El día llego como siempre: el sol iluminando la ciudad, los pájaros dando los buenos días con sus cantos y las personas comenzaban su jornada. En una habitación decorada mayormente por pequeñas esculturas, se encontraba en silencio, hasta que el timbre de su celular interrumpió su sueño.
Al principio, se cubrió con la sabana deseando no despertar, pero el teléfono no dejaba de sonar; saco su mano y tanto la mesita junto a su cama buscando el celular. Una vez lo tomo, pensó que era la alarma pero no fue así al ver el nombre de quien lo buscaba
- ¿Qué querrá ahora?, ¿bueno?
- Deidara -se escuchó al otro lado de la bocina
- ¿Seiya?, ¿Qué ocurre? Te escuchas… -sus ojos se abrieron de sorpresa al igual que su boca- ¿estás jugando, cierto?
- Ojala así fuera… pero no… ¿iras a
- Claro que iré -su voz comenzaba a quebrarse- allá nos vemos
- De acuerdo… nos vemos
- Adiós
Lentamente se fue levantando, pero esa noticia fue demasiado por lo que se quedó sentado, apretó las sabanas con fuerza al mismo tiempo que su cuerpo temblaba y respiraba con algo de desesperación. No se dio cuenta de que llamaban a la ventana, hasta que
- Hora de levantarse… ¿Dei? -al verlo cabizbajo- ¿hijo que pasa?
- Oto-chan -alzando su mirada
- Dei… no me asustes -Minato preocupado
Deidara de inmediato le hablo a Minato de la noticia que se había enterado, el rubio mayor abrió los ojos de sorpresa, él tampoco podría creerlo por lo que dio un suspiro
- Oto-chan -Minato lo abraza
- No te lo guardes y no te preocupes, yo hablo con tu padre
Una vez que escucho eso, Deidara comenzó a llorar con tristeza, Minato solo podría confortarlo con suaves caricias, en eso Naruto paso por la habitación
- Papi… papá ya se fue… Dei, ¿qué tienes?
Minato se encargó de decirle, Naruto tampoco podía creerlo, aunque fue poco el tiempo que lo trato, se sentía triste en especial por su hermano. Por lo que se colocó detrás de su espalda para abrazarlo. Poco después, fuera de la escuela de Konoha y que Minato estacionara el coche
- ¿Estás bien, Dei?
- Tranquilo, solo le diré a papá que me deje asistir al funeral y
- ¿Quieres que vaya contigo? -pregunto Naruto
- No es necesario, pero gracias, además, te toca preparar el salón
- De acuerdo Dei
Los tres rubios bajaron del auto: Minato se dirigió al salón de maestros y Naruto a su salón, un cabizbajo Deidara se dirigía a la oficina del director al mismo tiempo que recordaba los agradables momentos que había vivido junto a su amigo. Nuevamente trato de contener su llanto, pero le fue imposible, pero al llegar a la dirección
- Buenos días Iruka-sensei
- Hola Deidara, tu padre está en su oficina
- Gracias
Iruka dio un suspiro, no le fue difícil notar que el rubio estaba triste por algo, dentro de la oficina, Madara abrazaba con fuerza a su hijo
- Lo siento… oto-san
- Está bien… lamento la perdida -acariciando su cabello- ¿vas a ir de inmediato al funeral?
- No, mi amigo Seiya vendrá durante la tercera hora de su clase, de hecho su novio vendrá por mí, si no te molesta
Madara dio un suspiro, aunque no le agradaba la idea de que su hijo estuviera, aunque fuera por unos minutos a solas con otro varón. Pero el rostro triste de Deidara, hizo que su orgullo disminuyera y sonrió
- Está bien, pero avísame cuando llegue
- Oto-san
Con ese leve reproche, ambos se dieron una sonrisa. Al poco rato el rubio de coleta se dirigía a su salón cuando
- SENPAIIII -abrazándolo por la espalda- buenos días
- Hola Tobi -con voz baja
- ¿Senpai? -colocándose delante de él- ¿se siente bien?, ¿le duele algo?
