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El mandato del sultán. por grecia medina perez

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Notas del capitulo:

HOLA MIS AMORESSSSS

como estan???

Se que no tengo perdón de dios por haber actualizado tan tarde pero esque mi ipad se murió¡¡¡ sin avisar solo un día se volvió loco y subí la prueba a la página del mandato del sultan en face por si lo quieren comprobar para que vena que no miento.

Como sea muchas gracias por leer esta historia que tiene un escritora muy irresponsable y aguantar todo el tiempo que duro en actualizar, hoy estoy muy inspirada así que quiza comience el otro capítulo, les parece buena idea?

Este capítulo muestra el lado molesto de shiro, la obseción de Fakhir, la inteligencia de Seghit, el lado paternal de Jacob y la inesprexivdad del actual sultan para con su hijo.

Ya no los entretengo y a leer!!

Nuevamente no pedire reviews para ver con cuantos me sorprenden n.n quiero saber que opinan y si no haganmelo saber por facebook recuerden que tengo una página exclusivamente para esta historia que se llama "el mandato del sultan" se acepta a todo el mundo XD.

PD: este capítulo se lo dedicó a mi amiga daniela quien me presto un muy buen libro Fangirl leanlo se los recomiendo y me inspiro para hacer este cap.

-Jacob-

Tras sacar a Seghit de la habitación me apresure en llegar a la cama donde el cuerpo inconsciente de la Maharin reposaba, una joven de cabello castaño entro a la habitación en forma de refuerzo pues pertenecía al ala de enfermería del castillo, esta de inmediato me ayudó a retirar las prendas del cuerpo del rubio y comenzó a pasarme varias gasas para detener el sangrado que surgía de entre las piernas  del ojiazul y que parecía no querer detenerse.

Todo apuntaba que era una amenaza de aborto y temía enormemente que perdiera el producto (bebé).

Cheque los signos vitales del doncel y pude notar que su ritmo cardiaco comenzaba a disminuir debido a la pérdida de sangre, saque una jeringa e inyecte un medicamento para que la hemoglobina se coagulara más rápidamente, después de unos minutos logramos detener el sangrado y poner “estable” a la Maharin sin embargo sabíamos que no era cierto, no estaría fuera de peligro hasta realizarle varios estudios pues por más que nos empeñamos en encontrar la causa del sangrado no la hayamos, esto había sido un claro intento de aborto que sería de lo más normal si se tratara de cualquier otra persona, una caída, sobreesfuerzo etc. Pero no en alguien que se encontraba vigilado las 24 horas del día y cuyas actividades eran constantemente moderadas.

Para mi desgracia esto no era algo nuevo ante mis ojos había presenciado como muchas de las esposas del actual sultán morían antes de dar a luz y nunca se lograba saber la causa de muerte pero gracias a que  la tecnología había avanzado considerablemente los últimos años confiaba plenamente en saber cuál había sido el factor culpable del estado en el que se encontraba actualmente el rubio.

La joven frente a mí se encargó de llamar una ambulancia minutos antes de entrar por lo que ahora la habitación era invadida por varios paramédicos que se encargaron de ponerle una bata al doncel y trasladarlo con sumo cuidado a la camilla para después desaparecer con él tras la puerta y yo junto con ellos al ser el médico de cabecera.

 

-Nanamune-

Cuando Jacob me sacó de la habitación no podía estar más alterado, no era tonto y sabía lo que ocurría, rogaba a mis dioses que mi esposa estuviera bien y que me hijo siguiera creciendo en su vientre.

Mi padre me había advertido muchas veces sobre estos y que tenía que estar preparado para ello, pues no todo era color de rosa y las desgracias no pedían permiso para surgir, esas palabras habían sido pronunciadas con la experiencia de 16 perdidas y una victoria, admiraba la fortaleza de mi padre al superarlas todas y cada una de ellas sin que estas lograran interferir en su trabajo.

“La vida personal de un rey no le importa al pueblo, tú debes estar siempre para ellos y no esperar que ellos lo estén para ti, si se te brinda una vida llena de riquezas es a cambio de que pese a las calamidades no te rindas y sigas mostrándote sereno en tus decisiones, el poder más grande que portan los grandes reyes es controlar tus emociones de tal manera que no afecten el presente ni el futuro de tu reino”

Yo simplemente no podía imaginarme gobernando un reino sin Shiro, él se había convertido en lo más preciado de mis ser al igual que la pequeña vida que este albergaba solo imaginar perderlo me hacía sentir un gran dolor que me era imposible ignorar.

