Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dividido por Akire-Kira

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí estoy de nuevo. Gracias por los reviews, y también gracias a esos lectores que, pese a no comentar, leen. Se los agradezco, en verdad.

Sin más, aquí está la siguiente parte:

Jacob mira sus zapatos mientras espera a que los Cullen le abran la puerta de su casa. Quizá sea Carlisle quien le atienda, como acostumbra a hacer cuando está en casa, o Alice, quien siempre le atrapa en el momento menos esperado para hacerle regalos costosos – en su mayoría ropa y accesorios con marcas que alguna vez vio en revistas de sus hermanas – que él ha aprendido a aceptar con el tiempo y que, aunque ya son varios, ha utilizado un par de veces. Este día, no lleva puesta ninguna de las cosas que Alice le ha dado.

Ni Carlisle ni Alice aparecen en el porche, pero sí Edward, que tiene una expresión relajada y ni se inmuta ante el olor que Jacob sabe que está impregnado en sus ropas. El olor de Paul, que está sufriendo un dolor indecible en casa de los Clearwater; Jacob se siente enfermo al rememorar su estado, su piel de un color amarillento enfermizo, tapado en vendas y sudando.

Edward le sonríe, cálido, y le aprieta entre sus brazos estando dentro de la casa. Jacob acepta el beso que Edward quiere darle y espera que su ligera reticencia a sentir esos labios sobre los suyos no sea evidente. El beso acaba, Edward todavía lo tiene metido en un abrazo suave. Jacob piensa en lo difícil que serán las cosas una vez revele la razón de su visita – Edward le dijo que iría más tarde a su casa, pero Jacob no puede esperar hasta el anochecer –.

-          Pensé que estarías con los Clearwater más tiempo – dice Edward, soltándolo para ir a la sala. Jacob contesta, ignorando que Edward evita mencionar el nombre de Paul:

-          Regresaré después. Necesitaba verte.

-          Estaría en tu casa más tarde, Jacob, no tenías que venir hasta acá.

Jacob toma asiento en el sofá individual – percibe el desconcierto de Edward; ellos siempre ocupan en sillón de dos plazas, juntos – y Edward en el de a un lado, dándole la cara a Jacob. Entonces, con un ambiente algo pesado sobre ellos, Jacob se sorprende de no querer retractarse ahora que las palabras están a punto de salir de su boca y su mano pica por la urgencia de sacarse el anillo del dedo. Ninguno de los dos es débil, ninguno se rompe rápido, así que será sincero y directo, actuará de modo que sea menos complicado, de modo que haya menos trabas.

-          He decidido qué haré, Edward. No puedo hacer como si lo de ayer hubiera sido sólo algo más entre tú y yo, algo que no afectó nuestra relación. Yo te amo – dice, y los ojos de Edward resplandecen, atentos, astutos – y amo a Paul también.

Edward sabe lo que viene. Podría librarse de oírlo, pero prefiere tener la afirmación dicha por el propio Jacob. Controla sus emociones, las entierra bajo una máscara de calma, y escucha a Jacob, todo lo que quiere decirle, esperando por el momento en que va a ser abandonado por el amor de su vida. Suena simple, piensa Edward, observando a Jacob quitar de su dedo anular el anillo que él le dio.

-          No puedo casarme contigo, Edward – es lo que Jacob le dice.

El anillo ahora está en manos de Edward, que lucha contra el impulso de cerrar su mano en un puño y romperlo; no por rabia o enojo, sino porque duele más que antes, cuando él fue quien terminó su relación. Actualmente, Jacob está dejándolo porque alguien más interfiere, porque Paul se ganó su amor y él no puede hacer nada al respecto, sólo permitir que se marche.

-          Has decidido estar con él – murmura Edward, el anillo quemando su mano –. No esperaba que esa fuera tu decisión, pero está bien.

Jacob mantiene la boca cerrada, pensando en cómo Edward pudo llegar a una conclusión tan apresurada como esa. Nunca dijo algo acerca de que Paul fuera su elección – nunca siquiera se planteó elegir entre él y Edward –, sólo que regresaría a donde los Clearwater después.

-          No. No voy a estar con él de ese modo – explica, inclinándose sobre el reposabrazos del sillón para estar un poco más cerca de Edward –. Regresaré para ver cómo se encuentra porque me preocupa su estado, pero para nada más.

-          ¿Regresaremos a como era antes? ¿Cuando regresamos de Italia y te negaste a verme, o a él? – la voz de Edward es dura, firme, y Jacob se estremece.

-          Necesito tu ayuda, Edward. La fecha para la transformación ya fue fijada, y no hay manera de que pueda superar los primeros meses sin ayuda. Sé que Carlisle ha dicho que estará guiándome siempre, pero yo… yo quisiera que tú estuvieras ahí. No tenemos por qué dejar de convivir… podríamos ser como… – Jacob se detiene, tomado desprevenido ante el peso que tendrían sus palabras si se permitiera decirlas.

Edward lo conoce bastante, sin embargo. No necesita leer su mente para descifrar lo que diría a continuación.

-          Optaría por morir antes de considerarte mi hermano, Jacob – declara Edward –. Escogería la tortura más cruel de los Vulturi antes de escucharte llamarme así.

Jacob no lo duda, y teme por lo que Edward es capaz de hacer.

-          No hermanos, podemos ser… amigos. Lo hemos sido, no será diferente de aquel entonces.

-          ¿Eso es lo que en verdad quieres, Jacob?

No, no lo es. Jacob quiere poder estar con él, quiere besarlo y abrazarlo, quiere regresar a la Isla Esme y que le haga el amor como la primera vez, quiere hablarle acerca de lo que siente, de lo que piensa y ser correspondido con lo mismo, quiere tener ese anillo de vuelta en su mano y que Edward tenga uno también. Quiere todo eso con Edward, pero quiere lo mismo con Paul. No es justo, no es agradable, no es amable por parte del destino, pero es así como terminará.

-          Sí, eso quiero – responde.

-          Muy bien – Edward se levanta del sillón, Jacob no sabe en dónde ha puesto el anillo, y dice –: Alice estará enojada cuando le digamos que la boda se cancela – hay un tipo extraño de sonrisa en los labios de Edward; no es tristeza, no es resignación, pero Jacob se siente aliviado a medias al ver que, sí, ellos estarán bien en la medida de lo posible.

-          Espero que no haya planeado ya varias cosas – dice Jacob, levantándose también.

-          No le costará deshacer todo lo que ha hecho ya, pero sí nos tomará un tiempo quitarle el enojo.

-          Ayudaré con eso – promete Jacob.

-          Lo sé.

Se abrazan antes de que Jacob vuelva a La Push.

Edward permanece en el marco de la entrada, de pie e inerte mientras sus pensamientos se aglomeran al borde de un precipicio sin fin dentro de su cabeza.

Cuando Alice aparece en la mansión, Edward continúa de pie en el porche. Alice, descolocada, entra a la casa y, en la sala, en la mesa de centro, ve el anillo que Jacob debería tener.

Alice comprende la situación, y se limita a acompañar en silencio a Edward, que le agradece con un apretón ligero en el hombro.

 

 

 

 

Notas finales:

Habrá un capítulo más el día de hoy. Lo publicaré dentro de unos minutos :)

Gracias por leer y hasta luego.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).