¿Un día nuevo?, sí; ¿común?, no. Ese día era muy especial para algunos para otros, un poco triste.
Lars
El rubio había terminado su turno, pero en vez de llegar a su casa a descansar, llego a bañarse y vestirse con un elegante traje negro. Miro la fotografía en el buró, sonrió con cierta melancolía para salir de nuevo. Llego a la florería donde siempre iba y era atendida por una anciana.
- Bienvenido -dijo la mujer- oh, pero… -poniéndose sus lentes- ¿eres Lars?
- Si, Hotaru-san
- Mira cómo has crecido, apenas y recuerdo cuando solías hacer travesuras -sonriendo- como cuando rompiste mis ventanas
- Si -sonrojado- aun lo recuerdo y lo siento
- Está bien, ¿lo de siempre?
- Si
La mujer le hizo el ramo de siempre, rosas crisantemos blancos con una florecillas rojas. Cuando lo entrego
- Gracias
- Salúdame a tu padre
- Lo hare, con su permiso
Lars subió a su auto y se dirigió al cementerio, donde no era único, pues ese día: hijos, hijas, nietos y nietas visitaban a sus padres y abuelos. El rubio iba solo ese día, ya que Shizuka celebraría a Hiruzen y Asuma. Al llegar al cementerio, solo se formó para tomar agua, había llevado su propia cubeta, velas e incienso. No tardó mucho en llegar, ahí pudo ver a las familias que visitaban a sus padres o abuelos fallecidos. El rubio sonrió, cuando le vino un recuerdo a su mente
FLASH BACK
Lars apenas tenía 10 años y era el primer funeral al que asistía, el de su padre. Su abuela lloraba desconsolada, pero él no mostraba tristeza, en eso escucho murmullos de la gente
- Es extraño que no le llore a su padre
- Lo sé, pero Laurence tampoco paso mucho tiempo con el
- La madre muere y ahora el padre, pobre niño
El niño apretó sus puños queriendo contestarles pero sintió una mano en su hombro
- Abuelo
- No los escuches, la gente muchas veces habla por hablar. Solo tú sabes lo mucho que tu padre te amo, vive con eso Lars, con lo que te enseño. Sé que serás un gran hombre como el
- Si abuelo
FIN FLASH BACK
Lars solo suspiro al recordar esas palabras, finalmente llego a la tumba, pero se llevó una sorpresa
- ¿Madre?
- Hola hijo
Naori le sonreía con dulzura luego de terminar sus rezos, la tumba de Laurence ya esta limpia con velas e inciensos encendidos y por supuesto, un ramo de crisantemos
- ¿Qué?
- Kaguya-sama me dejo venir, además, quería verlos
El rubio abrazo a su madre para luego dejar las flores en su sitio, ambos hicieron sus oraciones quedándose un rato
- Dime, ¿Cómo era el, como padre?
- Fue mi mejor amigo -sonrió el rubio- siempre buscaba un tiempo para estar conmigo, cuando no lo hacia lo compensaba. Muchos dijeron que me estaba malcriando, pero se equivocaron -la mujer sonrió- pero cuando hablaba de ti, lo hacía con una ternura y una voz llena de amor y…
Lars vio llorar a su madre, pues en Naori aún vivía el amor que tenía desde el día que lo conoció y las palabras de su hijo, indicaban que Laurence no la había olvidado. Vio cómo su madre repasaba el nombre de su amado con una sonrisa
- Lars
- ¿Si?
- Promete que cuando mi hora llegue, me enterraras aquí, junto a mi esposo
- Lo hare, pero
- Descuida -sonriendo- no pienso partir aun, quiero ver a mis nietos
Lars se sonrojo pero luego sonrió y asintió, para quedarse un poco más con su padre.
Hashirama y Tobirama
Los hermanos estaban listos para llegar al cementerio, acompañados de sus familias, con excepción de Tobi, debido que el azabache sentía ese era un momento en el que no formaba parte. Pese a que Izuna le dijo lo contrario, Tobi no quiso ir, el iría cuando fueran a visitar a su abuelo.
Finalmente llegaron al sitio, el sitio estaba casi lleno y eso preocupo al peli gris
- Te dije que debíamos llegar más temprano Hashirama
- Vamos -sonriendo- ¿Cómo iba a saber que se este sitio estaría lleno?
- Sabes que bien que día es hoy, pero más importante que mi hijo aun es un bebé
- Lo sé, pero también sabes que debe conocer a su abuelo
Tobirama solo suspiro, mientras veía a Izuna platicando con Mito, quien llevaba dos ramos de flores, Nawaki sosteniendo la cubeta dentro de la cual había velas e incienso. Riku en cambio iba en calma, aunque algo curioso por ver a tanta gente
- Izuna, no te separes de mí y cuida bien a Riku -el azabache asintió
- Lo mismo va para ustedes, Mito, Nawaki
- Si papá -respondió el niño
Pronto se pusieron en marcha, Tobirama tenía cuidado de que la gente no empujara a su doncel, Nawaki no se soltaba de Mito y miraba a todos lados. Finalmente llegaron a la tumba donde reposaba el padre Hashirama y Tobirama: Senju Butsuma.