El ruido de varias pisada me sacaron del trance en el que me encontraba sumido, eran varios paramédicos quienes jalaban a toda prisa una camilla, se internaron en la habitación y minutos después salían a toda velocidad a la entrada principal y tras ellos Jacob quien se detuvo a un lado mío al ver mi rostro.

-Logramos sacarlo de peligro pero es necesario que se le hagan estudios, Seghit-

Apenas dijo eso se marchó a la salida, varios de los guardias me miraban entre lastima y compasión pero a la vez preocupación por el estado de mi reina, sin perder más el tiempo ordene que se me alistara un vehículo lo antes posible para dirigirme al hospital.

En menos de 5 minutos el coche aguardaba en la entrada y tras internarme en él, el chofer arrancó a la máxima velocidad después de 10 minutos llegamos al recinto el cual era privado y solo atendía a soldados o personas del castillo por lo que este contaba con mucha seguridad que ahora había sido duplicada por mi presencia y la de Shiro, al entrar recibí varios saludos y reverencias que ignore si ánimos de mostrar una buena cara al mundo.

Me senté en el área de espera y los minutos se me hicieron tortuosos a medida que mi cerebro se encargaba de imaginar las más horribles noticias que me pudieran dar poniéndome aún más intranquilo de lo que creí posible. Cerca de 1 o 2 horas más tardes la puerta divisoria entre la sala de espera y la de emergencia se abrió dejando ver a un hombre de cabello blanco a causa de la edad y la bata característica de los médicos, éste se acercó a mí con un rostro neutral que no dejaba ver la situación.

-Buenas noches su alteza primero que nada permítame agr……-

-Déjese de estupideces y formalidades y dígame como esta mi esposa e hijo-Dije de forma colérica por la impaciencia que sentía, el hombre solo tragó duro y prosiguió.

-El doctor Jacob hizo un estupendo trabajo al detener la hemorragia por lo que cuando la Maharin llegó sólo nos encargamos de hacerle varios chequeos en busca de alguna otra irregularidad o secuelas a causa del incidente, desafortunadamente el feto no corrió con tanta suerte y estamos haciendo todo lo posible para que no haya perdida pero al parecer todo indica que se podrá mantener, ahora la situación que quiero comentarle es que encontramos la causa del intento de aborto-

Mi atención estaba fija en el hombre, la preocupación antes latente en mi pecho se aminoro tras escuchar que el rubio se encontraba bien sin embargo esta volvió casi al instante al escuchar que mi hijo corría peligro.

-Su alteza esto no fue un accidente como ya ha de suponer, todo lo sucedido fue gracias a una sustancia conocida como Duplex que se encuentra la mayoría de las veces en las píldoras anticonceptivas y medicamentos para matar las células fértiles por lo que son altamente nocivas para una persona que se encuentra en estado de gestación ya que se encarga de debilitar la placenta para tratar de separarla de la piel en otras palabras un desprendimiento de placenta que ocasiona un aborto casi al instante, es un milagro que el embrión siga con vida su alteza no obstante esta sustancia es creada de manera artificial por lo que alguien se encargó de suministrársela a la Maharin a través de los alimentos o bebidas-

Al escuchar la información que salía de los labios del doctor solo hizo que hirviera en furia al escuchar que alguien se había atrevido a traicionar la corona y para mi pesar alguien cercano a mi bello doncel, descarte de inmediato la posibilidad de que fuera algún individuo de la cocina pues todo era supervisado por Xerets u hombres de confianza de mi padre antes de ser servido o cocinado por lo que todo apuntaba de que debía ser alguien con la oportunidad de verter el compuesto sin ser visto y eso solo se podía si eras la encargada del cuidado diario de Shiro.

