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El mandato del sultán. por grecia medina perez

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Notas del capitulo:

Holis mis amores hace tanto que no nos vemos casi los 3 meses casi jaja XD

no me odien plis pero aquí estoy, creyeron que se habien desecho de mi pero NO, aquí seguire algunos meses más torturandolos jajaj no se crean.

Tengo que aclararles algunas cosas del capitul.

primero que nada es que quiza se confundan con los nombres ya que tanto Nanamune como judo,gutak y kalel tuvieron que cambiar sus nombres por seguridad.

Nanamune-Jasith

Jûdo-Murso

Kalel-Ismail

Gutak-Palel.

se me esta acabando la carga de mi ipad lo cual es muy muy malo por que aqui tengo la historia.

Ya los extrañaba mis amores.

Por cierto me hicieron escribir 25 hijas de word !! he hice circo maroma y teatro para poder actualizar sin que el texto se juntase,a ora mismo estoy en el ciber de un pueblito  .-. si así de mal ando puesto que ando de visita a la familia y no hay wifi T.T.

Espero y mi tortura sea suficiente para que perdonen a esta escritora de pacotilla desalmada. c:

Como siempre les recuerdo unanse a mi grupo en Facebook  que son los primeros en enterarse de mis actualizaciones "El mandato del sultán" así se llama el grupo.

n.n

Este capítulo se lo dedico a mi madre que aunque jamás leerá esto es enteramente para ella.

-Nanamune-

Tras dos agotadores días de camino finalmente llegamos al pequeño poblado de la región sur, gracias a la hora no parecía haber un solo campesino por el lugar por lo que no tuvimos problema alguno al utilizar una cabaña del lugar la cual estaba cerrada, teníamos distribuidas diversas viviendas por todo el país en caso de que se necesitara de alojo urgente por lo que la cabaña era nuestra pero sería algo difícil de creer si nos hubieran visto abrirla de una patada.
El interior era lujoso en contraste con la fachada que parecía estar descolorida y agrietada haciendo que pasara por una edificación de muchos años.

Tanto Jûdo como los demás después de desempacar cayeron profundamente dormidos pues no nos habíamos detenido en ningún momento más que para ir al baño o cambiar de lugar de copiloto a piloto.
Los días que le siguieron a nuestra llegada tratábamos de parecer lo más lugareños posible ganándonos en muy poco tiempo la confianza de los pocos habitantes que residían en el pueblo pues no superaban los 750.

-Nanamune, estas seguro que calculaste bien? No te habrás equivocado?-

-No lo creo Jûdo su siguiente punto de reclutamiento es este-

-Si pero ya han pasado cerca de 2 semanas sabes? Y no hay señales de que vayan a aparecer-

-Lo harán Kalel-

Dije en modo cortante sin ganas de volver a explicarles el patrón que seguía el ejército contrario. Gutak se dedicó  a mirarme más no dijo nada y se internó en la cabaña, estaba por hacer lo mismo cuando los pitidos de varios carros se dejaron oír alertándonos a todos de que el momento había llegado, no paso mucho tiempo en el que uno de los vehículos aparco cerca de nosotros junto con varios hombres armados, estos rodearon la cabaña y nos exigieron levantar las manos.

Uno de los soldados sacó a Gutak de tirones aventándolo al suelo mientras los demás permanecíamos con los brazos extendidos hacia arriba en señal de que no buscábamos pelea.
Cuando finalmente Gutak se puso de pie al igual que nosotros y tras levantar sus brazos de igual manera, uno de los hombres el cual parecía estar a cargo comenzó a hablar. 

-Bueno señoritas (no es error, es insulto) ustedes tienen 2 opciones. Venir con nosotros de forma tranquila y servir al ejercito de nuestro señor Watari o morir si se resisten ¿Cuál  prefieren? 
Tú el alto de cabello café, Di tu nombre-

-Jasiht (Nanamune)-

-Bueno Jasiht, ¿qué eligen?-

-Acompañarlos de manera voluntaria-Respondí sin ningún atisbo de duda en mi voz lo que sacó una pequeña sonrisa en el rostro ajeno que me descolocó un poco.

-Pareces bastante seguro-

-No quiero morir-Mencione de una forma temblorosa en mi voz para hacer de mi respuesta más creíble y notando claramente como Jûdo, a pesar de la situación en la que nos encontrábamos, luchaba consigo mismo por no reírse.

-Buena respuesta- Dijo sin más para después hacernos una señal de que bajáramos los brazos-Ahora son parte del ejercito ganador bienvenidos, señoritas-

-Nos podría dejar de llamar señoritas?-

-Vaya parece que el chico tiene su carácter- Tras decir aquello golpeo a Kalel directamente en el rostro partiéndole en labio  como consecuencia y logrando que un hilillo de sangre resbalara por su mentón.

-Entiende algo, jamás se cuestiona a un oficial mayor ¿Has entendido SE-ÑO-RI-TA?-

Kalel se limitó a bajar la mirada tratando de esconder su ira y asintió resignándose.

-Así me gusta, que las perras obedezcan, bien todos al camión-

Nadie protesto y nos dejamos dirigir hacia un camión el cual tenía varios pasajeros a bordo, todos campesinos lo cual era muy fácil de distinguir por la ropa que usaban al igual que lo áspera que su piel lucia, producto de las horas bajo el sol.

-Quien se atreva a matarlo, lo haré trizas-Dijo con odio Kalel limpiándose el labio y ganándose una sonrisa burlona de Jûdo.

~Shiro~

Ya habían pasado 2 semanas más, dos semanas en las que temía que el médico me diera de alta pues sabía que una vez que saliera de este especie de hospital nada podría evitar mi destino en manos de Fakhir o Watari.