- Padre -hablo el moreno- hemos venido a saludarte y presentarte a tus nietos: Nawaki y Riku -viendo a su hijo- saluda
- Hola -reverenciando- es un honor conocerte abuelo
- Padre -hablo Hashirama- te presento a mi hijo Riku y a mi esposo Izuna
- Es un gusto conocerte, padre -reverencio Izuna
Riku en cambio veía la tumba atento y se inclinó hacia abajo queriendo tocarla, pero Izuna se lo impidió
- Ba
- Esta sucio mi cielo, deja que tu papá y tu tío la limpien
Riku pareció entender y después quiso que Nawaki lo cargara, quien no dudo en tomarlo mientras los adultos limpiaban, pero en eso, vieron que les había faltado algo: la ofrenda
- ¿Cómo se te olvido la comida de nuestro padre?
- Cálmate Tobi -sonrió Hashirama- no la olvide, en realidad… se me paso comprarla
- Debería…
- Tu tampoco compraste el sake amor -hablo Izuna
- Hermanos tenían que ser -comento Mito
- Si, lo somos -soltándose a reír
Tobirama solo ladeo su rostro molesto, mientras Izuna solo sonreía para luego ver el mar de gente
- ¿ Nawaki, ¿pueden tú y Riku esperar aquí?
- ¿Por qué? -pregunto el pequeño
- Vamos a traer la ofrenda -hablo Mito- y como hay mucha gente, puedes perderte o alguien podría golpear a Riku
- De acuerdo mamá
- Bien -sonrió Hashirama- solo no te muevas de aquí
El pequeño asintió, cuando vio a los adultos irse. Mientras esperaban, el niño le hizo muecas a su hermano, quien no paraba de reír, pero no se percató de que había alguien con malas intenciones
- Niño, esto es un cementerio, ¿podrías ser más respetuoso?
- Lo siento, pero es para que mi primo no se aburra
- Aun asi, no debes estar aquí, anda ven conmigo
- No, mi padre dijo que esperemos y aquí estaremos
Nawaki miraba decidido al hombre, aunque Riku se acurrucaba en el pecho de su hermano, también miraba seriamente al hombre
- No te lo repetiré, tú y ese mocoso vienen conmigo
- Dije que no -acto seguido pateo al hombre en la espinilla
- Malditos enanos
Nawaki comenzó a correr alejándose de la tumba con Riku en brazos, el hombre comenzó a seguirlos, pero debido al tumulto, los perdió de visto. Al no encontrarlos, decidió salir de ahí sin percatarse que detrás de una lápida, el castaño y el peli plata salían
- Nos salvamos -viendo a todos lados- ¿pero en dónde estamos?
El castaño miro a ambos lados, para buscar alguna seña de por donde se encontraba la tumba de su abuelo, pidió ayuda pero la gente lo ignoraba
- Es inútil -viendo al bebé- lástima que no puedes hablar aun
- Ba -Riku lo miro atento
- Tranquilo, yo te cuidare como se lo prometí a Tobi-ni
Pero Nawaki seguía preocupado, el solo pensar la angustia que su madre e Izuna vivirían lo hacían sentir culpable, pero en eso
- ¿Están perdidos niño? -Nawaki no respondió- tranquilo, no te hare daño
El hombre se inclinó delante de el con una sonrisa, pero Nawaki seguía desconfiado sin embargo con Riku
- Ba -sonriendo
- Hey, hola amiguito -tomando su manita- ¿Cómo estás?
Riku le sonrió al hombre y estiro sus bracitos para que el hombre lo cargara pero
- Lo siento, pero tu hermano no confía en mí, ¿verdad? -viéndolo
- ¿Es usted malo?
- No, solo pasaba por aquí cuando los vi perdidos, vengan, los llevare con sus familias. Sé dónde están
- Ba -insistía Riku en que lo cargara
- ¿Puedo?
- Está bien
El hombre tomo a Riku en brazos, para examinarse el uno al otro, luego vio a Nawaki a quien le dio una tierna sonrisa
- Anda, o tu padre se preocupara
Nawaki tomo la mano del hombre, por alguna razón sintió que podía confiar en el al grado de decirle que era adoptado pero sentía que era parte de la familia Senju, lo maravilloso que era Tobi como hermano junto a Riku. El hombre escucho atento cada palabra con una sonrisa
- Así que vinieron a conocer a su abuelo
- Si, papá dice que era un gran hombre, aunque algo autoritario y serio. Por eso piensa que Tobirama-ojisan es así
- Tobirama -repitió el hombre- siempre fue el más obediente -viendo a Riku- y algo me dice que tu serás igual -el bebé lo miro atento- eres su vivo retrato de cuando era niño, aunque tu mirada es más suave que la de él. Nawaki, ¿cierto?
