamientos en mi cabeza fueron interrumpidos debido a una vibración en mi bolsillo, la cual agradecí, ya que de haber seguido libre en mi cabeza, hubiera terminado pensando no se qué disparates y confundiéndome más.

Saqué el celular de mi bolsillo notando que tenía un nuevo mensaje, abrí la bandeja de entrada encontrándome con que el mensaje era de parte de aquella única persona que hacía latir mi corazón a mil por hora.

Misaki, lo siento, no podré estar contigo en receso, surgió algo con los miembros del club y debo arreglarlo, pero… ¿vienes a mi casa esta tarde?

Si lees esto me debes un beso (;

Me sonrojé un poco al leer la ultima línea; me sentí algo triste ya que no podría estar con él durante el descanso, sin embargo pensé en ir a su departamento en la tarde, hoy era viernes, así que podría hacer los deberes el sábado o el domingo, rápidamente mande un mensaje de regreso.

Claro, iré, pero no te debo nada…

Envié el mensaje y cerré mi teléfono

   

Después del receso que pasé en solitario y las clases aburridas que siguieron al fin sonó el timbre del fin de clases. Tomé mis cosas y junto a Kisa-san nos dirigimos a la salida donde ya se encontraban aglomerados mínimo un centenar de estudiantes.

Traté de buscar con la mirada a mi Sempai, sin embargo unas manos grandes y frías taparon repentinamente mis ojos.

Sorprendido llevé mis manos a las que se encontraban en mi rostro sintiendo la suavidad de esa tersa piel, esa que ya algunas veces había recorrido mi cuerpo y me había provocado unas incontrolables carcajadas con sus caricias.

-Sempai…- dije sonriendo, inmediatamente sentí cómo unos labios se posaban en mi mejilla y desbloqueaba mi visión, dejándome ver aquellos hermosos ojos lilas que tanto me gustaban.

Nos despedimos de nuestros amigos y acompañantes, y después de enviarle un mensaje a mi hermano diciéndole que pasaría la tarde en casa de Sempai comenzamos a caminar hacia el departamento de Sempai.

Pasados unos minutos al fin llegamos, como cada que estábamos ahí entré a la cocina y comencé a preparar la cena para ambos, no era algo que me molestara, al contrario, me alegraba que a Akihiko-sempai le gustara lo que yo preparaba.

-¿Quieres ver una película Misaki?- me preguntó mientras me ayudaba a fregar los platos

-¡claro!, pero que no sea una de horror o suspenso por favor…- supliqué

-vamos, son las más interesantes, además te ves adorable muerto de miedo- al escuchar esto saque mis manos del jabón y comencé a golpearlo, já, quién se creía para burlarse así de mi- está bien, está bien- dijo riéndose, a la vez que trataba de cubrirse con sus manos- nada de películas de horror, entonces ¿qué vemos?, ¿Bambi?-

-Estoy a punto de irme a mi casa y ver Bambi yo solo- dije mirándolo con reproche.

-Ya ya ya… podemos ver… no sé, busquemos algo en Netflix, pero tendrá que ser en la televisión de mi cuarto, la de sala está descompuesta después de que el ebrio de Hiroki vertió cerveza sobre ella…-

En ese momento me paralice, yo ya había estado en su habitación antes, pero… veríamos una película después de todo, y conociéndolo querría tenerme abrazado todo el tiempo, bueno, supongo que no hacía mucha diferencia una cama que un sillón, al menos cuando de ver una película se trataba.

Terminamos de fregar los platos y pusimos algunas palomitas en el microondas, llevamos el tazón hasta la habitación y lo dejamos en una repiza.

-vamos, Misaki- dijo Akihiko Sempai ya recostado en la gran cama blanca- no seas tímido- dijo ofreciéndome una mano, brindándome seguridad, diciéndome que todo estaba bien, así que sin más, la tomé y me recosté por un lado de él en la enorme cama, esas manos en mi cintura no se hicieron esperar, ya que en cuando me hallé recostado me atrajeron hacia su dueño, logrando que mi cabeza quedara recostada en su pecho.

