Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dividido por Akire-Kira

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nada que agregar.

Espero que disfruten la lectura.

Cazar es algo instintivo.

Rápido, feroz y – extrañamente – insatisfactorio; calma el ardor provocado por la sed, pero le deja con el justo amargo de un deseo más fuerte, más complicado y profundo. Los animales vegetarianos son menos apetecibles que los carnívoros, pero Jacob se conforma con los venados. Es una vivencia llena de sensaciones tanto positivas como negativas. En el fondo de sí, un extraño gruñido demuestra su inconformidad respecto a la matanza – a la sangre –. Sin embargo, en un volumen igual de alto, hay un susurro cautivador de dicha y consentimiento.

Es confuso.

Edward permanece en la periferia, apreciativo y concentrado, verificando que la zona está libre de humanos. Para su placer, no detecta la voz mental de ninguno. Ningún excursionista, escalador, cazador o simple aventurero. Si acaso hubiese habido alguno… Edward se pregunta qué tan resistente sería el control de Jacob en una situación así; ha demostrado ser un fuerte poderoso, pero sus límites no han sido completamente descubiertos.

La prueba de fuego será Lowell.

El rostro de su pequeño se vuelve una memoria más difusa con cada minuto que pasa en la mente de Jacob. El estado en el que se encontraba al verlo no fue el ideal para detenerse a apreciarlo con verdadera atención. Estaba adormecido y débil, apenas con la consciencia suficiente para comprender el desarrollo final de las cosas… una llamarada de miedo vuelve cenizas su confusión producto de la caza. Quiere ver a su hijo lo más pronto posible, antes de que su recuerdo se evapore y sienta que aquel bebé no es más que un extraño.

Edward, además de monitorear el perímetro, se da la oportunidad de observar a Jacob en su faceta más salvaje. Ver fuerza y vitalidad en ese cuerpo es una de sus alegrías más grandes; y más que un deseo, uno de sus propósitos y prioridades es mantenerlo así para siempre. No soportaría una segunda pérdida. No cuando sabe lo brutal que es el dolor de la ausencia. El recuerdo del dolor es todavía muy fresco y su memoria inmortal, muy precisa. Si lo piensa un segundo puede recrearlo.

Luego de drenar las venas de un último venado, Jacob recobra el completo sentido de sí. La sed se convierte en una molestia fácilmente omisible. Con la mente despejada – la mayor parte de ella –, es capaz de mirar a Edward y sentir de nuevo aquel ardiente anhelo. Un hormigueo sobre su piel. Una presión en la base de su estómago… el sentimiento al que se había acostumbrado en su vida humana es muy distinto, se siente diminuto en comparación a lo que es ahora, y Jacob duda que alguna vez cambie. Muy poco cambiará desde este momento.

Pero están los asuntos que lo inquietan más.

-          No me has contado mucho sobre Lowell – dice. Nota la mirada abstraída de Edward, su momentáneo desconcierto, y la felicidad en sus ojos.

-          Ya te lo dije, pero no hay nada como él en el mundo – el tipo de fervor que Edward usa al hablar del niño sorprende y entusiasma a Jacob. El amor es claro, casi obvio, en su expresión y postura –. Pensar que estuve en contra de su gestación me hace sentir ruin.

-          Eso ya no importa – murmura. Se adelanta y toma la mano de Edward, sonriéndole –. Desde que pudiste escucharlo cambiaste todas tus ideas referentes a él. Comenzaste a quererlo tanto como yo lo hago, y eso es lo importante – Edward acepta con gusto el beso que Jacob le ofrece. Es una caricia mucho menos ansiosa que la última; lo hacen lento ahora, tierno y suave –. ¿Se parece a ti?

-          Tiene algo de los dos – Edward sonríe –. Heredó el color de tus ojos, lo que significó mucho para mí y para Paul.

Jacob tiene dudas sobre lo que sucedió durante sus días metido en el infierno.

-          ¿Qué es lo que pasó con Sam? ¿Saben que yo fui convertido? ¿Le dijeron algo a Billy? ¿A mis hermanas?

-          Sam y su manada atacaron poco después de que Lowell naciera. Salimos de ese problema gracias a Seth, Leah y Paul. Sam vio a Lowell, y aceptó darle el beneficio de la duda. No nos dejarán en paz con tanta facilidad, pero tenemos asegurado que no atacará sin que se le den las razones adecuadas.

-          ¿Razones adecuadas? No sé qué es lo que “adecuado” significa para él, nunca lo he sabido – Edward calma el enojo de Jacob distrayéndolo con un beso. Se detrae él mismo en el camino –. Pero… ¿cómo hicieron que los escuchara? Pocas cosas habrían detenido al Alfa en un escenario así.

