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EL JUEGO DEL DESTINO por rynu

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Notas del capitulo:

por fin mi segundo capitulo :) espero que les guste. En este capi esta mi casi mi primer lemmon,¿el por que del casi? lo entendereis (o eso espero) cuando lo leias :)

en serio espero que os este gustando, se que hay mejores ficcs que el mio, pero al menos me alegra que haya gente que lo lea. ya dejo de ser pesado y os dejo con la lectura. 

tambien quiero agradecer a dos chicas que me comentaron, una por darme las criticas pa mi proxima historia(que lo tengo muy en cuenta) y a otra por que le gusta mi historia, en verdad os lo agradezco :)

En un lugar muy lejano más allá de la tierra, en una dimensión totalmente distinta y oscura,  se encontraban tres personas, una tenía el aspecto de una niña y las otras dos eran mujeres hermosas. La pequeña fue la que llamó a las dos mujeres para que se presentaran ante ella.

Una vez que se presentaron ante ella,  mostraron sus respectos hacia la hechicera.

-¿Porque nos llamó señorita Hecates?- Pregunto una de las jóvenes con respeto hacia ella.

-¿Acaso...?- Dijo la otra  hermosa joven dejando la pregunta en el aire.

-Así es queridas, tengo una profecía para vosotras, me llegó en un sueño  y el cual  se cumplirá muy pronto,  estar muy atentas  porque sólo lo diré una vez,  además esta profecía os afecta a las dos.- Dijo la niña  con semblante serio.

Las dos jóvenes asintieron con la cabeza,  y esperaron  a que la pequeña hechicera comenzará a relatar la profecía que había visto:

"Dos estrellas,  dos almas puras,  dos  caminos  y un solo destino. El día del Eclipse solar,  el fuego aparecerá consumiendo a los dos jóvenes de almas parecidas y resurgiendo de entre  la muerte descubrirán  su nuevo destino.  Aquel  que con su belleza deslumbra al mundo y posea  un alma tan pura como los ángeles, será del elegido para ser el nuevo soberano el inframundo, que con su pureza infinita hará de aquel reino  un distinto destino que hasta entonces había llevado. La otra estrella brillante, la otra alma pura, pero de corazón guerrero,  será  el elegido como  la reencarnación del dios del sol. Y juntos  los dos dioses  cambiarán el destino  trágico qué les espera,  más una nueva amenaza les deparará,  dando comienzo a la definitiva guerra en la que se decidirá definitivamente si el mal gana o el bien prevalecerá"

Una vez que acabó de contar la profecía, observó con tono neutro a las dos jóvenes, que habían abierto los ojos completamente, sorprendidas por tal profecía.

-Entonces  según entendí la profecía,  mi señor Hades no resucitara, sino qué será otra alma la que gobernará el  inframundo- Dijo una de las jóvenes  mientras miraba fijamente a la hechicera.

- Así es querida,  el alma de  tu antiguo Señor no se puede resucitar, por lo que un alma nueva y pura se encargará de gobernar el inframundo, de distinta forma que lo había gobernado  el antiguo  Hades- Le confirmó con tono sereno.

Aquella chica asintió silenciosamente con la cabeza levemente,  y se retiró unos pasos de la hechicera.

-Entonces,  aquel que este junto al   próximo gobernante  del inframundo,  será mi hermano Helios- Dijo neutral mente,  aunque por dentro estaba feliz porque podría ver después de tantos siglos a su querido hermano pequeño.

- Así es jovencita, aquellas dos almas morirán y renacerán el mismo día- volvió a comentar  la hechicera con tono sereno.

-Una última pregunta Hecates, ¿Aquel Eclipse en qué momento ocurrirá?-  Preguntó de nuevo la joven  hermosa que había preguntado por su hermano.

La niña cerró los ojos,  los mantuvo así durante unos segundos cuándo les contestó aún con ellos  cerrados:

Según el mundo humano ocurrirá dentro de dos semanas- Dictaminó la pequeña hechicera.

Las dos jóvenes asintieron con la cabeza, y tras  hablar unas cosas más con la hechicera, partieron de allí entre las sombras, preparándose para lo que se avecinaba...

Al día siguiente, después del cumpleaños de Shun se encontraban varios caballeros de oro y dos de bronce, desayunando en la cocina.

Hyoga estaba pensativo, como si algo no estuviera bien, cosa que lo notaron todos los presentes.

-¿Sucede algo Hyoga?-Pregunto Mu tranquilamente, mientras se llevaba su taza de café a la boca para darle un sorbo a aquella bebida.

-Umm es que es extraño normalmente cuando llega la noche después de ver una película de miedo se mete en el cuarto de Shiryu o en el mio para dormir, y esta noche no se metió en el cuarto de ninguno de nosotros, ¿Durmió Seiya con alguno de ustedes?- Pregunto mirando a todos los caballeros, parándose a mirar a Camus especialmente, deseando que aquello no hubiera pasado.