¡¡¡¡Malditas ratas!!! Pensé colérico al saber que habían logrado infiltrar personal extra o manipularlo para que hiciera el trabajo sucio pero lo que no podía razonar era ¿Con que propósito? A cada individuo se le pagaba muy bien por su trabajo en el castillo y las revueltas ya habían cesado. Detuve mis pensamientos a sabiendas que no era el momento de sacar conclusiones y que toda mi atención debía estar enfocada en mi hijo y consorte.

-¿Puedo pasar a ver a mi esposa?-

-Claro que si su majestad pero actualmente se encuentra sedada y en el área de cuidados intensivos por si algo llegase a presentarse-

Varios guardias se encontraban cerca nuestro y uno de ellos se aproximó hasta quedar a unos cuantos pasos de distancia.

-Su alteza su padre ha ordenado que regrese al palacio apenas sepa del estado de su la Maharin por lo que ya es tiempo de volver-

-Dígale que no pienso moverme de aquí hasta que mi consorte despierte-

Pensaba decir que hasta que este volviera al palacio conmigo pero no sabía si con la actual situación eso sería seguro o no, aunque siendo franco no sabía a qué lugar podría llamarle seguro después de vivir semejante traición en mi propio hogar.

El guardia hizo una reverencia y se retiró para comunicar mi mensaje, pregunte donde se encontraba Shiro y seguí al médico hasta el área que este me guiaba cuando finalmente llegue la imagen del rubio postrado en cama y tan pálido como las sábanas blancas en las que dormía me partió el corazón, este tenía un intravenosa en su muñeca que se encargaba de suministrarle algunos medicamentos y vitaminas así como un bolsa de sangre dentro de la habitación se encontraba Jacob quien me sonrió de forma decaída para después con paso lento dirigirse frente a mí.

-¿Como esta?- pregunte nuevamente aunque el otro médico me lo hubiera dicho pues sabía que Jacob jamás me mentiría en ese aspecto y prefería la cruel realidad que la ilusión de una linda mentira.

-Mejor de lo esperado, el bebé sobrevivió milagrosamente y tu consorte solo está débil a causa de la falta de sangre apenas despierte nos concentraremos en desintoxicar su cuerpo pues aunque queda poco en su sistema es preferible que su existencia no se encuentre en él….que piensas sobre el envenenamiento porque esa es la verdad y dudo que no la sepas-

-Que alguien va a morir apenas sepa quién sea por esta de traición tan grande y llevar a estas condiciones a mi amada-

-Tienes alguna idea de ¿quién puede haber sido?-

-Alguna de las encargadas de su cuidado diario solo ellas pueden estará a solas con él-

-Tus sospechas van por buen camino el grado de toxicidad indica que le era suministrado constantemente y nadie tiene derecho a permanecer cerca de la Maharin a excepción del sultán, familia y las cuidadoras.-

-Lo sé pero también sé que solo es un peón, ninguna de ellas tiene motivos para actuar en su contra y beneficiarse con algo-

-Has analizado muy bien la situación hijo….tu padre me llamó para saber el estado de su nuera y nieto pero ya imaginaras que  me ha pedido que te convenza de regresar al palacio, está tan angustiado como tu Nanamune.-

-Él ya se ha resignado a no sufrir por pérdidas amorosas tras 16 intentos, yo al contrario no lo he hecho y espero nunca hacerlo, le agradezco a cada uno de nuestros dioses por permitirme tener con vida a ambos y por mostrarme que no debo ser tan confiado de la gente que rodea-

-Igual no les funciono, tu hijo sigue vivo y ese era su objetivo nunca trataron de adjudicar en contra de la Maharin pues a pesar de que le causo un aborto no afecta de otra forma su salud, ahora será mejor que vuelvas antes que tu padre mande un escuadrón por ti, ten fe en que yo cuidare de tu familia-

Asentí resignado a sus palabras y salí de la habitación dándole una última mirada a Shiro antes de retirarme por completo para después dar marcha a la salida y subir al auto que me llevó directo al castillo.

 

-Watari-

Eran cerca de las 5:30 de la tarde cuando la puerta fue abierta de golpe por cierta pelirroja que entro gritando mi nombre.

-¡¿Qué quieres?!-grite enfadado por su forma de entrar sin antes pedir permiso para hacerlo.

