Estaba parado en la habitación. Sin más. No sabía que estaba pasando. Y menos como llegó allí. Miró a su lado derecho. Nada. Solo su habitación normal. Volvió su cabeza al centro ntro. Ahora estaba algo gacha. Puso sus amistas ojos en dirección izquierda para ver. Apenas pudo notar algo extraño se volteó.
-Yami...-dijo en un hilo de voz casi sin pensarlo. Él sólo se convirtió en baba, era extraño, porque él no tenía la habilidad para hacer eso. Pero entonces se dio cuenta de que el mismo también era una baba. Y se estaban acercado, estaban muy cerca, demasiado cerca. Sus masas ya se tocaban la una a la otra. Y sin embargo seguían acercándose, y fue entonces cuando notaron que eran uno solo. Se estaban mezclando. Ahora no existía ni Yugi ni Yami, solo eran uno. Eran uno, pero a la vez dos. Era una combinación perfecta entre mente y cuerpo. Sus diferencias eran mínimas, sentían que tenían hasta los mismos pensamientos.
Y todo se sentía tan confortable.
"¡Ah!" Así debió de haber gritado cuando sintió que le quitaron algo de si, una parte de él. Y todo acabo.
Como si de polos iguales se tratase se apartaron con brusquedad. En el proceso volvieron a sus formas "humanas". Alguien en la habitación estaba totalmente pavoroso de lo que pasó. El otro estaba extremadamente alegre. Y el nuevo está confundido.
-¡Jajaja! ¡Lo hicimos Yugi! ¡Lo hicimos! ¡Jajaja!-gritó eufórico Yami. Espera... ¿Eufórico? ¿Por qué estaba eufórico?-¡La evolución continuará!
-¿Ah? Qué... ¿Qué esta pasando aquí?-preguntó un confundido Yugi mientras trataba de levantarse del suelo. Pero entonces los vio, aquellos ojos brillantes y llenos de emoción. No pudo ignorar aquello a lo que apuntaban.
Por un momento se olvido por completo de cómo respirar.
Era una baba, así como Yami en un principio, pero mucho más pequeña. Y es estaba moviendo bruscamente. Fue entonces cuando se formó. Tenía la apariencia de un niño. Pero no uno cualquiera, este estaba desnudo y tenía exactamente el mismo cabello de Yami y... Y el mismo.
-¡Jajaja! ¡Todo va a continuar Yugi! ¡Todo va a avanzar! ¡Jajaja!-esa risa era ya tan loca y descabellada que si Yugi no hubiera visto que se trataba de Yami jamás pudiera haber crecido que era él.
-A... ah...-se horrorizaba cada vez más. Sus latidos estaban tan acelerador que no sabía por qué no le había dado ya un paro cardiaco.
Jajaja. Y lo que vino a continuación era aún más cardiaco. Jajajaja.
Ese extraño ser, confuso y desorientado buscaba algo con desesperación, o quizás, ¿estaba buscando a alguien? Quién sabe...
Y de repente aquellos ojos de diferente color se posaron sobre él. Dos enormes gemas que, a pesar de ser amista y rubí, reflejaban exactamente lo mismo, un gran sentimiento de confusión y desesperación. No pudo evitar empezar a alejarse. Francamente no entendía absolutamente nada y lo peor es que tenía miedo, mucho miedo, de Yami, de la criatura que estaba justo al frente suyo, de lo que acababa de pasar, de... De todo.
Justo en ese momento quería estar en casa, en su lugar feliz en el único lugar que sentía que pertenecía. Pero había un problema, estaba en casa, estaba en su lugar feliz, estaba en el lugar que tantas veces creyó seguro.
Y todo se sentía tan mal como si estuviera en cualquier lado.
-¡Jajajaja!-siguió riendo. Estaba perforándolo. Para... Para...-¡Todo seguirá! ¡Jajajajaja! ¡Todo avanzará! ¡Jajajaja!-Para ya.
-Um... Ma... ¿Mamá?-preguntó aquel ser extraño.