Todos los caballeros dorados negaron con la cabeza, y en el interior de Hyoga un suspiro de alivio le recorrió.

-Hablando de anoche jajajajaja- Empezó a recordar entre risas Mascara de Muerte- Lo que sucedió siempre se quedara grabado en mi memoria ¿Visteis su rostros? Jajajaja ¡si era para publicarlo por internet jajajajajaja!- Siguió diciendo entre risas.

Los otros recordaron lo de anoche y no pudieron evitar empezar a carcajearse también.

-L-La cara de tu hermano....jajaja fue... épica jajajaja Aioria jajajaja!- Dijo Milo destornillándose de la  risa.

-¡Jajajajaja lo sé! ¡Es un tipo muy serio, y verle esa expresión ayer no pude evitar grabarlo jajajaja!- Contesto también entre risas el León.

-¿Y la cara de Seiya? Eso es ponerse literalmente como un tomate jajajaja ¡Quien hubiera creído que el Pegaso mostraría esa clase de expresión!- Se carcajeo también Camus.

Y así pasaron unos minutos entre risas y burlas sobre aquellos dos, cuando un grito resonó por toda la mansión.

-¡¡¡UUUAAAAAAAAAA!!! -Resonó el grito de alguien por toda la mansión.

Todos los que estaban en la cocina se miraron con los ojos abiertos hasta que fue Aldebarán el que pregunto:

-¿Ese grito fue de...?- Empezó a preguntar pero dejo la frase a medias.

-Si estoy seguro, aquel grito provenía de mi hermano- Dijo Aioria sorprendido, Aioria lo conocía perfectamente y sabía que su hermano pocas veces gritaba de esa manera, por lo que tenía que haber pasado algo verdaderamente malo.

Iba a ir corriendo como los otros caballeros a ver que sucedía, cuando los dos caballeros de bronce empezaron a reírse.

-Ya lo ves Hyoga, ya sabemos dónde ha dormido esta noche Seiya  ¡jajajaja!- Comento entre risas el Dragón.

Todos cayeron entonces en la cuenta de lo que les habían contado sobre el Pegaso. Ahora cuadraba todo, el del porqué, aquel grito del caballero de Sagitario. Un silencio momentáneo se hizo, para romperlo todos a la vez por las risas.

Seiya se había colado esa noche, a escondidas, en la cama de Aiorios.

*Inicio flashback*

Se encontraban todos los caballeros de oro y los de bronce en el salón donde hasta hace unos momentos estaban viendo la película de miedo, pero debido a cierto incidente, todos se encontraban viendo la escena en shoock.

Seiya por un tropiezo suyo, había caído encima de Aioros provocando que sus labios se tocaran por accidente…

Estos últimos hasta pasados los cinco segundos no se dieron cuenta de que se estaban besando.

Los dos se miraron con terror y rápidamente se apartaron de entre sí, Seiya al levantarse rápidamente se cayó al suelo de nuevo y Aioros no se cayó al suelo, pero, al retroceder unos pasos por los nervios, chocó contra un muro que había detrás de él.

Seiya se incorporó de nuevo y con la cara hirviendo por la vergüenza  le pidió disculpas velozmente mientras se atoraba en algunas palabras:

-Y-Yoo... Lo siento... M-Maestroo... Yo... Tropezar... Susto...Golpe...-Continuo diciendo torpemente mientras agachaba la cabeza por la vergüenza que no cabía mas en su cuerpo.

Aioros recupero la compostura y le hablo más calmadamente, aunque desvió la vista del Pegaso mientras le contestaba:

-N-No te preocupes Seiya... H-Ha sido un accidente- Contesto Aioros, aunque lo dijo con algo de nervios en la voz.

Entonces se hizo un silencio de un par de minutos, hasta que lo rompió Afrodita:

-Pufff... JAJAJAJAJAJAJAAJA! ¡DEBEIS VEROS LAS CARAS JAJAJAJAJA, ESTAIS PARA COLGARLO EN INTERNET JAJAJA!-Hablo Afrodita entre carcajadas.

Los demás se unieron a sus risas y burlas, lo que provoco que el  Pegaso y el caballero de Sagitario acabaran más avergonzados, aunque el de oro lo sabía disimular mejor.

Pero no en el caso de Seiya, que este dijo que estaba cansado y se iba a dormir ya, y como si le persiguiera el mismo Hades, salió disparado de la habitación sin mirar a nadie.

-¡JAJAJAJA! ¿¡Habéis visto su cara!? ¡EPICO! Quien hubiera imaginado ver alguna vez así al santo de Pegaso.- Comento entre carcajadas el santo de oro Leo.

Todavía seguían riéndose y comentando aquello, mientras que un Aioros cabreado escuchaba todo aquello.

