<b><i>Capitulo final: Lirio Blanco</i></b>
El pequeño se sonrojo — no creo conveniente dejar a Arima-san, lo siento — se disculpó.
Sólo bastaron unos cuantos minutos a Fura para darse cuenta del inusual comportamiento de su amigo, aquel ghoul era diferente, el problema había sido que su propia vida le había obligado a cometer tales crímenes, el muchacho lo tenía complicado y de cierta forma irónica Kishô y Haise parecían tener cosas muy en común, no pertenecían al mundo humano porque sólo eran vistos como armas, tampoco al mundo ghoul por ser una gran amenaza.
Taishi consulto su reloj, maldiciendo mentalmente, suerte que aún quedaba tiempo antes de ser descubierto por su amigo, si le descubría tenía asegurado el saludo de Narukami si tenía suerte el de Yukimura.
Fue un placer conocerte Sasaki, debo irme — comentó reincorporándose, Sasaki asintió, le pidió esperar unos minutos mientras se dirigía a la cocina, luego regreso con una pequeña caja descartable.
No conozco a Aki-san, estoy seguro que es una gran esposa y mujer, salúdela de mi parte por favor — pidió entregando la cajita.
Fura asintió, revolvió los cabellos del menor en gesto paternal y se dirigió a la salida — Oh, me olvidaba, no digas de mi visita a Arima, no quiero dejar viuda a Aki — comentó cómplice antes de salir.
El chico asintió divertido, lavo y ordenó todo, preparó una taza de café junto con galletas para el mayor, se dirigió a su cuarto dispuesto a ducharse.
Cuando Arima llego, esperó ver al oji plata en la sala, se dirigió a su cuarto a tomar una ducha antes de ir con el menor, que seguramente también tomaba una ducha.
Después de haber acabado, salió con una toalla en su cintura y otra secando su cabellera, el menor tocó la puerta y pregunto si podía pasar y el mayor respondió distraído.
Haise ingresó y Arima finalmente se percató de su error, el menor vestía un pijama ligero, delineando su silueta curvilínea.
E-Eh y-yo… no sabía que estabas ocupado — titubeo bajando la mirada el chico.
Ha Arima se le provocó avergonzar más al chico pero se reprimió, sólo esperaría un poco más.
Como se hacía costumbre ya, comieron tranquilos, conversando trivialidades, vieron una película y nuevamente el mayor tuvo que llevar al menor en brazos, lo deposito en la cama con delicadeza, le arropó y beso sus labios en un suave roce.
¿Kishô?…— llamó suavemente Haise sosteniendo la manga del pelo blanco.
Dime — alentó con voz suave.
¿Podrías acompañarme esta noche? — pidió, tímido — he tenido pesadillas horribles y tengo miedo de despertar sin ser Sasaki Haise — musito triste.
El mayor se acercó y se acostó al lado del oji plata atrayéndole hacía su pecho, los cubrió a ambos y comenzó a acariciar al menor — duerme bien Haise — deseo.
Haise se acurrucó más y juntos fueron sumiéndose en la inconsciencia, esa noche ambos durmieron bien, sin pesadillas, ni preocupaciones.
Tip Tip Tip Tip
Tip Tip
Tip Tip Tip Tip
Arima fue el primero en despertar, desactivo el despertador y río internamente al ver menor luchar por despertar. — Levanta ya Haise — indicó picando las mejillas del más chico.
Itte… voy, voy — acató con un tierno puchero.
El día paso rápido, la pareja iba descubriéndose y fortaleciéndose, Haise entrenaba con Arima agradeciendo en parte que el mayor le tratara como los demás, salían juntos de vez en cuando o se quedaban en casa como hoy, viendo películas juntos, el menor siendo abrazado por el mayor.
Ding Ding Ding
Dong Dong Dong
Arima gruño levemente por la insistencia, solo conocía a dos personas capaz de aparecer en su departamento sin invitación.
Hola — saludaron ambos entrando como pedro en su casa, se dirigieron a la sala de estar para saludar al menor.
Hola chibi — saludó Taka Hirako.
Sa-chan — ese fue Taishi Fura.
Ambos ya habían conversado con Sasaki por lo que le habían tomado mucho cariño.