Al final pusimos una película que había estado sonando mucho, pero que sin embargo ninguno de los dos había visto, Los juegos del hambre, la película ya había comenzado, y por las imágenes que veía en el gran televisor parecía tener una trama interesante, sin embargo no podía concentrarme en la película. Mi mente se hallaba llena de los latidos que podía oir junto a mi oído, la acompasada y lenta respiración de aquella persona a mi lado, esas leves e inconscientes caricias que realizaba en mi cabello, ese varonil aroma en su pecho.

Mis parpados habían comenzado a pesar, y mi corazón a cosquillear, ¿esto es lo que se siente estar enamorado?, porque no se si me encanta, o si lo odio…

Dentro de poco, lo único que sentí fueron unos labios posarse en mi cabello, depositando un tierno beso de buenas noches.

 

Un cosquilleo en mi cuello me despertó, interrumpiendo mi plácido sueño, no pude evitar soltar unas risillas al sentir una ajena respiración acariciar la piel de mi cuello.

-basta…- dije entre risillas, abriendo finalmente los ojos, encontrándome con unas lilas llenas de brillo mirándome- hola… - dije sonriendo

-hola…- dijo acariciando mi mejilla con uno de sus pulgares

-¿ya terminó la película?- dije acomodándome, pues él se había recostado nuevamente en la cama, apoyándose con su codo, sosteniendo su cabeza y mirándome.

-Si, hace unos minutos…-

-Lo siento, me quedé dormido…-

-no lo sientas, me gusta verte dormir…- no pude evitar sonrojarme ante este comentario

-¿cómo estuvo?-

-pues… me esperaba algo más sangriento, pero supongo que es buena…-

-ah…- suspire- lamento habérmela perdido…

En ese momento la tonada del celular de Akihiko-sempai se hizo escuchar, me miró a manera de disculpa y salió de la habitación contestando su llamada.

Me levanté de la cama y me estiré alzando mis brazos, realmente había dormido bien… comencé a caminar, mirando los grandes muebles de madera y las costosa televisión de pantalla plana, de verdad, ¿cuál era ese dichoso trabajo en el que Akihiko-sempai estaba?

Nuevamente comencé a pasear mi mirada por el lugar deteniéndola en el gran librero que ya antes había visto, hasta arriba se encontraba la gran hilera de libretas negras cuidadosamente ordenadas, y en las repisas de abajo, grandes y gruesos libros, novelas en su mayoría quiero creer.

Pero al bajar la mirada me encontré con el primer libro polviento y desgastado de aquella vez, Romeo y Julieta si mi memoria no me fallaba, recordé aquella foto en su interior y el nombre escrito en ella… “Erika”.

Así es como dijeron aquellas chicas que se llamaba la ex novia de Akihiko-sempai, un sentimiento de angustia se poso en mi corazón, aquella vez el dijo que no era importante, que había sido un error que esa fotografía se encontrara ahí.

Con temor de saber lo que podría encontrar llevé mis manos hasta aquel viejo libro, pasando rápidamente las páginas, hasta que encontré aquello que no quería ver, ahí estaba esa foto, mostrando la sonrisa de aquella linda chica, las lagrimas comenzaron a rodar por mi rostro.

-Lo siento Misaki, Hiroki y sus tonterías… ¿Misaki?- dijo mirándome desde el umbral de la puerta, yo simplemente no podía despegar la mirada de aquella fotografía.

-¿quién es ella?- dije entre lágrimas, sin saber si quería escuchar su respuesta o no, sin saber si quería que me dijera la verdad o no.

-no es nadie importante…- dijo acercándose lentamente a mi.

