Ya estaba decidida, era la última vez que toleraba un rechazo de su parte. Ningún hombre la humillaba dándole un no por respuesta, si ella lo quería, ese hombre terminaba en su cama y luego lo tiraba cuando se aburría. Pero nunca se imaginó encontrarse a uno cuyo corazón era realmente leal a su amor: Lars Alexandersson.
De ascendencia sueca y japonesa, miembro de un poderoso clan sumando que era un prodigio y uno de los mejores médicos, Lars era lo que toda mujer o doncel deseaban. Tal vez carecía de la representativa melena y ojos negros, pero su cabello rubio y sus ojos azules no le quitaban lo apuesto. Desde el primer día que lo vio, Fuka decidió que ese hombre seria suyo y quien sabe, tal vez llegaría a enamorarse de él y convertirse en su esposa, pero nunca conto con que ese rubio ya tenía dueña: una chiquilla preparatoriana que alguna vez estuvo des ahuesada, Shizuka Byakko.
Fuka se preguntaba que tenía esa niña que hacia al médico de aspecto tranquilo volverlo una fiera cuando algún otro la miraba “mal”, ¿Qué tenía esa niña?; para la pelirroja, la peli azul era fea al igual que su hermana, comparadas, la hermanas Byakko no se comparaban con su envidiable figura, sus labios carnosos y suaves, sus perfectos pechos y una suave cabellera de fuego. Todo esto, volvía loco hasta al hombre más cuerdo. Cuantas parejas de novios o matrimonios, había terminado por Fuka, ni ella lo sabía ni le importaba; mientras fuera un buen partido, no se preocupaba.
Pero, ¿Por qué Lars la rechazaba?, había usado todos sus métodos, pero el rubio era difícil corromper y cuando se enteró de que se había comprometido
- ¡¿Cómo que va a casarse?!
- Eso fue lo que tu tío me dijo -respondió Fuen- al parecer, en la boda del tio de tu “novio”, le propuso matrimonio a la niña esa y ella acepto. Solo espera a que la mocosa, sea mayor de edad para pedirla formalmente a Sarutobi-san
Por primera vez, Fuka sintió su sangre hervir de rabia, como podía perder ante una mocosa. Su orgullo no lo permitiría y su mente, ideo un plan para quedarse con el rubio. Esa noche, Lars había terminado una cirugía bastante agotadora, por lo que se quedaría en los cuartos de los residentes. Tomo un baño y se cambió, ya que llevo consigo una muda de ropa tanto para dormir como para el día siguiente. Ya vestido, se dejó caer en la cama y tomo su celular, dos mensajes de su niña con ánimos y de felicitaciones; el rubio esbozo una sonrisa para lentamente quedarse dormido.
Afuera del hospital
- Lo siento señorita, pero solo se permite el acceso a médicos, enfermeras y practicantes
- Me importa un bledo, ¿sabes quién soy?, soy la sobrina de Shimura-sama
- Aunque se tratara de su hermana, no tiene permitido entrar, lo siento.
El guardia le cerró la puerta en su cara, pero Fuka no se dio por vencida ya que recordó otra entrada y sobornando a una empleada de limpieza, puedo entrar. Se puso una bata para fingir ser una doctora y llego al área de dormitorios, donde reviso cuarto por cuarto hasta encontrar a su rubio.
Lars yacía dormido tranquilamente, sin sospechar que Fuka se acostaba junto a él; la mujer pasó su mano sobre el pecho del galeno sonriendo en el proceso
- Es cierto lo que escuche, los Uchiha tienen un cuerpo bien dotado -susurro
Mirando hacia arriba, comenzó a repartir besos en los bíceps del rubio, quien de vez en cuando se movía al sentir esas caricias. Finalmente, Fuka llego al rostro del rubio y con una sonrisa, comenzó a besar esos labios que tanto anhelaba. Cuando Lars sintió esos labios, en sus sueños, veía a Shizuka quien se acercaba a él y le daba un beso y una sonrisa algo traviesa, pero cuando el beso y unas caricias no propias de su niña lo fueron despertando, se dio cuenta de lo que pasaba.
Fuka en cambio al sentir que el rubio había reaccionado, abrió sus ojos para ver que este hubiese cambiado de opinión, pero no, Lars de inmediato la tiro al suelo para luego levantarse de golpe del otro lado de la cama, eso molesto a Fuka
- ¿Por qué hiciste eso?
- Usted no debe estar aquí, este lugar es para personal del turno nocturno -con la mano sobre sus labios
- Vamos cariño, no finjas -con voz seductora- lo disfrutaste
- Porque pensé que era mí prometida…
- ¿Qué tiene esa que no tenga yo?
- Ella jamás recurre a este tipo de cosas, ni las necesito para enamorarme. No niego que usted es atractiva pero como le he dicho mi corazón ya eligió
- ¿Estas llamándome prostituta?
- Tómelo como quiera, ahora le pido que salga de aquí
- Me las pagaras, nadie me desprecia
Fuka salió dando un portazo, cuando paso por la farmacia
- Ten cuidado con ese acido, es muy potente que el normal
- De acuerdo
Los conserjes no se dieron cuenta de que la pelirroja los había escuchado, así que con sigilo entro al cuarto y tomo uno de los frascos que tenía ácido clorhídrico. Al ver su contenido, una sonrisa malévola se dibujó en su rostro, le pondría una prueba al rubio.
Al día siguiente, Shizuka terminaba de limpiar el salón, solo llenaba las bitácoras y podría irse a casa. Sus compañeros tuvieron que irse temprano, una vez que termino salió de la escuela sin preocupación alguna sin pensar que alguien le deseaba un mal. Fuka, la observó a una distancia, y espero a que la peli azul se distrajera para arrojarle el contenido del frasco en su rostro, pero no conto con que la chica estaba sola.
Como siempre, Goku la seguía por órdenes de Kurama después de cerciorarse de que Naruto estaba en su casa, pues desde el encuentro con aquel jardinero, Goku y Kurama estaban más alertas. El cuervo sintió que algo iba a suceder, miro a Shizuka comprando un helado para disfrutarlo sin problemas, cuando vio una melena roja acercarse a ella; con cada paso, Fuka abría el frasco poco a poco.
- Shizuka, voltea
- ¿Goku? -viendo a todos lados- ¿Dónde estás?
- Eso no importa, cuidado
- ¿Qué?
- Mira atrás de…
- BYAKKO
Lo único que se escucho fue un fuerte grito de dolor y otro más leve, mientras la gente corría asustada por lo que había sucedido; casi retorciéndose de dolor, Fuka no paraba de gritar cubriendo parte de su rostro, mientras Shizuka como podía, se arrancaba la manga de su blusa
- BYAKKO, MALDITA MOCOSA -gritaba Fuka- ¿DÓNDE ESTAS?... AGGH… MALDITA…
- ¿Qué esperas corre?
- No puedo, Goku
- No te preocupes por esa loca y… ¿Qué estás haciendo?
Goku vio como Shizuka iba tras de Fuka, quien al ir ciega, cruzo la calle repleta de autos y apunto de que uno la atropellara y sin que la gente pudiera hacer algo, se escuchó el rechinido de una llanta y de un claxon.