-Lo siento mi señor pero venía a decirle que el veneno ya ha hecho efecto y que la Maharin está siendo trasladada al hospital-

Una sonrisa se plasmó en mi rostro al oír esas palabras pues estaba muy feliz de que al fin ese engendro que llevaba en el vientre la Maharin ya no existiera.

-Has llamar a mi hijo-La joven asintió, desapareciendo por la puerta y regresando a los pocos minutos unos pasos detrás de mi hijo.

-Puedes retirarte ya hablaremos de tu paga mañana-

La pelirroja dio una reverencia y se retiró del despacho a paso rápido a sabiendas de mi poca paciencia.

-¿Qué es lo que necesitas padre?-

-No sé si ya te habrás enterado por todo el alboroto que hay por el castillo-

-Lo note pero no me interesó preguntar, ¿Me incumbe?-

-Tú eres el principal a quien debería importarle, ya  es un hecho que el bicho desapareció por lo que ya cumplí con mi parte del trato-

Mi hijo cambió su cara neutra por una gran sonrisa que iba acompañada de unos brillosos ojos de felicidad que no presenciaba hace 3 o más años desde que había entrado a la militarizada.

-¿Y dónde se encuentra? Quiero ir por él cuanto antes-

-En el hospital pero tranquilo, él está bien solo que por obviedad tras un aborto es normal que lo hayan llevado al recinto médico-

-¿Cuánto más tendré que esperar? No sé qué más quieres que suceda o cuánto tiempo quieras perder pero con esto se atrasa automáticamente la coronación, da el golpe de estado antes de que sea demasiado tarde y ya no tengas oportunidad.-

-Ya he cumplido con mi parte no te metas en mis planes no pienso tirar a la basura meses de planificación solo por tu impaciencia apenas secuestres tu “premio” toda la revuelta iniciara y tenemos que estar bien preparados para ello.-

-Si el chico vuelve al castillo no habrá oportunidad de hacerlo, tengo que aprovechar el tiempo en que está en el hospital para hacer de las mías-.

-Piensas que contaminado de dúplex y posiblemente anémico por la pérdida de sangre será dado de alta pronto ¿por? Puff se realista hijo-

-En la base tenemos lo necesario para cuidarle no necesita quedarse en el recinto-

-Esa no era la idea que trataba de transmitirte, lo que trato de decir es que no lo mandaran a “casa” de la noche a la mañana, juega un rato más con tu impaciencia Fakhir o todo se ira por la borda-

Observe como la quijada de mi hijo se apretaba y los músculos del cuello se calcaban por la fuerza de dicha acción, sabía muy bien que mi primogénito no era nada paciente con las cosas que deseaba más si sabía que estaban a su alcance  pero debía comprender que dar un paso en falso sería nuestra perdición.

Francamente no entendía esa obsesión de mi hijo por la Maharin pues si bien era hermosa éste no la conocía más allá de una mirada y sin embargo la deseaba, a mi punto de vista era como un niño enojado por no tener un juguete  que otro tenía y que lo quería a toda costa aunque después se aburriera de él, mi conciencia estaba más que tranquila no era anda nuevo terminar con una vida e interferir con que una no se lograra no me quitaba el sueño.

-¿Qué harás cuando finalmente tengas lo que deseas hijo?-

-Esperare pacientemente a que mi hermoso doncel sea capaz de dar vida nuevamente para después plantar mi semilla en él para cumplir con el odioso requisito que demanda el trono para tomar posesión de él, puede que después quiera más hijos pero por el momento mi único objetivo es el que ya te mencione, tendré una muy bella esposa para que me espera con las piernas abiertas todas las noches y no pueda negarse-

-Con lo impaciente que eres creo que tu “plan” caerá en la primera, siento algo de pena por mi futura nuera pero he olvidado decirte que yo también quiero hacer uso de ella aunque sea una vez, quiero saber el porqué de la obsesión que muestras tanto tu como ese chiquillo por la Maharin-

-No estarás hablando en serio, apenas me he hecho a la idea de que no seré el primero que tenga entre las piernas como para razonar compartirlo contigo-

-Si tenemos éxito tendremos la misma autoridad y puede que yo más que tu hasta que asciendas al trono por lo que no habrá nadie que me lo pueda impedir Fakhir y lo sabes, además solo pienso usarlo una vez no seas tan egoísta-

-No quiero que tenga posibilidades de que engendre un hijo tuyo-

-Existe algo llamado condón hijo son un vejestorio pero no por eso repelo la actualidad-

-Consíguete una puta barata, cierra los ojos e imagina que es él-

-En ese caso yo me lo quedo y tu cierra los ojos he inténtalo-

Esta discusión se estaba alargando más de lo necesario si quería hacer algo solo faltaba que lo hiciese y ya no tenía por que rendirle cuentas a mi hijo, me daba gracia saber que éste aún pensaba que realmente estaría dispuesto a compartir mi reino con él.