-          Preferiría contarte eso más tarde, cuando estemos en casa. Hay cosas que no me toca explicar a mí, ¿está bien? – Jacob lo considera cerca de un minuto. Asiente y Edward lo agradece –. Mantuvimos la mentira con tus hermanas, la misma que le dimos a Isabella en su momento, y tu padre estuvo siendo informado por Carlisle y por mí. Las asperezas entre Paul y Sam no han sido limadas y Sam está reacio a permitirles la entrada a la reserva a él y a Seth o Leah. Billy quiere venir, pero Sam y Carlisle prefieren que no lo haga. Correría peligro y no queremos darle a Sam más disgustos de los que tenido últimamente.

-          Tengo que llamarle a Billy. No lo he visto en mucho tiempo y no sé cuán preocupado esté. Además… no sé cómo reaccionaría si me ve. Nunca estuvo de acuerdo con la condición que Aro nos dio en Italia y ahora… ¿cómo voy a pararme frente a él luciendo así?

-          Estoy seguro de que estará feliz de que vivas, sin importar las medidas hayan sido tomadas para salvarte. Incluso Paul está complacido.

-          No entiendo por qué está tan calmado, y tampoco por qué ustedes dos se tratan con tanta amabilidad – Edward le da una mirada llena de confusos sentimientos.

-          El dolor cambia a la gente, Jacob – dice Edward, sus hombros hundiéndose un poco –. Creímos que te habíamos perdido. Eso fue suficiente para hacernos ver todo desde una perspectiva distinta.

Jacob se pregunta qué tanto cambiará la relación de los tres ahora. Siempre ha sido complicado. Incluso antes de que se diera la imprimación, mantener a Paul y a Edward en su vida, al mismo tiempo y en el mismo lugar, nunca sonó como algo posible. Había demasiados celos y una rivalidad patente. Y ahora, las cosas parecen haber cambiado. La única pregunta es: ¿qué tanto?

-          Te amo – murmura Jacob. Pone los brazos alrededor de la cintura de Edward y lo mira a los ojos –. No sabes cuánto te amo.

-          Tanto como lo amas a él, supongo – dice Edward. No habla con resignación o amargura, sino con una nota brillante de felicidad –. Créeme cuando te digo que él y yo nos entendemos más ahora. No fue fácil para ninguno, menos en las condiciones en las que se dio nuestro mutuo entendimiento, y no significa que somos los mejores amigos. Nos tomará más que unos pocos días aceptarnos el uno al otro, pero estaremos bien.

-          ¿Aceptarse el uno al otro?

-          Ninguno quiere alejarse de ti. Él se quedó allá porque es razonable, pero estoy seguro de que va a seguirte las próximas veces. Y en donde tú estés estaré yo, así que inevitablemente tendremos que respirar el mismo aire.

-          Todavía es abrumador – confiesa Jacob –. Ha sido casi demasiado para un solo día. Verlos a los dos fue un poco… extraño. Jasper fue amable diciendo que sólo me alegraba de verlo.

-          Sí, me di cuenta – Edward le sonríe. Jacob quiere besarlo. Quiere más que besarlo…

-          Todavía te quiero – susurra –. No puedo ponerlo en palabras, pero lo que sentí al verte de nuevo por poco me supera. Ha sido mucho tiempo desde que hicimos el amor por última vez, y yo pienso en ello a cada rato – reflexiona un momento sobre lo que va a decir. Por más que sea ligeramente inadecuado, necesita que Edward lo sepa –. Y cuando vi a Paul sentí lo mismo.

-          Nos quieres a los dos – Edward pone un beso en su frente –. A él ya dejó de importarle que nosotros hayamos llevado nuestra relación al plano sexual. De hecho, me tiene impresionado.

-          ¿Por qué?

-          No ha pensado en todo el día que bien podría aprovecharse de su lazo contigo para, bueno-

-          No lo digas – corta Jacob –. Tengo suficiente con lo que yo pienso.

-          Imagínate tener los pensamientos de todos en la cabeza, cariño – se mofa Edward.

Jacob bufa y mete en la conversación a Lowell. Entre más rápido se alejen de los terrenos peligrosos que tienen que ver con ellos dos y Paul juntos, más rápido Jacob podrá dejarlo pasar.

Aunque, por supuesto, dejarlo pasar es una estrategia con fecha de caducidad cercana.

Notas finales:

Gracias por leer.

¡Déjenme su opinión!

Como podrán darse cuenta... el resumen terminó siendo horriblemente inadecuado. Lo siento por eso. Estará siendo cambiado dentro de poco.

Nos leemos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).