El sol entraba por la cortina y eso hizo que sus perlas negras se abrieran, un dulce aroma a waffles llegaba desde la cocina, vio su reloj, aún tenía tiempo de llegar a la escuela. Se levantó, guardo sus útiles en su mochila y se puso su uniforme, peino su cabello rebelde cuando
- Niisan, date prisa o se nos hará tarde
- Aún tenemos tiempo -saliendo de su cuarto- Fugaku, ¿Cómo te sientes?
- Buenos días hermano, mejor gracias
- Si aún te sientes mal
- Estaré bien, me aburro estar aquí pero si me siento mal avisare a los profesores
- Bien, a desayunar
Los tres hermanos desayunaron, para finalmente irse a sus respectivas escuelas, cuando Madara llego a la suya
- ¡Madara, aquí! -sonrió un peli gris
- Tobirama -sonriendo
Ambos jóvenes al verse se estrecharon las manos, Madara y Tobirama, pese a que sus edades eran los mejores amigos. Todo había ocurrido un día, en que unos bravucones molestaban a un pequeño Tobirama, quien aunque se defendía valientemente, no era rival para los abusadores. Pero un azabache lo salvo porque no toleraba a los que se aprovechaban de los débiles. A partir de ahí, se hicieron buenos amigos.
- Hermano
- Izuna
- Se te olvido tu almuerzo -dándole el obento
- Gracias -sonriéndole
- Izuna-kun, buenos días
- Hola, Tobirama-san -sonriendo tímidamente
- Por favor, omite el san, llámame por mi nombre
- B-bueno…
Madara sonrió al ver la timidez de su hermano ante su mejor amigo, cuando el timbre sonó
- Me voy a la escuela, permiso
- Izuna, espera
Tobirama tomo la mano de Izuna, para después verlo irse junto a su hermano, al ver su mano, encontró un conejito de chocolate; el menor sonrió ante ese detalle que el peli gris tenía con él: cuando se despedían, siempre le regalaba un dulce, un chocolate o una flor.
De vuelta con los mayores
- ¿Y bien?
- ¿Qué?
- ¿Cuándo piensas declarártele a mi hermano? Y no lo niegues, sé que te gusta desde que los presente
- Y por eso mismo, es tu hermano y tu mi mejor amigo, no me gustaría
- Aun si no llegaras a mas con Izuna, no cambiara nada entre nosotros… eso sí, si eres tu quien lo lastima, date por muerto
- ¡Tobirama!
El mencionado volteo para ver a su hermano mayor Hashirama, quien no tenía buena cara
- Hermano
- ¿Por qué te fuiste sin avisarme?
- Te llame dos veces y no respondiste
- Madara
- Hashirama
Ambos peli negros no se veían con bueno ojos, ya que Hashirama desaprobaba la amistad de su hermano con alguien mucho mayor que él, pero al peli gris no le importaba. Poco después a la hora de salida
- ¿Y bien?
- No sé -suspiro Madara- ¿Qué tal si me rechaza?
- Ja,ja,ja… y eres quien me anima a que me le declare a Izuna
Madara suspiro y se armó de valor acercándose al doncel que le robaba el aliento
- Minato…
- Hola Madara -sonriéndole
- Bueno, yo -volteando a su espalda y viendo a Tobirama sonriéndole- Minato, me gustas -mostrándole una rosa
Minato abrió los ojos como platos, mientras sus amigas y amigos donceles se morían de envidia, Madara estaba atento al gesto del rubio, quien se puso de pie
- ¿Es… una broma?
- No, realmente me gustas y me gustaría que ese sentimiento se volviera amor, pero también que tú me responderías me harías mas que feliz
Minato bajo su rostro al mismo tiempo que su corazón palpitaba como loco, Madara lo miraba con algo de miedo cuando el rubio alzo su rostro
- Yo… acepto -con un sonrojo
Madara sonrió como nunca lo había hecho, por lo que alzo al rubio al aire para después darse un tierno beso, en eso
- ¿Madara? -Fugaku sorprendido pero luego sonrió- hasta que se animó, ¿no Izuna?
El menor solo asintió, cuando sintió una rojiza mirada sobre él, Tobirama al ver a su amigo, respiro hondo
- Izuna
- ¿Si?
- ¿Quieres ser mi novio?
Izuna sintió desmayarse al escuchar esa propuesta, no podía creerlo, que un chico se fijara en un niño como él, era un sueño pero el azabache vio que aquellos rubíes esperaban ansiosos una respuesta por lo que al azabache se le escaparon unas lagrimas
- Izuna yo
- Je, perdón -sonrió con ternura- yo… mi hermano…
- Si Tobirama me promete que no te hará sufrir, tienes mi aprobación hermanito
- Y el mío también
- Madara… Fugaku…
Los mayores le sonreían a su hermano, por lo que el azabache miro a Tobirama para asentir, el peli gris solo lo abrazo aunque en realidad quería besarlo pero no lo hizo por respeto a sus cuñados.
Los años siguieron su curso, pese a que Hashirama expresaba su descontento con que su hermano se fijara en el hermano de su peor enemigo, eso no impidió que Tobirama le propusiera matrimonio a Izuna, quien aceptó gustoso. Madara se tardó un poco más, pero eso sí, las bodas ocurrieron en la misma fecha para que ninguno quedara como último, ya que Fugaku ya estaba casado con Mikoto. Cuando estaba por irse de luna de miel
- Tobirama, te encargo a mi hermanito
- Madara -reclamo Izuna con un puchero
- Es la verdad Izu -intervino Fugaku- siempre serás nuestro hermanito
- Y cuenten con nosotros en lo que podamos
- Gracias
Izuna no aguanto más las ganas y se abrazó a sus hermanos, realmente eran muy unidos. Madara rompió el abrazo
- Tobirama, hazlo llorar y date por muerto
- Te prometo no fallarte, hermano
- Más te vale, hermano
Ambos amigos se dieron un fuerte abrazo cuando…
- ¿Qué rayos?
Madara se despertó todo sudoroso, mirando a ambos lados
- ¿Madara? -Minato medio dormido-¿Qué pasa? -reincorporándose
- Nada… lo siento, vuelve a dormir
- Segu… -siendo callado por un beso
- Descansa
De inmediato Madara se acostó del lado de su cama, dejando a Minato confundido, en otra parte
- Amor
- No pasa nada Izuna -sonrió el peli gris- solo fue una pesadilla, no te preocupes
Izuna asintió no muy convencido, cuando se acomodó en la cama, Tobirama se abrazó a él. Con Fugaku, este se encontraba en el baño, mientras se veía en el espejo recordó el mal sueño que había tenido
- Se acabó, no comeré pesado antes de dormir