En una habitación
- Hur mår du, kusin (¿Cómo estas, primo?)
- Lars -con un tic en el ojo
- Yo también estoy bien -sonriendo
- Maldito, te burlas porque aún no domino el sueco, ¿verdad?
- Vamos, quise darte una ayuda
- Si claro, ¿a qué se debe que me por fin me llames?
- Solo quería saludar y si te llamo apenas hoy, es porque encontré un momento libre
- Claro, entre cirugías, consultas y Shizuka-sama, no me extraña
Lars solo sonrió, al igual que su primo, ya habían pasado casi 6 meses desde que Naka decidió hacer el viaje. Al llegar a Suecia, se reportó en la agencia de ese país, aunque al principio dudaron de él lo aceptaron como cadete.
Para Naka todo fue completamente distinto: ya no habrá fiestas, alcohol, mujeres y/o donceles, al menos por el primer año; pero el castaño estaba dispuesto a enfrentarlo. Cuando llego, tuvo problemas con el idioma y cuando Lars lo llamaba, este solo le hablaba en sueco para molestar al castaño
- Y dime, ¿Cómo te ha ido?
- ¿Cómo me veo? -suspirando- este lugar es pesado, parece mas un campo de concentración
- Ese es el precio si quieres ser alguien
- Jum… -ladeando su rostro- ¿y cómo están?
- ¿Quiénes?
- Sabes bien de quienes hablo, Gaara y el enano
- Pensé que preguntarías por tu madre, ella y la abuela están bien. Gaara y Sai, están bien, de hecho, el primero le está planeando una fiesta de cumpleaños
- ¿Y las arpías?
Lars le contó lo sucedido con Fuka, Naka no lo podía creer, ¿tan obsesiva era esa mujer?; la casi ruptura por parte de Shizuka y la contra demanda de Danzo a su propia familia
- No puedo creerlo, pero menos mal que todo se arreglo
- Lo se
- Pero -sonriendo- dudo que hubieras aceptado la ruptura, ¿o no?
- Exacto
Lars y Naka siguieron poniéndose al día: el cumpleaños de Sasuke, su “ruptura” con Naruto, el nacimiento de Sora, el trabajo de Izuna, como Riku dejo mudos a los profesores de la guardería, esto último hizo sonreír al castaño pero luego su gesto cambio a uno melancólico
- ¿Qué pasa Naka?
- Bueno… aún recuerdo lo que mi padre dijo y ahora creo más lo que dijo Kaguya-sama, Riku no solo demostró lo genios que somos los Uchiha, pero creo que al combinar nuestra sangre o mejor dicho, nuestra genética con otros, creo que la nueva generación del clan será mucho mejor que la nuestra
- Eso se escuchó algo raro, pero sí. Incluso he notado que Ashura es demasiado astuto
- ¿En qué?
- Bueno, hace quedar mal a Itachi frente a Deidara -Naka se echó a reír
- ¿En serio?, todos decían que él, Shisui y tu son los prodigios del clan -riéndose- y resulta que la corona se la quitó un bebé de 5 meses, ¿y qué hay de Indra?
- Indra es demasiado perceptivo, sabe muy bien cuando estás triste, enojado, contento y busca como hacerte sentir mejor. Claro que aún se apega a Madara-ojisan, pero cuando no está el cerca
- Lo imagino -se oye un timbre- bueno, hora de comer, salúdame a todos
- Hej då! (adiós)
Luego de decir eso, Lars corto la video llamada dejando a Naka con varias venas en su cabeza, jamás se imaginó que el rubio supiera molestarlo. Al final sonrió al saber que Sai estaría próximo a cumplir un año, se levantó de su silla para ir al comedor, como siempre, se sentaba rezagado de los demás. Nadie quería acercársele, pues al demostrar que era todo un estratega, todos le tenían miedo.
Pero había alguien quien no le temía, una cadete
- ¿Le hablaras o no?
- No sé, ¿Qué tal si se molesta?
- Lala, si no te animas, puede que te lo ganen, anda ve
Lala, una chica amable y algo tímida, se acercó al Uchiha, atrayendo las miradas de los demás, una vez que llego
- Hej! (hola) -al notar a Naka incomodo- lo siento, olvide que no hablas sueco
- ¿Se te ofrece algo?
- No, bueno, este lugar está solo y
- Oye, eres muy linda, pero no me interesa ligarme a nadie en este momento -poniéndose de pie- y pasa la voz tanto a mujeres como a donceles
Dicho eso, Naka se alejó pese a algunas miradas reprobatorias, pero al Uchiha no le importo. Ya había perdido la cuenta de cuantos y cuantas se le habían declarado, pero lo que más le sorprendía, era que ya no les saltaba encima como antes.
Años atrás, seguramente Naka habría aceptado a esa chica o las anteriores a ella, un revolcón y fuera; pero no, ahora parecía más consciente de que eso no lo llevaría a ningún lado. ¿Pero que lo llevo a cambiar de opinión?, no solo la muerte de su hermano, si no el hecho de ver el amor de sus primos y sus tíos hacia sus parejas. Eso le causaba celos, el pensar que sus tíos Madara y Fugaku, tenían quienes los esperaban, Izuna a quien esperar; Tobi, Lars, Itachi y Sasuke con quienes acudir cuando se sintieran tristes, con quien compartir alegrías… eso lo llenaba de celos.
Pero entonces recordó a un ángel de suave sonrisa pero que al mismo tiempo podía ser un demonio si lo provocaban, en especial, cuando se metían con su más grande tesoro: así es, Gaara y Sai. Gaara, ese chico pelirrojo que se atrevió a ponerle una mano encima pero alguien con quien podría desahogarse si se requería y Sai, ese bebé capaz de dar consuelo y alegría inconscientemente.
Lamento haberse ido sin despedirse, pero sentía que si lo hacía, no se animaría a buscar ser digno de ese doncel y padre de ese niño. Así es, solo estando lejos, Naka lo pudo confirmar: estaba enamorado de Gaara y de su hijo. Pero al saber que el peque en un futuro seria el heredero de Danzo, necesitaría ser protegido de la ambición de su familia paterna. Sabía que Gaara no dejaría que le tocaran un solo cabello, pero no sería suficiente.
Naka llego a su cuarto, para darse un baño; una vez que termino y se vistió, tomo la foto de su buro: en ella, él y Gaara posaban para el fotógrafo en la boda de Izuna y Tobirama, también recordó que por “casualidad” atrapo la liga y el doncel el ramo; según la tradición, los siguientes en casarse serian ellos. Pero recordó que esa boda tendría que posponerse por dos razones: apenas Shizuka cumpliera los 18 años, Lars la haría su esposa y la otra, aun le faltaban 5 años para terminar su carrera. Aun así, Naka estaba dispuesto a esperar
- Gaara… Sai… espérenme por favor -al recordar al bebé- me temo que tendré que ganarte de nuevo, ¿verdad, enano?