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Battle Dogs por Iratxe

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Notas del capitulo:

Buenas tardes/noches

 

En primer lugar muchas gracias a todos los que os habéis tomado la molestia de empezar a leer este fic a pesar de que no son ni las parejas con las que acostumbro a trabajar ni el estilo que acostumbro a narrar ;w; 

 

Aún así estoy realmente contenta con lo que está ocurriendo y con cómo ha quedado este capítulo, nos vemos abajo ^3^

Byou y yo estábamos saliendo de clase entre risas y bromas cuando avisté a dos personas en el patio que no eran alumnos, pero tampoco profesores, lo que normalmente sería algo por lo que preocuparse, ¿no? Dos extraños en el instituto masculino, pero no venían a vender droga ni nada parecido —bueno, puede que también— sabía perfectamente quienes eran...

 

—¡Byottaro, mira quienes están ahí!—le di un par de golpes en el brazo, sin dejar de mirarlos.

 

—Dos tíos raros, sí, qué pasa.—él ni siquiera se molestó en mirarlos por más de dos segundos.

 

—¡No son tíos raros! ¡Son Zans!—le corregí.

 

—¿Mm? ¿Y cómo lo sabes?—

 

—Porque son Die y Aki, dos de los más cercanos a Kyo...wou...habrán venido a reclutar nuevos miembros…—me había emocionado de repente, mis objetivos poco a poco se acercaban a mí, sentía la adrenalina recorrerme.

 

—...hablas como si coleccionaras cromos de ellos. Son solo dos tíos con el pelo raro.—

 

—Cuando sea uno de ellos me lo pondré rubio; pero uno más claro que el de Kyo, no creo que le guste que tengamos el mismo estilo.—

 

—Serás un pollito Zan muy mono, sí.—    

 

—Espérame aquí, voy a decirles que me uno.—hice caso omiso a su burla.

 

—Sí sí, ve.—me dijo adiós con la mano.

 

Me acerqué a los dos intentando parecer un tío peligroso; al fin de al cabo ellos lo son, ¿no? Debo integrarme. Manos en los bolsillos, las piernas ligeramente separadas al andar y cara de que odias al mundo. Muy bien.

 

—Eh.—me quedé frente a ellos—¿Sois de los Zan?—

 

—Sí.—Aki me miró de arriba abajo—Y a ti qué te pasa, niño.—

 

—Quiero unirme.—anuncié.

 

—¿Tú? Die mira lo que dice el bichillo este.—se rió de mí.

 

—Qué pasa. ¿No me has oído?—intenté mantenerme firme—He dicho que me quiero unir.—

 

—¿Pero tú sabes pelear?—esta vez me habló Die.

 

—Claro que sé.—

 

—Aki, ¿quieres probarlo?—Die ni se molestó en dirigirse a mí de nuevo.

 

—Claro, hace un poco de frío, así me caliento.—se quitó la chaqueta y chasqueó sus nudillos—A ver, peque, dame con lo que tengas.—                 

 

Me remangué la chaqueta del gakuran y me lancé a por él en un movimiento que resultó...temo que patético. Aki me agarró y me tiró al suelo sin ningún esfuerzo. Ni le toqué.

 

—¿Aaah? ¿Solo esto?—se quejó—Qué aburrido.—me dio una patada en las costillas mientras estaba en el suelo.

 

—¡Aah!—me levanté más rabioso esta vez, era mi oportunidad, no podía desaprovecharla—¡Aaahhh!—me lancé de nuevo hacia él y esta vez me llevé un puñetazo directamente en la cara.

 

Y luego otro… y algún golpe más…

 

—Venga Aki, vámonos que nos van a pillar, esos dos tienen buena pinta, les decimos que vengan y nos vamos rapidito.—

 

—Vaale.—una última patada en mi costado antes de desaparecer; dejándome tirado en el suelo, con la nariz sangrando y las ilusiones destrozadas.

 

¿Y ya está…? ¿Tan fácil? ¿No podía entrar? Yo sabía que era bueno peleando...solo que quizá no tanto como ellos… Solo necesitaba que me dieran una oportunidad para demostrar lo que valía.... Pero el mundo no es así de justo, por supuesto. Tendré que labrarme mi propio camino hacia los Zan… Aunque no sea dentro de ellos.