- Tobi…
- Ah, lo siento -colocando sus manos en forma de rezo- no fue mi… al ver una tierna sonrisa
- Tobi, gracias por preocuparte por mí, eres un buen amigo
Tobi se sorprendió al escuchar esas palabras, apenas iba a decir algo, cuando vio una leves lagrimas salir de sus ojos
- Senpai… si necesita algo -Deidara solo negó y comenzó a llorar
- Prométeme que no le dirás nada a nadie, por favor
- Lo prometo
Tobi se acercó a abrazar al rubio, quien de nuevo se desahogó, le parecía tonto pasársela llorando: primero con Minato y Naruto, luego con Madara y ahora con Tobi, pero ellos eran su familia y entendían lo que era perder a un buen amigo. Lo que el chico bueno y el artista no vieron, era a Itachi los observaba a la distancia con unas ganas de asesinar a su propio primo.
Por su parte, Deidara le hablaba a Tobi del motivo de su tristeza, el chico bueno no sabía que decir excepto darle apoyo a su amigo y reiterarle no decir nada; mayormente por que el rubio no quería preocupar a Itachi. Durante las dos primeras horas de clase, Deidara estaba serio y aunque todos se dieron cuenta nadie se animaba a preguntar; solo Lars y Sasori sentían en su interior que no era el momento de preguntar, solo Itachi estaba inquieto y cuando vio su oportunidad
- Dei
- Lo siento Itachi
- ¿A dónde vas? -viéndolo guardar sus cosas
Pero el rubio lo ignoro, una vez que guardo sus cosas y colgó su mochila en su hombro, Itachi lo sujeto del brazo
- Dei…
Pero el rubio se zafó del agarre para seguir su camino, todos estaban sorprendidos al verlo actuar así; excepto por Tobi, Lars y Sasori.
- Tobi
- Si, Ita…
- Sé que sabes que le pasa a Deidara, así que quiero que me lo digas, ya
- ¿Quieres saberlo Ita?, ven, acércate -el azabache lo obedece- le prometí a senpai que no diría nada, lo siento -el moreno se enoja
- Nada de lo siento -poniéndose de pie
- Perdón Ita... pero le prometí a senpai no decir nada
- Me importa un bledo tu promesa, dime que le pasa o -tomándolo del cuello de la camisa
- ¡Itachi!
- Lars no te metas o no respondo
- Siempre creí que Sasuke era el más impulsivo y el que se hacía de otras ideas de nosotros cuatro, pero me equivoque
- ¿Que estas...
- ¿Tan ciego eres? -intervino Sasori
Itachi contuvo sus ganas de responderles, así que corrió detrás del rubio. Una vez en la entrada de la escuela, vio como Madara era saludado por un joven de cabello castaño el cual siempre reverenciaba a su tío para después ver su novio y al otro varón irse
- Tío
- ¿Qué haces aquí Uchiha?, deberías
- No asumas tu papel de director conmigo ahora -el joven callo al sentir la dura mirada del mayor
- Regresa a clases, te lo digo como director y como tío
- ¿A dónde fue Deidara?, ¿Quién era ese sujeto?
Pero Madara solo guardaba silencio, nuevamente le ordeno volver a clases al mismo tiempo que se retiraba, Itachi solo apretó sus puños y salió corriendo fuera de la escuela. El mayor al verlo solo negó.
Al poco tiempo, después de mucho caminar, Itachi encontró a su aun novio dentro de una florería; sonrió al verlo solo pero cambio cuando vio la mano ajena de ese sujeto. Parecía decirle algo ya que Deidara asintió y le sonrió para darle un abrazo, luego se separaron mientras el tipo se quedaba escogiendo flores.
Aioria ignoraba que estaba siendo vigilado, pero eso no le impidió luego de escuchar la campanilla del local sonar y al dueño dando la bienvenida, esquivar un golpe y luego otro, pero esta vez aplico una llave que tiro a su atacante al suelo
- ¿Quién eres?
- Eres un…
- ¡Itachi!
- ¿Lo conoces Deidara?
