POV’S SAKURA
No sé cuánto tiempo ha pasado y no me interesa; veo cómo pasan los días pero no llevo la cuenta. Y hoy he decidido narrar lo que me sucedió:
Es justo decir que no sabía que quería golpear a Byakko en su pecho, pero estaba tan humillada que no pensé en ese momento hasta que sentí el dolor en mi pecho y en mi pierna, fue cuando recordé lo de ese zorro que vi en mis sueños.
Estuve unos días en el hospital, hasta el día del juicio, aún recuerdo cuando mis padres me enfrentaron
- Sakura, ¿en qué pensabas?, creí que habías cambiado era mi padre pero yo no contestaba
- Di algo hija, por favor -escuche a mi madre
Pero yo seguía ida, el dolor me impedía borrar la imagen de ese zorro: comparada, yo era casi del mismo tamaño de sus garras; lo que no podía olvidar eran sus ojos, rojos como la sangre y llenos de odio, furia, impotencia al igual que sus colmillos. Sé que podía matarme, pero no entiendo porque no lo hizo y en vez de eso, me provoco dos heridas, ¿Por qué?, ¿Por qué protege a esos dos?
Recuerdo que después de su advertencia, Naruto y Shizuka estaban junto a él, lado a lado cada uno pero los dos lucían diferentes, era como si tuvieran la misma mirada que el zorro. Después de eso, desperté en una cama del hospital, donde conocí a la líder del clan Uchiha, esa mujer también me dio miedo.
Poco después conocí a mi nueva abogada, Shimura Fuen, quien era famosa por ganar todos sus casos.
- Sakura-san, si no hablas, no podrás salvarte entiendes -me decía
- ¿Hay algo que podamos hacer? -pregunto mi madre
- Su hija no coopera, lo que podemos hacer es intentar hacer un trato con las familias de los demandantes
- Ya lo intentamos, pero ninguno quiere vernos –dijo mi padre
- Descuide, ya sabré que hacer
Llego el día del juicio, yo solo escuchaba los testimonios de Lili y Naruto; los de la madre de Takako, la familia de Hiroshi y los de Konan de quien note un profundo odio hacia a mí. Yo solo escuchaba en silencio pero no decía nada, ¿Por qué?, tal vez el dolor en mi pierna me lo impidió y más al recordar sus palabras
- Hazle algo a Shizuka y la herida en tu pierna la sentirás como si te clavaran miles de agujas al rojo vivo
No creí que esa amenaza era real y más porque no podía caminar, apenas mi pie tocaba el suelo sentía como si me quemaran la pierna con un fierro; no sé cómo no morí por el dolor el cual duro casi una semana hasta que desapareció por completo.
En ese tiempo estaba en la enfermería, mi madre me visita a diario pero yo sigo sin hablar, ella me trae las novedades: al parecer, Byakko ya puede vivir normalmente luego de haber recibido un corazón nuevo; la escuela de Konoha participo en un concurso de videos musicales donde ese odioso rubio, la idiota esa y el hermano de mi amado Sasuke habían participado y ganado; Madara y Tobirama-sensei se convirtieron en padres, el primero de mellizos: uno doncel y otro varón, el segundo de un varón además de que contrajo nupcias.
Malditos, aun los odio en especial a ese rubio imbécil de Naruto, el disfrutando su libertad junto a mi amado Sasuke y yo pudriéndome en prisión; me enoja pensar que Byakko está libre de las ataduras que tenía, incluso, me irrita el imaginar a Tobirama-sensei junto a su esposo y su bebé.
Aquí en la prisión, nada es nuevo para mí, aquí todas buscan ser la jefa y controlar a todas; algunas lo logran, otras se mantienen al margen y algunas, se convierten en las perritos falderas de las más fuertes. Yo busco ser la jefa, pero si he sabido darme a respetar en especial con las rubias… así es, en cada una de ellas visualizo a Naruto Namikaze. He tomado terapias, pero no me ayudan porque yo he decidido seguir odiando a ese rubio de pacotilla. Byakko y Tobirama-sensei… por mí que se vayan al demonio, según supe la primera esta próxima a casarse, ojala su vida sea un infierno junto al médico de cuarta ese.
Sé que debería arrepentirme de lo que hice, pero no puedo, nunca me he dejado pisotear por nadie y ninguna situación me hará cambiar de opinión. Ya no puedo esperar para salir de aquí y seguir con mi venganza, eso hare.
FIN DEL POV’S
Eso era lo que la peli rosa había escrito en un diario que llevaba, donde podía desahogar su frustración y sus deseos de querer seguir haciendo sufrir a Naruto. Luego de haber ingresado a la cárcel, la chica había sido enviada a terapia psicológica pero nunca respondía mayormente por el temor que Kurama había despertado en ella.
Como bien narraba, las reclusas trataron de hacerla sentir miserable como lo hacían con las novatas, pero la peli rosa no se dejó y más si eran rubias, al poco rato dejaron de meterse con ella. Cualquier otro en prisión cambiaria de parecer, pero Sakura no, ella estaba decidida a seguir buscando la manera en como vengarse contra Naruto, pero no contaba con que, su deseo jamás se haría realidad.