Sin dirigir la palabra a nadie se encamino a salir de aquella habitación, solo cuando ya estaba a punto de irse hablo con voz fría:

-Yo también me retiro ya, adiós- Y tras dirigir una mirada furiosa a su hermano pequeño se fue a su habitación.

Cuando el chico se fue todos se quedaron sorprendidos por la actitud del Sagitario.

-¿Pero qué le pasa a Aioros?- Pregunto un confundido Hyoga.

- Creo que nos hemos burlado y reído mucho de ellos, por eso se habrá enfadado- Dijo Shiryu con voz de arrepentimiento por haberse reído también.

-Bueno no os preocupéis, conozco la forma de que a mi hermano se le pase el enojo, dejármelo a mí- Dijo guiñando un ojo, Aioria, a todos los presentes.

Ninguno dijo nada más y poco a poco cada uno se fue a su habitación para ir a dormir.

El Fénix, o sea, Ikki ya estaba en su cama dispuesto a dormir, cuando sintió una presencia muy conocida para él. Con un suspiro largo, se levantó, se paró en la puerta y la abrió de un tirón, pegando un susto al que tenía delante de él.

Ikki arqueo una ceja mientras una media sonrisa aparecía en su rostro.

-¿Vas a entrar o te vas a quedar durmiendo de nuevo en la puerta de mi habitación?- Dijo divertido el peli azul.

-Y-Yo...N-Nissan...no quería...molestarte-Hablo Shun con pena, mientras agachaba la cabeza por la vergüenza.

Ikki volvió a suspirar pesadamente. Shun iba a pedir disculpas de nuevo y retirarse de allí cuando un abrazo por parte del peli azul lo retuvo.

Aquel abrazo sorprendió al pequeño Andrómeda, pero que se dejó hacer con gusto.

Ikki metió a Shun a su habitación, sin más miramientos.

Una vez dentro lo soltó, mientras le indica que se echara  en la cama. Shun obedeció y se puso en el extremo de la cama para no molestar a su hermano.

Pero Ikki una vez que ya también estaba en la cama lo atrajo hacia el quedando muy apegados, tanto, que podían sentir las respiraciones del otro.

En ese momento el corazón del peli verde empezó a latir con desenfreno.

"¿P-Por qué estoy tan nervioso? Su respiración puedo sentirlo, mi cuerpo siente un cosquilleo extraño ¿Que me está pasando?"- Pensó un nervioso peli verde.

Antes de que ikki se quedara dormido, abrazo a Shun, y le susurro en el oído:

-Hueles delicioso, como las moras de las zarzas y a un ligero aroma a menta, me encanta- Susurro el peli azul antes de caer dormido entre los brazos de su adorado hermano.

Aquella frase que dijo el Fénix, solo hizo que su corazón latiera con más desenfreno, hasta el punto de que se le quería salir del pecho.

Aquella noche fue una tortura para el pequeño peliverde, y no fue precisamente por las pesadillas.

*Mientras tanto en el cuarto de Seiya*

El Pegaso se removía en la cama inquieto por dos razones:

1-No podía dormir por la dichosa película, en cuanto cerraba los ojos le venía a la mente imágenes horribles.

Y 2- Lo ocurrido hace poco con su maestro.

Ya no aguantaba más así en la cama, por lo que se levantó. Camino por la habitación unas cuantas veces hasta que se detuvo. Por inercia se llevó los dedos a los labios.

"Sus labios eran cálidos y jugosos..."- Dijo sin pensar. Entonces recupero la cordura. Se sacudió la cabeza para haber si conseguía deshacerse de aquel pensamiento.

"PERO QUE DEMONIOS ESTOY PENSANDO, ohh pero sabían tan bien ojala pudiera probarlos otra vez... ¡AHHHHH NOO!- Pensó histérico mientras se agarraba su cabello con las manos.

*Y en la habitación de Aioros*

A este le pasaba un tercio de lo mismo que al Pegaso, solo que intento tomárselo con más calma.

"Fue un accidente solo eso, ojala pudiera haberlos saboreado más, tenían un gusto a vainilla delicioso... ¡no no, en que estoy pensando no debo pensar eso! ¡Debo olvidar que sucedió aquello sí! Quiero volver aprobar esos labios y sentir su cálido cuerpo con el mío…. ¡AHHHH YA BASTA DE PENSAR EN ESO!- Pensó también igual de histérico. Y eso que era el más calmado, serio y sensato.

Y lo que no ayudo en nada, es que cuando se durmió por fin después de varias horas, Seiya se coló en su habitación, sin tener en cuenta de a quien pertenecía, porque no podía dormir por el miedo, y se metió en su cama.

Cuando despertara se llevaría el mayor susto de su joven vida....

*Fin Flashback*

Volviendo a donde se encontraba Aioros momentos antes de despertar gritando... 5 minutos antes...

El castaño mayor se encontraba durmiendo plácidamente, pero una sensación extraña le hizo girarse de la cama, aún seguía medio dormido, pero pudo comprobar con sorpresa que alguien estaba en su cama. Se froto los ojos para despertarse definitivamente, y cuando volteo de nuevo para ver quién era el que dormía ahí, casi le dio un paro cardiaco.