- si no lo fuera, ¿por qué estaría esto aquí?-

-Misaki…-

-¿aún la amas cierto?, es por eso que conservas esta fotografía…-

-no, Misaki- dijo arrebatando el libro junto con la foto de mis manos, aprisionándolas con las suyas- te lo explicaré, así que siéntate por favor…

Así me arrastro lentamente hasta la cama donde nos sentamos frente a frente

-Ella, ellas se podría decir que fue la primera persona a quien quise, si no te lo dije, no fue porque no confiara en ti, o porque quisiera ocultártelo, es solo que, sabía que sería algo difícil de hablar para ambos, ella…  comencé a salir con ella cuando estaba en primer año, aun vivía en casa de  mis padres, pasamos algunos meses juntos, estaba muy enamorado, pero, cuando le dije que se fuera conmigo, que nos fuéramos juntos, que cortáramos lazos con todo y con todos, me dejo, me dijo que no se iría, que no viviría una vida mísera por mi, aún así, con el corazón roto decidí que me iría de mi casa, sin embargo, cuando fui por mis cosas, la encontré a ella en mi casa, acostándose con mi hermano, lo poco que me quedaba de corazón se rompió ahí, mi propia familia y quien yo creía el amor de mi vida, no fue algo muy sencillo para mi, ella estaba conmigo solo por el dinero de mi familia, y al yo negárselo, fue por mi hermano…-

No dije nada, así que esa era la razón, definitivamente, había sido traicionado de la forma más vil posible. Sin embargo eso aún no explicaba el por qué aún conservaba esa fotografía.

-Si conservo esa fotografía, es por el rencor que le tengo, no porque aún la ame, creí que no podría volver a enamorarme, luego llegaste tú, y cegaste mi mundo, para convertirte en él, te amo Misaki, a ti, y solamente a ti- dijo sosteniendo con sus manos mi cabeza, clavando su mirada en la mia.

- también te amo, así que…- dije aun con lágrimas- así que te ruego que no me abandones…-

-ni loco lo haría, aun s tu quisieras alejarte de mi te encerraría para que te quedaras conmigo por siempre- así procedió a unir sus labios con los míos, besándome con fiereza, con pasión, y con mucho amor.

Me besaba ansioso, y yo le regresaba el beso con la misma intensidad, le quería, le quería demasiado, sus labios quemaban sobre los míos y su aliento mezclado con el mío estaba comenzando a marearme.

Su traviesa lengua se adentraba en mi boca comenzando a rosarse con la mía, provocándome un placentero cosquilleo en el abdomen bajo, la  respiración había comenzado a faltarme así que entre beso y beso comencé a suspirar.

El beso se había vuelto un poco más violento, ahora mordía levemente mi labio inferior, retándome a seguirle el ritmo.

-Sempai…- susurré en su boca

-Misaki…- respondió de igual forma

Poco a poco comenzó a hacer presión sobre mi cuerpo, haciendo que me recorriera al centro de la cama y me recostara en ella. Llevé mis manos hasta su cuello, impidiendo que por cualquier motivo se separara de mi, necesitaba más, mucho más de él.

Sentí como mi camisa era alzada levemente, a la vez que el cosquilleo de unos dedos traviesos se aventuraban a tocar la piel de mi abdomen.

Mi boca con la suya era un mar de sensaciones, el ardor y el dulzor del roce de su piel eran algo inimaginable, pero de un momento a otro se perdió, ya que esos labios abandonaron los mios para descender hasta mi cuello.

-Ahh… Akihiko-sempai…-

No sé en qué momento había sucedido, pero en estos momentos me hallaba con las piernas abiertas y con Sempai entre ellas, no pude evitar sonrojarme al percatarme de la intima y comprometedora posición en la que nos hallábamos, sin embargo, esto no me importó demasiado, después de todo, yo estaba listo para entregarme a él en cualquier momento.

Succionaba y mordía mi cuello de igual forma que mis labios, sabiendo que eso dejaría una marca el día de mañana, sin embargo en estos momentos no tenía cabeza para pensar en algo que no fuera su piel rozando la mía.

