Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

BackPack por electroyusei

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Algunas horas más tarde, cuando estaba cayendo bruscamente sobre el pasto, el único híbrido sobre la faz de la tierra había de recordar cómo había llegado a esa situación. En aquel momento no pensó en nada más aparte de saltar de un lado a otro buscando un patio trasero similar. Su respiración se había acelerado de una manera drástica cuanto más se cambiaba de forma. Las cosas no iban bien. Llevaba algo más de media hora buscando. Sabía que hubiese sido aún más fácil si se hubiera ido por la calle principal. Pero  supuso que su padre estaba furioso con él. Que él debía de estarlo buscando por todos lados y que lo menos que quería era que Jaden se viese involucrado por alguna razón. Y tampoco quería que se enterara más a fondo de su situación familiar.

 

Casi gritó de emoción al verlo, allí estaba, tan solitaria como siempre. La casa de Jaden.

 

—¡Jaden!—lo llamó desde el patio trasero apenas aterrizó.—¡Jaden! ¿Dónde estás?—preguntó al llegar al vidrió que servía de puerta trasera. Tocó un par de veces. El de ojos marrones no se hizo esperar y con una expresión sorprendida, abrió la puerta dejando a Yugi entrar.

 

—¿Cómo has llegado hasta aquí?—preguntó desconcertado.

 

—He… aprendido…. Un par de trucos con… Yami…—dijo con la voz entrecortada por el cansancio. Jaden le abrió espacio para que entrase. Yugi captó el mensaje un poco demasiado tarde, pero al fin y al cabo entró. Los dos se dirigieron a la sala—¿Desde hace cuánto no...?

 

—Desde que llegué a casa—respondió de inmediato sabiendo que iba a preguntar—. Aguardé un poco para llamarte, sabía que ibas a tardarte un poco en llegar. De verdad pensé que estaban contigo.

 

—Y yo contigo—la desesperación de los dos empezaba a hacerse más y más latiente. No sabía que hacer ahora. Sus dos personas se habían ido sin explicación alguna. Y eso les generaba mucha incertidumbre. Más de la que les gustaría—. Pero es muy extraño, cuando llegué a casa, había cosas tiradas y desordenadas, no eran muchas, sólo unas pocas.

 

—Algo así pasó. Había un libro sobre mi cama y el control del televisor estaba sobre el sofá—mencionó algo más analítico de lo normal. Quizás durante esta media hora sólo se había obligado a sí mismo a buscar soluciones—, Haou es muy organizado, siempre deja las cosas en su lugar.

 

—Yami es igual, jamás había visto que dejase algo en un lugar diferente al que lo había encontrado—informó. Jaden se rascaba la nuca. Yugi frotaba sus manos. Cuando el castaño habló. Yugi tenía una mirada algo aguada por la posibilidad que había venido a su cabeza.

 

—¿Crees que… se hayan ido ya?—su voz sonó intranquila, dudosa, y triste, muy triste. Los ojos de Yugi se aguaron un poco más. Esto… no podía ser. No, no, no y no. Ya había pensado en ello. Ya lo veía venir. Sabía que pasaría. Pero no entraba en su cabeza. Se negaba a creer que su amigo se había ido para siempre. Sin avisar. Sin decir nada. Sin dar ni una sola…

 

Como si su vida dependiese de ello, Yugi buscó en sus bolsillos aquella carta hecha pedazos. Sus manos se movieron con desespero por todos los bolsillos de su vestimenta.  Llegó a pensar por unos instantes que se le había caído después su viaje. Pero la encontró.

 

—Aquí esta…—dijo en apenas un murmullo. Jaden lo entendió pero tampoco dio señas de haberlo notado tan siquiera. Parecía mucho más interesado en saber que era aquella hoja arrugada hasta la saciedad que Yugi miraba algo indeciso.

 

—¿Q-Qué es eso?—preguntó después de esperar un momento a que el otro dijera algo. Yugi negó un poco y se mordió el labio perdido entre sus pensamiento. Si había escuchado la pregunta de Jaden y debería de responder, pero eso…. Sólo haría que la leyeran los dos. Era lo único que tenían que quizás pudiera decirles algo. No estaba seguro si podría… saber la verdad—¿Yugi?—le llamó acercándose a él. Su amigo lo merecía. Merecía saber la verdad, saber que era lo que estaba pasado. Y… para que mentir, Yugi también lo merecía.