Aioros se levantó rápidamente de la cama, tropezando en el trayecto con las sabanas y cayendo  de culo al suelo mientras soltaba un grito de terror.

-¡¡UUAAAAAAAAAAA!!- Grito Aioros de la impresión. Este quedo paralizado en el suelo. Ahi en su cama se encontraba Seiya durmiendo plácidamente. Y no contento con eso, ¡El joven Pegaso no llevaba pijama! ¡Solo unos boxers azules profundos!, que conseguían que sus partes íntimas quedaran bien marcadas.

Seiya ni aun con el grito despertó, siguió durmiendo tan tranquilamente, solo un suspiro salió de los labios del caballero de Pegaso, que se volteo al otro lado y siguió durmiendo plácidamente.

Aioros gimió desesperado, quien iba a decir que alguien tan sereno iba a perder los nervios de tal forma.

Aioros lo observo atentamente unos segundos más. Por unos minutos se quedó paralizado mientras lo observaba dormir. En esos minutos no perdió de su vista la boca del otro peli castaño. Pudo ver con fascinación como abría la boca y lo cerraba despacio.

-"Su boca..., ¿Será tan placentero saborear su boca como sus labios?"- Pensó Aioros, mientras inconscientemente se relamía los labios con la lengua.

Entonces la sensatez le volvió a la cabeza, y si no quería lamentar nada no podía seguir en aquella habitación. Porque si se quedara cinco minutos más su autocontrol desaparecería y solo la diosa Afrodita sabría qué ocurriría.

Rápidamente, cogió sus prendas de vestir, y  salió de aquella habitación.

Una vez alejado de la habitación y de Seiya suspiro aliviado. Pero no duro mucho su alivio porque mientras se dirigía a la cocina pudo escuchar las burlas y risas de todos sus compañeros, que estaban hablando sobre Seiya y el.

Un cosmos oscuro le recorrió por todo el cuerpo al santo de oro de Sagitario.

"Hoy creo que desayunare sándwiches con relleno de caballeros"- Pensó con una sonrisa que daba miedo, y que rara vez mostraba, pero cuando sonreía así, por todos los dioses, el daba más miedo que el mismo Hades.

...........

Lo que ocurrió en la cocina aquella mañana fue tan horrible que no se podía explicar. Todos los caballeros que sufrieron su ira decidieron entre lágrimas que nunca en lo que quedaba de su vida se reirían de él o le harían la burla.

Con ello paso los tres días que tenían libres, y ahora tenían que volver  todos los caballeros de oro al santuario...

La despedida fue muy movida en la mansión. Hubo diferentes despedidas, unas muy efusivas y entusiastas y otras tristes.

Seiya casi muere aplastado por el abrazo "efusivo" de Milo, Mascara de Muerte, Aioria, Aldebarán y Afrodita, si, inclusive este último.

Shun estaba en ese momento despidiéndose con más calma de su maestro Shaka, que este le deseo lo mejor en su camino, Mu y Camus también se despidieron del muchacho con un abrazo sincero.

Casi los últimos fueron Hyoga y Shiryu, que hablaron unos momentos con los otros dos chicos:

-¿A dónde iras ahora Shiryu? ¿Qué será de tu futuro?- Pregunto Shun con una sonrisa dulce.

-Mi maestro Dhoko me está esperando en el santuario para que sigamos entrenando, desde que volvió a ser joven me está  enseñando muchas otras formas de pelear- Explico el Dragón con una ligera sonrisa.

Seiya y Shun se miraron sorprendidos, conocían a Shiryu  perfectamente y al igual que Shun no le gustaba pelear más de lo necesario, además, vivían en paz por lo que no comprendían el motivo para entrenar. Algo se cocía allí, pero sabían que no podrían sonsacarle nada al Dragón, por lo que no dijeron nada al respecto.

-¿Y tu Hyoga que harás? ¿Volverás a tu país natal?- Pregunto esta vez Seiya.

-Umm pues la verdad es que...- Empezó a decir el rubio, pero no pudo acabar, porque en ese momento se acercó el caballero de Acuarios hasta ellos.

-Hyoga la verdad es que me gustaría que vinieras conmigo a entrenar al santuario, tu serás mi sucesor, por lo cual me gustaría entrenarte mas ¿Qué me dices?- Le pregunto Camus con una sonrisa tranquilizadora.

El Cisne no se lo podía creer tal proposición,  por dentro se moría de felicidad, estaría con Camus a solas. Su corazón palpito con fuerza, pero tuvo que disimular su entusiasmó para que ninguno se diera cuenta.

-¡Por supuesto iré contigo maestro, es un honor entrenar con usted!- Dijo muy alegre el de cabellos rubios, al final sin poder controlar su emoción.

