"Amelia alcancé a escuchar pero quien es ella", pensaba la joven - Mi nombre es Ariana - susurro.
Elizabeth…
Ella no es Amelia no me reconoce, se parece tanto en el físico alta no tanto como yo pero, tiene el color de su cabello las mismas facciones de su rostro y esos ojos café claro que tanto me hicieron sentir, al darme cuenta que estoy dejando ver mis emociones vuelvo a mi forma fría e insisto en mi pregunta - ¿Qué hacía a estas horas fuera de su casa? - creo que soné demasiado exigente - Y-yo - podía notar su nerviosismo a flor de piel, sé que a veces puedo ser demasiado intimidante o eso me han dicho, ella apenas logra responder - Una amiga me hizo quedarme en su casa hasta tarde - vaya que ella no sabe que es peligroso con algunas desapariciones ya reportadas - Bien la acompaño a su casa será mejor que no se quede sola - ella ha visto demasiado tendré que utilizar la hipnosis y borrar un poco de su memoria, me doy la vuelta y camino hacia el cuerpo que aún tiene incrustado uno de mis cuchillos así que cuando estoy parada junto al cuerpo me inclino y tomo el cuchillo, el cuerpo se queda ahí pero tengo que llevarlo a quemar al bosque - Pensándolo bien ¿vive lejos señorita Ariana? - veo como ella me mira con curiosidad y un poco molesta - Pensé que me acompañaría - suelta un poco enojada - Mire yo tengo mejores cosas que hacer que solo acompañarla - aparte de tener que quemar el cuerpo tengo que alejarme, lo necesito comienza a dolerme el hecho de que sea ella físicamente pero sin las memorias de Amelia, durante años viví con su muerte y dolía, pero este dolor, este dolor no se compara con el que no me recuerde - No - observo como se cruza de brazos - No vivo lejos - perfecto, pero no puedo cargar el cuerpo hasta su casa así que la hipnotizare desde ahora, me acerco a ella lentamente con toda la elegancia que soy capaz y la tomo por la cintura acercándola más a mi, ella se ha dejado de mover y aún no la hipnotizo, eso me hace sentir como la primera vez, mi corazón ha aumentado su ritmo habitual y mis ojos cambian de color, tengo que hacer lo que haré ahora mismo, uno nuestros labios sin moverlos solo un simple roce pero ella aún no está del todo hipnotizada puede que no lo recuerde pero yo si.
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1807...
Ariana…
Este claro es tan hermoso, observo como cae el ocaso y es tan bello que no me doy cuenta que alguien llega hasta que está a mi lado, miro y es la misma chica que hace unos días caí en su trampa por error - ¡¿¿Otra vez tú??! - ha arruinado mi momento, suelta una risa espontánea y después de unos segundos me mira sonriendo - Luce molesta señorita Amelia y sinceramente yo debería estarlo - me mira con una sonrisa pícara - Este claro pertenece a mis tierras y siempre vengó aquí al atardecer - ahora mira hacía el horizonte aún sonriendo, se ve muy hermosa con los rayos de sol chocando su rostro, pero que rayos estoy pensando me preparando mentalmente - Y quieres que me vaya supongo - suspiro un poco triste y decepcionada, pero ella me sorprende - Yo no he dicho nada sobre que se vaya señorita Amelia es más gusta acompañarme - me mira y sonríe para luego caminar y sentarse cerca del borde del acantilado, me mira y me ofrece una mano para que me siente a su lado, un poco insegura la tomo y me ayuda a sentar pero luego mira de nuevo el atardecer - Señorita después la acompañare a su casa, no es bueno que regrese sola a su casa cuando este oscuro - me había olvidado por completo que las leyes de la familia real dicen que nadie puede permanecer fuera, si no me equivoco esa ley lleva vigente 12 años, su amabilidad me ha impactado, ella no da una buena impresión, supongo que me daré tiempo para conocerla - Me sorprende tu amabilidad pero aceptare tu propuesta - la miro de reojo y sonrío, puedo observar como sonríe sin despegar la mirada del hermoso atardecer, yo también lo miro, se siente tranquilo, hay una paz en el aire solo se escucha el sonido del viento y cántico de algunas aves, todo sigue así hasta que el último rayo de sol desapareció en el horizonte, se levanta y me tiende una mano con una sonrisa que vaya que es hermosa, la tomo y me fijo en sus ojos, son tan hermosos, son azules, un azul muy hermoso, una sonrisa asoma en mis labios sin que yo pueda evitarla, comienzo a caminar a mi hogar, aunque nadie me espere ella camina a mi lado en silencio, recuerdo aún como encontré una Cabaña con todo tipo de muebles, incluso había ropa en una habitación, había tanto de hombre como de mujer, por fuera parecía abandonada así que me quede a pasar la noche ahí pero nunca nadie reclamo la cabaña así que supuse que si estaba abandonada, todavía recuerdo aquella noche en la que llegue a ella; no se lo que eran