Apenas lograra mi objetivo me desharía de él ya que no quería ni un cabo suelto o una traición de su parte con el tiempo. De mi parte ya no era necesario que tuviera otro hijo con él bastaba aunque apenas este muriera me exigirían procrear nuevamente, ya no formaba parte de mi vocabulario la palabra “amor” solo responsabilidad y obligación por lo que no necesitaba la aceptación como pareja de nadie para tener un nuevo heredero.

 

La discusión se transformó en una charla y esta a su vez en un silencio retador entre ambos, Fakhir se retiró sin decir nada y yo permanecí solo nuevamente, con mis pensamientos abrumando mi mente entre todas las posibilidades de ataque y sus consecuencias, sabía que debía movilizarme rápido pero también que debía ser cuidadoso y permanecer encubierto el mayor tiempo posible.

 

-A la mañana siguiente-

-Shiro-

Me dolía todo el cuerpo y el olor  desinfectante me mareaba, abrí los ojos con pesadez encontrándome con una pared completamente blanca, el color tan lúgubre junto con el constante pitido de una maquina me informo que me encontraba en un hospital, mire a mi alrededor y note que alguien había estado aquí con anterioridad debido a los cojines desacomodados de un sillón a unos metros de la cama, a pesar de estar despierto sentía mucha somnolencia y el cuerpo pesado.

El sonido de unos pasos cercanos a la puerta me hizo mirar en dirección a ella para ver como entraba poco tiempo después Jacob, que al verme despierto sonrió y se acercó a mi ubicación.

-Buenos días pequeño-

Me dijo con un tono más amable del acostumbrado y con una mirada de tranquilidad que era muy contagiosa pues un sentimiento parecido se esparció por mi pecho.

-Buenos días…-mencione con pesadez y la voz rasposa.

-¿Cómo te sientes?-

-Adolorido y somnoliento, ¿Qué me sucedió?-

-Tuviste una amenaza de aborto Shiro pero afortunadamente solo fue eso…-

AL escucha la palabra aborto instintivamente lleve mis manos a mi vientre y sin dejar a Jacob terminar su frase pregunte.

-¡¿Mi bebé?!-

Dije con el miedo plasmado en mi voz y mirando de manera fija al hombre frente a mí.

-Sigue creciendo ahí dentro,-el hombre me sonrió de manera paternal y para después proseguir- ayer nos dio un gran susto al tratar de venir al mundo antes de lo requerido pero logramos que se mantuviera donde esta así que no te angusties-

Asentí más tranquilo por su respuesta y me deja caer en la cama, no había notado que estaba tenso hasta que relaje mi cuerpo y este sintió cierto placer al descansar del pequeño esfuerzo que había realizado.

¿Dónde está Nanamune?-pregunte mirando nuevamente la habitación tratando de enfocarlo con la mirada.

-Fue a arreglar unos asuntos no tardara en volver-

Y tal como si lo hubiéramos invocado, Seghit hizo acto de presencia en la habitación y al verme despierto una sonrisa se dibujó en su rostro, note como aquellos ojos que habitualmente me miraban con alegría y diversión ahora solo transmitían preocupación y un deje de molestia que fue desapareciendo al llegar a mi cama.

-Nanamune-

Al llegar al castillo había sido llamado por mi padre casi al instante en el que entre a la construcción, me dirigí hacia allá sin más preámbulos y en menos de lo que hubiera querido ya me encontraba frente a su trono.