Por otro lado ya tenía tres meses de gestación lo cual era todo un milagro tomando en cuenta bajo todo el estrés que me encontraba y los múltiples sucesos que había vivido, sin duda alguna el pequeño que habitada ahí dentro se negaba a morir y parecía aferrarse a la vida de una manera sorprendente.

Aun con el tiempo que había pasado no descartaba la idea de que Seghit viniera en nuestro rescate tarde o temprano, por lo que mi pasatiempo preferido seguía siendo mirar la puerta tanto como pudiera, sonriendo momentáneamente hasta darme cuenta que quien había ingresado era Fakhir, su padre o algún doctor.

Watari pasaba más tiempo que antes conmigo acariciando de vez en vez mi vientre que ahora era una pequeña curvita he incluso en algunas ocasiones llegaba a susurrarle palabras a mi bebé y de alguna forma podría jurar que mostraba algo de orgullo al ver mi barriga de embarazo dejándome desconcertado por dichas acciones.
En este tiempo había conocido más a fondo al general por medio de preguntas sin embargo alguna a veces se negaba a contestarme y simplemente ignoraba lo que no quería responder continuando la plática como si jamás le hubiera cuestionado.

Uno de esos días las canas que antes residían en su cabeza  fueron cubiertas por un brilloso  castaño oscuro que le quito varios años de encima a su apariencia ganándose el desconcierto de muchos  incluyendo el mío, su aspecto seguía tan amenazador como antes solo que más juvenil.
A Fakhir no le agrado para nada la cercanía que ahora mostrábamos yo y su padre, y había montado un gran drama al  enterarse que su padre se había "arreglado" para su esposa, lo que me hizo considerar las segundas intenciones de esa cambio de look tan inesperado para todos.

Sin embargo como era de esperarse Watari lo ignoró de forma olímpica como solo él sabía hacerlo.

La puerta sonó sacándome de mis pensamientos haciéndome dirigí mi mirada hacia la puerta por la  que segundos más tarde Fakhir ingreso a la habitación.

-Buenas tardes precioso-

-Buenas tardes Fakhir-

-Me alegra que al menos ya te dirijas a mí por mi nombre, espero y pronto cambie a "querido esposo"-

No le respondí y me limite a verlo con recelo.

-No me mires así precioso que no tardan en darte de alta, estoy ansioso de comerte hermosura-Dijo mientras respiraba profundamente cerca mío.

-Por cierto escuche que la escoria de Nanamune desapareció- 
Esas palabras me sacaron un sonido de sorpresa al mismo tiempo en subía mi mirada afrontando la contraria en busca de un indicio de mentira.

-Si así como lo escuchas lindura, el palacio real ni siquiera ha salido en su búsqueda saben que para este tiempo ya debe estar muerto, parece que tu noviecito prefirió suicidarse a afrontar las cosas, vaya sultán lo bueno es que nosotros salvaremos al pueblo de su insensatez-

Abrí los ojos estupefacto ante lo dicho por Fakhir y permanecí en total silencio con la mirada gacha sacándole una sonrisa burlona al contrario quien aprovecho mi estado de shock para besarme, no me resistí no tenía el coraje para hacerlo, cuando este abandonó la habitación flexione mis rodillas y escondí mi rostro entre ellas.

Él no puede estar muerto Shiro, solo quiere asustarme, no le creas el nunca haría eso me repetía internamente en un intento de creer mis propias palabras, sentía mi corazón palpitando a todo lo que este podía adolorido por la reciente noticia y sin poder contenerme más me eche a llorar a todo pulmón sin temor a ser escuchado, dándome cuenta todo lo que ese hombre de largos cabellos negros significaba para mí.

-Por favor Seghit por favor no les des el gusto de morir....-

Dije en voz alta aunque me encontraba completamente en soledad, pasados los minutos me tranquilice comenzando a hipar, no podía llorar no cuando nada era seguro y bien Fakhir me podría estar mintiendo, me regañe internamente por dejarme llevar por mis emociones pero libere de cierta forma toda la tensión que había acumulado en estas semanas de encierro en las que mi incertidumbre no aminoraba.

Watari nunca hablaba frente a mí de la guerra y su hijo tampoco dejándome totalmente ignorante de lo que se vivía fuera de estos muros, nuevamente se escucharon algunas voces fuera de la habitación seguido del particular sonido del rechinar de una puerta vieja dejando ver al médico que hasta la fecha me había atendido y aun inusualmente feliz Watari que me acarició mi cabeza suavemente aun con la sonrisa plasmada en su rostro eso hasta que fijo su mirada en la mía dando se cuenta por mis ojos hinchados y rojos que no hacía mucho que estaba llorando. Sus facciones desaparecieron su antigua felicidad y cambiaron a un semblante más serio que me hizo estremecer con solo mirarlo.

-Porque lloras?-

-Por nada son las hormonas-Dije entre hipidos que no podía controlar, el contrario me tomo del mentón obligándome a sostenerle la mirada.

-No me mientas-

-No lo hago, soy un embarazado de 3 meses que tiene las hormonas disparadas ¿Qué pretendes que haga?-

-Que seas honesto conmigo, soy padre y a la vez general que por muchos años se dedicó a interrogar delincuentes crees que no se detectar cuando me mienten-

Suspire cansado por estas preguntas sin salida y me mordí el labio dudoso sobre lo que tenía que decir.

-Fakhir me visitó...-

Watari tensó la mandíbula más permaneció en silencio invitándome a proseguir.