-Me alegro oír eso, tenía ganas de entrenar contigo de nuevo- Dijo con una sonrisa sincera.

-"Y pasar tiempo a solas contigo, ahí podre hacer mi movimiento y conquistarte, ya me canse de no hacer nada, juro que serás mío"- Pensó, con deseo en los ojos.

Por suerte para el nadie se dio cuenta de aquello.

-Que bien Hyoga, espero que os vaya bien a los dos- Le deseo con sinceridad Andrómeda. Y así aquellos también partieron ya, después de abrazarse entre sí por unos minutos.

Y finalmente llego la despedida más dramático para el caballero del Pegaso y el de Andrómeda.

En un lado estaba Seiya y Aiorios despidiéndose y por otro lado Shun y su hermano Ikki.

*Con Aiorios y Seiya*

Los dos castaños se miraban incomodos, pero con tristeza a la vez, ninguno de los dos quería  alejarse del otro.

-Bueno Seiya, es hora de irme, espero que pronto nos volvamos a ver- Deseo sinceramente con toda su alma.

-Yo también le echare de menos Maestro, espero que le vaya bien en el santuario- Le deseo con tristeza el santo de Pegaso.

Aiorios lo miro con tristeza, se acercó hasta él y le acaricio los cabellos de Seiya con dulzura. Aquello hizo que el corazón de Seiya latiera como el de un colibrí.

-Adios Seiya...- Se despidió con tristeza Aioros.

-Adios maestro- Le contesto de la misma forma.

Aioros miro por última vez a ese chico tan especial, que de alguna forma se estaba colando en su corazón lentamente pero con fuerza, y se alejó de allí, sin saber que sería la última vez que vería al Pegaso.

*Con Shun e Ikki*

Shun estaba abrazando fuertemente a Ikki entre lágrimas, no quería que se fuera y por eso se aferraba a él como una lapa.

-Nissan... ¿En serio te tienes que ir ya? Por favor quédate unos días más. No, mejor unas semanas más.... no unos meses más... no mejor quédate conmigo siempre- Dijo entre sollozos silenciosos.

Ikki suspiro con tristeza, no soportaba ver a su adorado ototo tan triste y menos por él, pero tenía que hacerlo, al menos por ahora...

Ikki se soltó del agarre del peliverde con suavidad, Shun sollozaba con más fuerza ya que no quería separarse de nuevo de él.

-Nissan yo... te necesito... por favor quédate- Le suplico el peli verde, sabiendo que sería inútil convencerlo.

Ikki lo miro con un dolor en su pecho, en verdad aquel sentimiento iba creciendo cada vez más, por eso decidió hacerle una promesa.

-Shun perdóname, esta será la última vez, prometo que cuando vuelva de nuevo no me iré mas de tu lado, estaré a tu lado siempre, hasta ese momento cumple con tu sueños y tu vida ¿De acuerdo Shun?- Le dijo mientras le daba un beso en la frente del peli verde con ternura. Lo que provoco un gran sonrojo en el caballero de Andrómeda, que se estaba secando las lágrimas.

-¿L-Lo prometes?- pregunto Shun, aun con lágrimas en los ojos, pero sonreía levemente esperanzado.

-Ikki del Fénix siempre cumple sus promesas- Contesto determinado con una sonrisa.

Y con un gran abrazo que duro unos diez minutos, se despidieron.

Ikki miro a Shun por última vez, con una sensación extraña en el pecho, aun no lo sabía, pero sería la última vez que vería esos ojos hermosos esmeraldas...

Paso ya una semana desde que se fueron los caballeros de vuelta al santuario. En esa semana,  en la mansión de los Kido, los dos chicos de bronce estaban como idos, tristes, apagados...Apenas hablaban entre ellos, en las comidas estaban en silencio, y después de aquello cada uno se encerraba en su cuarto para sumergirse en sus pensamientos. No había que ser un súper dotado para saber lo que les pasaba. Estaban deprimidos. Sea lo que fuera, los mantenía con una sensación de vacío, como si les faltara algo importante en su vida. Una noche, Shun estaba en su cuarto, de pie mirando hacia la ventana con gesto ausente, acaricio la superficie de la ventana mientras soltaba un suspiro melancólico. Iba a echarse ya a dormir cuando tocaron a la puerta.

-Ah Seiya... pasa, aun no estoy durmiendo- Contesto, sin voltearse hacia la puerta, creyendo que era su amigo.

Aquella persona entro, cerró la puerta despacio, sin hacer mucho ruido, y se acercó hasta donde estaba Shun.

Shun frunció el ceño confuso, Seiya cuando entraba no solía ser sigiloso, por lo cual se dio la vuelta para preguntarle qué era lo que le sucedía y cuando vio a aquella figura, que no era la de Seiya, su corazón dio un vuelco de felicidad.

-¡NISSAN! ¡HAS VUELTO!- Grito emocionado, mientras se lanzaba a los brazos del peli azul mientras lo abrazaba fuertemente.