Ignoraron la intimidante aura púrpura que prometía dolor tras ellos y seguían conversando con Sasaki quien inocente a todo no tenía ni idea sobre lo que ocurría.
Oh por cierto el investigador Kuramoto Ite me envió esto para ti — comentó entregando un regalo que a simple vista se deducía como un libro.
Haise se mostró emocionado, ante la analítica mirada de todos quito el papel y sonrió con ternura — no pensé que podría conseguirlo — comentó ojeando la primera tapa sonrojándose imperceptiblemente para cualquier persona suerte que el grupo presente no era normal.
Hmn… creo que iré a mi habitación a dejarlo y vuelvo — comentó rascando su mejilla nervioso, pero al parecer la suerte no estaba de su lado ya que al levantarse una pequeña tarjeta se deslizó.
Los amigos del shinigami por un momento temieron por la vida de Kuramoto. En la nota se podía leer.
"Con cariño para Sasaki-chan ¿te parece bien salir mañana a ver una película? yo invito "
Haise recogió la tarjeta nuevamente sonrió nervioso y subió a las escaleras.
Así que es cierto el rumor de que ya posee varios pretendientes ¿Eh?— pico Fura ganándose un golpe de Arima.
Abstente con eso Taishi — reprendió el shinigami, de alguna forma sentía algo resolviéndose en su pecho.
Take y Taishi intercambiaron miradas sorprendidos ¿acaso Kishô Arima estaba celoso?
Oe… Arima, puede que Sa-chan haya enfrentado varias situaciones similares pero puedo asegurar que siempre responderá que quiere permanecer a tu lado — comentó Fura despreocupado.
¿Cómo lo aseguras? — inquirió curioso Hirako.
Yo conocí a Sa-chan antes, vine de visita secreta, fue tan lindo que le propuse ser mi hijo adoptivo, lástima que me dijo que no — respondió, rascando su nuca despreocupado pero al darse cuenta de su error miró con cierto temor al pelo blanco.
Taishi…—
Arima no llegó a concluir su amenaza ya que el menor apareció en salvación del rubio.
Hirako-san me preguntaba si el día de mañana Kuramoto iba a asistir — preguntó al mayor con la mirada baja.
Hmn… no lo sé, se encuentra en investigación pero mañana me reúno con el grupo ¿Quieres que le pase tu encargo?— respondió Take mirando al tierno chico.
Bueno yo… como el jueves tengo libre y Arima-san tenía planes ya, podrías decirle que venga a recogerme en la tarde después de su reunión — comentó jugando con sus manos.
Los amigos el shinigami observaron de reojo al mencionado, a pesar de su inexpresivo rostro podías sentir una leve aura amenazadora.
O-Ok… yo le digo — titubeo Hirako, por alguna razón buscaba que Narukami estuviera lejos de su amigo.
Fura se levantó fingiendo prisa, a lo que su otro amigo agradeció, ambos se fueron excusando sobre sus deberes extrañando un poco al menor.
La pareja volvió a su anterior actividad, Arima tenía entre sus piernas al menor que sólo recostaba su nuca en el pecho del shinigami.
Haise al notar el severo mutismo de su pareja se giró quedando inconscientemente a horcajadas sobre el mayor — ¿sucede algo? — cuestionó preocupado.
Arima luchaba internamente, sólo quería que Haise cancelara su salida con Kuramoto, pero admitirlo frente al menor era demasiado.
Sólo fastidiado, mañana tengo que rendir informes — respondió rodeando la cintura del menor.
El menor se sonrojó al percatarse de la comprometedora posición por lo que desvío la mirada tímido.
Haise, mírame — indicó estrechando un poco más el contacto que mantenían.
Haise obedeció de forma tímida, Arima se sentía un abusador al imaginar una y mil maneras de tomar al precioso chico, subió su mano acariciando el recorrido hasta una de las mejillas del menor.
Sus bocas se buscaron, fundiéndose en un contacto hambriento, Arima acarició la cintura del menor, sintiendo el contacto adictivo, más seguro recostó al menor en el mueble, sus manos recorrían la línea de la espalda del menor, subiendo y bajando con lentitud, Kishô era consciente de que era la primera vez para el menor, las largas pestañas de Haise se batieron en un aleteo confusas, para Arima fue realmente encantador.