 

**

 

El sonido de la máquina de tatuar llenaba la habitación como un zumbido siniestro y monótono. Kyo estaba creando una obra de arte en la piel de su acompañante; Shinya, completamente desnudo sobre la cama. En la espalda de este empezaba a vislumbrarse un enorme fénix cuyas dimensiones se extendían desde sus hombros hasta una de sus nalgas.

 

Ninguno de los dos hablaba; el rostro de Shinya, sereno a pesar de lo mucho que sangraba, hacía parecer que él no estaba allí realmente, que solo era un lienzo que estaba siendo decorado. Pero claro que sentía; las primeras veces que Kyo lo había tatuado había mordido la almohada durante todo el proceso, intentando mantener la compostura, pero la tortura no terminaba ahí, después había tenido que ser atado a la cama para que no se intentara arrancar la piel con las uñas por lo mucho que se le irritaba. Un gran rebelde aquel Shinya.

 

En cambio ahora había perdido todo eso, y se dejaba hacer, esperando que Kyo terminara y se la chupara como recompensa por no gritar de dolor.

 

—Bien…—el ruido se detuvo—Ya está.—Kyo limpió la sangre mezclada con tinta por última vez; conteniendo la tentación de retirarla con su propia lengua, luego tapó el tatuaje con precisión quirúrgica y guardó su equipo, era lo único en toda la habitación que estaba perfectamente ordenado y limpio como una patena.  

 

—Mm…—Shinya ni siquiera hizo amago de girarse sobre sí mismo.

 

—Hoy te has portado muy bien.—el líder de los Zan le acarició la cabeza como si fuera un perro—En cuanto esté terminado no voy a parar de mordértelo.—le dio la vuelta violentamente para dejarlo boca arriba y Shinya se quejó por el repentino contacto de su espalda vendada contra la cama—Perfecto.—lo besó, sentándose sobre sus caderas.        

 

—Mnh…—Shinya se dejó hacer, tampoco le quedaban muchas opciones más que gritar cuando Kyo clavó las uñas en su pecho—Ah…—dirigió su vista hacia la cabeza del rubio, que se perdía ahora entre sus piernas.

 

A medida que Kyo se introducía el miembro de Shinya en la boca, las uñas se clavaban más profundamente…

 

—Ah...Kyo…—    

 

—Mm…—el rubio se sintió complacido al escuchar su nombre siendo gemido de aquella forma, Shinya siempre había sido una de sus “debilidades”.

 

No una debilidad personal, por supuesto, solo una sexual. A fin de cuentas no había mucho más que pudiera sacar de él. A pesar de haber practicado artes marciales durante mucho tiempo no destacaba especialmente en las peleas, era un tipo muy tranquilo y eso tampoco ayudaba. Pero oh, cuando se trataba de sexo...no había nadie mejor que él para desfogarse mirando una cara bonita. O un culo.

 

—Kyo…—la puerta se abrió—Dis...disculpa…—   

 

¿Quién debería preocuparse más, aquel que ha interrumpido al líder de los Zan con la boca “ocupada”, aterrado por si este decidía degollarlo, o el que era su compañero de cama en aquel momento, expuesto a un mordisco malhumorado en cualquier momento?

 

—Es que ya hemos...reclutado...a dos nuevos miembros...que pueden ser interesantes…—Die solo intentaba salvar el pellejo llegados a este punto, y no mantener contacto visual bajo ningún concepto.

 

Kyo se levantó de la cama y se limpió la boca con el dorso de la mano para acercarse a la puerta.

 

—Gracias por avisarme, Die.—

 

—De nada…—el pelirrojo sonrió forzadamente, esperando a que el otro se fuera para poder respirar tranquilo.

 

—Pero…—

 

—¿Sí…?—Kyo estampó su cabeza contra el marco de la puerta—¡Aahh!—

 

—No vuelvas a interrumpirme mientras follo.—salió de allí a paso rápido, les esperaba una buena a los nuevos.  

 

—Joder…—Die se quedó agarrándose la mejilla unos segundos, eso había dolido de verdad.

