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Dividido por Akire-Kira

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Notas del capitulo:

Sí, sí, sí. He sido iluminada. He actualizado dos días seguidos.

En verdad tenía ganas de escribir algo como esto. Edward y Jacob merecían que escribiera algo como esto.

Jacob intenta calmarse respirando profundo varias veces. No puede ocultar su nerviosismo y el ligero miedo que la situación le causa, mucho menos a Edward, que le mira con suavidad y está dispuesto a detenerse si Jacob se lo pide; es casi un acuerdo silencioso el de hacer sólo las cosas con las que ambos están cómodos, y Jacob lo agradece.

Posándose en torno a su cuello, Jacob siente las manos amables de Edward. Gracias al continuo contacto con esa piel menos cálida que la propia, el estremecimiento en respuesta al frío no se extiende a través de sus nervios; Jacob adora las manos de Edward, tan ágiles y talentosas, por lo que la diferencia en temperaturas nunca fue un detalle que en verdad le importara.

Los ojos de Edward son de un color más oscuro del que el mismo considera ideal – el dorado brillante está por perderse dentro de un castaño oscuro, la señal de que necesita beber – y Jacob tiembla ante un recuerdo inoportuno, pero que aún le causa pavor: James; éste ahora está en un sitio en el que no puede alcanzarlo, con sus garras traslúcidas y esos colmillos mortales muy lejos como para herirlo de nueva cuenta.

Y es James – las memorias de Jacob que lo contienen – lo que provoca trabas entre Jacob y Edward actualmente. Jacob siente su rencor y odio hacia James crecer; sin embargo, el miedo natural no se desvanece bajo los otros sentimientos, Jacob le teme como a nadie más.

-          Es innecesario, Jacob – murmura Edward, acariciando el nacimiento de su cabello con las yemas de los dedos –. Podemos esperar otro momento, cuando te sientas por completo convencido.

-          Estoy convencido – replica él, estirándose para besar los labios de Edward unos segundos –. Es él, Edward – no se permite pronunciar el nombre, sabe que sería demasiado para los dos –. Quiero que lo hagas, me siento seguro mientras seas tú, pero mi mente se desvía hacia esa persona y no lo soporto.

-          Él te hirió – dice Edward, disgustado por el saber – al hacerlo, comprendo que la experiencia fue traumática. Esperemos un poco más, ¿está bien? Lo que menos deseo es hacer esto desagradable para ti.

-          Estás sediento – Jacob mueve sus manos por la cama y acaba colocándolas en los muslos de Edward. Edward suelta su cuello y, tranquilo, responde:

-          No es un problema. Puedo estar mucho más que esto sin alimentarme.

-          ¿En cuánto tiempo tenemos que regresar a Forks?

-          La fecha que Alice y yo creemos conveniente no es sino hasta dentro de unas semanas. Más de un mes. No hay necesidad de apresurarnos.

-          Siento la necesidad de apresurarme. Dejaré de ser humano, estaré muerto, es como si hubiera un reloj siempre recordándomelo.

-          Date unos días entonces. No habrá gran diferencia si es hoy, mañana o luego de eso. Si me permitirás beber de ti, quiero hacerlo cuando no tengas más dudas. No quiero que lo recuerdes a él mientras estás conmigo.

Jacob comprende el significado que Edward quiso darle a la oración, pero su cerebro maquina un segundo. Es instantáneo, una idea – un deseo agudo – surge dentro de sí.

-          Nunca pienso en nadie más cuando estoy contigo.

Edward comprende y sonríe – el gesto es mesurado, las esquinas de su boca se mueven muy poco de su sitio, e incluso así el cuerpo de Jacob comienza a calentarse –. La seriedad en el ambiente se disipa. Los temores de Jacob vuelan lejos de él, empujados por la fuerza de sus nuevas intenciones; han sido fácilmente desterrados y una ascendente ansia ocupa su lugar.

-          Sobra decir que para mí no hay nadie más si estoy en tu compañía – el estremecimiento que corre por la columna de Jacob es bastante placentero.

Jacob no sabe cómo, no entiende porqué, pero la voz grave de Edward le arrastra a un estado de añoranza increíblemente agobiante. El calor se torna sobrecogedor; una presión agradable en su bajo vientre estimula otras zonas, envolviendo sus sentidos, nublando su razón a todo lo que no sea Edward, a lo que no tenga que ver con ellos dos piel a piel. Jacob reacciona moviendo sus labios cuando Edward le besa y se mueve por la cama – romper el beso no les apetece, por lo que el movimiento es algo tardado –, buscando sentarse en las piernas de Edward y juntar sus cuerpos.

-          Se siente tan bien cuando haces eso – la voz de Edward se reduce a un gruñido; y es excitante para Jacob oírle de ese modo. El agarre firme de los brazos de Edward alrededor de su cintura generan más fricción en donde sus pelvis de encuentran.

-          Esta noche – Jacob habla, su boca besando la quijada de Edward, sus manos desabrochando los botones de la camisa de éste – hazme el amor de la forma quieras, amor.

Las palabras derrumban el equilibrio de Edward. Su tranquilidad se ve sobrepasada por la férrea y calinosa pasión. El lento vaivén de sus caderas arremetiendo contra Jacob adquiere una nota de desacostumbrada fogosidad. Durante la noche tumba a Jacob de espaldas, le hace apoyarse en sus rodillas, lo mantiene recostado sobre su abdomen y se deleita cuando Jacob murmura que puede – que desea – repetirlo.

Notas finales:

Pienso escribir un one-shot con contenido sexual explícito... pero no po el momento. Ahora mismo me basta con algo acercado a eso.

Gracias por leer. Espero saber qué opinan al respecto de mis habilidades para describir escenas de este tipo. Me falta aprender, pero espero les haya agradado la lectura y que no la hayan encontrado desagradable (ya saben, hay autores que son, o demasiado detallistas o un poco torpes - como yo - cuando de lemmon se trata).

Nos leemos :)


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