El reporte le había llegado en tiempo y forma, Ibiki se lo entrego, apenas lo leyó su mirada mostro una enorme furia por diversas causas: el acoso diario hacia Izuna, la vigilancia sobre sus nietos, bisnietos, sus parejas y sus protegidos; pero lo que más le enfado, fue saber que el culpable era el mismo por el cual Ebisu, le pidió clemencia.
Eso ocurrió apenas cuatro años atrás, Kaguya cumplía más de diez años de la muerte de su marido, como toda Uchiha, aunque tenía la posibilidad, jamás volvió a amar a otro varón dentro ni fuera de su clan. La matriarca, no solo tenía la tristeza de recordar a su esposo, si no el hecho de que otro año sin su hijo Tajima y sus nietos, Madara, Fugaku e Izuna. Cuanta falta le hacían aquellos jóvenes que se parecían a su hijo; pero el no haber hecho nada por el incidente con el menor de sus nietos, los hizo alejarse y repudiar al clan.
Y si a eso se le suma, la culpa que sentía por haber dejado a su bisnieto Obito, en manos de su hija Tomoe y su hijo Sato, quienes debían cumplir sus papeles de abuela y padre hacia el joven, pero no. Y de no haber sido por la “desobediencia” de Madara de sacarlo de la villa, el buen chico quizá habría muerto por maltrato. Además, también estaba el asunto de Naori y Lars, aunque tenía pensado aceptar la relación de su sobrina y aquel capitán, el consejo no lo permitió. Eso trajo una nueva desgracia para el clan: la muerte de Sunao, el hermano de Naori, quien dio su vida porque Madara sacara a Lars de la villa apenas había nacido, pues desde antes que el rubio naciera, ya había sufrido atentados contra su vida, bajo falsas ordenes de Kaguya.
Pero aquella vez fue imperdonable lo que sucedió: era una día como cualquier otro, Kaguya cumplía con la costumbre que ella y su esposo tenían, caminar cerca del rio a la villa. Pero esa vez hizo un calor insoportable, que la mujer decidió refrescarse. Quedándose únicamente con un camisón interior, ingreso al rio; el agua estaba fresca y eso hizo que su cuerpo se relajara, pero Kaguya no conto que había alguien espiándola.
Yura, el mejor estudiante de Ebisu, vigilaba por los alrededores. Era bien parecido y lo sabía, así como que no tenía permitido convivir de las chicas o donceles del clan que estuvieran en edad de casarse. A Yura eso no le importaba, ninguna era su tipo, pero eso cambio cuando sin querer vio a la matriarca en ese rio. Pese a la edad de Kaguya, aún conservaba su belleza y un buen cuerpo, además de su estricto carácter. Eso basto para que Yura quedara prendado de ella, pero grave error: después de que la matriarca saliera del agua para volver a su habitación y cambiarse, el joven la siguió olvidando por completo a Ibiki, el más leal guardaespaldas de Kaguya y quien lo atrapo espiándola por una abertura de la ventana en el cuarto de la mujer.
Cuando Kaguya se dio cuenta, de inmediato le ordeno a Ibiki cumplir con su deber, asesinar al joven. Pero Ebisu pidió clemencia, ya que le tenía afecto a Yura y gracias a sus años de servicio, la matriarca y el consejo, cambiaron la sentencia del joven; solo se le cegó del ojo derecho, se le destituyo de su cargo y por último, fue desterrado de la villa.
Una vez cumplida esa orden, Yura había jurado vengarse de alguna manera y lo hizo. En un principio, nadie le trabajo por la cicatriz de su ojo, ya que lo veían repulsivo, pese a la carta de recomendación que le daba había dado Ebisu. Pero un día, su suerte cambio al conocer a Ukon, quien tenía la costumbre de “averiguar” la vida de las mujeres o donceles que le “habían robado” el corazón. El gemelo menor, siempre buscaba como contra atacar a sus presas, las cuales se negaban a relacionarse con él en el ámbito personal. Cuando vio que Yura, buscaba empleo como vigilante, al leer su perfil le pareció el candidato perfecto para ser su espía.
Yura acepto sin rechistar trabajar bajo las órdenes de Ukon, aunque también lo hacía para Kabuto cuando este quería adelantarse a su competencia. Pero su venganza contra el clan Uchiha aún seguía viva, y su oportunidad se presentó cuando se enteró de que querían contratar a Izuna. Al descubrir que se trataba del nieto menor de Kaguya, no dudo en ayudar a Ukon. Sabía que el gemelo menor, además de acosar a sus “parejas”, también era un masoquista de primera; le gustaba ser el amo y someter a sus víctimas a toda clase de juegos denigrantes, una vez que estas accedían cuando Ukon las chantajeaba.
Así que Yura no dudo en investigar a Izuna puesto que pensaba que este sería débil al ser sobreprotegido por sus hermanos mayores, creyó que sería una presa fácil ya que a cambio de la información a Ukon, pidió estar presente, filmar la humillación que el azabache debía sufrir y enviar el video a la matriarca; pero grave error. Su plan jamás vería la luz, ya que nunca se imaginó que Izuna ahora era un poco más decidido que antes y no dependía tanto de Madara y Fugaku, ¿el motivo?, Tobirama y Riku, sus dos grandes amores junto a Tobi.
Y no solo eso, Yura competía contra su antiguo maestro Ebisu, en cuestión de espionaje. Nunca se imaginó que se enfrentaría al segundo mejor agente de Kaguya, quien ahora tenía nuevos pupilos y uno de ellos era Link, quien desde las sombras, se dio cuenta de sus intenciones y todo lo visto se lo reportaba a su maestro y este a Kaguya.
Ahora que Kaguya tenía en sus manos, quien era el ladrón de la información de sus nietos, bisnietos y protegidos, así como el uso de la misma. Esta vez no se tocaría el corazón
- ¿Kaguya-sama?
- Ibiki -con voz severa- prepara todo de inmediato para ir a Tokio. Es hora de demostrar porque el clan Uchiha es tan temido
- ¿Qué hará con el acosador de Izuna-sama y Minato-sama?
- Por el esposo de Madara ya no es necesario, al parecer, el sí hizo caso de las advertencias que se le dieron. Lástima que no pueda decir lo mismo de su hermano
- ¿Les avisara a sus honorables nietos?
- Solo a Madara y haz lo mismo con Tobirama-san. Avísale también a Ebisu y que retire a sus pupilos
- Pero Riku, Indra y Ashura-sama
- Ellos estarán bien, solo espero que ese Ukon no cometa la idiotez, en especial, de meterse con Riku
- Como ordene
Ibiki se retiró a cumplir con la orden, mientras Kaguya observaba una foto de sus nietos y bisnietos: Madara cargando a Indra y Ashura, Fugaku, Izuna, Obito con Riku en sus piernas, Lars, Itachi y Sasuke sentados frente a un sauce llorón, vistiendo yukatas y kimonos (en el caso de los donceles) con el logo del clan Uchiha. En una foto aparte, Naruto y Shizuka con los trajes especiales que les habían dado como sus protegidos. Luego de verlas, Kaguya tomo aire para salir de su cuarto, esta vez, nada la detendría.