pero mataron a mis padres, tenían los ojos negros y las uñas largas ellos me dijeron corre y eso hice hasta que llegue a la cabaña y me escondí pero al día siguiente cuando regrese ellos no estaban en ninguna parte, eso fue hace 6 años cuando tenía 10, aprendí a sobrevivir y cubrí las ventanas para que esas cosas no entrarán en lo que yo consideraría mi nuevo hogar tiempo después, hasta ahora he sobrevivido gracias a la comida que nos dan al pueblo por la familia real, pero nunca había visto a ninguna persona de esa familia ellos solo salen en las noches lo cual es irónico o al menos eso creía hasta que conocí a la princesa Elizabeth, admito que me sorprendió cuando me dijo por primera vez quien era pero se había burlado de mi y me había asustado un poco ¿qué esperaba que hiciera? ¿Qué le felicitará? ¡No! Ella es una princesa pero no por eso debió de tratarme así, me sonrojo tan solo de acordarme así que sacudo la cabeza como si eso evitara que yo recuerde, aún siento su aliento en mi cuello, mi corazón se ha acelerado, haber ¡Amelia tranquilízate! Grita mi subconsciente, bueno sin darme cuenta hemos llegado a mi cabaña y ella aún está a mi lado ella rompe el cómodo silencio que había, ¡si! cómodo pues no me molestaba la verdad se sentía como en el claro hasta me perdí en mis pensamientos - ¿Esta es tu casa? - Me mira y sonríe - Si, esta es - ella asiente y me mira - No me iré hasta que entres no es bueno que estés afuera - me mira ya un poco sería y alcanzo a escuchar como susurra - Es peligroso - me sorprendí al escuchar eso, acaso ¿ella sabría algo sobre esas bestias? Perdí a mis padres y mi hogar porque esas bestias irrumpieron en ella, no han sido los únicos que han desaparecido según me he enterado en el pueblo, de un tiempo para acá han estado desapareciendo demasiados pueblerinos, no tengo tiempo de pensar con claridad hasta que ella se acerca a mi, toma mi mano y la lleva a sus labios, me hace una pequeña reverencia, ¡¿por qué hace cosas tan vergonzosas?! - Adiós señorita Amelia - se endereza de manera elegante y suelta mi mano, abro la puerta de la cabaña y cuando me volteo para entrar por un impuso me volteo y le digo sin pensar - Espera - ella no se había movido ni un centímetro, me observaba y sonríe - Aún no me voy - es imposible no sonrojarse por la vergüenza, ella como si pudiera leer mis pensamientos me de dice - Tal vez nos volvamos a encontrar, o quizá yo te encuentre o quien sabe solo el destino y el tiempo lo dirán -se encoge de hombros y me sonríe dulcemente - Está bien - es todo lo que puedo pronunciar pues estoy muy avergonzada, entro y cierro lo más rápido que puedo, mi rostro esta sonrojado, mi corazón bombea demasiado fuerte, respiro hondo hasta que me calmo y voy a la habitación, me siento en la cama que es suave, la mía no era tan suave pero esta ciertamente lo es, me recuesto recordando sus ojos azules hasta quedar dormida.
2013...
Ariana…
Abro lentamente los ojos y miro a mi alrededor, me encuentro en mi habitación, no recuerdo como llegue aquí solo recuerdo haber salido de casa de Julia y recuerdo haber tenido un sueño, pero lo único que recuerdo de él son unos ojos azules, miro hacia la mesilla de noche y oh sorpresa que me llevo son las 8, llegare tarde el primer día de clases, me levanto corriendo, porque no llegare a la ceremonia de inicio de clases.
Mientras tanto en la casa Anderson...
La bella pelirroja que Elizabeth llamaba madre entraba por la puerta del comedor y lo primero que vio fue a su querida hija con su comida apenas tocada - Si no te alimentas de sangre por lo menos hazlo de comida humana hija, me preocupas- ella un poco sería, después de contarme lo que pasó y como se encontró con aquella chica estaba decepcionada y triste, ella realmente extrañaba a Amelia, no digo que nosotros no, pero ella se enamoró y la perdió, yo por el contrario no conozco lo que es estar enamorado en mis 232 años de vida, algunas veces llego a sentir la soledad en lo que al amor de pareja se refiere, sin embargo lo hago a un lado después de todo mi amor por mi sobrina es grande y aunque no sea mi hija para mi lo es - Vamos ya es hora de ir al colegio, ¿tienes tu discurso listo hija? - la miro sabiendo que lo tiene preparado todo, ella siempre es previsora, se ve tan bien con sus cabellos negros sueltos y su uniforme de camisa blanca de manga larga con corbata azul éter, que contrastaba junto con su saco de azul marino y su pantalón de cuero - Si madre ya estoy lista - me sonríe y nos dirigimos hacia la entrada - Sabes que deberías usar la falda verdad- ella me mira con una ligera sonrisa y dice - Como si alguna vez yo vaya a usar eso - caminamos hacía el auto, nos subimos y comienza a avanzar hacia la escuela.
Una hora más tarde...
