Pov. Normal
Un chico alto, guapo, de tez morena caminaba por los terrenos de aquel bosque encantado, iba tarareando alguna melodía, quizás inexistente, la cual se iba formando con la emoción que le causaban aquellos paisajes, la verdad es que para él, vivir en el bosque era mágico, independiente de la magia sobre natural que este tenía, a él le encantaba este bosque, con tantos años viviendo en este bosque lo sabia comprender y apreciar.
Amaba esas tardes donde caminaba y exploraba cada parte de sus terrenos, aunque haya pasado por ahí incontables veces nunca era igual siempre era distinto “¿Cómo?” simplemente no lo sabía, solo sabía que siempre era distinto, pero de una forma hermosa, natural y mágica, siempre que recorría aquellos senderos encontraba cosas nuevas, piedras, colores, animales o como en este caso, encontró un olor nuevo, se preguntó si es que había pasado los terrenos y se encontraba en las oscuras tierras de los Vampiros, se podía entender estaba en las partes más oscuras de aquellos terrenos, cerca de los Vampiros, pero el olor impregnado a lobo le indicaba que aun estaba en sus terrenos, pero…había una esencia, una esencia a Vampiro.
El tenia en claro que apenas viera un Vampiro en sus terrenos no debía tener piedad y matarlo de una manera dolorosa, pero él no poda, no era como si él no haya matado a otros vampiros. Siguió caminando para ver de quien se trataba, digamos que él conocía algunos de esos vampiros, claro cuando se reunían en el gran Árbol.
Cerca de unos troncos viejos vio un cuerpo tratando de caminar, se notaba débil, pudo distinguir su cara, era un Vampiro mucho más blanco de lo normal, eso era solo una cosa: el Vampiro no ha bebido en meses. No sabía que pensar, era bueno que él no atacara a personas, pero era malo porque…Jongin no quería que aquel chico muriera.
Jongin se acercó lentamente, no lo quería asustar y dudaba que aquel chico de piel pálida se diera cuenta de su presencia en aquel estado─ ¿Por qué estas acá? ─ Aun que no quería ser grosero por su estado él no podía permitir que ellos pasaran los terrenos.
─Ne-necesito ayuda…por favor…no me mates─ Dijo aquel chico, trataba de sostenerse pero era en vano, cayó al suelo de forma pesada, ya no tenía más fuerzas para sostenerse.
─ ¿Co-como te ayudo? ¿Estaría bien si te llevo al gran Árbol? ─ Pregunto mientras se arrodillaba al lado del cuerpo del pelirrojo, no sabía que hacer, era la primera vez que veía alguien morir y lo quería ayudar, a pesar de que aquella persona, fuera un oscuro monstruo.
Solo vio como este chico hacia un gesto y luego lentamente relajaba los músculos, para luego cerrar sus ojos. Quería convertirse en lobo y llevar al chico en su lomo pero ese estado, no podría sostenerse, así que rápidamente lo tomo entre sus brazos y corrió, corrió con todas sus fuerzas hasta el gran árbol, necesitaba a las hadas y urgente.
Una vez que llego al corazón del bosque y vio aquel árbol no espero ningún segundo más y grito a todo pulmón el nombre de la pequeña creatura encargada de las heridas.
─ ¡Seohyun! ¡Por Favor Seohyun! ¡Ven rápido! ─ Exclamo mientras dejaba lentamente al frágil cuerpo del Vampiro.
─ Que es todo este escán… ¡Oh no! ¿Qué le ha pasado a Kyungsoo? ─ Pregunto alarmada la frágil criatura, en verdad le dolía demasiado cuando uno de los hijos del gran árbol llegaba herida, su corazón a pesar de ser muy pequeño valía más que todos juntos, era tan puro y bueno.
─No-no lo sé, estaba caminando y lo vi tratando de levantarse y me pidió ayuda, ¿Qué le está pasando? ─ quería saber que le paso, se veía tan débil, tan frágil.
