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BackPack por electroyusei

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-¿Yami?-Una vez que sus ojos se abrieron, no pudieron evitar parpadear y abrirlos de nuevo a más no poder. Nadie estaba allí, nadie le había escuchado- ¡¿Yami?!-Repitió con más fuerza, su corazón empezó a latir con un poco más de fuerza y rapidez. El miedo se acumuló en su pecho y lo hizo sentir pesado. ¡¿A dónde se había ido?! Pero... ¡Espera!... Claro, esto es perfecto, él se había ido, no tendría que volver a verlo más, ¿verdad? Dejaría de ser una preocupación para él, y sólo tendría que fingir que nada paso... Pero, ¿Por qué la culpa estaba oprimiendo su pecho? ¡Ni siquiera se conocían ayer! ¿Por qué debería de importarle? El pequeño Yugi solo suspiro. No sabía que hacer. En definitiva se sentía culpable. Negó con la cabeza, realmente de preocupó por Yami, pero, ¿por qué? No se había contactado antes, no eran familia, no eran amigos, ¿entonces? Yugi solo trato de reaccionar lo mejor posible, y aun así sus esfuerzos fueron inútiles. Había perdido la única oportunidad de tener un amigo. 

-Vaya... Que ironía-dijo el de los ojos amista con una voz decepcionada- Pido que los demás me den una oportunidad cuando yo no soy capaz de darla a otros. ¿Qué es lo que he hecho?- Ojos acuosos. Mirada baja. Piernas temblando. Brazos temblando. Sollozos que poco o nada se entendían. Este era el panorama. 

 No entendía por qué. Y tal vez nunca lo haría. Se quedaría allí ¿verdad? Sólo lloraría, como siempre, sin saber cómo resolver sus propios problemas. Esa era su solución. Sólo quedarse allí, llorando. No pasaría nada ¿verdad? Él se iría tarde o temprano. O lo descubrirían y lo llevarían a un laboratorio secreto para saber de donde es, que hace aquí y demás, y el tricolor original no lo volvería a ver jamás a menos de 5 metros. Además, él le daba miedo, ¿Si un alíen te asusta tanto porque estas preocupándote por él? Es sólo un ser de otro planeta. De otro universo. Si no lo capturaban él podría volver a irse. Pero, ¿él tendría como volver? Suspiro, demasiadas cosas en las que pensar, pero una pregunta se vino a su cabeza. Fue a la terraza y observo su patio. Ni un solo medio de trasporte estaba allí, entonces, se podía decir que Yami… Yami vino hasta Yugi por medios terrestres, pero ¿Cómo?

-Ahora que lo pienso, si su nave no aterrizo aquí, ¿por qué vino a mí?-dijo Yugi algo preocupado. Sus sollozos pararon un rato. Si, tal vez los dos se conocieron hace poco, si, tal vez no hayan tenido un buen comienzo, y si, tal vez Yugi haya estado algo desconfiado de él pero, aun así quería volverlo a ver. Fue entonces cuando se dio cuenta. -El me dio una oportunidad, una oportunidad para ser su amigo, no voy a desaprovecharla.-Y con esas palabras se llenó de valor interior. Sube su mirada y se limpia las lágrimas. Acto seguido coge su abrigo, sale de su habitación. Y casi que corriendo baja las escaleras. En el umbral de la puerta se detuvo para buscar las llaves pues se habían caído en el ataque del llavero de pared contra el de los ojos carmín. La voz de su madre resonó por la casa. 

-¿A dónde vas?-preguntó con voz severa. Sus ojos se abrieron del asombro. ¿Desde cuándo ella le pregunta tal cosa? 

-Pues... A fuera -respondió sin saber si eso había sonado muy grosero o muy poco convincente. ¡Ja! ¿Tu que crees? ¡Sonaste más grosero que yo! Y eso es mucho decir. (Ejem… -.-) ¬3¬#

-Ya, mira, te recomiendo que si vas a ir a la casa de Hilda no te pongas a hablar de las cosas que...- Dijo en su conversación telefónica y así siguió. Ahora todo tenía más sentido. ¿Por qué debería de pensar que le preocuparía a su madre de un momento a otro? Yugi suspiro. ¿Cómo se lo había creído? No le importada nada más aparte de que todo fuera perfecto y su celular. ¿Por qué debería de importarle a alguien como ella? 