- Si
- Tú te estas volviendo como Hashirama -sonriendo- siempre sonriendo a la vida
Nawaki no entendió lo que quiso decir, hasta que llegaron a la tumba de Butsuma, para su alivio, los adultos aun no llegaban
- Bueno, ahora sean buenos niños y esperen a sus padres
- Espere, que tal si
- Descuida, estaré por aquí cerca
- Señor, antes de que se vaya, ¿usted conoció a papá y a mi tío?
- Si -sonriendo- los conozco muy bien -dándole a Riku- ya tengo que irme
- Ba -lloro el pequeño
- ¿No quieres que me vaya?- colocando una mano en su cabecita
- Espere a que nuestros padres lleguen, para darle las gracias
- Lo siento, pero no puedo quedarme mucho tiempo, solo hazme un favor
- ¿Cuál?
- Dile a Hashirama que ya no haga enojar tanto a Tobirama, quien a su vez, deje de ser tan serio con alguien que no sea su esposo y su hijo. Y que ambos -sonriendo- hicieron la elección correcta con tu madre e Izuna-san, estoy orgulloso ellos y de ustedes
- Ba… -comenzado a llorar
- No llores pequeño, siempre los estaré cuidando- sonriéndole- a los dos
El hombre se retiró perdiéndose entre la gente, cuando Nawaki se dio cuenta de algo
- Ese señor…
- ¿Cuál señor?
- Mamá, un hombre nos trajo de regreso
- ¿De qué hablas? -hablo Tobirama- ¿acaso se alejaron de aquí?
Nawaki les contó lo sucedido, de cómo un hombre pretendía llevárselos, su fuga y escondite, hasta su encuentro con ese hombre
- Menos mal que están salvo -suspiro Izuna con Riku en brazos- ¿y cómo era ese hombre
- Era alto, de cabello oscuro como el de papá al igual que sus ojos. De hecho es como ver a papá pero más maduro -los hermanos Senju se sorprendieron con la descripción
- ¿Algo más? -hablo el mayor de los hermanos
- Sí, no sé porque, pero llevaba una banda blanca que cubría su frente. Fue muy amable, incluso Riku casi lloro cuando se fue
- ¿Te dijo algo? –pregunto el peli gris
- Si, que papá ya no te hiciera enojar y que ya no seas tan serio con los demás. Que está orgulloso de ustedes, de mí y Riku
Ni Hashirama ni Tobirama lo podían creer, esas palabras les confirmo lo que habían pensado, el moreno saco una foto
- Nawaki, ¿era él?
- Si, ¿lo conocías?, ¿papá?
Hashirama solo se inclinó y abrazo a su hijo, Tobirama solo ladeo su rostro, al tiempo que Riku se pasó a sus brazos. Mito e Izuna habían entendido todo, por lo que solo sonrieron tiernamente
- Amor -hablo la pelirroja- creo que es justo que lo sepa
- Si, Nawaki, ese hombre y el de la foto -suspiro- era tu abuelo, Butsuma
El menor se sorprendió pero luego sonrió y abrazo a su padre, por su parte Riku
- A… A…
- ¿Qué pasa pequeño? -hablo Izuna
- Ab… ab… abuelo
- ¿Qué dijiste? -Tobirama sorprendido
- Abuelo -señalando con su manita- abuelo…
Los adultos voltearon y para sorpresa de los hermanos, su padre los miraba con una sonrisa llena de orgullo. Mito e Izuna, tampoco lo podían creer, pero luego reverenciaron a su suegro quien les devolvió el saludo. Butsuma sonrió al tiempo que movió sus labios y que sus hijos pudieron escuchar al igual que sus nietos, para luego retirarse en paz.
Esto es lo que les dijo:
- Hashirama, elegiste a un buen chico, digno de ser parte de nuestra familia. Nawaki protegió y cuido a su hermanito hasta el final y como le fue posible. Siéntete orgulloso, pero ya deja hacer rabiar a tu hermano. Cuídate
- Tobirama, estoy feliz de que por fin abriste tu corazón y le diste tu amor a la persona correcta. Si, empezaste mal, pero supiste corregirlo y hacer tu necedad a un lado para ganar un valioso tesoro y traer otro a este mundo. Cuida bien a Riku, no dudes que no lo estas educando bien, porque estás haciendo una maravillosa labor como padre.
- Nawaki y Riku, salúdenme a su hermano Tobi, sigan cuidándose unos a otros como lo que son, hermanos. Cuídense los cuatro, los amo