 

—¿Daisuke...?—la voz de Shinya lo invitó a pasar sin hacerlo realmente...y la puerta se cerró con ambos dentro.

 

—Estoy bien...estoy bien…—trató de sonreír—¿No me ves?—se sentó en la cama—Y tú qué…—sonrió de medio lado—¿Kyo te ha dejado con el calentón, eh?—bromeó.

 

—Ya ves. Ni para eso sirve.—ambos se rieron—¿Seguro que estás bien?—dio un pequeño beso en su mejilla hinchada.

 

—¡Ah! ¡No toques!—

 

—¡No toco!—se quejó—Debilucho.—

 

—No dijiste eso…—Die metió su mano entre las sábanas—La última vez que te lo hice…—empezó a masturbarlo, despacio al principio—Sigues duro, cariño…—

 

—Mm… ¿No sabes qué hacer para arreglarlo, o qué?—

 

Podía parecer que Shinya se había convertido en una princesita caprichosa por ser el “consentido de Kyo”, pero nada más lejos de la realidad, ni hablaba a Die con ese tono porque se sintiera superior ni Kyo le otorgaba ningún privilegio más que sexual. Su papel en la banda, de hecho, era el peor al que alguien podría aspirar. Si resultaban heridos en alguna pelea, además de sus propias lesiones tendría que soportar a Kyo follándoselo “sin preguntar”, por decirlo de alguna forma. Y viendo la forma que el líder tiene de gestionar las emociones… Shinya había sido hospitalizado más veces por las sesiones de sexo con él que por las actividades de la banda.

 

—Estoy en ello…—empezó a repartir besos por su cuello—Me da rabia no poder dejarte marcas...me encantaría…—

 

—Ya...ah...y Kyo te mata…—        

 

—Sabes que me gusta…—aumentó un poco el ritmo—El peligro…—   

 

—Ah...y a mí me gusta más rápido…—Shinya lo besó, desabrochándole la camisa, no tenían mucho tiempo para andarse con preliminares, Kyo podría volver en cualquier momento y...en el fondo eso los excitaba.

 

Pero...alguien no arriesgaría el pellejo solo por un polvo, ¿verdad?

 

—Daisuke…—

 

—¿Sí…?—

 

—Ah...un poco más…—

 

Las manos se deslizaban…

 

—Joder…Shinya…—

 

Las bocas una sobre la otra…

 

—Mnh...sigue…—

 

Y…

 

—Te quiero…—

 

Eso.

 

—Mm…—Shinya se corrió en la mano de Die ahogando su gemido en el cuello de este

 

—Ponte tú encima...que si te muevo mucho te rozarán las vendas…—

 

—¿Ahora te preocupa eso…?—Shinya le desabrochó los pantalones—Estoy acostumbrado a que duela.—sacó la erección del pelirrojo de los boxers para sentarse sobre ella.

 

—Pero yo no soy Kyo.—Die le bajó las caderas lentamente—Y lo sabes…—

 

—Lo sé…—unieron sus labios—No tenéis nada que ver…—

 

—¿Te ha…—contuvo un gemido—...dolido mucho está sesión…?—

 

—Sí...pero bueno...es mejor que lo que hay debajo...—

 

Ambos mantuvieron el silencio, moviéndose lentamente, obviando las cicatrices que yacían bajo las vendas y el fénix... Kyo nunca fue un ángel, ¿no? Los arañazos del pecho de Shinya no eran nada comparados con los latigazos que había recibido todas las veces que había desobedecido las órdenes del rubio al principio…      

 

Pero…¿Por qué taparlos entonces? ¿Y si volvía a desobedecer? Simple. Eso no iba a ocurrir nunca. Porque...él ya no se resistiría más, Kyo había ganado. Tenía el poder absoluto sobre él y… Shinya ya no era más que un cuerpo vacío, su “cosa bonita”…

 

¿Y qué ocurrirá cuando deje de serlo? Esa es la pregunta que acosa a Shinya noche tras noche...sin dejarle conciliar el sueño…

 

A fin de cuentas, la belleza no es eterna.