-Para... Para...
-¡Jajajajaja!
-Para
-¿Mamá?
-¡Jajajaja! ¡Nunca más! ¡Nunca más!
-Ma... ¿Mamá?
-.-.-.-.-.-
-¡Para!- y abrió los ojos por fin, pero a tope y bastante exaltado. Se sentó casi por instinto en su cama. Tenía la respiración agitada y el corazón demasiado acelerado. Estaba todavía atemorizado. Todo se sintió tan real.
Espera... ¿Qué es esta sensación de mojado en el estómago?
-¡Yugi!-Gritó Yami.-¡Perdóname! Sabía que tenía que cambiar esta toalla desde hacía rato.-dijo algo desanimado mientras recogía una toalla algo humana del estómago del de los ojos amista.-Esta caliente y húmeda... Lo siento debí de llamar a Jaden o Joey para que se encargará... -la reacción de "Yami" fue completamente diferente a la que creyó. Se empezó a alejar. Tenía todavía aquel sentimiento de miedo absoluto que había adquirido. Era como si no viera al verdadero Yami, si no al loco y desquiciado de la
pesadilla. -¿Yugi? ¿Te sientes... Bien?-fue cuando el mencionado por querer alejarse y apartarse calló al suelo lastimándose un poco su espalda. Bueno, no era la suya, pero igual le dolió. -¡Yugi!
-¡Agh!-gritó mientras Yami se apresuró en llegar a su lado.
-¿¡Te sientes bien?! Jaden me dijo que no deberías de levantarte todavía... Porque si no...-y lo percibió. Ese inminente miedo fue captado por Yami.-T-Tranquilo... Yo no te haré daño... No te haré nada te lo prometo...
Las palabras funcionaron. El de los ojos amista cierra los ojos y trataba de tranquilizar su cuerpo. Yami se acercó a el y se agachó a su altura. Y el tacto fue percibido por "Yami". Era cálido y agradable. Tan suave y confortable que se quedo inmotivado si saber qué hacer en realidad.
La verdad solo era un abrazo. Pero uno que Yugi casi nunca recibía.
-¡¿Chicos están bien?!-grito que los desconcertó a los dos.-Oh... Eh... Lo siento por interrumpir...
-.-.-.-.-.-
-¡En serio lo siento mucho!-gritó de nuevo apenado el rubio. Se había disculpado al rededor de 30 veces en una hora... Si, era algo cansino, pero de verdad estaba apenado.
-No te preocupes Joey-dijo un tranquilo y algo avergonzado Yugi, estaba sentado en el pequeño bar que había en su casa tomando algo de limonada (preparada amablemente por Jaden) junto con Haou, Yami y el enérgico de Jaden.
-¡Será mejor que te concentres! ¡No es hora de disculparse! ¡Es hora del duelo!-gritó Jaden ya algo cansado de las disculpas de Joey.-¡Agh! ¡Mi turno! ¡Robo!
-¡Pero ni siquiera terminé con el mío!-gritó el rubio. Vamos volviéndose a la mesa del comedor donde tenían montado un improvisado tablero de Duelo de Monstruos.
-Gracias por permitirnos quedar Yugi-dijo de repente Haou con su típico tono neutro.
-Ah... No hay de qué, jeje, me gusta estar con ustedes...-dijo mientras agachaba un poco la cabeza con una sonrisa en la cara. Apreciaba mucho que ellos quisieran quedarse con él para jugar o para pasar el rato, le hacía muy feliz, pero en este caso era para saber cómo seguir después de su desmayo extraño, eso le alegraba aún más. Hablando del desmayo... ¿Qué quería decir Yami con identificador?-Umm... ¿Yami?
-¿Si?
-Puedo... ¿Hacerte una pregunta?-preguntó con algo de incomodidad.
-Claro-Sonrío ampliamente para darle confianza a Yugi. El mencionado suspiró para acto seguido verle directamente a los ojos.
-¿Qué es el identificador?-preguntó sin tapujos. Yami abrió un poco los ojos y desvío la mirada. Esto sería difícil.