-Y me besó...lo que logro asustarme, es todo-

-Ya veo, tanto te desagradan sus besos?-

-Me darán pronto de alta, quiero estar lo más alejado posible de él hasta que ya no tenga alternativa-

-Si yo te besara te molestaría?-

-Watari te has ganado mi confianza más que cualquier persona de esta edificación no hagas que me arrepienta de confiar en ti por favor..-

~WATARI~

Los ojos del rubio se volvieron acuosos haciéndome saber que no tardaría mucho para echarse a llorar nuevamente, mis brazos se movieron con la intención de abrazarlo deteniéndose a medio camino ante la mirada dudosa que el ojiazul me dirigía.

"No hagas que me arrepienta de confiar en ti" 

Esas palabras volvieron a sonar en mi cabeza haciéndome considerar lo que planeaba hacer, en el pasado no me habría importado y siendo franco ya habría tomado su cuerpo sin un ápice de remordimiento sin embargo a través de los días esa pequeña criatura frente a mi, me había escuchado con ese interés que nadie nunca se había molestado en profesar y aquí donde él no tenía a nadie más me hacía sentir necesario para su existir.

Me gustaba pensar que ahora mismo lo único que ese doncel tenía era a mí y solo a mí, cuando menos pensé un sentimiento de posesividad hacía él surgió llenándome de celos casa vez que Fakhir o incluso un médico pasaba tiempo con él.

Ahora mismo bañado en lágrimas me parecía el ser más hermoso del mundo vulnerable y delicado en busca de protección que sin duda le daría, ese joven se había convertido en mi obsesión y lo sabía muy bien, odiaba a Seghit con todo lo que mi alma podía sin embargo había que reconocer que tenía un gusto increíble para elegir esposa haciéndome entender como en cuestión de días se encapricho tanto de un doncel.

Hace algunas lunas (noches) encontré la respuesta a la pregunta que mi hijo Fakhir me replicaba día tras día ¿Por qué lo dejas conservar a su hijo? después de mucho pensarlo llegué la conclusión de que ansiaba verlo feliz y radiante a mi lado, y si permitirle tener a su hijo conseguía mantenerlo sonriente no me importaría dejarlo criarlo con tal de verlo lo más que se pudiera de esa manera.

-Ya no llores, no te haré daño-

Mencione y sin poder contenerme lo atraje hacia mí en un abrazo, sentí como el doncel trataba a empujones suaves de separarse de mí y pasados unos segundos como se dejó consentir por mis brazos sin mayor problema.

-A partir de hoy Fakhir tendrá prohibido visitarte, ¿Estás de acuerdo?-

-Si...-

-Mañana te darán de alta-El cuerpo del contrario  inmediatamente se tensó-Te cambiaran de habitación a una con más espacio sin embargo seguirás sin salir, todo el lugar esta llenó de hombres por lo que no es favorable tu aparición por él lugar-

-Entiendo-

-La habitación cuenta con un balcón podrás tomar siquiera aire fresco, no intentes nada estúpido y permanece tan bien portado como hasta ahora lo has hecho-

El rubio no menciono palabra alguna respondiéndome con su silencio, lo libere del abrazo en que lo tenía y deje que se recostara nuevamente en la camilla notando como sin lugar a dudas se había recuperado en estas semanas a nuestro cuidado pues ya no lucía tan blanco como antes y sus mejillas eran ahora adornadas con un sutil color rojizo haciéndolo ver indiscutiblemente más saludable.

Me despedí con un suave cabeceo y abandone el cuarto.

-Mi hijo tiene negada la entrada a esta habitación-

Ambos hombres asintieron y continuaron la misma posición que antes.

Hoy llegarían nuevos reclutas de la región del sur el cual era un pequeño poblado de no más de 800 habitantes a lo mucho donde la mayoría eran personas entradas a la vejez y mujeres me sorprendería ver más de 4 camiones llenos.

Usualmente serían llevados a la estación "Everest" pero esta se encontraba más lejos que en la que ahora me encontraba por lo que su entrenamiento sería en la base central, me dirigí a la salida a tiempo para recibir junto con mi hijo a los nuevos candidatos a soldados.

Tal como predije 4 camiones se estacionaron en el recinto varios de mis hombres se posesionaron en las entradas de los autobuses y les ordenaron a los pasajeros a descender, del cuarto camión solo bajaron un total de 7 hombres mientras de los demás 25 de cada uno, sumándole a mis filas 82 nuevos cadetes que   seguramente solo servirían para hacer frente ya que la mayoría de estos hombres no sabían absolutamente nada sobre el combate.

Una vez que todos bajaron se les ordeno formar 6 filas, ninguno emitió protesta y acataron de inmediato la orden.

-Bien...a partir de hoy son parte del ejército "contrario"  y si triunfamos cada uno de ustedes tendrá una muy buena compensación monetaria además del goce de haber salido vitoreado por otro lado quien se oponga a participar puede ir diciéndolo ahora para acabar con su vida ya mismo-Espere un momento antes de proseguir.

-Nadie...bien se les asignara un lugar de establecimiento y mañana comenzara su entrenamiento no nos sirven campesinos que lo único que saben hacer es formar sembradíos quedo claro-

-Dije QUEDO CLARO!?-

-Síííííí- se escuchó al unísono.

-Muy bien debido a la hora es todo por hoy, mañana al alba comenzaran con su entrenamiento hasta entonces retírense los oficiales frente a ustedes los dirigirán hacia su sección-

Varios de mis hombres se colocaron al frente de cada hilera de hombres y les ordenaron que los siguiesen , tras cerciorarme de que todos se retiraron volví a internarme en la construcción.