Sus manos dejaron mi abdomen para comenzar a desabrochar los botones de mi camisa, pero al parecer su desesperación y el deseo pudieron con él, ya que en vez de desabrocharlos, decidió romper los botones de mi camisa.

-Hey… tranquilo, no iré a ninguna parte…- dije entre risas

-lo siento, es solo… que te deseo demasiado…- dijo comenzando a besar mi pecho, nuevamente ese cosquilleo en mi abdomen bajo se hacía presente, no necesitaba mirar para saber que mi miembro se encontraba ahora completamente despierto y ansioso de un poco más de atención.

Eché mi cabeza hacia atrás, disfrutando únicamente de las caricias que este hombre me dedicaba, sus labios se paseaban con total libertad por todo mi torso, humedeciendo con besos, mordidas e incluso algunas lamidas mi pecho y abdomen, a la vez que sus manos me recorrían sin pudor alguno.

Una de sus manos subió, posándose en uno de mis pezones, comenzando a jugar lenta, pero intensamente con él, provocándome una de las sensaciones que rara vez había sentido, pero que sin embargo él era el único que me había provocado. Retorcía y presionaba mi pezón, provocando que este se endureciera rápidamente, arquee mi espalda proporcionándole una mejor posición, entregándome cada vez más a él.

-Misaki…- dijo mirándome, separándose de mi repentinamente, tenía sus ojos ennegrecidos, sus mejillas muy ligeramente sonrosadas y su respiración agitada-  Misaki… - dijo acariciando mi mejilla- te deseo demasiado…

-y yo a ti…- respondí sin más, acariciando de igual forma su rostro con ambas manos- vamos, hazme tuyo…- dije sonriéndole, me preguntaba, ¿qué es lo que me había pasado?, ¿es qué clase de extraña dimensión yo podría haber dicho algo así tan a la ligera?

-Misaki… no puedo…-

-si puedes, quiero que lo hagas, déjame demostrarte cuanto te amo…- dije mirándolo directamente a los ojos, creo que en toda mi vida nunca había hablado con tanta honestidad.

-Si continúo… ya no podré detenerme, no importa si te arrepientes-

-no te preocupes, no lo haré- dije sonriéndole

Y así, nuevamente volvió a besarme, más tierna y lentamente que antes, en un beso cargado únicamente de amor, del mas puro amor que jamás pude haber imaginado.

Sin embargo ese beso duro poco, ya que el deseo y la lujuria que ahora se alojaba en nuestros cuerpos pudo con nosotros, haciéndonos necesitar más del otro, nuestras lenguas se rozaban nuevamente en un húmedo y para nada sincronizado beso, era simplemente dos bocas moviéndose una contra la otra, pero de una forma que me provocaba sensaciones imposibles de describir.

Mis manos cosquilleaban y yo sabía el por qué de aquello, quería sentir esa piel, quería sentirlo, recorrer su cuerpo con ellas, pero la blanca tela de su camisa algo arrugada y desacomodada me lo impidió, así que como pude y sin separarme de su boca desabroché los botones, y él, una vez al sentirse libre, se sacó la camisa sin separarse un solo segundo de mi.

Sus manos, al parecer se hartaron de recorrer solo mi torso, y de un momento a otro mis pantalones se hallaban en algún lugar de la habitación, y Akihiko-sempai, bueno, él ahora besaba todo el largo de mis piernas haciéndome suspirar.

-Misaki…me enloqueces…- dijo besando mi piel

-ahh… no digas eso…- dije retorciéndome en mi lugar al sentir aquellas dulces caricias

-Tu blanca piel, y tus largas piernas, pueden conmigo, no lo resisto…-

-Akihiko…-dije jalándolo para volver a besarlo

-ahh… repítelo- dijo contra mis labios, no respondí, puesto que no sabía a qué se refería- di mi nombre una vez más…

-ahh… Akihiko-dije completamente fuera de mí.

