—Vamos ya...—murmuró al llegar, Tea estaba algo distraída mirando a cualquier cosa. Apenas oyó su voz se volvió hacia él y asintió. Los dos empezaron a caminar, no pasaron ni dos segundos antes de que la castaña pusiera tema de conversación.
—Oye, sé que no es mucho de mi incumbencia, pero de todos modos quería preguntarte,—empezó.—¿por qué no invitaste a tú amigo Jaden? ¿A él no le gustaban estas cosas también?
—Bueno...—dudó nada más empezar. Sabía la respuesta, pero no podía decirla, no sin involucrar a Haou.—No lo invité... Últimamente él... Parece haberse alejado un poco de mi...—no era sincero, pero era creíble. Jaden no le dejaría de lado de aquella manera, pero emocionalmente estaba débil, y no eran lo suficientemente cercanos como para poder apoyarse mutuamente. El único que podía cumplir con aquella tarea era el castaño de ojos amarillos.
—Um... Sí, también lo he notado,—admitió—al principio creí que era por mí, no le agradó y tiene todo su derecho.—dijo con un deje de culpabilidad en su voz.—Pero... Ahora sospecho que tiene que ver algo con ese chico Yusei, ya sabes, el que nos ayudó aquella vez...
—¿Eh?—exclamó un desconcertado Yugi.—¿Por qué lo dices?
—Siempre que veo a Jaden en el pasillo o en la cafetería los veo juntos, además, antes... —divagó un poco.—Parecía que Jaden le tenía cierto odio o resentimiento a Yusei. Algo pasó en esa relación e hizo que cambiaran de opinión o al menos Jaden lo hiciera.—dedujo. Yugi asintió sabiendo a lo que se refería—Aunque no lo entiendo del todo, respeto su decisión supongo, pero en mi punto de vista, yo no le daría una segunda oportunidad a Yusei.
—¿Qué?—Yugi arrugó tiernamente su ceño y miró a la castaña con desconcierto.
—Bueno... Él no me da precisamente buena espina,—admitió con algo de tranquilidad.—además, por lo que cuentan algunos rumores... Él trabaja en Kaiba Corp... En la empresa de Fabricación de armas y aliada del gobierno Kaiba Corp.—remarcó. Yugi entendió, en general, la empresa daba malas cosas de que hablar.—Y su padre también, aunque sólo son especulaciones, a mí me parece bastante concordante, alguien así de habilidoso con la mecánica debe de estar en un lugar como ese.
—¿Cómo sabes todo eso?—preguntó Yugi casi sin pensarlo. Tea se mordió el labio.
—Cuando hablas de todo el mundo te das cuanta de muchas cosas, —respondió—además... ya sabes, cuando quieres molestar a alguien hay que saber cuáles son sus puntos débiles...—dijo visiblemente arrepentida. Se encogió un poco.
—Umm..
-.-.-.-.-
—Haou...—llamó en un murmuro. Este se volvió hacia el castaño.—Tú... ¿Tú crees que es bueno idea darle otra oportunidad a Yusei?
El silencio inundó la sala. El alíen miraba al humano de manera penetrante mientras pensaba. El de ojos chocolate le mantuvo la mirada un momento y después la bajó. Haou, por más tiempo que lo conociera, a veces lograba intimidarle de manera satisfactoria. Se puso nervioso, ¿había sido una mala pregunta? Se mordió el interior de su boca de manera que fuera invisible para los ojos ajenos.
—¿Por qué me preguntas?—preguntó de devuelta. Jaden arrugó momentáneamente el ceño. ¿Desde cuando Haou se iba con rodeos?
—Eres... Mi mejor amigo...—dijo no muy convencido.—Y... Quiero saber tu opinión... Tú... Lo has escuchado hablar conmigo y lo has visto...—argumentó.