-¿Qué opinas de los nuevos reclutas?-

-Lo mismo que de los demás-

-Yo creo que estos se ven un poco más experimentados-

-Por qué lo dices-

-Algunos de la última hilera se formaron de manera "A" que bien sabes que es descanso algo que solo alguien con entrenamiento militar sabe-

-Tal vez fue solo coincidencia, la región del sur hace mucho que no envía hombres al ejercito por falta de población-

-Como sea se ven más prometedores-

-Esperemos y lo sean-

Fakhir no me respondió y se dirigió al comedor mientras yo me encaminaba a la sala de operaciones donde tras discutir un nuevo plan de operaciones me fue directamente a mi habitación.

~Nanamune~

Pasadas cerca de 4 horas finalmente llegamos a una gran edificación de donde salió en gran canalla de Watari, al salir y formarme en la hilera correspondiente apreté fuertemente la mandíbula  tratando de reprimir el gran impulso que tenía de molerlo ahí mismo a golpes al igual que al idiota de su hijo que nos observó con más detenimiento que a los demás mirando fijamente nuestra forma de mantenernos en pie dejándome ver que naturalmente me había formado en manera "A" algo muy normal en el ejército, aflojé una rodilla haciendo de mi parado algo más natural al mismo tiempo que Jûdo y los demás tomaban una postura más casual. 

Cuando el vejete de Watari terminó de hablar seguimos sin objeción alguna al hombre que nos dirigía por el lugar atravesando varios jardines y campos de circuitos hasta que finalmente llegamos a una casona separada del resto del lugar, en total habían cerca de unas 20 demostrando lo enorme que era el terreno, el hombre que nos había estado dirigiendo nos ordenó que entráramos a la 12C y que eligiéramos la litera que deseáramos.

Jûdo cual niño pequeño tumbo de una patada a Gutak al querer la litera más alta claro que este no se dejó intimidar y de igual forma lo tumbo de esta haciéndolo caer  desde 3 o 4 metros de altura.
Los demás habitantes de la casona los miraban divertidos como si fuera la cosa más emocionante que hubieran visto.
 
Gutak bajó de la litera y se posicionó frente a Jûdo en una claro muestra de que pelearía por la cama, muy por el contrario Kalel se dejó caer en la primera que vio sin importarle a quien perteneciera y en cuestión de minutos ya dejaba salir suaves ronquidos.

Al final ninguno de los 2 hombres que peleaban en el piso se quedó con la litera pues me adueñe de ella mientras estos seguían con su pelea sin sentido.

-Jasiht, baja de ahí y pelea por ella como yo y este gorila-

-No tengo ánimos y ustedes 2 saben bien que nos les conviene luchar conmigo así que elijan de una vez por todas una cama o litera y acuéstense que han montado un bonito show aquí.-

Tras decir aquello Jûdo se percató que todas las miradas estaban sobre ellos 2 y desistió de pelear al igual que Gutak quien se dejó caer en la cama siguiente a la de Kalel mientras que Jûdo por su parte trepó a la litera más alta que encontró.
Las demás personas ahí presentes al notar que el show había terminado se acomodaron para seguir durmiendo y pocos minutos después me les uní.

El sonido chillante de una trompeta sonando logro despertar a todos los presentes que se pusieron en firmes a lado de su cama pulcramente arreglada, una ventaja de tener literas altas era que nadie checaba si estaba ordenada o no, siendo esta la razón primordial de Gutak y Jûdo la noche anterior para pelear.

Un hombre ingreso en la casona con una tablilla y una pluma y se para frente a varios de nosotros pidiéndoles sus nombres y edad, cuando finalmente llegó conmigo este me observo con detenimiento y después me preguntó lo mismo que a los demás.

-Nombre-

-Jasith Nurkelt-

-Edad-

-27 años-

-Bien es todo sal como los demás al patio ahí te darán instrucciones-

El hombre siguió con lo suyo preguntando a los demás mientras yo me dirigí a la salida donde pude observar como salían de diversas casonas los demás hombres formándose en distintas hileras con el mismo número de personas en cada una de ellas, espere un corto periodo de tiempo hasta que los demás salieron y nos ordenamos sin protestar en nuestro lugar correspondiente.

Un oficial fornido se colocó al frente y simplemente movió su mano en círculos sin esperar más comenzamos a dar vueltas por el lugar, Jûdo ahora Murso trataba de ganarle en trote a Gutak que era el más rápido aquí y en palacio entras Kalel y yo solo esperábamos que se detuvieran.
Después de una serie de ejercicios matutinos fuimos llevados a un comedor junto con las demás casonas el desayuno era lo que todos esperábamos, la comida tan característica del ejercito agua, pan y alguna proteína lo suficiente para mantener en pie un cuerpo.

Pasada la hora destinada al desayuno fuimos dirigidos a una sistema de circuitos diferente al anterior, nadie se quejaba y todos parecían tener un nivel de resistencia admirable a pesar de ser campesinos.
Nada era fuera de lo común, hasta que un muchachito tropezó en los obstáculos de llantas  uno de los entrenadores le llamó la atención y fue mandado de castigo a la banca donde yo descansaba.

-Bonita caída- 

-Cállate!-

-Tienes valentía al estar aquí chico no usual ver un doncel en las filas- De inmediato la antigua mueva de enojo se modificó a una de total terror.

-Como lo supo!?-

-Mi pareja es un doncel se identificarlos muy rápido además que ningún hombre caería  en las llantas-

-Es tan obvio?-

-Entre más te esfuerces por parecer masculino  menos lo conseguirás-

-Me mataran si lo descubren-

-Te equivocas te violaran y después te mataran-

Ambos volteamos a ver a quien se había metido en nuestra conversación, me sorprendió ver que el dueño de esa voz era Kalel, quien la mayoría de las veces era indiferente a su entorno.