-¿Seghit, recuerdas mis palabras antes de que comenzaras en la búsqueda de tu pareja?-

-A detalle-

-Me alegro eso quiere decir que ahora el dolor no te consume-

-No lo hace porque ese sentimiento no cuadraría con la situación, lo único que siento es furia por la traición que éste castillo ha mostrado ante nosotros sin haberlos dañado en lo absoluto.-

-Siento mucho lo ocurrido pero no paso a mayores para que optes por tomar esta actitud-

-Casi perder a mi hijo no es ¿suficiente? Entonces que lo es? Ya está más que claro que esto apenas es el inicio de algo.

-Lo sé a pesar de ser viejo mi mente aun funciona Seghit-

-Entonces no esperes verme con una gran sonrisa por el castillo-

-Ningún sentimiento que tenga que ver con tu vida personal.-

-No es mi vida personal, este castillo es la vida de muchos y  entre ellas una ha atentado contra mi familia, no esperes que perdone esta osadía como si hubiera sido cualquier cosa, que tu no hayas hecho lo suficiente para salvar a tus esposas y te hayas quedado de brazos cruzados mirando la muerte de tus hijos significa que yo haré lo mismo-

-¡¡Nanamune!!No te permitiré que me faltes al respeto con palabras tan hirientes-

-No tengo tiempo de pelear o de escuchar consejos que incluyan no ponerme furioso por lo sucedido, sino tienes nada distinto que decirme o una solución por favor déjame retirarme-

Los ojos de mi padre que siempre se habían mostrado inexpresivos ahora transmitían una chispa de culpa y enojo.

A la mañana siguiente apenas desperté me arregle y me dirigí al hospital llevándome conmigo gran parte de mi trabajo para poder trabajar desde el hospital, había pasado gran parte de la mañana en la habitación mirando de vez en cuando a Shiro quien se negaba a despertar, tuve que salir un corto rato del cuarto por unos asuntos y al volver mi Maharin se encontraba despierta, inmediatamente una sonrisa se coló en mi rostro y me acerque a su lecho para después besarlo como si mi vida dependiera de ello, mis manos se aventuraron por su cuello atrayéndolo levemente y tratando de que el beso fuera más duradero, gracias a la falta de aire nos separamos respirando entrecortadamente por la acción anterior.

-¿Cómo están mis amores?-pregunte con una sonrisa ladina y la felicidad y tranquilidad impresa en mi mirada.

-Cansados y con mucha hambre-El estómago del doncel rugió enfatizando sus palabras  y una ligera risa escapo de mis labios al igual que los de Jacob quien salió por algo de alimento para mi esposa.

-Me diste el mayor susto de mi vida ayer Shiro y espero no lo vuelvas a repetir, Rosalit me dijo que te habías estado sintiendo mal últimamente, porque no me lo dijiste-Pregunte tranquilo pero demandante, el rubio solo se encogió y me dirigió una mirada de cachorrito regañado.

-¿Viniste a regañarme?-Preguntó con la voz algo apagada y temerosa.

-No amor no he venido a eso pero espero que si te sientes mal en un futuro me lo hagas saber de inmediato o podríamos terminas como estamos justo ahora y no se sí sería capaz de aguantar nuevamente la incertidumbre de perderlos-Dije siendo de lo más sincero.

Shiro se sobó el vientre como comprobando que todo siguiera en su lugar y una pequeña sonrisa asomó por sus labios.

-Créeme que no te volveré a ocultar nada -

Le besé la frente con cariño y al notar que este hacia un esfuerzo por mantener los ojos abiertos le di un beso nuevamente en los labios antes de sugerirle que durmiera un rato más.

-No quiero dormir-

-Dices eso pero estas cabeceando mejor descansa un rato mi pequeño, no tienes ninguna prisa-

-Ésta bien pero duerme conmigo, me he acostumbrado a hacerlo y ahora sentir la cama sola no me gusta-Dijo refunfuñando como un niño pequeño, sonreí y con sumo cuidado me acosté del lado contrario de donde tenía la intravenosa para no moverla por error o lastimarlo, el rubio se volteó hasta terminar frente a mi pecho y se acurruco para después caer en los brazos de Morfeo.

Para cuando Jacob volvió el ojiazul ya se encontraba dormido y tras lanzarme una mirada entre diversión y preocupación por estar en la cama con el rubio se retiró sin decir nada intuyendo que dijera lo dijera no me movería de mi sitio.