-Shun...- Pronuncio su nombre en un susurro solamente Ikki, mientras le devolvía el abrazo de la misma fuerza.

Ikki acaricio suavemente los cabellos del peli verde, el cual ante aquel gesto su corazón empezó a latir con fuerza.

Pero una duda le surgió en la mente, era muy raro que volviera tan temprano, pues solía tardar en verlo en meses. Shun aunque se alegrara con toda su alma de verlo, necesitaba  el porqué de su regreso.

Sin apartarse de su abrazo le pregunto con preocupación a su hermano:

-Nissan, ¿Qué sucedió? ¿Por qué has vuelto tan pronto? No es que no me alegre, todo lo contrario, estoy muy feliz de verte, pero no es normal que hayas vuelto tan pronto ¿Acaso sucede algo?- Pregunto Shun, mientras miraba a los ojos de Ikki con sus ojos esmeraldas llenas de preocupación.

-Shun... Yo... En verdad… He regresado por ti... yo… Te necesito a mi lado... Ya no aguantaba estar más tiempo sin ti a mi lado- Dijo Ikki con seguridad, mientras miraba fijamente los ojos de Shun.

El corazón del peli verde empezaba a latir cada vez más deprisa, sentía un cosquilleo por todo el cuerpo al recibir aquellas palabras.

-I-Ikki...- Empezó a decir Shun nervioso, mientras miraba a los ojos de Ikki, que poseían un brillo extraño en ellos.

-Shun... ya no aguanto más te necesito- Dijo con desesperación el Fénix.

Y con aquellas palabras cogió con las dos manos la cara de Shun y poso sus labios sobre los del menor.

Shun abrió los ojos de la sorpresa, no podía creer lo que estaba pasando, su Nissan lo estaba besando.

El peli verde después del shook inicial, se dejó llevar por aquellas sensaciones cálidas que le recorrían por todo el cuerpo, y correspondió al beso.

Aquel beso fue inocente al principio, dulce, cálido, inexperto...Las manos de Shun temblaban con nerviosismo porque no sabía qué hacer con ellas, hasta que al final decidió rodear el cuello de Ikki con sus dos manos y juntar más sus cuerpos, hasta quedar completamente pegados.

Entonces el beso cambio, se transformó en pasión y desesperación absoluta. Shun cerraba los ojos mientras se apretaba más contra el cuerpo de Ikki. Seguían besándose, hasta que el beso cambio de rumbo nuevamente. Esta vez Ikki mordía el labio inferior de su ototo para que abriera la boca y así introducir su lengua. El menor sentía que su cuerpo ardía y se derretía, quería mas, necesitaba más, así que con desespero agarro fuertemente los cabellos de su hermano ikki para atraerlo más a él. Aquel desespero excito al hermano mayor que dejo de besar los labios del menor para besar ahora su cuello.

-Umm... ahh...I-Ikki...ahh...ohh cielos... ¡AHHHH IKKI!- Gimió con fuerza el peli verde,  al sentir como mordía Ikki el lóbulo de su oreja derecha.

Ikki sonrió, había descubierto la  parte sensible de su hermanito.

Ikki se detuvo por un momento, lo que dejo confuso al peli verde, que deseaba que no terminara aquello que se sentía tan placentero.

Pero Ikki no tenía intenciones de terminar, solo había comenzado. Con una sensualidad, que nadie sabía que poseyera el Fénix, se quitó su camisa y la tiro por ahí,  dejando al descubierto su torso desnudo.

Shun se le quedo mirando con lujuria, sus ojos se le estaban nublando, sus pensamientos estaban ya incoherentes al ver  a su hermano tan sexy.

El mayor sonrió, se acercó hasta el peli verde, y con delicadeza, lo empujo a la cama, quedando arriba del menor.

Ikki empezó  a besarlo de nuevo con pasión mientras que con sus manos rompían la camiseta que vestían al menor.

Una vez quitada la camiseta, Ikki empezó con las caricias por el torso desnudo de Shun, acariciaba con sus manos suavemente el pecho de su hermano menor, mientras que con su boca, o mejor dicho con su lengua, lamia el cuello de Shun.

El pobre Shun ya no sabía quién era, todas aquellas sensaciones lo estaban volviendo loco, y eso que solo era el principio.

Ikki esta vez fue un poco más lejos esta vez, con su boca lamio las tetillas sonrosadas y las mordió, provocando un gran gemido por parte del peli verde, que se estaba agarrando a las sabanas fuertemente mientras gemía y respiraba entrecortadamente.

-Dioses Shun, eres delicioso. No sé cómo he resistido tanto tiempo- Hablo con voz ronca el Fénix por la excitación.

Después de eso volvió a lamer diferentes zonas del cuerpo de Shun provocando espasmos en él.