-No lo asustes Ismail-

-Sabes que es verdad, debió pensarlo mejor antes de hacerse pasar por un varón-

-No tuve elección-

-Que lastima por ti-

-Ismail...no seas tan duro con él-

-Pretendes que le suavice las cosas? Tu mejor que nadie sabes muy bien por que no se aceptan mujeres y donceles en las filas armadas-

-Quizá porque hay más hombres que mujeres o donceles?-

-Quizá o tal vez sea por todos terminaran violados, incluso entre los mismos hombres lo hacen-Dijo Kalel con una mueca de desagrado en su rostro, no sabía si era por lo de las violaciones o por el hecho que entre los soldados tenían relaciones sexuales.

-Sólo trata de no llamar la atención y estarás bien-

-Eso he hecho hasta ahora-

-Entonces sigue así-Dije dedicándolo una sonrisa para tratar de calmarlo.

-Sabes si hay otros como tú?-

-Toda la casona 5B está llena de donceles-

-Y nadie lo ha notado?-

-Bueno hay algunos que son corpulentos y otros con voz demasiado grave quizá sea por eso-

-ehh..no lo creo simplemente con el olor sabes muy bien cuando hay hombres y cuando no-

-A qué se refiere-

-Si Jasiht a que te refieres?-

Dijo Kalel con una sonrisa de oreja a oreja al notar mi incomodidad.

-Los hombres por naturaleza somos más sucios y usualmente nuestro lugar de alojamiento es más oloroso que el de donceles o mujeres basta con que vayas a un baño para que te des cuenta-

-Entonces lo mejor es que comencemos a apestar?-

-Ese no era el punto pero sería mejor-

-USTEDES TRES DE LA BANCA!!! Paren de platicar nenitas y sigan con el circuito-

Todos nos levantamos y nos dirigimos a unos tubos para hacer dominadas hasta que un pitido nos dio a entender que la rutina había terminado.

-Bien ya que todos han pasado la prueba de resistencia pasaremos a combate con espada, armas de fuego y a puño limpio al igual que con navajas u objetos punzantes recuerden todo es existencial a la hora de luchar-

-A todos se les dará un número después cada quien se reunirá con personas que tengan el mismo dígito que ustedes y seguirán a un oficial o entrenador a cargo para ir a su sección correspondiente-

Varios hombres comenzaron a contar por hilera asignándonos un número, al estar dispersos Kalel tuvo la suerte de quedar con Gutak en armas de fuego,  al igual que yo con Jûdo en puño limpio.

Nos separamos sin mencionar palabra y llegamos a un lugar ala intermedié donde había algunos sacos de boxeo, guantes, vendas, tiza y varios círculos dibujados en el suelo que la hacían de Ring (Lugar donde luchan).

Todos comenzaron a correr nuevamente por el lugar por lo que Jûdo saco un bufido en señal de protesta.

-Hemos corrido todo el día, que piensan ¿Qué se nos enfriaran los músculos de un área a otro!?-

-Deja de quejarte y sigue trotando-

-Lo dice él que va lo más lento posible para hacer menor vueltas-

-Al menos las hago callado-

Jûdo rodó los ojos y continuó con la caminata sin decir nada más al igual que yo. Estaba dando las últimas vueltas cuando vi que una persona salía de al balcón frente al área en la que nos encontramos casi caigo de lleno al suelo al darme cuenta de que quién había salido era nada más ni nada menos que mi hermoso doncel.

Shiro se encontraba recargado suavemente a la baranda  con una mano apoyada en el barandal y la otra en su vientre, mi mirada se dirigió automáticamente a ese lugar notando con alegría que este ya era una hermosa curvatura que demostraba la aun existencia de nuestro bebé.

Un sentimiento de alivio y amor me recorrió el pecho al saber que mis 2 amores se encontraban bien, este miro en mi dirección, no esperaba que me reconociera pues tenía el cabello corto, ojos color café oscuro y ropa de militar sin embargo su mirada emocionada y su gran sonrisa me hizo saber que aun con todos esos cambios este había logrado reconocerme, desee con toda mi alma ir por el en ese preciso momento pero si quería llegar a tenerlo nuevamente entre mis brazos debía ser paciente.

Seguí con mi mirada de bobo hasta que vi a Watari salir de la habitación y mirar hacia donde nos encontrábamos entrenando, dado que los demás ya no corrían disimule hacer estiramientos en los brazos para no llamar su atención.

¿Qué hacia ÉL en la habitación de MI Shiro? me pregunte a mí mismo apretando los dientes claramente colérico por la presencia de ese fósil junto a mi esposa, apenas me llamaron para la práctica desquite todo mi odio en el saco de boxeo hasta llegar a dejarlo completamente inservible ante la atenta mirada del entrenador y los demás presentes.

Cuando volví a mirar en dirección al balcón, mi maharin ya no se encontraba ahí.

-Muchacho ya deja en paz ese pobre saco-

-Usted dijo "Golpéalo" y yo lo hice-

-Bueno ahora te pido que pares, ya hemos terminado por hoy pueden retirarse-

~Shiro~

Cuando Watari se retiró de la habitación quede sumamente confundido y aun con el corazón encogido ante la posibilidad de que algo malo le sucediera a Nanamune,después de eso un hombre acompañado por uno de los mastodontes que aguardaba la entrada entró con una bandeja de comida  que deposito en una mesita especial la cual colocó sobre la cama, últimamente mi dieta ya era más variada y no como en los primeros días en los que se me daban muchos suplementos alimenticios y estrictas dietas nutricionales.

Con el ánimo que me cargaba no tenía apetito sin embargo el recordar que mi bebé seguía débil fue suficiente incentivo para que tratara de comer lo más que podía la porción que se me había dado media hora más tarde se encargaron de retirar la bandeja y gracias a que ya no contaba con intravenosa podía disponer sin la ayuda de nadie del baño anexo a la habitación, donde me dedique a darme una larga ducha como hace mucho no solía hacerlo pues temía que Fakhir o Watari entraran en la habitación y me encontraran desnudo, sin embargo sabiendo que   Fakhir ya no podía entrar y que Watari ya me había visitado pude relajarme.