Nuevamente llevé mis manos a su ropa, tratando de quitarla, la evilla de su cinturón me molestaba en demasía, creo que nunca sentí tanto odio por una prenda de ropa, y con un poco más de esfuerzo, ambos nos encontrábamos al fin en ropa interior él acariciaba mis piernas con toda libertad, y yo no me sentía capaza de despegar las manos de su fuerte pecho.

Me sobresalté al sentir la electricidad correr por mi cuerpo, una de sus manos se había posado en mi intimidad y había comenzado a moverse suavemente sobre ella, si antes soltaba suspiros algo sonoros, bueno, ahora no podía parar de gemir, sin embargo no duro mucho, ya que poco después dejo de acariciarme por sobre la tela y procedió a retirar mi ropa interior, dejándome completamente desnudo y a su merced.

-Misaki…- dijo mirándome lascivamente algo alejado de mi

-no me mire de esa forma- dije desviando la mirada, completamente avergonzado de la situación en la que me hallaba, a pesar de todo, nunca había estado completamente desnudo frente a él.

-lo siento…- dijo con una sonrisa, creo que es la disculpa más falsa que he escuchado en toda mi vida- bueno, relájate Misaki…

¿Relajarme?, pero casi en ese mismo instante entendí el por qué, ya que sentí uno de sus dedos abriéndose paso lentamente a través de mi virginal entrada, no pude evitar quejarme ante la incomodidad y el ligero dolor que estaba sintiendo, fue ahí que caí en la cuenta de que de verdad íbamos a hacerlo y fue que comencé a ponerme nervioso, pero no quería parar, tenía miedo, pero no quería que parara por ningún motivo, no ahora que al fin se había decidido.

-ahhh…- gemí al sentir un segundo digito en mi, quería decirle que parara, que lo hiciera de una vez por todas, pero por lo que había leído y escuchado, si no me preparaba seguramente sería horrible. Y así, poco a poco, tres dedos terminaron en mi interior haciéndome gemir, ya no sabía si de placer, de dolor o por lo que sea.

-¿listo?- me dijo Sempai mirándome a los ojos, no pude responderle, así que me limité a asentir ligeramente.

Akihiko-sempai se sacó la ropa interior, y se alejó un poco del lugar, estirando su brazo hasta la pequeña mesa de noche, de donde sacó un pequeño sobrecito de uno de los cajones, lo abrió y se colocó el condón de manera apresurada, regresó a la cama acomodándose entre mis piernas, de forma que su virilidad quedara justo frente a mi entrada, y de esta forma, comenzó a hacer presión sobre ella.

-ahhh… Misaki- gruñó Sempai.

Si creía que había dolido con los dedos, bueno, no sabía como describir aquello, sentía como se adentraba poco a poco en mi interior desgarrando mis paredes.

-Misaki, no aprietes tanto, relájate, todo está bien- dijo acariciando mi rostro, no me había dado cuenta de en qué momento las lagrimas habían comenzado a salir de mis ojos.

-hazlo rápido, no puedo, por favor…-

No tuve que pedírselo dos veces, al parecer él estaba tan desesperado como yo, así que de una sola estocada lo sentí completamente dentro de mi.

¿describir lo que sentí?, no puedo, simplemente es imposible que pueda hacerlo, no sabía si las sensaciones que me embargaban eran de dolor o de placer, pero me sentía… no lo sé, pero sentir a Sempai dentro de mi, sentirlo junto a mi, sentir como se llevaba mi virginidad y mi corazón, además de mi alma era algo incomparable.

-Ahhh… dios… es… tan estrecho- gruñó Sempai en mi oído, por su tono de voz supe que se estaba conteniendo, sin embargo no quería que lo hiciera, quería que me diera todo del para yo así poder entregarle todo de mí. Solo basto una mirada para hacerle saber que podía comenzar a moverse.