Haise… deseo tocarte más — su voz sonaba profunda haciendo que el menor se sonroje, sus pómulos tomaron un delicioso color rosa, sus labios sonrojados y levemente hinchados por el anterior ósculo, cada detalle era grabado en Arima, si bien sentía un remordimiento por haber ejecutado a Kaneki Ken, esperaba que en un futuro Haise logrará perdonarle, como Haise y Kaneki.
Haise correspondió con una dulce sonrisa la propuesta, los finos dedos del albino acariciaron con vehemencia las mejillas del mayor, Haise habían logrado ver al verdadero Arima y sabía que a partir de ahora siempre iba a confiar en él.
Yo también — rozó sus labios en gesto inocente — quiero que me toques… Kishô — susurro, estaba seguro que el mayor había escuchado los latidos desbocados en su pecho.
El Shinigami lentamente fue recostando al muchacho de facciones delicadas recargando un poco su cuerpo sobre el más bajo, sin perder ningún detalle de cada gesto o sonrojo de su amante.
"Voy a protegerte”
Ambos se entregaron a lo que sentían en ese momento iniciando un beso embriagante que los llevaba al deseo. Haise un poco más cómodo, se aventuró a acariciar el fuerte cuerpo sobre él; el perfume de Arima, su voz suave pero ronca.
Sus miradas se fundieron de forma inexplicable, cada uno con cada prenda que se robaban, procuraban grabar con vehemencia el cuerpo de su contrario.
Arima descendió besando el blanco torso del menor sin dejar descubierto espacio alguno de la cremosa piel que abarcaba la zona, Haise gimió al sentir leves corrientes placenteras, sus finas manos se aferraron a las hebras blancas acariciándolas con dulzura.
K-Ki-shou… más – jadeó moviéndose al compás del otro cuerpo, subiendo y bajando, con el deseo de más contacto con el mayor.
Arima recorrió el contorneo las blancas y torneadas piernas del menor deteniéndose en los glúteos para apretarlos con ganas de devorar aquel menudo cuerpo, el shinigami estaba tan fuera de sí que la mirada se le nublaba por el placer y cada acto era más bien producto de su instinto.
Relájate Haise – pidió en un gemido ronco bebiendo las lágrimas del menor puesto que ya había introducido dos dígitos para dilatar el anillo de carne que se contraía ante la intromisión.
Haise rodeo los hombros del mayor pegando sus labios cerca de la oreja de Arima gimiendo en gesto inocentemente seductor, tras unos largos minutos de delirio por fin había llegado el momento que ambos deseaban.
Arima acomodo un poco más a Sasaki y lentamente, penetro a su amado procurando que solo el placer y deseo embargaran al menor.
Una perla de sudor rodo por la frente de Haise al sentir un inmenso calor invadir su cuerpo, sus orbes se dilataron y su cuerpo tembló ante la gloria del placer; Sasaki se quedó sin aliento ante el nuevo embate en su interior, se arqueo ante la sensación acoplando a su vez ambos cuerpos más de lo que ya se encontraban.
H-Haise – Arima nunca había experimentado tanto placer, sus labios buscaron los de su amante deseando saborear con plenitud a Haise, Arima sujeto por la cintura al menor y con su característica rapidez y gracia cambio de posición, sentando a Haise sobre su pene.
El grito de Haise lejos de ser de dolor fue de placer, pudo sentir el cuerpo de Arima más profundo, más caliente y grande.
Un nuevo ritmo empezó y los cuerpos esta vez mas sincronizados comenzaron a contornearse tocándose y gozando de las sensaciones de cada estocada.
Ki-s-shou… - Haise saboreo nuevamente los labios del mayor brindándole al momento un toque de ternura con una de sus dulces sonrisas que Arima sabía, solo para el eran verdaderas.
Te amo Haise – susurro acariciando una sonrosada mejilla, Sasaki entrecerró la mirada llegando al orgasmo, Arima exploto en su interior con tal vista, ambos muy rendidos se dejaron caer abrazados.