Al salir me seque con gran lentitud tanto el cabello como el cuerpo para después ponerme una de las batas que Watari me había obsequiado en un intento de hacerme sentir más cómodo en el lugar, me volví a acostar en la camilla h acaricie suavemente mi vientre susurrándole dulces palabras a mi bebé y recordando como Seghit solía besarlo.

-Lo has hecho muy bien amor. Continua así mami te espera con ansias, solo 6 meses más-

Dije antes de sumirme en un profundo sueño.

Cuando desperté el sol daba de lleno en la habitación haciéndome ver  lo tarde que era y aun así bostecé sin pudor alguno frotándome los ojos con algo de pereza, el desayuno permanecía intacto a un lado mío lo que me dio a entender que alguien ya había estado aquí con anterioridad, lo atraje hacía mí y comencé a comer pues con todo lo sucedido no podía darme el lujo de no comer y poner nuevamente en peligro a mi bebé.

Comí sin apuro alguno y al terminar me dirigí al baño donde me dedique a mi aseo personal para después salir rumbo a la habitación al tiempo justo en que Watari y un médico entraban en ella, se podían escuchar los gritos furiosos de Fakhir alegando que el al ser el esposo tenía todo el derecho de hacerme visitas, sin embargo ninguno de los guardias  se movió de su posición y se limitaron a cerrar la puerta.

-Buenas tardes Shiro veo que finalmente despiertas-

-si...perdón, me quede dormido-

-No hay problema estoy consciente de que no hay mucho que hacer aquí para combatir el aburrimiento, pero dejando ese tema por un lado, hoy serás trasladado a otra habitación-

No me sorprendió el hecho de mi mudanza a otro cuarto pues él ya me lo había dicho el día anterior sin embargo no pude evitar estremecerme al saber lo que sucedería de ahora en adelante.

-Felicidades jovencito finalmente serás dado de alta, debes estar feliz por ello ¿Verdad?-

El hombre no me dejo responder y continuo hablando.

-Seguirás con los cuidados que todo embarazo requiere y algunos extras por todo lo que ha sufrido el embrión, esperamos que el siguiente mes podamos saber el sexo del bebé con certeza lo cual nos sería  muy útil-

-Entiendo..-

-Me alegra no tener que repetirlo, ahora te pediremos que te cambies de ropa por alguna de las que el general Watari amablemente decidió traerte, ya que no sería nada apropiado que te vieran en bata-

Dicho eso colocó  varias prendas en la cama y me invitaron a elegir alguna, siendo franco no me importaba que ponerme total quien las vería sería  Watari o Fakhir.
Agarre una especie de vestido que cubría lo más posible mi piel ante la atenta mirada de los otros 2 hombres.

-No importa cual escojas todos son tuyos Shiro-

-Gracias general, le molestaría permitirme ir al baño a cambiarme-

-Tal vez necesites algo de ayuda-Dijo acercándose a mí.

-No .estoy bien con la prenda, me acostumbre a usar conjuntos algo dificultosos así que este no representa algún reto para mi colocármelo pero le agradezco su ofrecimientos- 

Mencione tratando de declinar su oferta lo más cortes posible para no hacerlo enojar y la sonrisa que me devolvió el hombre me hizo entender que lo había logrado, aferré un poco más fuerte la prenda a mí y me encamine al baño con pasos más rápidos hasta finalmente llegar para ponerle el pestillo.

Me vestí de forma lenta tratando de postergar mi destino sin mucho éxito y al terminar gracias al espejo de cuerpo completo con el que contaba el baño pude observar como el vestido acentuaba mi pequeño vientre pero a la vez mis caderas y mi aun curveada cintura.
No me sentía cómodo arreglándome para otro hombre que no fuera él pero no tenía opción alguna.

Salí del baño siendo seguido por los ojos del médico y el "pelicastaño"(Watari) este último no disimulaba su agrado al verme y me miraba de arriba a abajo.

-Luces precioso-

-Gracias-

Respondí cohibido ante su halago y sin necesidad de mirarme en un espejo sabía que mis mejillas mostraban un color rojizo.

-Bien ya es hora de irnos, más tarde llevaran las demás prendas a la nueva habitación-

Tras decir eso sentí como su mano trataba de tomar la mía por la que la alejé ganándome una mirada furtiva de advertencia de Watari.

-Shiro, tu mano...Shiro!-

Lo mire tembloroso y le tendí mi mano siendo esta cogida inmediatamente por el general que al tenerla firmemente sujetada suavizó sus expresiones y me sonrió tratando de enmendar su error.

-Haz lo que te digo y jamás sufrirás, lo entiendes bonito?-

Le sostuve la mirada por un periodo de tiempo que a mí me pareció eterno y finalmente asentí sin mucha alegría todo lo contraria al hombre frente a mí.

-Me alegra que lo entiendas, ahora ven tu nueva habitación no está muy lejos de aquí-

Aun con mi mano siendo sujetada por Watari salimos de la habitación en la que había pasado 4 semanas o eso pensaba no estaba seguro, los guardias de la entrada nos siguieron todo el trayecto lo cual me parecía ridículo, ¿Qué acaso pensaban que me podría soltar del agarre del general, salir corriendo he irme corriendo por todo el desierto? Era simplemente imposible más si le sumabas el hecho de que estaba en cinta lo que limitaba mucho mis actividades.

