Horas antes…
El despertador comenzó a sonar, eso hizo que un pequeño azabache se levantara emocionado
- ¡Ya es hora!
El niño se levantó, se quitó su pijama y se metió a darse un baño lo más rápido posible; ese día se había propuesto llegar temprano. Luego de la ducha, se puso su uniforme con cuidado, se hizo diferentes peinados pero ninguno era de su agrado, hasta que se decidió por hacerse el peinado de lado; una vez que termino
- Qué opinas Ichibi?, ¿crees que le guste?
Sai miraba como un bulto bajo sus sabanas se movió hasta salir de las mismas, mostrando a un adormilado mapache, quien bostezo y vio a su dueño para de nuevo bostezar y volver a meterse en las sabanas y dormir
- Eres un perezoso
- ¡Sai, hora de desayunar o llegaras tarde!
- ¡Ya voy!
Sai tomo su mochila para revisar que llevara sus cuadernos y libros correspondientes a su horario escolar, bajo a la sala donde su papi y su tía Temari estaban ahí
- Hola papi
- Hola amor, ¿dormiste bien?
- Si
Sai tomo asiento para comer su desayuno, aunque estaba algo inquieto
- Papi
- ¿Sí?
- ¿Crees que le gusten estos chocolates?, son finos
- Bueno, hasta donde sé, a él no le gustan los dulces
- Pero Lars dijo que si le gustaba el chocolate amargo -me miro preocupado
- Entonces, seguro le gustaran -sonrió Gaara- y dime, ¿puedo saber quién es el afortunado?
- Pues es -se escucha un claxon- llego el abuelo
Sai corre emocionado a abrir la puerta para recibir a Danzo
- ¿Listo para irnos, Sai?
- Si, voy por el regalo -corre al refrigerador - listo abuelito
- Papá, ¿tú sabes para quién es?
- ¿Tú no? -Gaara negó con la cabeza- es para…
- No le digas -intervino Sai- solo te diré que es un doncel y si no llego a tiempo, no se lo podre dar
- De acuerdo, que te vaya bien y pon atención en la escuela -le beso la frente
- Adiós papi, abuelito vamos
Camino a la escuela, Sai miraba la acera en especial los postes, como si estos le dieran pequeños empujones al auto y llegar a la escuela rápido. Danzo sonrió, pues esa actitud de su nieto le recordó a su propio hijo
- ¿Nervioso Sai?
- Un poco, ¿crees que Lars no haya dicho nada?
- Descuida -sonriendo- cuando él hace una promesa, la cumple
Sai sonrió, cuando finalmente llego a su destino: el Jardín de Niños de Konoha, el azabache bajo rápido del auto, seguido de su abuelo. El pequeño busco con su mirada aquel que le robaba su atención.
- Abuelo
- Descuida, ya llegara
Y así fue, en otro lado de la escuela, una camioneta negra se estacionaba para que sus ocupantes pudieran bajar, una vez hecho
- ¿No se les olvida nada, niños?
- No papi -respondieron los pequeños
- Bien, entonces entremos
- Aún falta papá -hablo un castaño
- Aquí estoy
Luego de escuchar la imponente voz de su padre, Indra alzo sus brazos para que Madara lo cargara, cosa que al azabache no le molestaba ante la mirada tierna de Minato y una negativa por parte de Ashura
- Indra, ya estas grande para que papá te cargue -el castaño le saca la lengua
- Eso deberías pensarlo cuando quieres acompañar a Dei-ni e Itachi a sus citas
- Pues claro, soy el varón y debo cuidar a mis hermanos cuando papá no está -con orgullo
Madara sonrió por la actitud de Ashura, mientras Minato lo reprendía con la mirada
- ¿Qué? -pregunto el azabache mayor
- Nada, solo veo el ejemplo que le das a nuestro hijo, aunque no me extraña de quien heredo lo sobreprotector
- Pero así me amas
Indra se sonrojo un poco al ver el beso que sus padres se daban, Ashura los interrumpió
- Ejem… se nos hará tarde
- Cierto
Pronto se dirigieron a la entrada de la escuela, sin sospechar que un azabache los esperaba, quien al verlos
- Abuelo
- Lo sé -suspiro- vamos a saludar
Sai sonrió y tomo la mano de Danzo, quien se acercó a los Uchiha Namikaze
- Madara-san, Minato-san, ¿Cómo están?
- Buenos días Danzo-san -respondió el rubio- estamos bien, ¿y usted?
- Bien, aunque Lars me sigue teniendo bajo tratamiento y -al sentir que su nieto le jalaba la ropa- cierto, ¿no vas a saludar Sai?