-Umm... Es como... Amm...-suspiró y cerró los ojos-es tu identidad-y volvió a abrirlos.-es... Lo que te hace diferente de los demás, es lo que te hace saber de qué... Existes-miró a Yugi. Apenas se percataron de que tres pares de ojos los estaban observando atentamente.
-¿Q-Qué?-El de los ojos amista se desconcertó.
-Básicamente... Sin ese artefacto...-empieza Yami con un tono de voz más bajo, al tiempo que se acercaba a Yugi- El cual está aquí...-le toca levemente la parte derecha de la cintura al tricolor original logrando que este se sonroje un poco.-Sí ello, no existimos.
-P-Pero eso lo evita que mueran... ¿Verdad?-Preguntó Yugi con una visible preocupación.
-No, no... Sin el identificador no somos nadie... No tenemos nombre, o algún tipo de individualidad. Sin el, somos solo una baba más entre un montón de más babas...-dice algo triste. Yugi de cierta manera se siente culpable.
-¿Qué tiene que ver eso con que Yugi se haya desmayado?-preguntó neutral Haou. Pero mentalmente se regañó, lo admitía, debió de haber sido más suave con su voz y gestos.
-Cada cierto tiempo,-empezó Yami como si no le importará el trato tan seco de Haou-ellos mandan una señal... Una corriente eléctrica. No es nada fuerte...-Yugi abrió los ojos de sobre manera-¡P-Pero solo si estás acostumbrado! -Se apresuró a explicar-Eso es solo para que nosotros recordemos que hay más como nosotros... Y de que apresar de que podemos copiar ADN... No somos de la otra especie... Somos nosotros... Y nada cambiará eso...-Dijo con un semblante algo triste-Además... El identificador es... Lo único que nos acompaña durante toda nuestra vida... Porque... Porque todo lo demás se va... Y nunca regresa...
Silencio. Silencio sepulcral. Todos estaban algo conmovidos por lo que acababa de pasar, pero a la vez impotentes, ¿qué es lo que podían hacer? Nada. No comprendían la situación al cien por ciento. No tenían idea de cómo consolarlo. Eso era malo. Muy malo.
Pero en momentos así, mentes ingeniosas salen a la luz para sacar de situación las cosas y mejorarlas un poco. Jaden tenía una de esas mentes.
-¡Actovo mi carta mágica, resurrección de Monstruos! ¡Y uso su efecto para revivir al Héroe Elemental Neos!-Gritó con euforia mientras hacía todos los movimientos necesarios para su jugada. Esto saco a todos de sus pensamientos haciendo que todos se concentraran en él.-¡Ahora, Neos Ataque directo!
-Oh, oh... ¡Diablos!-Y con esto termino su juego. Todos empezaron a reír por la expresión de tristeza que tenía el de los ojos miel. Entre tanta conmoción, Jaden aprovechó para hacer algo que hace rato quería hacer.
-¡Vamos Yugi! ¡Es hora del Duelo!-gritó no muy fuerte mientras agarraba el brazo de Yugi y lo jalaba un poco.-Te voy a ganar.
-Vale, vale-aceptó con una sonrisa-pero te advierto que hace rato que no juego-dice un poco apenado.
-¡No te preocupes!
-Tu también juegas Yami-dijo mientras también lo agarraba del brazo. Este accedió sin decir mucho, peor había algo que le rondaba la cabeza.
-Pero... Yo no tengo mazo-dijo el tricolor copia.
-¡Eso no importa! Tengo algunas cartas de sobra...-dijo el rubio mientras se paraban en frente de la mesa.-¡Quizás podría servirte!
-Yo también tengo cartas en el baúl que no uso-aportó Yugi. Yami sonrió, apreció mucho todo lo que hacían por él.
-¡Tu también jugaras Haou!-gritó con entusiasmo Jaden.
-¿Qué yo qué?-Y así fue como dejaron al de los ojos amarillos bastante desconcertado.