Sentí como levemente se recorría hacia atrás para arremeter nuevamente contra mi interior de una manera lenta, pausada y suave, pero que me provocaba un intenso placer, así fue durante unos muy pocos minutos, ya que estaba comenzando a desesperarme, mi cuerpo ansiaba más, mucho más del.

-Misaki… voy a… hacerlo más rápido-

No respondí, simplemente me limité a abrazarlo con ambos brazos y a enrollar mis piernas a sus caderas, haciendo más profunda nuestra unión, y así fue que comencé sentir como arremetía contra mi interior de una forma más rápida, más fuerte y más bruta y que definitivamente me encantaba.

-ahh… ahh… ahh- gemía con cada estocada, podía sentirlo chocar contra mis paredes, podía sentir como entraba y salía de mi interior

-ahhh, Misaki…-

Las embestidas se volvieron fúricas al cabo de unos minutos, ya no había rastro de dolor alguno, lo único que me quedaba era un intenso placer que recorría como agua todo mi cuerpo, un fuerte cosquilleo que me forzaba a abrazar cada vez más fuerte al hombre que me embestía en esos mismos momentos.

El placer era tan intenso que sentía que en cualquier momento podría explotar o incluso morir a causa del mismo, era incontrolable todo lo que sentía en aquel momento, abrazaba a Sempai con ansiedad y necesidad, no quería que se alejara de mi, no quería separarme de él, quise aferrarme a él, enterrando mis uñas en su amplia espalda, obteniendo como resultado estocadas aún mas fuertes si es que era posible.

-Akihiko…¡Akihiko!- gemí-no puedo, no pudo, yo… ¡me derrito!

-aguanta Misaki, ya casi…-

- ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!- me embestía cada vez con más fuerza, nuestros cuerpos estaban sudados y cansados, sin embargo ahí seguíamos, desbordando pasión entre nosotros.

No pasó mucho hasta que sentí llegar el orgasmo más placentero y maravilloso que había sentido en toda mi vida, arqueando mi espalda, me aferré como pude al hombre al que me había entregado, al hombre del que me había enamorado, al hombre que me había hecho el amor.

Agitado y muy agotado sentí como Sempai salía de mi interior, derramando un líquido blanquecino, tal vez en alguna otra situación me hubiera avergonzado de ello, sin embargo ahora me encontraba lo bastante cansado como para que me importara un mínimo.

-esta estupidez se rompió…- escuché decir a Sempai

Poco después lo  sentí destender la cama, acomodándose en ella junto a mi por debajo de las mantas. Y así, recostado en su pecho caí profundamente dormido, no sin antes susurrar un pequeño “te amo”, el cual estoy seguro de que escuchó.

Nuestro romance recién comenzaba, y si, habíamos cometido errores, sin embargo los superábamos y aprendíamos de ellos, no importaba que obstáculo se nos presentara, siempre y cuando este cariño que nos teníamos existiera.

Puedo superar cualquier dificultad, siempre y cuando estés conmigo.

Notas finales:

¿qué tal?

lamento decir que este es el final de este fanfic, quiero dar gracias a todas las chicas que me siguieron desde el inicio <3 naaa ¡mentira!, aun queda un poco más de Erika para estos dos chicos, así que no bajen la guardia (;

a decir verdad estoy un poco insegura con el lemmon, tiene ya un tiempo que no escribía uno, además de que quería que fuera algo, violento y feroz, pero con su romanticismo bien definido.

nuevamente las invito a que me dejen uno de sus hermosisimos y sensuales reviews con sus sugerencias, comentarios y/o amenazas de muerte.

comopodran ver, este capitulo llego casi a las 6000 palaras, es por eso que decidí dividirlo con el anterior, ya que si los hubiera juntado hubieran sido poco más de 9000 palabras, es mucho a decir verdad...

bueno, sin más que decir, ¡las veré en el proximo capitulo de "Nueva Vida"!

 

Usagi'sWife... ¡fuera!


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