En el camino fuimos objetivo de muchas miradas y alguno que otro chiflido ganándose casi una herida de bala por su "osadía" dejándome los pelos de punto al ver lo fácil que era para el general sacar un arma y disparar, no dudaba o temblaba al hacerlo simplemente jalaba el gatillo sin trastabillar y continuaba tan imperturbable como antes.

Nos detuvimos frente a una gran puerta que lucía pesada desde mi punto de vista pero al parecer no desde el ángulo del par de grandulones que nos seguían, quienes sin esfuerzo aparente abrieron de par en par la puerta permitiendo visualizar el interior de la habitación, Watari se internó en el cuarto jalándome junto con él a esta.

Sin lugar a dudas la habitación era considerablemente grande no tanto como la que compartíamos yo y Seghit pero si en comparación a la sala de hospital en la que me encontraba, mi mano fue liberada del agarre en el que se encontraba sacándome un suspiro de satisfacción al sentirla nuevamente libre.

-Como te comenté el día anterior no podrás salir de la habitación pero si al balcón, podrás ver una de las áreas de entrenamiento que usamos con los campesinos, fuera de la habitación se encontraran los mismo guardias que en tu antiguo cuarto, si necesitas algo pídeselos  a ellos, el médico vendrá una vez cada 3 días para darle seguimiento a tu embarazo y para que tengas algo que hacer con tu tiempo me tome la molestia de traerte algunos libros, material para tejer, colores y otras cosas con las  que puedas combatir el aburrimiento, ¿Dudas?-

-No, gracias-Respondí aun con la voz temerosa debido a su reacción hace unos pocos minutos.

Watari suspiro y se llevó una mano al entrecejo en señal de querer calmarse.

-Perdón por haberte levantado la voz hace un rato, solo que me molesto que te resistieras incluso a darme la mano, debes de entender algo, tu eres mío, serás mi esposa y como tal debes permitirme tocarte o irte haciendo a la idea que apenas todo esto termine no tendrás otra opción y si quieres conservar a tu bebé serás el doncel ideal-

Pase saliva en señal del miedo que tenía y asentí con la cabeza sin otra opción, no cabía duda que Watari y Fakhir estaban igual de locos.

-Así está mejor, por ahora me retiro-El general me besó la frente antes de retirarse y desapareció tras la puerta, escuchándose tiempo después el familiar sonido del cerrojo informándome  que estaba encerrado.

Mire a mi alrededor observando mi nueva habitación y sin tener nada más que hacer comencé a caminar por ella internándome en el estrecho armario, pasando mis manos por la ropa allí colocada siendo la mayoría de esta vestidos a excepción de algunos pantalones y muy pocas blusas, dirigí mi mirada en dirección al piso vislumbrando varios conjuntos de zapatos incluso había  un par de tenis lo que a mi parecer era algo ilógico si considera el hecho de que no podía salir de la habitación, sin embargo la gran variedad de pantuflas me parecieron lo más hermoso del mundo.

Resistí la gran tentación de quitarme el vestido que ahora portaba al igual que los zapatos sin embargo me contuve al recordar que había estado cerca de 4 semanas con batas de hospital y de dormir.

Mientras me sienta cómodo supongo que puedo estar un rato más con esta ropa, lo que si me quitare serán estos zapatos son muy incomodos pensé para mis adentros para acto seguido sacarme las complicadas sandalias que me habían ofrecido y colocarme unas acolchonadas pantuflas que me estaban haciendo ojitos desde que las vi.

-Si Rosalit me viera seguramente pegaría el grito al cielo-Dije para mí mismo antes de sacar un corta carcajada al imaginarme a Rosalit regañándome y mencionando las mil normas a la etiqueta que había violado mientras las demás doncellas trataban de retener sus risas ante la colérica mujer.
Nunca creí llegar a extrañar sus gritos y regaños hasta ahora.


Un aletargado sueño surcó mis ojos, supongo que la rutina de todo un mes no se quitara en un día pues solía dormir mucho debido a que no tenía nada que hacer y era una de las formas más factibles para evitar que Fakhir permaneciera mucho tiempo en la habitación.
Me acerque a la cama y pase mis manos por ella notando la suavidad de las sabanas y sin perder más el tiempo y me acosté en ella tratando de caer en los brazos de Morfeo, sin embargo tras varios intentos y no lograrlo desistí de esa idea.

-¿Qué te parece si salimos a que nos de algo de sol bebé?-

Con una mano en mi vientre me levante de la cama y me dirigí al balcón apenas lo abrí una corriente de aire agitó mi cabello, respire profundamente feliz de poder sentir nuevamente el sol sobre mi piel, me acerque al barandal sosteniéndome con una mano de él y observe como varios hombres entrenaban en la parte de abajo algunos de ellos pararon su caminata y voltearon a verme para después proseguir con sus asuntos sin embargo uno de ellos no lo hizo ganándose mi atención inmediata.

Este era alto y de cuerpo fornido con el pelo corto de un color negro o café oscuro y  piel de un hermoso moreno claro, nuestras miradas se toparon y sentí una ligera chispa en mi cuerpo al mirar esos impactantes ojos color ámbar que me miraban con gran devoción, mi cuerpo tembló sin creer lo que veía y una gran sonrisa se instaló en mi rostro al reconocer a Nanamune, unas enormes ganas de llorar me invadieron y me aferre aún más fuerte de la baranda al mismo tiempo que pasaba apuntaba mi vientre dándole entender que nuestro bebé seguía con nosotros.

Contuve las ganas de gritar su nombre y también aquellas de salir corriendo en su dirección,estaba totalmente eufórico hasta que las manos de Watari en mi espalda me hicieron pegar brinco.