- Si, por favor, suéltalo Aioria -el castaño obedece
- ¿Aioria? -viéndolo de pies a cabeza
- ¿Algún problema?- El castaño lo veía seriamente, aun sin dejar de estar a la defensiva
- ¿Qué haces aquí Itachi?- Deidara veía fijamente a su pareja mientras estaba de brazos cruzados esperando una respuesta
- Mejor dicho, ¿qué haces con este?-Contradijo el Uchiha apuntando a Aioria quien soltó un suspiro
- "Este", grosero, se llama Aioria y el que este con él no es de tu interés Itachi.
- Claro que es de mi interés, eres MI pareja Deidara.
- Y el que lo sea no amerita a que te comportes como un niño y estés golpeando a la gente sin saber quiénes son
- No solo es culpa mía, también es tuya por no decirme quienes son
- Ah, ósea que yo ahora tengo que estarte informando de lo que haga cada cinco minutos, los nombres de cada persona que conozco, ¡no exageres Itachi!
- Disculpen, si
- Está bien Aioria, se nos hace tarde -viendo al azabache- ni se te ocurra seguirnos
El castaño solo suspiro y se fue tras el luego de pagar las flores e irse, el florista al verlo, se acercó con el pretexto de reponer las flores que habían sido compradas
- Sabe… está bien mostrar celos cuando se tiene pareja, pero, son malos ya que eso quiere decir que usted no está seguro de su amor
- ¿A qué se refiere?
- Veo que usted es celoso y posesivo, como le dije es bueno y a la vez malo… si sigue por esto último… ese chico rubio puede encontrar a otro fácilmente
Itachi al oírlo, ya no dijo nada. Al poco rato, Deidara y Seiya se reencontraban al mismo tiempo que lloraban, Aioria solo los miraba atento, cuando se disponían a entrar, el celular del rubio sonó
- Dei
- Lo se Seiya, solo déjame ver quien es -haciendo una mueca de disgusto
- ¿Es el sujeto de la florería?
- Sí, me envió un mensaje pidiendo verme -guardando su móvil- pero no iré
- Sabía que dirías eso Dei
El trio miro al azabache con un ramo de flores, Seiya lo miraba extrañado cuando sintió la mano de Aioria en su hombro
- Aioria, ¿Qué pasa?
- Démosles espacio, en el camino te explico
- No te tardes Dei
Itachi veía fijamente a Deidara quien trataba de mantenerle la mirada, el rubio tenía que decirle a su pareja pero no quería preocuparlo. Suspiro para comenzar a narrarle por qué su comportamiento
- Era un viejo amigo que apreciaba mucho y en la mañana, Seiya me hablo para avisarme que había fallecido... sentí como si una parte de mí se hubiera ido y así fue, siempre fue amable con todos, se centraba en hacernos reír imitándonos algunas veces. No te dije porque no quería preocuparte pero... creo que solo logre lo contrario
- Dei... yo, lo siento, inicie todo este drama sin saber el verdadero motivo -pensando para si- "aparte de que casi golpeo a Tobi". Pero nunca temas en decirme algo, y tú siempre me vas a preocupar, quiero darte todo cuidarte, ayudarte absolutamente en todo, siento mucho lo de tu amigo de verdad...
Deidara solo sonrió al mismo tiempo que le extendió la mano a Itachi, quien la sujeto con leve fuerza para llegar al sepelio. Una vez que todo acabo, Deidara y Seiya miraban la lápida con cariño.
- Disculpa
- ¿Si?
- Perdona mi comportamiento hace rato
- Lo sé y está bien, Dei me conto todo, pero la próxima vez trata de controlarte, aprecio mucho a Deidara y si le haces algo, juro que te golpeare hasta cansarme
- De acuerdo
Ambos varones se sonrieron, para seguir atentos a sus parejas, quienes terminaban de despedirse de su amigo
- Nos veremos luego -sonrió Dei
- Hasta entonces, síguenos cuidando, fuiste muy valiente -se despidió Seiya
Después, ambos amigos se despidieron de nuevo, para ser abrazados por sus parejas para retirarse, pero antes de hacerlo Seiya se devolvió dejando una figura: un Pegaso alzando el vuelo al mismo tiempo que leía el epitafio:
Vuela alto, valiente caballero. Jesús Barrero