Ikki estaba ardiendo de la excitación, su miembro de abajo ya se encontraba perfectamente duro, tanto que sus pantalones le apretaban, así que con un movimiento brusco se los quito y lo lanzo lejos de allí, para besar de nuevo con pasión aquellos labios que eran adictos.

Shun estaba en peores condiciones, ardía, no sabía lo que pasaba, pero su cuerpo parecía estar envuelto en llamas, y noto sin saber el porqué, que la parte de su anatomía de abajo le dolía y le apretaba.

Ikki al ver el estado de su pequeño le quito los pantalones de la misma forma que se los quito el. Sonrió. Podía ver completamente la erección completa del menor.

Shun se sonrojo con fuerza. Iba a decir algo pero Ikki lo callo con un beso con lengua. Sus lenguas estaban teniendo una guerra que duro por unos minutos, hasta que se separaron por falta de aire. Un hielo de saliva se les quedo al separarse del beso. Ikki siguió con su tarea de lamer, morder, y acariciar todo el cuerpo del menor. Shun ya no sabía ni quien era, solo gemía y gemía.

-ahhh...ahhh...sí...dioses…ohh...ummm...más por favor ¡OHHH IKKI SII ASII, MAS DAME MAS!- Grito excitado de repente el peli verde al sentir el miembro de su hermano con el suyo.

Ikki hacia como si lo penetrara, moviéndose con fuerza delante atrás con sus miembros rozándose.

Shun se arqueaba en la cama mientras se agarraba con fuerza de la espalda de su hermano.

-Ikki... Te amo...-Dijo en un susurro, mientras continuaban con las falsas embestidas, que los estaban volviendo locos a los dos por el placer…

Mientras tanto, en los jardines de la mansión, se encontraba Seiya durmiendo pacíficamente, apoyado en un árbol, mientras el viento lo mecía suavemente, revoloteando su pelo castaño y su camisa. Pero aquello al Pegaso no le molestaba, es más, aquello le agradaba mucho por lo cual fue la causa de que se quedara dormido.

Seguía dormido, cuando un extraño se apareció delante de él. Aquel sujeto sonrió al verlo dormir tan pacíficamente. Sin poder evitarlo, se agacho y acaricio suavemente la mejilla del chico.

Seiya dormido sintió una presencia que estaba delante de él, y cuando sintió la acaricia en la mejilla, se despertó de golpe, incorporándose rápidamente y ponerse en guardia por si se trataba de un enemigo.

Pero cuando comprobó de quien se trataba no solo relajo su postura si no que abrió sus ojos por la sorpresa.

-¡MAESTRO! ¿Que hace aquí?- Pregunto en voz alta, sin poder ocultar su entusiasmó por ver al caballero de Sagitario de nuevo.

-Seiya me alegro de verte, veo que sigues lleno de energía jajaja- Dijo Aioros, mientras soltaba una pequeña risa, cosa rara en él, que al escucharlo el Pegaso que era música de los dioses.

-Bueno Seiya, ya que estoy aquí, cuéntame que tal te ha ido esta semana- Siguió hablando Aioros mientras se sentaba al lado del castaño menor.

A Seiya al ver que estaban casi rozándose sus cuerpos, no pudo evitar que su corazón empezara a latir con fuerza.

Con nerviosismo le empezó a contar las pocas novedades que tenía, luego de eso cambiaron de tema y el pequeño Pegaso empezó a hablar de su pasado, de sus gustos... Aioros en ningún momento le interrumpió ya que le gustaba oír la voz de aquel peli castaño.

Seiya paro un momento de hablar, cuando se dio cuenta de que Aioros lo estaba mirando de una forma, que hacia exaltar su corazón cada vez más fuerte.

-¿A-Aioros? ¿Sucede algo? -Pregunto nervioso el Pegaso, al ver tal intensa mirada que le dirigía. Pero Aioros no dijo nada. Solo se lo quedo mirando fijamente, como si estuviera decidiendo algo.

Por fin tomo una decisión.

Lentamente se acercó a Seiya, estaban sus rostros a milímetros de rozarse. Podían sentir como sus respiraciones se entremezclaban. El corazón de Seiya iba a explotar en cualquier segundo. Solo le dio tiempo a pronunciar el nombre de su maestro antes de que la distancia de entre los dos se cerrara.

-A-Aioros...-Dijo nervioso, mientras lo miraba con nerviosismo, pero por dentro se moría de ganas de que se cerrara ya aquella distancia. Y por fin se cerró. Aioros cerró la distancia que los unía con un beso en los labios del menor.

Seiya cerró los ojos mientras se dejaba llevar por aquellas sensaciones tan deliciosas. Aioros le paso las manos por la espalda mientras lo apretaba junto a su pecho, sin romper ese dulce y delicado beso. Seiya se colgó del cuello del Sagitario, mientras seguía disfrutando de aquel hermoso beso.