-Perdón si te asuste, pensé que ya me había escuchado-

-eh si no hay problema me perdí en mis pensamientos-

-Otra vez tienes los ojos acuosos ¿Qué sucede?-

-Hace un mes que no salía estoy sumamente feliz es todo, ya te había dicho que soy un lío emocional debido al bebé-

-Me complace que estés feliz si gustas más tarde podemos pasear por los jardines, a esa hora ya no habrá cadetes-

-Esa idea suena muy bien general..-

-Entonces es un ¿Sí?-preguntó con la voz esperanzada Watari.

-Es un sí general-

-En ese caso pasare por ti cerca de las 7 cuando el sol ya se haya puesto,bonito-

Yo solo asentí, no me rehuse cuando este tomó mi mano y deposito un beso en el dorso de este despidiéndose con ese gesto de mi para luego retirarse tras la enorme puesta de madera.
No tenía ninguna intención de pasar un rato "romántico" con Watari pero tenía la esperanza de ver a Nanamune o al menos de saber en que sección se  estaba alojando.

-Tu padre ya esta aquí amor, pronto podremos estar junto con él-dije alegremente a mi bebé.

Quería ponerme lo más arreglado posible para Seghit pero sabía que sin duda Watari o Fakhir lo malinterpretar y lo último que quería era que alguno de ese par pensara que me había arreglado para él.
Toda la incertidumbre que antes sentí ahora ya no existía y en cambio un gran sentimiento de paz abarcaba mi pecho, de alguna forma me sentía invencible sabiendo que Seghit se encontraba cerca.

~Seghit~

Tras mi arrebató de furia donde dejé inservible el saco de boxeo se me mandó al Ring lo que fue una grave error considerando que estaba en medio de un ataque de celos, Jûdo lo notó y se ofreció como voluntario para ir en contra mía ganándose el asombro de todos los presentes  incluso del entrenador.

-Ambos a su posición, listos, comiencen!-

Sabiendo que era Jûdo mi contrincante daba golpes fácilmente aceptables dandole oportunidad de pararlos, cuando finalizamos este se acerco a mi y me revolvió el cabello de forma amistosa.

-Mejor?-

-De haber sido otro, lo muelo a golpes-

-Lo bueno que era yo-me respondió sonriéndome contagiándome su sonrisa.

Fuimos sacados del Ring y se nos mandó al comedor donde nos encontramos con los demás,debía tener muy mala cara para que incluso Kalel me preguntara que me tenía así.

-Encontré  a mi maharin-

-Entonces porque estas enojado! deberías estar sumamente feliz-

-Lo estaba hasta que vi a Watari en la misma habitación que él-

-ohh debes aprender a contenerte falta poco para que puedas matarlo al igual que al rufián de su hijo-

-Duele estar tan cerca de él y al mismo tiempo tan lejos-

-Al menos ya sabes donde se encuentra y lo mejor de todo es que esta bien junto con su bebé-

-Debe estar esperando un fuerte niño-

-Como estas tan seguro-

-Sigue en este mundo, al nacer deberemos darle una medalla-

Las palabras de mis amigos me sacaron una sonora carcajada que llamó la atención de los hombres a nuestro alrededor haciéndome guardar silencio nuevamente, apenas terminamos se nos dieron lecciones de espada las cuales eran un fraude si Watari planeaba ganarnos con estos entrenamientos no lo lograría, llegadas las 8 se nos ordeno volver a nuestro casona, en el camino a esta fui llamado por uno de el entrenador de puño limpio quien me dijo que el genera, quería hablar conmigo. "Perfecto,estoy hecho una furia y el fósil quiere hablar conmigo".
Pensé bufando para mis adentros.

Al llegar a la oficina que  se me había indicado toqué la puerta más por educación que por otra cosa después de escuchar el tan común adelante me interne en esta, grande fue mi sorpresa al encontrar a Shiro sentado en una silla no muy lejos de Watari vestido con un hermoso vestido azul marino que resaltaba notoriamente contra su blanca piel.

-Buenas noches general, me mando llamar?-

-A si es....-

-Jasiht, señor-

-Bueno Jasiht sorprendiste a uno de mis oficiales con tu potencial muchachito, para que alguien lo logre es porque tiene un futuro prometedor que dirías si te ofrezco un puesto como oficial?-

-Diría que sentiría gratamente agradecido con usted-

-Veo que nos has quitado tus ojos de mi esposa.-

-Oh no solo te go curiosidad por su embarazo-

-Ya veo, mi esposa esta de 3 meses-Apreté disimuladamente la quijada al ver como Watari colocaba una de sus manos sobre el vientre de Shiro el cual solo se removió fingiendo acomodarse mejor en la silla en la que se encontraba sentado.

-Supongo que el padre debe estar eufórico-

-Supone bien, no podría estar más feliz con la noticia,pero porque ser groseros ¿No? saluda Shiro-

-Buenas noches señor Jasiht-

-Buenas noches mi señora-Le respondí tratando de no hacer muy notoria la felicidad que me  daba tocar nuevamente su delicada mano por el saludo.

-Tomaste una buena decisión niño, ya puedes retirarte uno de mis subordinados te guiaran a tu nuevo recinto-

-Gracias por esta oportunidad, con su permiso mi señor-

Dije saliendo del lugar con un claro sentimiento de impotencia al no poder hacer nada para recuperar a Shiro estando a tan solo a algunos pasos de él.

"Solo un poco más y estarás de nuevo entre mis brazos, palabra de sultán mi maharin"











Notas finales:

Les gustó?

espero les haya gustado y en caso de no ser asi me disculpo por aburrirlo temo haber perdido el toque XD

como siempre los invito a comentar sobre la historia y dejarme sus opiniones mis amores y recuerden.

todos son bienvenidos en el grupo de facebook "El mandato del sultan"


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