-¡No! Por allí no Ya... Yugi!-gritó Jaden un tanto nervioso. Casi se entra al baño de niñas. Tenía que evitarlo. La última vez que un chico entro allí... No se supo de él hasta unos meses después.
-¿Ah? ¿Por qué no?-preguntó. Realmente no lo entendía. Cual era la necesidad de separarse unos a otros, ¿no que todos eran iguales?
-Ese es para mujeres y nosotros somos hombres-explicó con paciencia. Era ya la décima vez que lo hacían, pero el no lograba entender la "variación" de los humanos.- ¿Acaso su raza no tiene hembras o algo por el estilo?
-¿Hembras?-preguntó-Pensé que eso solo era para animales...-Jaden suspiró cansado. La maleta de "Yugi se removió un poco. El de los ojos cafés abrió un poco más sus orbes rápidamente y agarró las manos de su amigo. Corrieron a un ritmo moderado. Yami casi se cae un par de veces, seguía sin acostumbrarse a la anatomía humana.
Llegaron a un lugar que quedaba detrás del aula máxima. Casi nadie iba allí. Decían que era un lugar misterioso y exótico, además de "peligroso". Jaden nunca creyó esto, ni mucho menos Yugi. El bicolor se detuvo allí y se dirigió hacia el tricolor.
-Bien... Yugi ya puedes salir-dijo tranquilo y un poco fuerte. Yami parpadeo varias veces seguidas sin comprender y miro a su alrededor confundido.
-¿Salir de donde?-Preguntó. Un mas que evidente Facepalm pasó en la expresión de Jaden. No perdía a paciencia a menudo, pero definitivamente este sería un caso especial.
-Tu no Yami, el Yugi de verdad-dijo con algo de impaciencia en la voz. La cara de Yami pasó a tener un ligero aire de tristeza. Paso desapercibido.
De la maleta de "Yugi" empezó a salir una baba fucsia que se extendió hasta el suelo. Una vez salió toda, empezó a cambiar de tamaño y formas rápidamente. Hasta formar al cuerpo de Yami. Solo que con ojos amista.
-Es... Difícil hacer esto...-dijo un tanto nervioso. Ya había pasado por demasiadas situaciones vergonzosas como para ser solamente las 12 del mediodía.
-Estaba tan seguro de que lo hacíamos...-suspiro y miro a los dos tricolores enfrente. -¡Pero lo haremos! Sea como sea.-exclamó, se todo un ligera pausa y agregó.-Amm tengo que entregar un trabajo ahora en el descanso... ¿Me esperan aquí?
-¡Claro! Algo de libertad no me haría daño jeje-dijo con una risita. Jaden asintió y se fue corriendo. Yugi se giró hacia donde estaba Yami. Notó la expresión de tristeza, pero de todos modos la evitó, no debía de intervenir. Más esto no le impido darle un mensaje de apoyo.-Estas haciéndolo bien jeje... Solo tienes un par de dificultades. -"Yugi" no respondió, solo se dedicó a mirar a los altos muros de la escuela. Y de repente se le vino una aterradora imagen a la cabeza.
-La escuela... ¿Es como una prisión?- preguntó mientras se volteaba a ver a su compañero. Este abrió un poco la boca al igual que sus orbes amistas. Un leve "ah" se escuchó, pero nada más. -Según lo que entiendo, en las prisiones hay alambres de púas y varias rejas.-explicó recordando la información adquirida por las 3 mentes que "absorbió".-Aquí también hay eso, somos entonces... ¿Prisioneros?-son saber que decir con claridad, se expresó lo que mejor pudo.
-No, no claro que no-negó levemente-, solo lo ponen para que no vengan ladrones.-Dijo Yugi. Yami asintió. Sabía el significado de esa palabra. Pero una nueva pregunta se atravesó por su mente.
-¿Y por qué hay ladrones?-Preguntó.
Y allí estaba, otra pregunta que era casi que retórica. Había hecho más de las que Yugi podía contar. Desde el sábado, tanto el de los ojos amista como Joey y Jaden habían tenido que responder de maneras que fueran comprensibles, aunque en más de una ocasión el les sacaba esta maravillosa frase: "¿Por qué me hablas así? Puedo entenderte, no hace falta que me hables como si fuera menor". Lo que les parecía increíble era que a pesar de haberle enseñado todo lo que debería de saber para "sobrevivir" en el colegio, no podía evitar hacer preguntas. Pero era algo extraño. Cada vez que le respondían, el parecía madurar un poco, seguía siendo un poco infantil en el sentido de lo "preguntón" que era. Pero entendía las cosas, y trataba bien a las personas. Y gracias a esto, "Yami" creyó que con lo que entendía y sabía, una pregunta así podría ser respondida correctamente.