Alumnos uniformados debidamente para asistir al colegio tanto de secundaria como de instituto, variaba el color de ambas grados académicos, los de secundaria llevaban el saco y la falda eran color café claro y los de instituto del mismo color que Elizabeth, se encontraban colocados de tal forma que todos veían al escenario del teatro donde se llevaría a cabo la presentación de la siguiente presidenta estudiantil, los maestros sentados detrás del pódium y esperando a que el alumno o la alumna se presentase.
Ariana…
Apenas podía respirar cuando entre en el teatro y me forme con mi grupo el cual apenas conocía de vista pues era mi primer año de preparatoria, mi respiración se fue calmando hasta que una joven se puso en el pódium - Silencio por favor - es increíble como el silencio se hizo presente , me ha hasta cortado la respiración, solo reacciono en el momento que continua hablando - Gracias, primero que nada he de presentarme, mi nombre es Elizabeth Anderson, soy de primer año de instituto y yo seré su presidenta estudiantil, esperemos que este sea un buen año, las elecciones para escoger a los miembros del consejo estudiantil de primer año serán hasta la próxima semana en cuanto a los demás miembros serán los mismos, y nos hemos asegurado de que cada miembro este en un salón diferente siendo así ellos mismos los representantes de clase, ahora eso es todo pueden retirarse - su voz en tan penetrante que me hizo temblar en algún punto mientras hablaba, eso no es normal, algo me está pasando.
Un tiempo después ya me encuentro en el que será mi salón y oh sorpresa mi querida amiga Julia está conmigo por lo menos conoceré a alguien, todo estaba bien hasta que empiezan a pasar lista y noto que la maestra menciona el nombre la presidenta - Anderson - ella levanta la vista buscándola y ella no está así que repite - Anderson, Elizabeth - la presidenta no apareció en el resto de la tarde y por alguna extraña razón yo quería conocerla.
Salón de música...
- Elizabeth estas segura de que no quieres intentar conocerla - ella aún está mirando por la ventana un tanto grande de la sala de música y solo tomo un violín y comenzó a tocar con tanto sentimiento que me sorprende la capacidad y la facilidad con la que puede tocar el violín, el piano y el chelo, sin duda es muy talentosa, si ella quisiera podría ser muy famosa pero nunca ha tocado para alguien más que para sus seres cercanos, cierro los y me dejo llevar escuchando la música.
Ariana...
Mis clases han terminado y me dirijo al salón de música puesto que a muchas personas de esta escuela no le gustan los instrumentos clásicos, pero a mi si, al terminar de subir escaleras escucho un sonido hermoso, es el sonido de un violín, me dirijo hacía donde se escucha más fuerte y al parecer procede de la sala de música, que bella es la melodía, el clímax de la música está cerca y no fallo pues a los pocos segundos termina con un final espléndido y de repente escucho una conversación.
Elizabeth...
- Ayer encontré a algunos pero sólo uno comenzó a correr lo alcance justo a tiempo como ayer te comente madre, pero si ella no hubiera estado ahí yo estoy segura que se dirigía a su madriguera junto con los demás de su clase y ahí podría haber estado él - Le digo a mi madre, solo quiero encontrar a ese desgraciado y hacerle pagar por la pérdida que sufrí, no entiendo porque quería que yo le amasé teniendo a un millón de mujeres a sus pues - Segura que no te quieres acercar a ella - la presidenta responde - Por supuesto - hago que se dejen escuchar algunas piezas del piano solo las toca al azar, comienzo a caminar hacía la puerta pues puedo escuchar una respiración así voy tocando con delicadeza algunos instrumentos incluyendo las cuerdas de unas guitarras hasta que por fin llego a la puerta y la habrá de golpe desvelando a una persona que jamás imagine que volvería a ver.
Ariana...
Se escuchaban unos pasos, cada vez más cercanos hacía la puerta, me he dado cuenta demasiado tarde cuando la puerta se habré y yo estoy a unos centímetros del suelo y el antebrazo de la presidenta está en mi cuello, esta mirado a mis ojos y yo miro los de ella y como si de un Flashback se tratase recuerdo mi sueño a la perfección, ella tiene el mismo tono de azul que recordé al despertar y solo puedo pronunciar su nombre como si yo fuera la persona que la llamo - Princesa Elizabeth - Ella se sorprende tanto que vuelvo al suelo y solo me mira con ojos más abiertos de lo normal y sale corriendo.
Elizabeth...
Me ha llamado princesa y eso solo Amelia lo hacía, me ha tomado por sorpresa que solo atino a salir corriendo, el dolor que siento es tan grande que después de 206 años ya no puedo seguir guardándomelo, las lágrimas salen de mis ojos sin poder detenerlas solo corro y corro hasta que me doy cuenta que estoy en la azotea y comienza a llover, siento el agua mojándome y mezclándose con mis lágrimas, un poderoso enojo quiere tomar el control de mi como aquella vez, mis ojos comenzaban a ponerse negros como los de los Vanseirent - Tengo que controlarme-