-¡Bingo!-grito no demasiado alto con emoción. Las había encontrado. Las llaves fueron guardadas en el abrigo por el  Rápidamente salió de la casa y salió a la calle. 

La luz de la luna llena era el sol comparada con la luz de los postes. Ese brillo amarillento que ponían era menos potente que la luz natural, pero aun así, podían alumbrar lo suficiente para que Yugi pudiera caminar por las calles. Las casas vecinas, que en el día eran un auténtico espectáculo a simple vista; ahora estaban apagadas, tristes, e incoloras. Cuando llego a la acera principal, empezó a mirar a todo lado, esperando encontrar alguna anomalía. Y así fue durante varias cuadras*. Espera, ¿Quién va a entender que son cuadras? ¡Eso es de otro idioma! (Claro que no) que si -.- además, ellos entienden otro tipo de palabras.(Bueno, la mayoría escribe como ellos llaman a las cosas, yo no entiendo muchas de las cosas que a veces describen ¿y qué? -.- además, ¡Tú no tienes derecho a criticarme! ¡Ni siquiera puedes buenos escritos cuando estas inspirada!) -.- No me jodas con eso. (Entonces, ¿Por qué mi dejas de quejarte y agradecer que al menos te pago con una piña por cada capítulo?) ¡¿Cómo que piña?! ¡Me contrataste con la condición de paga de una sandía! (¡Los contratos cambian! ¡Ahora sigue!) Pero... (¡Sigue o no te daré tu piñasandía!) -.- Ok, Ok. Cuando la pobre luz rosada fue vista con asombro por el tricolor original, sus pequeñas piernas no se contuvieron. Tal vez no muy rápido, pero si con constancia, esa es la descripción perfecta para la pequeña corrida que hizo Yugi. Corrió hacia el parque principal del barrio.

-¡Yami!-gritó esperanzado el pequeño velocista (jeje ewe) de encontrar a su amigo alíen. Pero, su expresión cambio rápidamente al darse cuenta de sólo era una nave espacial muy normal, estrellada en medio del parque... ¡Espera! ¡¿Una nave espacial?! ¡¿Estrellada en medio del parque?!-¿Pe-pero que?- sus ojos, tan abiertos como una pokebola después de tocar a un Pokemón, pudieron presenciar unos de los eventos más extraños que alguna vez hayan podido presenciar. Sus pies nuevamente se movieron automáticamente. Una vez llego a la cotidiana escena de que una nave espacial se estrelló, pudo observar como esa nave aún contenía energía en si, y su luz estaba parpadeando. Este transporte parecía más que todo un helicóptero, pues, tenía una larga cola sin hélice. Tenía la cabina abierta, el asiento principal se podía ver a simple vista, al igual que otros botones con distintos signos que no se entendían para nada. Un momento. ¿Qué es eso que esta por encima del asiento principal. -No puede ser...- Los ojos del ojiamista se iluminaron a la vez que se abrieron. La placa estaba marcada con un C31464. La nave era de Yami. ¡Un momento! ¿Que es esto? ¡No es posible! ¿Acaso Yami sabía a donde ir o que? (Y yo que pensé que te estabas emocionando con lo que estaba por pasar ¬_¬) ¿qué quieres que haga? ¡Es un hueco de trama! ¡Y ya es la tercera vez que pasa! (-.- sabes, a veces me pregunto cómo es que eres mi amiga) ¡Oye! ¡Yo solo trato de ayudar! (Pues, ¡gracias por tu ayuda! ¡Señora "no entiendo"!) ¡no me juzgues! ¡Sabes que esto está fuera de lugar! (*suspiro* sabes que tengo una estrategia para escribir ¿cierto?) ¿A eso llamas estrategia? ¡Ja! Apuesto a que te ganan en duelo de monstruos más rápido de lo que puedes decir "¡Muro de espejo!" (¡Ni siquiera tengo esa carta!) ¡Oh! Entonces te jodiste en el juego :3 (¡Ese no es el tema! ¡Y ya deja de cuestionar mi historia!) No :3 (¡¿Acaso quieres perder tu piña?!) ¡Es una sandía! ¡¿Entiendes?! ¡S-a-d-í-a! (Lo que sea, tenemos que seguir las pernoctas ya quieren ver que es lo que paso) Aja -.- deja de ocultar lo evidente (mira, tu ves anime ¿verdad? Y esos animes tienen algo de relleno ¿no?) Etto... Si ¿Por? (¡Porque estamos haciendo relleno! ¡El público se aburre! Continúa narrando!) No me canse de ti ¬3¬  (Entonces quédate sin comida, chicos lo siento, hasta aquí el capítulo -.- cuando no se quiere, no se puede. Nos leemos...)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Espera... ¡¿Dijiste que me quedaría sin comida?! ¡¿Cómo se supone que voy a alimentar a mis gatos?! (No lo sé y no me importa) No era necesaria tanta maldad OnO (Aja, como digas... *revisando unos papeles*) No por favor, ha sido el único empleo que he tenido en 3 años (Salimos de bachillerato* hace dos meses -.-) ¡Igual! ¡Por favor! (No) ¡Hare lo que quieras! ¡Incluso te llamare jefecita! (¿Qué parte de “No” es la que no entiendes?) Amm ¿La parte de no? (Ash... Bueno, pero esta vez ¡Sin interrupciones!) Si señora jefecita: 3 (-.-Uuu y se supone que ella es mayor que yo)