-Por que no todo el mundo tiene buenas intenciones, algunas personas prefieren tomar el camino fácil y robar a otras personas que si se esfuerzan.-Explicó con algo de tristeza en su voz. Yami le miro entendiendo todas y cada una de las palabras que él le dijo.
-Mmm comprendo...-era algo sorprendente todo lo que él podía llegar a entender. Habían estado hablando con el durante 2 días solamente y ya entendía muchísimo, pero todavía le costaba entender que eran las mujeres. Quién sabe a qué se debe esto.
Se oyeron pasos. Eran lentos y pausados. No era Jaden. El vendría rápidamente. Yugi se asustó mucho, y justamente en esos 30 segundos donde necesitaba todo el entreno de los días anteriores, al tricolor original se le había olvidado absolutamente. Ahora no podía esconderse. Trató y trató de convertirse en baba pero no pudo. El pánico se apoderó completamente de él. No reaccionaba siquiera. Yami, sabía que cuando Yugi se ponía de esa manera no quería decir nada bueno. Tenía que ayudarle a Yugi. Pero no tenía conocimiento de cómo hacerlo bien. Y entonces, ella entró en su campo de visión.
Los miro con algo de desdén mientras pasaba con un paso elegante. Tenía un el uniforme del colegio en perfecto estado y ni un solo pelo fuera de lugar. Tenía apenas un ordenador de hojas en sus manos. A mitad de camino se detuvo y suspiro casi imperceptible. Empezó a murmurar cosas para ella mientras buscaba algo en el ordenador de hojas. Todo esto frente a la mirada pavorosa de "Yami" y la confusa de "Yugi". Al final ella sacó dos folletos y se acercó a los dos tricolores.
-No sabía que tenías un hermano niño especial, pero como sea- dio una pequeña pausa y mal entregó los folletos.- Nuestro querido profesor de Química y el irritante de Biología decidieron hacer un nuevo proyecto y blah, blah, blah, en resumen consíganse un grupo de 3 o trabajen solos y hagan algún proyecto de química o biología para exponer en una pequeña feria de grado 9-, será para dentro de 4 semanas y si tienen alguna duda o lo que sea, consulten el folleto.
Y con un paso algo acelerado se fue de allí, no le importó que había otro como Yugi allí y que el Yugi que conoció no tenía los ojos rojos si no morados, era raro, parecía que nada le importara a parte de lo que creía importante para ella. Pero había algo que no les cuadraba, ¿era su imaginación o ella no les había gastado una burla?
"Yami" se quedó pensando en ello, o más bien en el proyecto que harían. No sabía qué harían exactamente, simplemente pensó en hacer equipos con Joey y Jaden, pero pensó que estos dos ya tendrían a alguien... Pero el rubio penas había entrado en el instituto... Pero de seguro ya habría echo más amigos y el castaño dijo que era un tanto solitario. ¡Esto esa confuso! No sabía que hacer. Sería mejor si les preguntara a...
-¿Por qué esto es plano?-preguntó "Yugi"sacando de sus pensamientos a "Yami".
-Pues no sé a qué te r...-sus ojos se abrieron de repente. El rojo se posó en sus mejillas. Se paralizó por un momento. Yami, le estaba tocando sus tetillas mientras restregaba su mano en círculos. Le parecía algo normal-¡¿Pero qué haces tocado allí?!-gritó más que avergonzado mientras se tapaba el rostro con sus manos y se retiraba un poco.
-¿Esta mal?-preguntó inocente. Tenía tanto por saber sobre espacio personal. "Yugi" se retiró un poco al comprender de cierta manera la vergüenza de "Yami".
-¡No puede tocar a las personas así como así! Se ve mal y... No todos son tan comprensivos como nosotros-dijo sin quitarse las manos de la cara, casi podría decirse que el sonrojo se le notaba incluso sobre las manos. Yami asintió y dejó de tocar a su antiguo cuerpo.
Más pasos sonaron. No era Jaden. Los dos se tensaron. Yami después de Yugi, pero igual se tensó. Más y más. El miedo volvió a hacerse presente. El ruido se acercaba cada vez más. El alíen miró a l humano como si buscara un poco de consuelo. Pero el otro estaba peor que él, temblando y con ojos aguados. Algo le decía que algo muy malo estaba por pasar.
Y el chico de los ojos rojos apareció.