Todos se helaron en ese instante. Bueno, con dos excepciones, lo únicos en la escena que tenían la sílaba "Yu" en su nombre. El más pequeño de los dos más que helarse se dejó caer en el suelo. El otro en cambio se le acercó rápidamente y se agachó para inmediatamente cogerle de los hombres. No sabía qué hacer, qué decir, o como se supone que debería de actuar. Pero, según lo que sabía por Joey esto podría ayudar. O al menos eso esperaba
—Voy a morir... —murmuró apenas audible mientras negaba con la mirada perdida. Una punzada de dolor le pasó al tricolor copia en el corazón. Ver al tricolor original de aquella manera, era algo que le estaba partiendo el corazón de a poco. Daría lo que fuera por no volver nunca más a ver aquella mirada.
—No, no, claro que no... Eso no pasará—dijo Yami tratando de tranquilizarle. Todos lo demás miraron la escena, pasmados e inmóviles. Por curioso que pareciera, ninguno de ellos tres sabía tampoco como reaccionar ante aquella situación.—No vas a morir, te lo prometo, eso no te va a pasar.
—Pero tú dijiste que...—empezó el aludido.
—Se que lo dije, pero nada de eso te va a pasar...—dijo Yami interrumpiendo e intentado convencerlo de que se tranquilizara. Si se seguía alterando y sus emociones seguían así de disparatadas, le iba a dar algo.
—¿Cómo estás tan seguro?—preguntó Yugi mientras le miraba directo a los ojos.
Fue en ese el momento exacto en el que Yami se quedó sin palabras que decir. Abrió la boca. Quería decirle. De verdad que si. Pero no podía. No podía contrarrestar contra esa mirada. ¿Cómo podría de todos modos? Lo único que buscaba aquella mirada era algo de esperanza. Y él no podía dársela. Y si lo hacía sería tan escasa... No sabía qué hacer. Cerró la boca y bajo la mirada. ¡Tiene que decírsela! Pero tiene miedo, miedo de que se ponga peor. Mucho peor.
—¿Voy a morir?—preguntó de nuevo ante el silencio de Yami. Este se mantuvo inmóvil, incapaz de reaccionar ante la situación que él mismo había creado. ¡No! ¡No podía dejarlo que aquella manera! ¡Tenía que hacer algo por él! ¡No iba adecuar que se quedara en aquella mentira!
—No...—murmuró. Más alto no pudo hablar. Pero negó con fuerzas. No. No. No. ¡No! ¡NO! ¡No dejaría que se quedara en ese murmullo! ¡Él era el único que podía hacer algo y decirle que todo estaría bien! ¡¿Quién más iba a decir que no era verdad?!—No te vas a morir, no lo vas a hacer Yugi yo lo sé—dijo de manera audible mientras levantaba la cabeza con firmeza y determinación. El aludido al ver aquella persona (o alíen es este caso) y cualquier deje de dudas se había esfumado. Sin embargo aquella pregunta salió de su boca de manera automática, como cuando dicen que una persona sigue caminando después de que legan contado la cabeza.
—¿Cómo estás tan seguro?—De repente notó algo, el tricolor original estaba temblando. Yami no sintió duda, ni mucho menos miedo. Solo un instinto. Un instinto que le decía que debía de hacer. La acción fue realizada frente a los tres observantes aún inmóviles e incluso algo desconcertados. Joder, ya nadie sabía qué hacer en ninguna situación de la vida. Bueno, tampoco es como si esto pasara todos los días.
Unos brazos lo rodearon cariñosamente. No negó que se sintió reconfortante, incluso ante la situación que estaba pasando. No correspondió, solo dejó que sus pechos se unieran por acción de otros. Unas suaves caricias se sintieron en su espalda. Para ser un alíen, abrazaba demasiado bien.
Y lo que vino después no fue algo que se espera tampoco.
—Se que no morirás porque el resto de especies que les cayó ese líquido no duraron más de dos días—dijo tratando de ser lo más calmando posible. Pero volvía a tener miedo, miedo de la reacción del tricolor.—Has durado más tiempo que ellos... Incluso creo que te pudiste fusionar con nuestro AND...
—¿F-Fusionar?—preguntó tartamudeando de manera incrédula Jaden. Por fin se había salido del shock inicial.
—Yugi, creo que te has convertido en una especie de híbrido—dijo el tricolor copia. La verdad es que tenían varias dudas al aire. Pero quizás la más curiosa de todas era "¿Acaso Yami ignoró la pregunta de Jaden?".
Se silenció todo de manera repentina, los peatones pasaban de largo mirado con curiosidad la situación, más no les importó, creyeron que era un encuentro de dos hermanos separados por mucho tiempo. Janos sonrieron, otros ni siquiera se percataron de la situación. En fin, detalles más, detalles menos, lo único que importaba eran cierto par de ojos que seguían viéndolos con curiosidad y cautela.
—Yo... Chicos... Umm.—Esta... ¿Está bien para ustedes tener un fenómeno de amigo?
—Pero no eres un fenómeno—dijo Jaden reaccionando por fin.
—Pero yo...—trató de contradecir Yugi.
—Eres nuestro amigo Yugi, no importa si eres mitad alíen o un súper agente encubierto que nos quiere matar a todos—Dijo Joey sonriente. A Yugi le brillaron los ojos. Y lo único que pudo salir de su boca después de aquello, eran unas enormes gracias hacia sus amigos. De verdad los apreciaba mucho.
