18 de marzo de 2010
Naruto estaba sentado en la parada del bus, ya había pasado varios días desde esa confesión. Ya no aguantaba el no poder ni siquiera saludar a su mamá y papá, todo le dolía. Le dolía que Sasuske tuviese esos sentimientos hacia él, le dolía el no poder hacer algo para que esa situación cambiase.
Hubiese preferido mil veces que su padre nunca le dijera eso.
— ¡Naruto! ¡Naruto! — se escuchó desde los lejos. Esa voz era la de un hermoso chico de ojos agumarina y cabello pelirojo.
Hacía varios días no lo veía, más exactamente desde que su papá lo golpeó.
—Hola, Gaara— dijo con una sonrisa fingida.
Veía como su novio tenía un ojo un poco morado, su padre sí que lo había golpeado. Naruto amaba tanto a ese chico, era su primer novio y estaban jugando en cuando se darían su primer beso… se lo hubiese dado ya que su primer beso fue espantoso.
Naruto fue hacia él y le dio un beso con mucha pasión, a esto a Gaara lo tomó por sorpresa pero después de unos segundos reaccionó y lo besó con la pasión que su pequño le pedía.
Naruto besaba a Gaara para poder borrar el rastro que dejó su progenitor en sus labios, quería sacar el sabor a él de su boca. Pero no sólo el rastro en sus labios, también el de su cuerpo que a pesar que no tuvieron relaciones él lo había tocado mucho.
—Quiero hacerlo, Gaara. Llévame donde quieras pero hazme tuyo — al escuchar eso se sorprendió bastante Gaara, apenas se dieron un beso y ya le pedía más.
No era tampoco que no quisiera pero le parecía pronto ya que para él Naruto era muy niño, aunque sólo se llevaban dos años.
—Estás seguro, mira que es un paso muy importante — le hizo saber.
Naruto asintió sin dudar, quería ser de él lo antes posible.
Gaara lo tomó de la mano y lo miró muy fijamente, vio algo extraño en su mirada.
— ¿Te está sucediendo algo, Naruto? — Naruto no respondió, no quería decir la verdad pero tampoco quería mentirle.
Gaara veía que en el trasfondo de esa mirada había algo de tristeza a lo que le hacía sentir tan mal.
—Naruto, ¿de seguro que lo quieres hacer?—
Él muchacho le dio otro beso muy apasionado, lo quería hacer era más que obvio o al menos eso hacía notar.
—Quiero ser tuyo lo más pronto posible… —decía entre besos.
Gaara no sabía bien qué hacer.
¿Si quería hacerlo con él?
Era más que obvio, pero quería que fuera un buen recuerdo, quería que con Naruto todo lo que tenga que ver con hacer el amor con el fuera especial.
Naruto no le importaba si todo esto era demasiado pronto lo único que quería era borrar las huellas que dejó Sasuke con cada toque que le había dado.
—Naruto, Naruto— Gaara se dio por vencido —,después del colegio iremos a mi casa — al menos en su dormitorio sería más romántico que en motel barato.
—Vayamos ahora—cuando pronunció esta frase Gaara quedó sorprendido. El muchacho observó al rubio y su mirada era tan suplicante.
—Entonces vayamos.—
Gaara agarró la mano de Naruto muy fuerte, realmente estaba nervioso a pesar de ya tener experiencia… pero esta vez sería diferente ya que a Naruto lo amaba demasiado.
Por su parte Naruto también estaba muy nervioso, a pesar que fue él quien dio la invitación.
En todo el trayecto fueron en un silencio muy incomodo para ambos, no sabían de qué hablar para romperlo. Los dos estaban bien agarrados de la mano, los dos tenían las manos sudadas pero Naruto la tenía más.
Los pensamientos del pequeño adolescente eran totalmente perdidos, él amaba mucho al chico.
¿pero no lo estaba usando para borrar lo que hizo su padre? ¿Era justo “usarlo” así?