Pasadas un par de horas Shiro comenzó a removerse entre mis brazos señal que pronto despertaría, segundos después este me miraba con pereza mientras bostezaba pero agradecía que estuviera somnoliento pues estaría algún tiempo en cama y comenzaría a aburrirse por ello.

-Nanamune….quiero que me digas que fue lo que pasó-

El rubio a pesar de estar estable ante mis ojos éste  lucía sumamente débil, su antes caucásica piel había adquirido un tono níveo (blanco) que lo hacía parecer más frágil de lo que ya era, Jacob me había dicho que en pocos días Shiro recuperaría su tono natural de piel por lo que no debía preocuparme según él, restándole importancia al color de su piel; las múltiples máquinas a su alrededor no ayudan a dar otro aspecto a su pequeño ser salvo sus ojos que aun conservaban el tan característico brillo que poseen quienes se encuentran en dulce espera, ahora mirándome con fijeza y preguntándome sobre lo ocurrido me hacía dudar entre decirle o no pues no quería que este se alterara.

Suspire pesadamente y le di un beso en la frente antes de decir cualquier cosa.

-No hay nada que no sepas amor-

-Sabes que es lo que te estoy preguntando por favor no me evadas-

-….Shiro no sé si sea buena idea te podrías alterar-

-Eso no me importa-

-Pero a mi si-

Mencione algo tajante al notar la persistencia de mi Maharin, Jacob no me había dicho nada al respecto sobre si era o no buena idea mencionar lo ocurrido y creo que simplemente lo dejó a mi consideración pero actualmente Shiro no estaba en condiciones de tener emociones fuertes y el saber que casi pierde  a nuestro hijo envenenado solo hubiera logrado que este se asustase y con ello que también se alterara por la noticia ya que la traición por parte de quienes crees tus protectores no es algo fácil de asimilar.

-Estoy postrado en una cama ¿y no tengo derecho a saber lo que me llevó a ella?-

-Si lo tienes y lo sabrás cuando salgas de aquí y todo haya pasado-

Shiro no dijo nada más y se quedó mirándome unos instantes antes de cerrar los ojos y desistir de la idea de que le respondería, el menor se dio la vuelta con algo de esfuerzo y me dio la espalda claramente enojado por mi contestación.

-Amor no quiero que estés enojado conmigo por algo como eso-

-No te responderé igual y me altero- La respuesta del ojiazul me sorprendió pues nunca había hablado sarcásticamente o al menos no en mi presencia y se notaba a leguas que estaba disgustado.

Entendí tras varios minutos de silencio que el pelirrubio no me quería cerca de él o no por el momento, así que me levante y salí de la habitación dejándolo en soledad.

“Son las hormonas es normal que este tan sensible” me dijo el mismo hombre canoso que atendió a mi consorte cuando llegó.

Me dirigí de vuelta al palacio pues aunque me costara dejar a mi hermoso doncel en ese frío cuarto de hospital ahora mismo estaba tratando de dar con el culpable o culpables que era lo más lógico si una dama de compañía lo había hecho.

Al llegar al castillo me encamine directamente a mi despacho donde el general Yeril ya me esperaba pues él era el responsable de los empleados en el castillo y quien designaba las tareas a realizar. Cuando finalmente llegué a mi oficina dentro ya encontraban Yeril y Rosalit, esta última no había sido convocada por mí pero su presencia nos ayudaría mucho por lo que no me opuse a su estadía.

-Buenas tardes su majestad-Dijeron ambos al unísono.

-Si no es mucho el atrevimiento su alteza me gustaría preguntar el estado de la Maharin..-

-Está bien pero seguirá en el hospital lo que resta de esta semana y posiblemente la próxima-Respondí mientras me dirigía a mi silla hasta finalmente sentarme en ella y tomar los expedientes que Yeril me tendió.

-Así que usted piensa que fue una de nosotras quien atento en contra de Shiro-sama-

-No lo creo, lo sé estoy más que seguro de eso todo apunta hacía ustedes-

Rosalit no objetó nada y permaneció callada como si mi respuesta no la sorprendiera en lo más mínimo.