No creo que pueda ir con Kuramoto mañana ¿llegaras temprano? – susurro somnoliento el menor al shinigami.
Solo será una hora, luego podemos pasar lo que resta del día después – respondió Arima con una tenue sonrisa.
Con un último beso, ambos se sumergieron en el sueño.
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Take y Fura nunca en su vida habían sentido tanto terror en su vida, temían que en algún momento su pequeña y valiosa existencia se diera por finalizada, imagínense, no todos los días veías a un radiante Arima con una nada disimulada sonrisa y aura brillante.
Los demás convocados tampoco daban crédito a los visto, Yoshitoki también se intrigaba a la actitud de Arima pero no lo exteriorizaba.
Bien una vez todos reunidos tocaremos el tema del proyecto Quinque, los cuatro niños ya han sido operados el motivo a tratar aquí será sobre el mentor del grupo – tan impasible como siempre Yoshitoki fingió frialdad a la sensación de peligro que destilaba cierto shinigami.
Te refieres al agente de clase especial Sasaki Haise – se vio en la necesidad de hablar Fura.
Si, dentro de un mes será el encargado de los Quinque, aún son niños así que confiamos en la formación que Clase especial Arima dio a Sasaki para la formación de los niños – Yoshitoki se levantó, dando por concluida la reunión.
Así que Sa-chan será niñera, de cierta forma seria adorable ver como cuida de ellos – Fura recargo su mentón en la palma de su mano pensando en la gran desventaja de tener a un malhumorado Arima.
¿Niñera? A mí me da más la sensación de una relación fraternal – añadió Take.
Sería su madre adoptiva – agregó Fura riendo, Hirako arqueo una ceja y Arima resopló pidiendo paciencia.
¿Madre? – Hirako no se contuvo a la curiosidad por saber que pensaba su amigo.
El padre seria Kishô, una perfecta familia ¿no? - respondió con una gran y bonachona sonrisa.
Ambos amigos se giraron al shinigami puesto que no había deslizado a Narukami y al hacerlo, por segunda vez en el día ambos casi caen del asiento al ver un pequeño y apenas visible sonrojo en Arima.
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¿Cuidar de ellos? Ya veo, entonces además de trabajar con Akira Mado, seré mentor – Haise realizo un pequeño gesto con su nariz.
Arima se enredó más en el cuerpo de su amante y este rio con dulzura por el gesto – te iras de mi lado en un mes – recalco aquel hecho, Haise distinguió el recelo de su pareja.
Soy la persona que menos quiere alejarse de ti Kishô – Sasaki acaricio los brazos que le rodeaban – debemos obedecer, sabes que sobre todas las cosas eso se aplica más a mí – recostó su cabeza en el hombro del mayor y busco la mirada contraria – realicemos un horario para vernos cuando podamos Kishô – con estas palabras Arima comprendió que a quien le dolería más la separación seria a su pequeño amante.
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Haise se encontraba en un pequeño rincón de la habitación del edificio donde viviría con los Quinq, Tres pequeños lo picaban con palitos y su amante lo veía con una leve gotita.
Y esto por lo ocurrido aproximadamente hace una hora…
Akira, su superior y Arima le habían dicho que ambos iban a presentarse ante los Quinq puesto que al ser superiores de Haise deberían dar apoyo en al alguna ocasión.
Los pequeños eran cuatro en total, tres varones y una niña.
El mayor respondía al nombre Kuki Urie (10) era de cabello negro y ojos algo achinados azabaches, el tercero era Shirazu (10) un pequeño muy extrovertido con una singulares dientes afilados y ojos achinados, luego seguía la pequeña Yonebayashi Saiko (9) que al parecer amaba mucho dormir, por último el pequeño y tímido Mitsuki Tooru (8) de cabellos verde musgo y piel canela.
Haise fue saludando a cada niño en particular primero comenzó con Tooru quien se avergonzó y casi se desmalla el pobre ante los mimos de Haise, luego la pequeña Saiko había intervenido quedando con su vista clavada fijamente en el oji plomo.
¿Eres maman? Porque Papan es el señor que te acorralo y beso ¿no? – formulo en son infantil y alegre, los mayores se congelaron, Akira miro mal a Arima y este pues sonrió de forma diminuta.