Este joven no sabía lo que sucedía en su vida ya que antes era un chico normal que a veces peleaba con sus padres, tenía el mejor novio del mundo, tenía calificaciones ni tan altas ni tan bajas, pero todo esto cambió de un día para el otro con una declaración no muy agradable por parte de su padre.
—Naruto, te quiero mucho— cuando dijo esto el Gaara, Naruto se sorprendió bastante, estaba tan desconcentrado que se había olvidado de él.
—Yo igual— sonrió a Gaara.
Ya estaban llegando a la casa y Naruto se puso más que nervioso, sabía que este día llegaría aunque nunca pensó que fuera tan pronto.
Gaara buscaba las llaves de su hogar para entrar, ya lo sabía Naruto que ahora se iba a convertir en “hombre”.
El chico encontró la llave y fue cuando Naruto empezó a transpirar mucho, empezaba a querer salir corriendo pero ya había dado su “palabra” a Gaara.
—Te sientes bien.—
—Sí, son solos nervios — contestó poco seguro.
Entraron a la residencia, y Naruto estaba contento de que no hubiera nadie. No quería imaginar la vergüenza de ver a personas ahí.
Caminaron por las escaleras que a Gaara se le hizo larga, pero a Naruto muy cortas. Cuando llegaron a la habitación a Naruto le latió el corazón muy fuerte, ya no había vuelta atrás.
Naruto se puso rojo como un tomate (N/a: como a Sasuke le hubiera encatado ver), Gaara se rió un poco.
— ¿Estás seguro? Mira que puedo esperar si quieres.
—Estoy más que seguro.—
—Entonces ven— le ofreció su mano, Naruto la aceptó.
Él lo llevó hasta su cama y lo sentó. Naruto cada vez se ponía más rojo, era la primera vez que alguien, además del partero, su mamá y papá, lo verían desnudo.
Gaara empezó a sacarse su uniforme y Naruto pudo ver lo bien formado que estaba ese muchacho, él se rió un poco y Naruto se enojó.
— ¿De qué te ríes?—
Gaara no contestó a lo que el enfado de Naruto aumentó.
Cuando Naruto iba decir algo él lo silenció con un beso, que al jovenzuelo lo tomó des prevenido. Él se puso encima del pequeño kitsune y empezó a sacarle su uniforme escolar, que era el clásico uniforme de marinerito.
Naruto pudo sentir como Gaara empezó a sacar su vestimenta y en un momento recordó a Sasuke, y en ese momento se puso rígido.
Gaara al sentirlo así le preguntó si pasaba algo y Naruto le contesto repetidamente que no, negando con su cabeza.
Después de que Gaara recibió la respuesta del kitzune, empezó a sacar más de la ropa de su novio.
El muchacho empezó a acariciar las piernas descubiertas de Naruto y éste se puso nervioso.
—No te asustes— dijo y besuqueaba el cuello del pequeño kitzune.
Las manos de él empezaban a tocar pecho del joven.
Miró con lujuriael pequeño cuerpo que tenia abajo, Naruto al sentir la mirada del Gaara quiso cubrirse pero él se lo impidió agarrándolo de las muñecas.
—Tengo que verte— dijo con una voz desconocida.
Naruto tragó saliva, ya sabía que en estas instancias no podía arrepentirse.
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—Gracias, Naruto. Gracias, por dejarme hacer el amor contigo.—
Naruto se acomodó bien en el pecho de quien hace un momento le había hecho el amor. Después de estar así un momento- los dos abrazados- se durmieron.
Una imagen encantadora, una pareja que se amaban mucho durmiendo junto.
Después de unas horas Naruto se despertó y se movió un poco para querer salir de la cama e ir al baño, Gaara lo sintió y lo sujetó de la cintura.
— ¿Adónde vas?—
—Quiero ir al baño — Gaara lo miró travieso cuando Naruto respondió su pregunta.
— ¿Quieres bañarte conmigo?— Naruto se sonrojó un poco.