Yeril comenzó a revisar los expedientes junto conmigo, pase uno, dos y en el tercero note que la joven ahí pintada no tenía la misma fecha de admisión que las otras jóvenes por lo que de inmediato se lo mostré  al hombre frente a mí.

-¿Quién es ella?-

Yeril tomo la carpeta y abrió los ojos ligeramente al ver el rostro de la chica con algo de confusión como si no la reconociera.

-Una joven de limpieza supongo, siendo franco no sé qué hace este expediente junto con los otros…-

-Yo lo puse ahí-Dijo Rosalit

-Se podría saber porque-

-Esa pregunta se la hago yo a usted, un día solo se presentó jurando ante su nombre que había sido nombrada doncella del diario por usted por lo que creía conveniente agregarla a los archivos.-

-Yo no agregue personal al cuidado diario de la Maharin después del proceso de selección-

-Me estás diciendo que una completa intrusa estuvo junto a mi esposa por un mes y tú nunca notaste que te faltaba personal en un área y que mi Maharin tenía un extra- Más que pregunta mis palabras parecían afirmación pues era obvio, el palacio se había fiado de la modernidad y la etapa de paz que se estaba viviendo y dejo pasar tan significantes detalles que casi lograron costarle la vida a mi esposa e hijo.

El general tomó un semblante sumamente serio tras mi pregunta.

-Yo me encargaba de revisar todos los documentos semana tras semana este archivo jamás tocó mi mesa yo no me encargó del sueldo de esta joven.-

-¿A qué se refiere?- Esta vez quien lo cuestionó fue Rosalit.

-A que esta chica no fue contratada por mí-Mencionó sin más.

-Haz la llamar-

Yeril se levantó en su búsqueda y desapareció por la puerta segundos después.

 

 

-Shiro-

Cuando Seghit se marchó Jacob entró a la habitación con una bandeja de comida y un vaso con agua y tres píldoras que me ofreció, sin rechistar las tome y levante la tapa que cubría la comida y sentí alivió cuando vi que era ensalada de frutas, algo de arroz, un filete con vegetales y un gran vaso de jugo de una fruta que desconocía.

-Gracias, tenía mucha hambre-

-No importa pequeño….por cierto el doctor Rickel me menciono algo acerca de una pelea entre Segiht y tu-

-No lo llamaría pelea pero si disgustó, merezco saber porque estoy internado en una clínica y porque casi pierdo a mi bebé-

-Por él es que no te lo dice, no quiere que te sobresaltes y siente que de algún modo te protege más manteniéndote en la ignorancia y por esta vez estoy de acuerdo con él, que lo sepas o no, no cambiará nada-

-Su silencio solo me hace pensar cosas feas y sentirme desesperado al no saber-

El doctor sólo me sonrió y me acarició con suavidad la cabeza con algo semejante al cariño, espero a que terminara de comer y tomó la bandeja para después despedirse y retirarse entrando pocos segundos más tarde una enfermera que cambio uno de mis sueros (bolsas de medicamentos que se conectan a la intravenosa) y me ayudó a llegar al baño después de muchas protestas para irse apenas me dejara nuevamente en cama.

Mire por la ventada y me topé con el cielo nocturno que tanto amaba pero por primera vez la luna no me tranquilizo y el presentimiento de que algo malo ocurriría me invadió

-Fakhir-

Entre en la oficia de mi padre sin tocar siquiera y lo encare notablemente molesto.

-No tardan en descubrirnos y tu ni por enterado estas-

-No entres así a mi oficina y a que te refieres Fakhir-

-Me refiero a que el sultán (Seghit) ya mandó llamar a tu pequeña puta pelirroja-

-Eso no es posible apenas ayer..-

-Al parecer no es tan tonto como creíste y te olvidaste de ocultar varios detalles que ahora nos podrían costar la vida-

-En ese caso hijo permite felicitarte, iremos ahora mismo por tu regalo la revolución a comenzado-

 

 

Notas finales:

Que les pareció?

Disculpen si es corto o largo nunca había escrito en computadora siempre lo hacía en las notas de mi ipad  u.u que en paz descanse.

Por cierto les gustaría que les respondiera los reviws?

Bueno en todo caso de ahora en adelante lo hare así que revisen los reviews un día después de que los hayan escrito n.n 

muchas gracias por leer¡¡¡¡


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