─Que bueno que lo ayudaste, aun que...no debieras, tranquilo no le diré a nadie, lo que menos quiero es que tengas problemas ¿sí? ─ Dijo la pequeña Hada pasando sus pequeñas manitos por el rostro del supuesto Kyungsoo─ Está muy débil, no ha bebido por días, yo diría que por meses, por el momento estará bien pero…debe alimentarse o si no morirá─ dijo la pequeña con un semblante triste, aunque sepa todo lo que hacen los vampiros, debe ayudarlos, es su deber y lo que la hace feliz.
─Será mejor, que se quede un tiempo aquí, hasta que despierte luego, tendrá que volver a sus tierras y alimentarse─ Sentenció ─ Quieres quedarte un rato hasta que despierte? ─ me dijo mientras me observaba─
─ Yo…yo creo que sí, ¿estará débil cuando despierte? ─ La pequeña hada asintió─ Me quedare hasta que este mejor y lo ayudare pero, por favor mantén el secreto─ suplicó el chico de tez morena
La pequeña hada se acerco y quedo frente a frente─ cualquier ser de corazón puro merece una oportunidad, cualquier ser con sentimientos bueno merece ser ayudado, no temas, que de mi ─ Hizo un pequeño gesto señalando a los tres ─ Esto no sale ─ dijo la pequeña para luego depositar un delicado beso en la frente del castaño y volar de vuelta a su pequeño escondite en el árbol.
En algún lugar de los prados…
Taeyeon se encontraba paseando por los pequeños senderos de las praderas, en realidad no eran senderos, solo lo parecían, ya que ella era tan pequeña que el simple pasto le llegaba un poco más arriba de la cabeza, la tapaba por completo. Buscaba cosas pérdidas, ramas, rocas, o alguna cosa novedosa para poder fabricar unas pequeñas canastas pata Tifanny, esta le menciono que le era muy difícil llevar semillas para poder plantar.
Iba caminando tranquilamente, que no se dio cuenta cuando llego a la pequeña “aldea” si es que se le podía llamar así, en realidad era el punto de encuentro de estas criaturas, al lado del gran árbol para poder trabajar.
─ ¡Taeyon! ¿Pensaste en algo que me podría ayudar? ─ pregunto la pequeña hada de vestido rosa─
─ Ti-Tiffany yo… bueno estaba penando en hacer una pequeña canasta con hojas, no encontré nada útil ─ La pequeña se sentía triste, no quera defraudar a la tierna hada de las flores─ ¿está bien?
─Por supuesto que esta bien─ dijo muy alegre la pequeña─ eso me ayudara mucho, pero necesitamos hojas, ¡ya sé! acompáñame─ la pequeña hada de las flores tomo la mano de Taeyeon y la guio hasta un lado de el árbol en el cual no llegaba mucha luz, el suelo estaba impregnado de hojas verdes, o naranja, cafés y amarillas que eran las más viejas.
─ ¿Te sirven estas? ─ pregunto mientras tomaba unas hojas verdes recién caídas y las acariciaba.
─Por supuesto, son perfectas─ dijo para luego tomarlas, sin ninguna intención rozaron sus pequeñas y delicadas manos, era normal que entre las hadas se amaran, al fin y al cabo cada una dependía de la otra.
─ Yo creo que con esto y unas pequeñas raíces podre hacer una par de canastas, y si son verdes combinaran con tu vestido─ mencionó mientas colocaba las hojas a un costado de su vestido, haciendo reír a su compañera.
─ Deja de bromear─ dijo muy alegre─ es mejor que vayamos, nos deben necesitas…hablando de eso tengo que ir con Yoona, se está oscureciendo y mis florecillas necesitan su rocío de cada noche, nos vemos Tae─ beso la pequeña mejilla de su compañera y voló hasta los campos de flores. La pequeña Taeyeon quedo fascinada mientras a veía alejarse.
─ Es mejor que me apresure, necesito terminar esto cuanto antes ─ se encamino a su lindo taller encontrándose con sus demás amigas artesanas, tenía que concentrarse si quería que la pequeña canasta fuera de ayuda.