Hem… si, voy a cuidarte ahora Saiko ¿quieres que sea tu maman? – inquirió con un leve rubor, la pequeña Saiko se abalanzo gritando “Maman” uniéndose Shirazu muy efusivo y algo mas tímido Tooru.
Haise se giró al pequeño Urie quien inexpresivamente observaba todo.
Sucede algo Urie – pregunto al ver al pequeño fruncir el ceño.
Te odio, prefiero tener a este pervertido de afeminados como tutor que a ti – sentencio clavando una gran flecha en Haise, quien sin decir nada se fue a un rincón con aura deprimida.
Y así habían acabado, Urie se llevaba bien con Papan pero odiaba o quizás tenía celos de Maman.
Sería sin duda una convivencia muy dura.
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4 años después
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El grupo Quinque se encontraba reunido fuera de la sala USI de hospital para heridos del CCG.
El conocido doctor encargado del equipo Quinque salió y se acercó a los 5 presentes.
Las heridas no son nada su nivel de regeneración es el de un ghoul después de todo, su descontrol se debió a un leve colapso mental – explico a la rubia presente.
Muchas gracias, doctor – Akira suspiro algo aliviada, debía llamar a Arima antes de que cometiera alguna tontería.
Urie, quiero que analices el resultado de tu pésima actitud de líder, Sasaki debe haber visto algo en ti para ponerte al mando así que demuestra cuanto puedes dar. – sentenció con dureza – ya no tienen 10 años ahora tienen 19 y considerando la edad en la que su mentor los tomo a su cuidado, deberían pensar seriamente si quieren trabajar para el CCG, no aceptamos nada de rabietas, ni impulsividades, si bien os habéis ganado el caso de torso, los demás investigadores se han dado cuenta del pésimo trabajo de equipo – Akira al haber dicho esto ingresó a la habitación de Haise.
Saiko moqueaba levemente abrazando a Mitsuki, Shirazu mantenía la mirada baja al igual que Urie.
Bien creo ya debemos ir a casa, yo puedo preparar la cena, Sassan me enseño un poco de cocina en casos de emergencia – Shirazu se levantó y animo a los menores – vamos Urie, mañana debemos practicar – recordó al pelo negro que se mantenía distante.
Está recuperándose aun para el esas heridas con el gas CRC debió ser un golpe fatal, mañana seguro tenemos libre – Shirazu le miro algo enojado pero no tuvo tiempo de gritarle puesto que se dispuso a adelantarse aludiendo de que al ser el único con licencia manejaría el carro.
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La vida de los Quinques sin el cuidado de Haise era un caos, y de ello se habían dado cuanta al solo llegar a casa; los intentos de cocina de Shirazu habían resultado un caos, luego tras la burla de Urie ambos mayores muy maduramente se habían enfrascado en una guerra “culinaria” torturando así, digo teniendo como jueces (forzadamente) a los menores de la casa.
Tras ver que estos desaparecieron al baño para devolver la “comida” Urie y Shirazu optaron por lo que desde un principio se debió hacer, llamar al restaurant de cocina rápida, que también por cierto era una acogedora cafetería.
Mañana iré a ver a Maman para que me lea el nuevo manga que compre – comento Saiko comiendo el tercer trozo de pizza.
Yo iré por un libro y luego pasare al hospital para dejárselo – siguió Mitsuki.
Jugare toda la tarde en la consola – añadió Shirazu en un bostezo.
Debo ir mañana a la oficina de Akira por si necesita que aclare algo sobre el informe – aviso Urie.
Todos ya habían planeado algo en su horario libre.
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Sasaki se sorprendió al ver a Arima ingresar a casi medianoche a la habitación, por una parte se encontraba feliz pero por otra parte preocupado ya que lo que menos deseaba en aquellos momentos era ser una carga para Arima.
Mañana tendré todo el día libre así que no he visto problema en venir aquí – tranquilizo Arima al adivinar los pensamientos del menor. Haise sonrió y se reincorporó un poco.
Me alegro, muchas gracias por estar aquí – Haise le dio un poco de espacio en la cama al mayor quien al ver la pequeña mirada de su amante no pudo denegar tal invitación; Sasaki le ayudo a quitarse el saco y la corbata para encontrar más comodidad.