Ejem...Yugi decidió mirar un poco la nave espacial a ver si de pronto encontraba algún rastro de Yami. Al ser algo extremadamente pequeño, dudaba de que entrara, pero de todos modos cupo allí adentro. Pero la apeñuscada cabina quedo algo… llena.

Todo era muy estrecho. Se sentó. Mala cosa. Mano mal puesta. Mano derecha resala. Recipiente se quiebra. Sustancia que infecta. Sustancia que toca su piel. Sustancias que se mezclan. Tal y como zumo de limón y agua. Estos dos últimos dan limonada. ¿Verdad? ¿Y que dará esta peculiar mezcla? 

 -¡Oh no! ¿Qué he hecho?- Sus ojos amistas miedosos se posaron en su mano con aquella sustancia. ¡Plup! Espera... ¿Desapareció?-¿Q-Qué e-era e-eso?

Rápidamente se salió de aquella nave. Después de revisar que lo tenía nada y de que estaba bien, miro a la nave de nuevo. Sin duda, Yami tenía como volver, nada de qué preocuparse. ¿Verdad?

 Sus cabellos quedan atrapados por la capucha del abrigo.

 ¿Verdad? 

Sus manos se meten dentro de los bolsillos.

¿Verdad?

Cogió algunas ramas caídas de tormentas y sueltas. Y así fue como oculto la nave de ojos curiosos. Suspiro. Quería volver a ver a Yami, pero él no querría volver a verlo por haber huido de él. Al final todo resulto en lo mismo. Bajo la cabeza y empezó a caminar lentamente hacia su casa. En el camino una lágrima, que desde hacía rato trató amenazaba con caer, fue recibida por el frío pavimento. Le dolía. Pero aun así, para él todo había acabado. Nunca más lo volvería a ver. 

A medida que se iba alejando, la oscuridad del cielo nocturno le iba cobijando de a poco. Hasta perderse en las infinitas calles. Planeaba hacer algo que desde hace mucho quería hacer. Perderse para siempre. 

Pero, el ojiamista no podría hacer sus planes. Alguien le seguía. Muy de cerca. Tan cerca que casi se podía sentir su respiración en el cuello. Nuestro pequeño protagonista no lo noto siquiera, estaba muy concentrado en sus sentimientos de tristeza y culpa. La jeringa cargada de anestesia estaba a punto de tocar bruscamente el cuello de Yugi. Ya se tenía el lugar, el punto, sólo faltaba inyectar. Pero, ¿quién dijo que sería tan fácil? Justo antes de que pudiera comenzar con el movimiento, todo se volvió negro. Como la más negra de las noches.

 

Notas finales:

Cuadras: son como manzanas

Bachillerato: Preparatoria

Si alguien tien una palabra que no entiende, por favor me avisa 

Nos leemos


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