Pov. Normal.
El sabia donde estaba, el sabia a donde se dirigía, el sabia que quería estar con él.
Sungmin estaba saliendo de la morada de los hechiceros, se encontraría con su compañero de noches, con la criatura que amaba, con su Kyuhyun.
Sungmin caminaba por las sombras de los arboles, la única luz que lo alumbraba era la de la luna, era tarde pero aun faltaba mucho para que amaneciera. Le gustaba la noche, le traía buenos recuerdos, los cuales no eran muy lejanos.
─ Se que estás ahí no trates de asustarme─ dijo mirando firmemente a unos arbustos los cuales se movían, escucho un débil gruñido por lo tanto rió, sabía que su pequeño se molestaba cuando lo descubrían.
─Eres un pesado, Hyung─ dijo una grave voz proveniente de los arbusto─ solo te quería asustar un poco ─ el hombre salió de su escondite dejando a la vista su increíble figura la cual era iluminada por la tenue luz, era un hombre alto, mucho más alto que el pequeño hechicero, su pelo era de color castaño oscuro y sus ojos era de color negro en los cuales te podías perder, como Sungmin.
─Lo sé, pero aun así me amas─ dijo el hechicero acercándose y abrazando a aquel hombre para luego besarlo de manera cariñosa, no paso mucho tiempo para que ese beso se fuera convirtiendo en uno apasionado, se necesitaban y ambos lo tenían más que claro.
Kyuhyun tomo al pequeño por su delicada cintura y lo apego al árbol más cercano, devorando sus labios, sus pequeños y rosados labios, los cuales lo volvían loco, acariciaba sus muslos y glúteos , como amaba ese redondo y esponjoso trasero, descendió por su cuello el cual lo mordía y besaba, dejando pequeñas marcas rojizas en los lugares mencionados, escuchando los pequeños y delicados suspiros y gemidos que soltaba el mayor, con su mano derecha empezó a quitar las prenda de su amante una por una mientras el hechicero e aferraba con sus manos a su espalda.
Se soltaron por un segundo en el cual el mayor empezó desvestir al hombre lobo una vez los dos desnudos, el menor tomo al hechicero haciendo que este enrollara sus desnudas piernas en su cadera, aquel hombre fornido introdujo uno de sus dedos en el interior del mayor haciendo que este delirar por la sensación y lujuria del momento, aunque estos estuvieran de noche en un frio bosque, su temperatura estaba demasiado elevada, más de lo normal. Una vez acostumbrado metió su segundo dedo, aunque este procedimiento lo hayan repetido unas cuantas veces el mayos seguía tan apretado como la primera vez, cosa que hacia enloquecer al menor, cuando vio que su Hyung se acostumbró metió el tercer dedo, las lagrimas no tardaron en salir, pero tampoco tardaron en desaparecer por los besos que el castaño les brindaba, supo que todo andaba bien cuando el mayor comenzó a mover sus caderas en busca de más.
─Kyu-Kyuhyun-ahh…por favor, n-no aguanto más─ una vez dichas estas palabras el castaño beso apasionada mente al mayor mientras quitaba sus dedos del interior de este y lentamente introducía su miembro en el estrecho y caliente interior del mayor. Su calidez lo volvía loco pero no quería hacerle daño y tampoco egoísta, espero hasta que el mayor se acostumbrara a su tamaño para poder moverse.
─Pu-Puedes moverte─ dijo entrecortadamente el mayor. No espero un segundo más cuando empezó con un movimiento lento pero profundo con sus caderas adentrándose cada vez más en su interior. Los gritos del hechicero le encantaban, hacían que su velocidad aumentara y sabia que lo estaba haciendo bien cuando su compañero gritaba su nombre y arañaba su espalda en busca de poder resistir aquel grado de excitación pero todo se esfumaba cuando el menor tomaba con sus ajiles manos el miembro despierto del mayor y lo masturbaba haciéndolo llegar al clímax con un fuerte grito.