 

**

 

—¡Mao-nii!—Byou fue el primero en acudir a socorrerlo, por supuesto, quién si no iba a ayudar a aquel idiota que se metía en juegos que no podía ganar—¡¿Estás bien?!—se agachó para ayudarlo a levantarse.

 

—Que sí que estoy bien…—Mao se quedó de pie—Voy a...ir a casa.—

 

—Deja que te acompañe y te curo eso…—

 

—Uh… ¿Mao-enanii ha caído en combate?—no tardaron en llegar las burlas de los que seguían en el patio

 

—No me duele.—Mao apartó a Byou y empezó a andar, pero él lo siguió de todas formas.

 

—Se han ido con...Mizuki….y Tsurugi…—

 

—Pues que lo disfruten.—se alejaron del colegio

 

—¿Ah?—

 

¿Esa era toda la reacción de Mao al escuchar que esos dos imbéciles iban a ser Zans y él no? ¿En serio? ¿Después de tanto dar por culo con eso de la banda día sí y día también? Al menos esperaba que se le quitaran de la cabeza esas tonterías de pelearse y así por fín podría dejar de preocuparse porque lo mataran un día.

 

—¿Tus padres no están en casa?—Byou se quitó los zapatos en el recibidor.

 

—No…—Mao se quedó apoyado en la pared.

 

—¿Quieres que vayamos a tu cuarto y pongamos la play? Tengo ganas de jugar un rato.—se estiró.

 

—No…—la misma respuesta, eso ya era raro.

 

Byou se giró a mirarlo, levantando una ceja.

 

—¿Qué te pasa?—Mao seguía mirando hacia abajo—¿Mao…?—esta vez lo preguntó preocupado.

 

—Byottaro, me duele…—lo miró, y no había nada más adorable en todo el mundo para Byou en aquel momento—¿Me curas...por favor?—parecía un niño pequeño, con las mejillas hinchadas y esa mirada suplicante.

 

—Claro…—Byou no pudo evitar sonreír con ternura—Ven, anda…—lo llevó hasta el baño de la mano—No me vayas a llorar, ¿eh?—lo dejó sentado en el retrete mientras buscaba la caja del botiquín.

 

—Yo no lloro.—habló haciendo un puchero—Soy un hombre.—

 

—Sí, eres todo un tipo duro...hasta que llegas a casa, como siempre.—no era ni la primera ni mucho menos la última vez que se encontraban en esta situación, en el fondo Mao peleaba muy mal aunque él creyera que era genial—¿Qué ibas a hacer tú en los Zans sin mí? ¿Eh? ¿Quién te iba a curar las heriditas cuando te hicieran daño?—

 

Empezó a curarlo con cuidado, como una madre, intentando no hacerle más daño del que tenía. Pero menuda avería le habían hecho.

 

—Ah...te llevaría conmigo…—Mao apoyó sus manos en las caderas de Byou para tener un punto de apoyo y no moverse aunque le doliera—Para que me ayudaras…—             

 

—Pero yo no quiero eso…—Byou empezó a hablar, sin darse cuenta de que la mirada de Mao se perdía en las baldosas del baño, inmerso en su propio mundo, dejando de prestarle atención—Ya sabes que a mí no me va mucho lo de las peleas...no es lo mío, y tampoco me gustaría que estuvieras metido en una banda de estas...estaría muy preocupado por ti...Así que supongo que acabaría uniéndome yo también al final.—se rió nervioso—Porque eres mi mejor amigo y eso solo, pero ya sabes cómo soy.—se dio cuenta de que el otro hacía rato que no le oía—¿Mao me estás escuchando?—      

 

Hubo tres segundos de silencio; y después, la frase de la discordia fue lanzada, como si fuera a destrozar aquel cuarto, aquella casa, y todo a su paso solo con ser pronunciada:

 

—...voy a formar mi propia banda.—

 

Notas finales:

Por favor. Todos. Ahora. Añadid esto al final:

 

Byou: *serio* ¿tú eres tonto?

 

x,DDD Es que Mao es imbécil

 

Apuestas sobre si Byou lo mata o no (?) Un rw por lo BONITO que es Mao pidiéndole a Byou que lo cure? O por Kyo tatuando abuawbeauigrgef lo que más os guste.  


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