Arima se acostó con Haise abrazado a su pecho – tenemos a un adolescente rebelde, no se a que más le debo temer, si dejo que los mimes mucho terminaran en una manifestación de dominación mundial - bromeo un poco, Haise rio acurrucándose.
Urie es impulsivo, pero el más suspicaz fue capaz de realizar el trabajo del otro equipo, quiere ser más fuerte y demostrar que puede superarse – Haise cerró los ojos relajado.
Torso es un gran problema, incluso entre los Ghoul, Serpiente nunca se ha dejado tan expuesto como en esta situación – el mayor pudo percatarse de que su pareja se incomodó un poco.
Respecto a ello, creo que pudo haber una conexión… otra cosa que me cuestiono es si él también tuvo que ver en mi pasado – Haise no pudo evitar la indescifrable expresión en el rostro de aquel joven.
¿Deseas saber más sobre tu pasado? – cuestionó fijando su vista en las orbes del menor. Haise medito un poco y tras ello sonrió.
No en realidad, deseo ser egoísta y permanecer donde me encuentro ahora, los niños, Akira y tú son lo que deseo disfrutar en mi vida, con los berrinches de Urie, las bromas de Shirazu, los tiernos detalles de Mitsuki, Saiko y sus cuentos… Tú a mi lado, Akira siendo ruda cuando es necesario – Haise sonrió con ternura besando en un suave rose los labios de Arima.
Mañana me encargare de los chicos por ti, Akira debe seguir en el caso de torso asi que tu solo preocúpate en recuperarte bien y descansar – comunico el shinigami, Haise no le contradijo puesto que sabía que el “entrenamiento” de Arima era más que suficiente para que los menores evitaran meterse en problemas.
Te pediría que no seas tan rudo pero sé que esta vez no me harás caso, Saiko odiara a “Papan” por tal visita – dijo en rendición; hablado ya un poco de tantos temas, ambos en compañía del otro descansaron para lo que sería un nuevo día.
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La habitación donde siempre hablaba con su otro yo se encontraba vacía, la sucia silla se encontraba en un rincón y en el extremo de la otra esquina un pequeño TV chillaba sin señal siendo un fondo para el sonido de las goteras que inundaban aquel tétrico lugar. Haise se sobresaltó al ver que la televisión mostraba unas imágenes, no sabía quién o qué era, pero aquel ser cubierto de vendas le miraba con ojos vacíos, la imagen soltó una pequeña risa y se cambió un joven de ojos color ébano profundos lo observaban, en su cuello llevaba tatuada una inscripción en latín "Nec possum tecum vivere, mec sine te" . El joven se inclinó observándolo e hizo un ademan de acercar su mano pero a mitad de camino se detuvo, pronunciando algo que no pudo oír; Haise retrocedió al verse reflejado en la televisión, su cabello era blanco en totalidad, sus ojos negros vacíos riendo frenéticamente mientras un ciempiés salía de su oído.
-Haise, por cómo eres actualmente no podrás defender a tu familia, tan gentil y estúpido – su otro yo elevo su mano y quebró su dedo medio – si tan solo me regresas mi cuerpo… - repentinamente el Kakuja del personaje de la Tv traspasó la pantalla haciendo que Sasaki retrocediera, entonces por primera vez Haise pudo vislumbrar una puerta y aunque no tenía idea a donde se dirigía la abrió.
El cielo era vasto y de un color precioso, por un momento creyó que era de cristal por la apariencia frágil y quebradiza que le daban la pomposas nubes, Sasaki camino por un inmenso campo de flores carmín, su inusual forma lejos de serle aterradora le dejaba sin aliento, extendió sus manos y con sus yemas procuró acariciar los Lycoris Radiata que bailaban al compás de la brisa. Cuando pensó que el sueño no podía cambiar más, se congeló en su sitio al ver en medio del campo una inexpresiva persona de cabello blanco idéntico a él conversando con nada más ni nada menos que Arima Kishô.