Haou se le quedó mirando. Quizás estaba esperando algo más. Alguna otra justificación razonable, no porque no quisiera ayudar, sino porqué sabía que iba a responder con sus sentimientos más que con la razón, eso sólo le hacía tener desconfianza en cualquier decisión que pudiese tomar. Yusei... Si fuera con la razón diría que no, no se lo merecía. Pero, viendo las cosas desde el otro ángulo... Si, si se lo daría, Jaden se quedaría solo, y a pesar de que tendría a Yugi, sabía que aquello no era suficiente, sufrir de dos pérdidas importantes en poco tiempo... Era desastroso emocionalmente, no quería que Jaden sufriera así, no gracias a ellos. Lo que menos quería era que aquello pasara. Si se equivocaba sería un desastre, pero si acertaba sería algo muy bueno.
Se arriesgó.
—Creo que merece una segunda oportunidad—sentenció. Retiró su mirada de él y la dirigió al suelo.
—Si... En algo así estaba pensado.—dijo con algo de duda. Bajo un poco su cabeza.
El silencio se prolongó por un tiempo.
Haou se había desesperado por dentro. El silencio se le hacía algo incomodo a diferencia de antes. No miraba a Jaden, se quedó mirando a un punto en la habitación. No sabía qué hacer, no sabía lo que debía de decir. Quizás debería de volver al libro que había dejado inconcluso y olvidarse de esto por un rato. Se iba a taladrar la cabeza de sólo pensar en aquella decisión y lo sabía.
—Yo... Voy a leer algo que tengo pendiente—anunció, pero antes de empezar siquiera el gesto para levantarse, la voz del castaño le perforó y le dejó sin palabras durante un rato.
—Haou, ¿tú qué has pensado sobre irte?—preguntó. El aludido debida de admitir que eso le había hecho acelerar sus pulsaciones. Tenía una decisión claro desde hacía ya una semana, pero las cosas se complicaron con el problema de Joey y eso. ¿Era siquiera extraño que estuviera dudado si irse era lo correcto? Temía por Jaden y cómo estaría después. Se preocupaba profundamente por él a pesar de no decirlo muy seguido. El humano le estaba mirando con intensidad esperando por respuestas. Se imaginó el escenario. El diciéndole que se iría dentro de poco, que no lo volvería a ver jamás, y que tendría que despedirse junto con Yugi de ellos dos. No fue muy agradable. La imagen de Jaden llorando por ello... No, no quería volver a verla, su propia impotencia le iba a matar. Sabía que no era la mejor opción para solucionarlo, pero no quería vivir de nuevo aquello, no allí y no en ese instante. Sólo se esperaría un poco más a que lo de Joey no fuera tan fuerte. Se mordió el labio. Mentir no era algo que le agradase.
—No lo he pensado bien.—dijo.
En la sala los dos seres tuvieron dudas enormes en su cabeza. Unos se cuestionaba si lo que hacía estaba bien, mientras que el otro, se preguntaba porqué no confiaban en él.
-.-.-.-.-.-.-
—¿Yami te ha dicho algo sobre su partida?—preguntó de la nada a mitad del camino a casa del tricolor. Rompió con el silencio no tan incomodo formado en el trayecto. No había sido a posta, los dos estaban muy pensativos y algo tristes, las cosas no habían mejorado mucho, no se había vuelto a saber del atacante de Yugi ni mucho menos habían averiguado algo de esa carpeta, parecía que no servida de nada haberla encontrado. Todo les generaba demasiada intriga e incertidumbre. Ninguno de los dos sabía que hacer con exactitud. Nada parecía ir para mejor y su relación tanto entre ellos como con los alíen's se había dañado un poco por todo.
—No me lo ha dicho directamente,—murmuró de manera entendible.—sólo me ha preguntado ocasionalmente que pasaría si él se fuera...creo que tiene miedo de decirme la verdad. O quizás...
—¿No confía lo suficiente en ti?—completó sabiendo a que se refería. Yugi asintió.—Lo mismo pasa con Haou... No ha querido decirme nada de nada.—Bajó un poco su mirada.—Y falta poco para cumplir los dos meses que dijeron.
Fue en ese momento en el que ambos sucumbieron ante la tristeza interna de pensar que sus más grande amigo no confiaban en ello. Y... Uno pensaba más que todo en que esa era la persona que le gustaba.