Después de un rato, retomaron su camino hacia la casa de Yugi. Hablaban un poco sobre lo sucedido pero no demasiado, de cierta manera parecía que no querían incomodarlos, por lo que evitaban el tema al máximo, pero claro, algunos pocos minutos de charlar sobre aquello no hacía daño. También llegaron a concordar en que el tricolor original necesitaba un entrenamiento para poder ver si manejaba esa nueva capacidad que tiene. Yami en ese instante rió por lo bajo, ahora tenía que ser entrenador de Yugi una vez más, solo que ahora no era para averiguar si podía cambiar de forma para así no tener que llevarlo a la escuela, o al menos no de esa manera, pero no funcionó, lo máximo que pudieron hacer fue que cambiara su color de ojos. Le alegraba de cierta manera, el que el más bajo solo le prestara atención a él le facón aja por alguna razón.
Cuando llegaron a la resistencia Motou, Yugi paró su andar y se mordió el labio para posteriormente respirar. Ahora sí, sería difícil ocultar el hecho de que tenía puesta una lycra dos tallas más grande.
—Ay no...—soltó de repente.
—¿Que pasa?—habló Haou de nueva cuenta. ¿Era Jaden o Haou estaba hablando mucho más de lo normal?
—Mi papá está en casa...—dijo con algo de temor en sus palabras.
—Oh...—soltó Joey de repente. El tono en el que lo dijo era un claro indicio de una sola cosa, problemas con el mencionado.
—Escuchen... Yo... Él no es mala persona, solo... Me cuestiona muchas de las cosas que hago...—dijo algo tímido. Yami al ver cómo estaba le puso una mano en su hombro.
—¿Quieres que me quede en la mochila?—preguntó cuándo se percató de que le estaba prestando atención. El aludido asintió. Unos minutos más tarde ya solo quedaban cuatro personas en escena.
—Bueno... Iré adelantando el trabajo un poco por mi cuenta, los números no son lo mío, pero con un par de ojos extra algo se hace, ¿no?—dijo Jaden con una sonrisa mirando al de los ojos amarillos. Este asintió. Los datos de cosas no le gustaban demasiado, pero nada que el castaño callado no pudiera hacer.
—¡Te acompaño! Tal vez así aprenda un par de cosas sobre números jeje—dijo Joey alegremente.
Todos se despidieron y se dirigieron a su destino. Yugi suspiró y se dirigió hacia su destino lo más calmado que pudo. Cuando abrió la puerta con sus llaves de la casa descubrió a su padre viendo las calificaciones finales del periodo pasado.
El cual había terminado hace más de 2 meses.
—Yugi, ¿por qué casi pierdes ciencias?—preguntó su padre tratando formar una falsa auditoría.
—Tuve problemas con el... Trabajo cooperativo—dijo recordando aquella poco grata experiencia, donde él, básicamente hizo todo y al final sus "compañeros" borraron su nombre del trabajo. Eso, fue fatal, más allá de aquello no recibía casi nada, pero si lo usaban bastante.
—¿Qué pasó allí?—Volvió a hablar.
—No tenía grupo—respondió de manera automática, era la verdad a medias pero verdad al fin y al cabo.
—¿Y como vamos a mejorar esto?
—Tengo otro trabajo cooperativo, y tengo que trabajar en el ahora... Lo siento Papá—responde mientras con un paso algo acelerado se dirige a las escaleras e empieza a subirlas.
—No hemos terminado de hablar, ¡Yugi!—grita pero no le alcanza. El tricolor sabe que no debe de prendarse atención, porque no lo volvería a ver en mucho tiempo, ¿qué más daba? Él nunca estaba en casa y poco o nada le importa el tricolor. ¿Y por qué hace esas cosas? Bueno, el más joven quiere creer que es porque todavía quiere se un buen padre, de una manera terrible claro está.
Llegó a su habitación, entró, cerró la puerta y se recostó en ella. Se estaba cansando de la actitud de su padre y su madre frente a él, pero, ¿qué podía hacer? Ya nada, nada en lo absoluto. Suspiró. Yami se removió un poco de la maleta, tan pronto esto pasó, Yugi lo bajo y lo dejó salir.
—Oye, ¿estás bien?—preguntó Yami.—No me gusta la expresión de tu rostro.
—Si, estoy bien, es solo que...—esa respuesta fue abruptamente interrumpida por el teléfono celular de Yugi. Este se apresuró a contestar.—¿H-Hola?
—¡Yugi! ¡Tienes que venir rápido a la casa de Jaden! ¡Creo que Haou está recuperando la memoria!—gritó la otra línea un chico de ojos café. Sonaba emocionado.—¡Vengan los dos rápido a mi casa!
—¡S-Si!—colgó. Miró a Yami el cual estaba en frente suyo sin comprender.—Era Jaden, dice que de pronto Haou está recuperando memoria. —Yami abrió los ojos y sin decir nada volvió a la maleta de Yugi para esconderse. Este último asintió, se cambió con rapidez la ropa, con algo de entusiasmo abrió de nuevo la puerta y se dispuso a irse, encontrándose con su padre a mitad de las escaleras, pero lo pasó de largo.—¡Lo siento! ¡Mis compañeros de trabajo me necesitan!—se excusó y salió corriendo de la casa.
"Es solo que aveces me duele tener padres así", esas palabras eran las que iban adalid de sus labios hace solo unos momentos.