Sasaki no comprendía nada pero sintió un alivio cuando la persona idéntica a el sonrió y desapareció en pétalos carmín, entonces su mirada choco con el Arima de aquel sueño, el menor se giró y camino en dirección contraria lejos del intrigante mensaje que trataba de mostrarle su alma, su ojos se refugiaron en la hipnotizante danza de los Lycoris, corto un ramo de ellas y los estrechó en su pecho.
Has sido muy fuerte hasta ahora Haise – se sobresaltó un poco al sentir un cálido abrazo – tu yo del pasado desea realmente que lo aceptes que aprendas a convivir con los errores que cometiste, porque ambos son uno, tus memorias se representan en él y aquel de la habitación es tu lado Ghoul que desea devorarte, debes buscar quien fuiste y seguir adelante – Esta vez ante aquella declaración Haise se sintió abrumado.
Los Lycoris entre sus brazos lentamente se fueron deshojando, siguiendo el camino que la brisa les trazaba, Sasaki cerró los ojos con fuerza.
No sé si debo confiar en alguien – dijo en un débil hilo de voz.
Confía en mi – susurro aquel Arima.
¿Puedo hacerlo realmente? – Haise tenía miedo de ser traicionado porque a pesar de todo siempre se daba cuenta que el CCG le ocultaba algo.
Si, Haise yo voy a estar de tu lado, porque a tu lado he logrado muchas cosas - el menor sintió un gran nudo en su garganta, a pesar de ser solo un sueño aquel Arima se sentía tan real.
M-Me siento… solo, muy solo – confió tras varios minutos – todo este tiempo he sentido que algo falta en mí, si bien sé que cometí varios errores siento como si hubiese dejado algo muy importante tras ello, creo que en desesperación por proteger ansiosamente aquello que no recuerdo deje que mi Ghoul me consumiera, pero – mordió sus labios – falle y eso no me lo perdone, hasta hoy – no sabía porque pero tras ellos sintió sus lágrimas correr por su rostro con más fuerza.
Te amo Haise, realmente lo hago, si algo te pasara no me lo perdonaría – susurro al oído del menor aquel Arima.
Sasaki rio entre los sollozos feliz por aquel dulce gesto, pronto para su mayor sorpresa todas y cada una de las Lycoris se convirtieron en Lirios blancos cubriendo el carmín con un manto inmaculado.
Ahora debes descansar Haise – pidió el mayor haciendo que recostara su cabeza en el regazo, Haise admiro a Arima somnoliento parpadeando cada cuánto.
Muchas gracias Kishô – susurro con una cálida sonrisa.
Entre Lirios blancos, Haise descanso finalmente de las pesadillas, teniendo como velador a su amado, Arima se encontró al joven con el que había hablado anteriormente, este los observo y miró al cielo.
Aunque sufrirá demasiado emocionalmente, va a lograrlo – comento observando al durmiente Haise.
Hmn – el joven se retiró en silencio, muy de acuerdo con el mayor.
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Haise sonrió en el sueño Arima abrió los ojos y observo el semblante calmado de su pequeño, se acercó y unió sus frentes y nariz.
Te voy a proteger – prometió, sin tener sueño ya se dedicó a velar al menor.
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Edificio Quique 6:30 A.M
El grupo Quinque aun permanecía inactivo hasta que simultáneamente un mensaje les llego a cada uno.
Tres de ellos se quedaron perplejos mientras Saiko sonrió feliz al leer el mensaje.
Papan nos va a cuidar el día de hoy – leyó con emoción elevando la pantalla de su móvil frente ella.
Mierda… – susurró Shirazu, puesto que sabía que sería un largo día.
Urie no tenía suerte de salir librado del entrenamiento Arima puesto que Mado Akira les había enviado el mensaje y a él le había informado que no lo iba a necesitar debido a que el informe había sido suficiente.
Cuando creyeron que tenían al menos unas horas más para descansar, el timbre de la puerta resonó por toda la casa.
Mitsuki se dejó caer con rendición sobre su almohada.
Iba a ser un largo, largo día de “padre e hijos”.
Arima se encontraba frente a la puerta del edificio donde vivía Haise actualmente, hacía mucho tiempo que no había probado las habilidades de los jóvenes Quinques así que empezaría con lo básico para aumentar el ritmo.