- Si, buenos días
Sai dio la mejor de sus sonrisas la cual le fue correspondida por Minato; Indra solo escondió su rostro en el hombro de Madara, quien junto a Ashura miraban con ojos asesinos al “atrevido”
- Ashura, Indra, saluden
- H-hola -respondió Indra
- Jum -respondió Ashura
- Indra, traje algo para ti -siguió Sai
Indra agacho un poco su mirada, mientras Madara y Ashura contenían sus instintos asesinos; pese a que el azabache mayor no quería, Minato hizo que bajara al castaño quien se colocó delante de su padre. Sai sentía que su corazón se saldría de su pecho y con un asentimiento de Danzo, saco una caja de chocolates con un listón azul cielo
- Son para ti -sonrió Sai y extendiéndole la caja- acéptalos, por favor
- Pero -viendo la caja- no me gustan los dulces -respondió Indra
- Lo sé, pero estos son chocolates amargos y sé que son tus favoritos
Indra miro a Sai y la caja, luego vio a Minato quien le asintió con una sonrisa; el pequeño estaba a punto de tomar la caja cuando
- Indra, ¿ya viste quien viene?
La voz de Ashura, hizo que Indra alzara su vista y una sonrisa se dibujó en su rostro
- Vayan a saludarlo
- Con permiso
Los mellizos corrieron de lado de Danzo e Indra dejo a Sai con el regalo en las manos, al mismo tiempo que bajo su mirada, pero una tierna voz le hizo alzarla de nuevo
- Gracias -Minato con una dulce sonrisa- yo se los dare a tu nombre
- Me hubiera gustado que
- Lo sé, pero cuando ven a su primo, los dos se alegran, discúlpalo por irse así
- Gracias Minato-san, descuide
Sai sonrió para ver como Ashura e Indra corrían alegres hacia un niño peliplata, quien mientras llegaba tomado de la mano de su papi, vio la escena
- Otra vez lo mismo
- ¿Qué pasa Riku?
- Ese niño Sai, no deja de acosar a Indra y de nuevo intenta “conquistarlo”, es un pesado
- Riku -lo reprehendió Izuna- ¿Dónde escuchaste algo así?
- De papá, cuando habla de Madara-ojisan -Izuna solo suspiro, Riku vio a los hermanos acercársele
- Papi
- Anda
Izuna soltó la mano de Riku quien se acercó a sus primos con una sonrisa, pero Indra lo recibió con un abrazo, que no pasó desapercibido para Sai
- Es hora de irnos Sai o no llegaras a la escuela
- Si
- Minato-san, Madara-san, gusto en verlos
- Igualmente -respondió el rubio
- Danzo-san, quiero preguntarle algo, ¿fue Lars quien le dijo los gustos de Indra?
- No -mintió- pero Sai es capaz de averiguar lo que sea, con su permiso
- Madara -una vez que Danzo y Sai se fueron -ni se te ocurra reprenderlo
- ¿Por qué no?, él sabe lo que ese niño quiere con mi hijo y no me extrañaría que Lars haya sido el que le haya dicho de los dulces
- Aun así, no se te ocurra reclamarle -sonriendo- quizá solo se trate de un amor de niños, nada serio
- Eso espero Minato -suspiro- vamos a saludar a Izuna
Minato asintió y entrelazo su mano con la de su esposo, mientras cargaba la caja de chocolates de Indra. Mientras tanto, otra pareja había llegado con otro castaño en brazos que no dejaba de llorar
- Tranquilo hijo, estarás bien
- Pero tengo miedo, papá, quiero ir a casa
Kakashi sonrió mientras consolaba a su hijo, ante una tierna sonrisa de parte de Iruka, quien al ver a los Uchiha
- No estarás solo, mira quienes están ahí
El pequeño miro a los tres niños junto a sus padres, pronto dejo de llorar
- ¿Es…
- Si -hablo Kakashi- sabíamos que él estaría aquí
- Por eso decidimos inscribirte aquí -continuo Iruka- además de que ellos también estudiaran aquí
- Lo que significa que no estarás solo -sonriendo- ¿o sí?, Sora
Sora seco sus lágrimas para mirar fijamente a Riku, quien no dejaba de sonreírle a Ashura e Indra, con quienes había hecho amistad. De vuelta en el auto
- Animo Sai, no te rindas
- No pienso hacerlo abuelo -sonriendo- ya pensare en cómo hacer que Indra se fije en mi
- Suenas como tu padre cuando conoció a tu papi y lo logro -sonriendo- y espero que tú también
Sai asintió y sonrió a las palabras de su abuelo.