—Tengo que volver a mi casa— Gaars hizo una cara de disgusto fingida.
Naruto pensó que él se había enojado así que quiso arreglarlo.
—Este… no es que quisiera…— no pudo terminar la frase ya que Gaara lo interrumpió con un beso.
—Otro día seguimos. Aparte tus papás deben de estar preocupados.—
— ¿¡Qué hora es!? — preguntó preocupado.
Gaars tomó su celular que estaba en la mesita que estaba al lado de su cama. —Siete y media.—
— ¡Oh, Kami! Mi mamá habrá llegado y me matará si no me ve en casa — Naruto fue en busca de su celular y salió sin ropa.
—Oye, así no me dan ganas de dejarte ir— Naruto se dio cuenta y se puso más rojo que un tomate.
—Etto…—
—Ya te vi desnudo, no te pongas así.—
El kitzune se dio cuenta que era cierto lo que dijo él, así que tomo su teléfono y vio que tenía doce llamadas perdidas de Sasuke.
—Mierda.—
—Oh, nunca te escuché hablar así— dijo divertido.
— ¿Qué bus me deja cerca de mi casa?—
Gaara negó con su cabeza repetidamente, dijo que él lo llevaría ya que era peligroso que se fuera solo y además es poco cortes dejarlo ir solo. Naruto le dijo que no hacía falta pero él, terco, no quiso oír. Así que el kitzune se dio por vencido y empezó a vestirse con ayuda de Gaara, él se puso detrás de el y empezó a besar su cuello y a tocar su pecho, a respirar agitado en su nuca.
Naruto gemía, las manos de él descendieron a su vientre hasta llegar a su entrada, bajó su prenda interior y metió un dedo dentro y lo movió. En ese momento Naruto se sintió incomodo pero a la vez excitado. Él movió más su dedo mientras escuchaba más gemidos del kitzune, pudo sentir como un líquido espeso salía de él y cuando lo sintió sacó su dedo para saborear el sabor de Naruto.
Era exquisito, un sabor que no se comparaba con nada, así que volvió a meter devuelta otro dedo en el interior de Naruto pero esta vez con menos “recato”.
A él ya le estaba dando una erección y Naruto la sintió, Gaara beso el cuello con más frenesí, después empezó a ir a besar su espalda y descendió hasta su cintura, ya directamente lamía ese lugar. Después de tenerlo así sacó su dedo y la dio vuelta, bajó sus boxer totalmente y empezó a meter su lengua y recibió más de ese líquido que le ofrecía el cuerpo de Naruto.
—Detente, no me siento cómodo— gimió colorado por la excitación.
Él se detuvo— Claro — dijo
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Después de esa charla bajaron los dos y había gente abajo a lo que Naruto se murió de la vergüenza.
—Gaara, ¿quién es el chico? — preguntó un hombre de ojos cafe.
—Mi novio— dijo abrazándolo
— ¿Qué hacían arriba? — preguntó esta vez una mujer de ojos verde.
Naruto se ruborizó ligeramente.
—No hace falte preguntar, Temari. Es más que obvio que estaban haciendo arriba.—
Ahora sí, Narugo quería que la tierra se lo tragara.
Miraba suplicante a Gaara para que se fueran lo más rápido de ahí.
—Shikamaru, mira cómo pusiste al niño. Aparte apenas debe tener doce años…— Temari reaccionó en algo — Gaara, ¿por qué sales con una niño tan chico?—
—Tiene catorce y dentro de un mes cumplirá quince — respondió.
— ¡Qué pequeño parece! Ha de ser muy buena genética. Dime, niño, ¿quiénes son tus padres?—
Naruto ya tenía una gotita en su frente.
—Ino Yamanaka y Sasuke Uchiha.
— ¿Sasuke Uchiha? — Preguntó Shikamaru y Naruto solo asintió con la cabeza— Tu padre es muy estricto, todavía no entiendo qué haces acá. Yo trabajo con él y tiene, además de un humor de perros, una rigurosidad.—
—Gaara, vayámonos. Mi papá debe de estar muy preocupado —dijo cambiando de tema, ya sabía que ese hombre tenía razón. Gaara asintió.
