Capítulo 2: conociéndonos
El pequeño pelinegro intento levantarse de la cama pero sentía una molestia que no lo dejaba moverse en los brazos fue cuando se percató de que tenía suero inyectado en el brazo, luego de quitárselo se levantó y paso a idear un plan para escapar tal vez si se tiraba de la ventana lograría escapar se asomó a ella para verificar que tan viable era esa opción y suspiro derrotado al ver que se encontraba en un siquiera séptimo piso por la ventana no sería buena opción pero tal vez por la puerta, pero descarto esa idea de inmediato lo verían y eso no se lo podía permitir, tal vez si dejaba que hicieran lo que quisieran y el ultimo dia se escapaba, no en definitiva no podía hacerles eso, entonces ¿Qué hacía?, pensar hacia que su rostro se volviera todo rojo no lograba encontrar en su mente una idea que lo ayudase en esta situación.
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Mientras tanto afuera de la habitación estaban los familiares del pequeño y su “futura familia política” la cual tan bien se asustó al ver la reacción del pequeño frente a la idea del casamiento.
- te dije que se iba a asustar y aun así lo hiciste – se quejaba con su padre un pecoso mientras daba vueltas impaciente.
- Ace tiene razón podíamos haberlo discutido con él y llegar un acuerdo – hablo un rubio sentado junto a un moreno y ojeroso chico y un hombre rubio con un extravagante abrigo rosado de plumas.
- jejejjeje cuando mencionaste que le tenía miedo al matrimonio jamás creí que fuera tan enserio – hablo entre risas el rubio la reacción del pequeño le pareció de lo más divertida - ¿Por qué le tiene tanto miedo?
- ni puta idea de un dia para otro salió diciendo que el matrimonio era una cosa horrible y que jamás en su vida pensaba casarse – un hombre de avanzada edad pero con una musculatura envidiable apareció.
- creo que deberían hablar con el seriamente con él al respecto – intervino por primera vez el ojeroso en la conversación.
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- Así que ya despertaste mocoso – dijo a espaldas del pequeño una mujer vestida de medico con el cabello blanco indicando su avanzada edad al contrario de lo que su figura decía.
- ku-kureha, como le va a pasado mu-mucho tiempo – el pequeño estaba un poco asustado de que hubiera visto y escuchado su intento (fallido) por escapar de aquel odioso lugar que tan malos recuerdos le traía.
- ¿Por qué te desmayaste, mocoso? Estas en perfecto estado, diría que mejor de lo que debería alguien que come tanto como tú.
El pequeño suspiro, ya conocía a aquella mujer y si no le decía por voluntad bien sabía que se lo sacaría a golpes, además de que ella era la única persona en la que confiaba lo suficiente y también la única que conocía la razón de su odio indiscriminado asía el matrimonio – me acaban de comprometer y me casare a inicios del mes que viene – dijo sacándole una sonrisa al mujer frente a él no entendía ¡¡ ¿Qué era tan gracioso?!! -¡es un tema serio no se ría! – replico el menor en un tierno puchero.
- mocoso eso ya lo sé, mi nieto es quien se va casar conmigo, no te preocupes que no te quitara tu tan preciado “tesoro” – dijo la mujer a la cual el pequeño meraba sorprendido.
- ¡¿e-es t-tu ni-nieto?! – grito sorprendido ahora entendía el por qué ese chico le dio un poco de miedo, o al menos eso creía porque al verlo una extraña sensación rodeo su cuerpo la cual solo supo interpretar como miedo.
Minutos después (y golpizas también (propinadas por la mujer mayor) ambos salieron de la habitación a informarles que estaba bien.
- ¿Qué le paso a Luffy kureha-san? – pregunto el pecoso mientras abrazaba sobreprotectoramente a su hermano menor.
- le dio un ataque de pánico – hablo la mujer como si no fuera algo importante.
- fufufuufu que raro que a alguien tan pequeño le den ese tipo de ataques – dijo el rubio mientras se levantaba del asiento.
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Después del incidente del pequeño, empezaron a planear sobre cómo se iba a realizar el matrimonio, claro que esperaron a que el pequeño no estuviera presente para que aquello no volviera a pasar, para conseguir que el pequeño no supiera nada le pidieron gentilmente (a base de amenazas) al ojeroso cuidar del pequeño en la habitación del pequeño el cual acepto gustoso (la verdad lo hizo a regañadientes y soltando maldiciones al por mayor) una vez frente a la puerta de la habitación entro sin importarle siquiera que estaba haciendo o si lo dejaría pasar el pequeño (cabe recalcar que tampoco toco la puerta), el pequeño solo miro desde su cama abrazando un peluche de lo que parecía ser una cabra blanca.
- hola – saludo con todo el desgano del mundo el pequeño aun sin levantarse.
- hola creo que ya lo sabes pero mi nombre es trafalgar, un gusto conocerte – acto seguido forzó una sonrisa para el pequeño pera la verdad no quería estar ahí quería salir corriendo y dormir todo el dia y de ser posible toda la vida, no es que fuera perezoso ni mucho menos, solo que esta situación lo estrazaba horrores y eso sumido a que estaba en exámenes era peor.
- soy Luffy, es un placer conocerte lamento lo de antes – el pequeño se levantó y le otorgo una sincera sonrisa mezclada con un poco de timidez al moreno, el cual cabe decir que no entendía cómo podía sonreírle tan dulcemente, a un tipo como él.