Papan, bienvenido a casa – recibió Saiko abrazando al mayor mientras pegaba su barbilla en el pecho del shinigami.
Saiko… hoy vengo para reemplazar a Haise en su sesión de entrenamiento – dijo mientras acariciaba los cabellos de la chica.
Papaan has el desayuno antes de que Chiruu y Urie nos maten a Mucchan y a mí con su comida – suplico.
De acuerdo – aceptó, Saiko exclamó emocionada y lo jalo dentro del edificio.
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Haise se encontraba aburrido por no poder hacer nada, así que opto por comenzar el libro que Tooru le había dejado. Uber Wahrheit und Luge im aussermoralischen sinne. Algo de Nietzche lo mantendría muy ocupado, se disponía a leer cuando su móvil timbro con un mensaje multimedia, no pudo evitar esbozar una sonrisa.
Arima había sido cruelmente manipulado por Saiko para que se pusiera un sombrero de chef junto al delantal que él nunca quiso ponerse,
Tooru al parecer tampoco se había salvado.
Aun si llegara a recuperar mis memorias, conviviría con ello – observó por el ventanal el cielo despejado – quiero permanecer a su lado hasta que ya no necesiten de mi – suspiró y volvió a su libro.
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Decir que la pasaban mal era poco, los jóvenes quinque se encontraban sin fuerzas tirados en el campo, Arima ni siquiera mostraba signo de fatiga.
Esta vez comenzaremos con el entrenamiento una vez pasado el calentamiento, de pie – ordenó haciendo que le observaran perplejos, debía estar bromeando.
Arima por su parte al ver que los jóvenes estaban echados a la perdición decidió darles una motivación - serán los cuatro contra mí, aquel que falle un golpe revelaré uno de sus tantos secretos de infancia y actualidad – sentenció, los jóvenes se pusieron en posición de ataque al instante.
Arima atacó primero a Tooru, quien se defendía a duras penas, Arima tomó la espada de práctica del menor e hizo que se desestabilizara para hundir su codo con moderación y suficiente fuerza en las costillas de Tooru y sacarlo del campo.
Cuando te emborrachaste la primera vez, te subiste a la mesa y comenzaste a bailar, la policía te arrestó por escándalo en público y les dijiste que se pudrieran, Haise desde ese entonces procura que no te embriagues – recordó haciendo que el joven ocultara su rostro, nadie más que sus mentores y el sabían de ello.
Shirazu se crispo ante aquella revelación por extraña razón, se sonrojo.
Arima entonces esquivo la patada de Urie, el joven bloqueaba débilmente dejando aberturas, daba golpes letales pero eso no serviría de mucho – tu defensa se descuida – dijo mientras le golpeaba el estómago sacándolo de combate.
Cuando eras pequeño me dijiste que me quitarías a Haise y te casarías con el – reveló con cierto tono de recelo, puesto que hasta en la actualidad existía esa rivalidad de quien tenía la atención de Haise.
Urie se sonrojó mientras los demás le observaron incrédulos.
Los espero, si siguen el suelo significa que desean que los demás descubran sus secretos – Arima no lo demostraba, pero le estaba gustando mucho pasar el tiempo con sus hijos.
“Papan da miedo, por alguna razón esa sonrisa da miedo”
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Ya eran las seis de la tarde cuando la puerta de su habitación se abrió, entrando primero Arima, seguido de unos agotados Quinques.
Saiko había dejado grabando todo el entrenamiento por lo que cuando Haise lo vió, muchos (especialmente Urie) desearon que la tierra los tragara.
Por cierto debes recortar las comidas de Saiko – indicó recibiendo una queja de la afectada.
No conseguiste con esta feroz táctica que entrenara contigo – rió, puesto que Saiko solo entrenaba con el pero nadie sabía de ello.
Maman, Papan cocinó muy rico hoy – comento la chica recostándose en el regazo de Haise como era costumbre.
Sasaki buscaría su pasado pero esta vez ya no se quedaría en él, quería permanecer al lado de esta hermosa familia aunque a veces fuera difícil.
A la mañana siguiente Haise fue dado de alta y aunque se le acercaran más desafíos, iba a superarlos.