Los dos se dirigieron a la puerta pero antes de salir Shikamaru llamó a Gaara.
Gaara preguntó qué quería y él le dio una rosa roja.
—Sabes las tradiciones— Gaars sonrió al saber porqué le dio esa rosa. En su familia tenía el significado de la primera vez que hacen el amor y, además, la del amor verdadero.
Gaara amaba tanto a Naruto, si no fuera porque eran chicos le pediría casamiento.
Después de recibir la rosa se fue con Naruto, que lo esperaba ansioso.
Los dos salieron apurados de la casa, ya que el pequeño kitsune estaba muy preocupado. Gaara no se hacía tantos problemas, había tenido el mejor día de su vida, hacer el amor con Naruto fue lo más hermoso que le pasó en su vida. El haberlo sentido abajo suyo, el entrar y salir de él, el haber sido el primero en saborear su delicada piel.
Gaara nunca sintió algo así en su vida, ya él había tenido relaciones con otros Chicos y chicas pero nunca sintió lo que experimentó hoy.
—Gaara, no digas esto a nadie— dijo Naruto avergonzado.
—Nunca lo diría. Las cosas hermosas se guardan para uno— le respondió con una pequeña sonrisa.
—Pasa que no quiero que se entere mi papá— tenía miedo de pensar de lo que sucedería si se llegara enterar su padre.
Naruto sabía que los padres eran celosos pero con el suyo sería especial, ya que su padre sentía algo por él que no eran sentimientos padre a hijo.
—De mi boca no se enterará. Aunque, Naruto, le pienso pedir tu mano un día de esto.
— ¡Ni se te ocurra eso!, ¡mi padre es ultra celoso! ¿No te acuerdas de porqué tu ojo está así? — se preocupó él.
—Algún día lo harás, Naruto. Aparte tu papá se tiene que dar cuenta que no serás su pequeño hijo toda su vida, algún día te casaras, tendrás hijos y serán conmigo— terminó la oración con una sonrisa.
Naruto entendía que Gaara tenía razón, pero su Padre tenía otros tipos de sentimientos hacia él.
Su padre lo quería como su amante y Naruto lo sabía muy bien, ya que su confesión fue más que clara.
La mirada de Naruto se volvió enlutada, él tenía que cargar con los sentimientos que sentía Sasuke hacia él. Tenía que ser más fuerte y luchar para que todo vuelva a la normalidad. Tenía que poder demostrarle a él que podían volver a ser padre e hijo, y amarse como ellos “deberían” hacerlo.
La caminata fue extremadamente larga. Gaara vivía a veinte cuadras de la casa de Naruto, él le había dicho que tomaran un colectivo pero Naruto estaba tan apuradl que no quería esperar.
Los dos iban tomados de la mano, ambos caminaban lo más rápido que podían.
Tardaron como una hora en llegar porque varias veces a Naruto se le doblaba el pie por lo incomodo de los zapatos, así que Gaara lo cargo estilo princesa. La mirada que se daban ambos era tan tierna, se notaba de lejos que esa pareja se amaban. Ya ambos estaban en la puerta de la casa de Naruto.
— Gracias — dijo sin perder la conexión que había en esa mirada.
—Gracias a ti, Naruto. Me has dado el mejor día de mi vida — lo besó de manera tan tierna.
Como Naruto estaba alzado se agarró más fuerte del cuello de él para intensificar el beso.
—Bájame, Gaars. Tengo que entrar.—
Quería seguir pero ya debía entrar, de seguro sus padres estarían muy preocupados.
Gaara lo bajó y se despidió de Narugo. Pero antes le dio la rosa y Naruto le preguntó por qué le dio la rosa y él le dijo el significado, sonrió al escucharlo.
Después puso la rosa en el bolsillo, con mucho cuidado