 

—Creo que es una carta que me dejó Yami…—respondió no muy alto. El de ojos castaños no se inmutó, solo le miro más detenidamente esperando a que dijera algo más. De lo poco que sabía del tricolor original era que se tomaba su tiempo para algunas cosas, pero que al final las hacía. Sólo había que tenerle paciencia, y él soltaría todo—Estaba leyendo una parte en casa y me di cuenta de que estaba rota así que busqué los demás pedazos. Cuando los encontré me llamaste así que… vine aquí—contó tranquilamente—. N-No he leído el resto, no sé si es una carta de despedida o… alguna otra cosa, pero lo que decía en la primera parte…—deliró con una mirada vacía y carente de brillo—Parecía como si se fuese a ir…

 

—Oh…—fue lo único que atinó a responder. No pudieron salir más sonidos de su boca. No Sabía que debía de decir o hacer. Quería hacer algo, pero no podía. Quería que, a pesar de lo muy probable que podría estar escrito allí, Yugi estuviese tranquilo, que sufriera pero no demasiado. Pese a tener la intención, sabía que no podría hacer nada. Él también era débil, si Haou se había ido sin avisar y sin nada, bueno, estaría destrozado tanto dentro como por fuera. Después de todo lo que habían pasado, ¿tan poco importaba Jaden en su vida? ¿Tan poco cómo para no despedirse tan siquiera? Entraría en depresión y si se juntaba con Yugi las cosas irían de mal en peor. Dos mentes tristes e inestables juntas no podían más que hacer una pésima combinación.

 

Y Joey no estaría para realzarles el ánimo.

 

—T-Tengo miedo de leerla…—admitió. Jaden volvió a la realidad. Yugi le miraba con ojos suplicantes y desesperados, esperando por algo. Quizás por una respuesta o alguna idea de que hacer. Pero estaba mirando al ser equivocado. Él tampoco tenía idea de que podría hacer. Sólo se le ocurrió una sola cosa. La que llevó a cabo.

 

—Eh… ¿T-Tienes la primera parte?—Yugi se mordió el labio y volvió su mirada a los trozos de papel, habían tres bolitas y se quedó un momento mirándolas. Quizás tenía miedo de elegir el equivocado y ver algo que no quería antes de tiempo. O quizás simplemente no se acordaba de cuál de ellas dos era. Se tardó un par de segundos pero al final con la mano temblante y con una indecisión evidente, le pasó a Jaden todos los trozos.

 

—C-Cuando termines léeme el segundo…—murmuró—No creo que yo pueda hacerlo—el aludido asintió. De inmediato se puso a ver los papeles. Desarrugó el primero y empezó a leer.

 

-.-.-.-.-.-

 

—¡Espera!—gritó cuando por fin logró agarrar una de sus mangas antes de que se llegara al parque. Cuando Yugi se volvió, Jaden observó a aquellos cristalinos ojos amista y se quedó sin saber que decir.

 

—T-Tengo que hacerlo… Tengo que…—hablaba a sollozos algo entrecortados. Aún estaba algo cansado de la corrida que había hecho para llegar hasta allí—Asegurarme de que no está… al menos… no quedarme con la incertidumbre. Yo…—abrió los ojos más de lo que debería y nos pestañeó. Estaba aguantándose sus lágrimas, no quería hacerlo hasta estar seguro de que lo habían dejado. Después de declararse a través de una carta, ¿a Yami no se lo podría haber ocurrido tan siquiera decirle cara a cara? Se mordió el labio firmemente ante ese pensamiento. Le dada algo de enojo. No podía, no con Yami, pero esto era demasiado para su pobre corazón.

 

—¿Quieres que te acompañe?—atinó a preguntar. El tricolor original se lo pensó durante unos momentos. No quería que lo vieran llorar a borbotones cuando no viese la nave espacial de Yami allí pero… Tampoco quería ir a casa, encerrarse en su cuarto y empezar a llorar. Su padre no lo dejaría. Le saturaría con preguntas. Preguntas que sabía que no quería responder en lo absoluto.

 

—S-Si…

 

Los dos entraron al parque, Jaden mantenía su postura a pesar de saber que apenas lo viera iba a caer. Yugi por su parte ya estaba con varias lágrimas en sus mejillas que resbalaban y caían al suelo en el más absoluto silencio. Sin sollozos o quejidos. Nada de nada. Solo caían y caían. Nada más podría hacer salvo llorar, sólo quería dar un último vistazo. Llorar allí y decir que en ese mismo lugar moría todo. Grandes amistades se iban a ir al caño. Y una de ella con una declaración reciente. Esto….

 

Pero la nave de Yami no se había movido de su sitio.

 

-.-.-.-.-.-.-.

 

—¿Estas segura?

 

—Totalmente, él vendrá sin duda.                                              

 

Los dos individuos se volvieron a mirar a las cápsulas. Los dos seres encerrados en ellas estaban agotados y apenas se podían levantar… Toda su energía se había ido en los choques eléctricos y en los tortuosos traslados de un logar a otro. Los dos estaban inconformes, estaban muy asustados el uno por el otro, pero sobre todo, temían por lo que fuera a pasarles tanto a ellos, cómo a sus grandes amigos.

 

—Confío en ti, Gardner, confío en ti.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).