Por un momento se separaron para coger aire, pero retomaron el beso en seguida, esta vez, con profundidad y pasión. Sus lenguas saboreaban la boca del otro. Seiya ante aquel beso se estaba empezando a sentir como si estuviera dentro de un volcán. Y por razones obvias, su miembro íntimo estaba despertando intensamente.

Aioros estaba en unas condiciones parecidas, su miembro ya estaba perfectamente despierto. Aioros quería ir lentamente, pero ver a su alumno tan sexy no se pudo aguantar más.

La situación dio un vuelco, ahora Aioros se encontraba encima de Seiya, besando su cuello lentamente, consiguiendo que el menor soltara gemidos de placer.

Luego de su cuello volvió a besar sus labios mientras que con sus manos iba quitando los botones de la camisa de Seiya. La vista era magnifica. Era un dulce exquisito. Aioros no perdió tiempo y empezó a lamer todo el pecho del menor lentamente. Seiya se removía en el césped entre gemidos cada vez más altos. Aioros siguió con su pecho, mientras lamia y mordía con delicadeza aquellas tetillas tan masculinas y delicadas. Tal acto, provoco un ronroneo por parte del Pegaso, que ya no recordaba ni de donde estaba ni como se llamaba.

Las caricias por todo el cuerpo aumentaron, hasta llegar al miembro erecto de Seiya. Aioros sonrió y con suavidad metió su mano ahí mientras lo empezaba a masajear con profundidad...

-Ahh...Ohh...dioses... A- Aioross... Yo...Yo ¡Ahh ohh siii  que bien se siente! ¡¡Ahhh Aioross!! ¡Más fuerte!- Grito excitado el Pegaso mientras se agarraba del césped con fuerza, cuando la mano del Sagitario iba aumentando el ritmo de las caricias en aquella parte del cuerpo.

Mientras seguía masturbando a Seiya con mayor rapidez, Aioros volvió a unir los labios en un beso con lengua, el cual al Pegaso le encantaba sentir.

Cuando se separaron de aquel beso, entre gemidos, susurro tres palabras:

-Te amo Aioria...- Susurro el peli castaño mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por el placer...

 

Los pájaros piaban en una mañana muy tranquila, el viento soplaba suavemente, era una mañana muy suave, ni hacia frio ni hacía calor, era la mañana perfecta. Los escarabajos y otros sonidos de animales se hacían oír suavemente. Todo era paz y tranquilidad esa mañana. Nada podía alterar aquella paz de ese día.

Hasta que sorpresivamente dos gritos interrumpieron  la pacifica mañana, que provenían de la mansión de los Kido.

-¡¡UAAAAAADAAAAAAAAAAHHHHH!- Grito uno de los chicos.

-¡¡KYAAAAAAAAAAAAAAAA!!- Grito el otro.

En la habitación de cierto peli castaño...Segundos antes de dar el grito...

Se encontraba Seiya dormido en la cama, pero bruscamente despertó, recordando todo lo que soñó, y grito por el susto:

-¡¡ UAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!- Grito Seiya  horrorizado, recordando el sueño que había tenido con su maestro Aioros.

Se iba a incorporar de la cama de un golpe, para ir a despejarse en la ducha, cuando sintio en sus partes íntimas y en las sabanas algo húmedo y pegajoso.

Seiya toco aquello, mientras se iba poniendo más pálido a cada segundo. Y como era muy inocente no comprendió de lo que se trataba.

*Pensamiento de Seiya*

"¿Q-Que d-demonios ha pasado? ¿Por qué la cama esta húmeda? ¡NO ES CIERTO NO ES CIERTO NO ES CIERTO! ¡NO SOY UN BEBE! ¿POR QUE RAYOS HE MOJADO LA CAMA? espera un momento.... eso ha sido un shoock, pero ¡COMO HE PODIDO SOÑAR ESAS COSAS  CON MI MAESTRO! ¡EN QUE ESTOY PENSANDO POR TODOS LOS DIOSES!"

*Fin pensamiento histérico de Seiya*

Seiya después de gritarse interiormente durante diez minutos, y andar por la habitación como un león enjaulado, decidió que sería mejor eliminar las pruebas del delito, no quería que por nada del mundo Shun se enterara de su "accidente". Por lo cual cogió las sabanas y el edredón, y con mucho sigilo abrió la puerta, y salió al pasillo lentamente y sin hacer ruido, para no despertar a Shun y lo descubriera con las manos en la masa.

Momentos antes... en la habitación de Shun...

Se encontraba durmiendo plácidamente, hasta que sus dulces ojitos se abrieron de golpe, recordando de golpe el sueño que había tenido con su hermano. Grito por el susto.

-¡¡KYYYAAAAAAAAAAAAAAA!!- Grito, levantándose de un brinco de la cama.

Nervioso y con lágrimas en la cara pensó histérico en la situación, y se puso blanco como un fantasma cuando sintió algo húmedo y pegajoso en sus partes íntimas. Se miró y con horror descubrió espantando que había tenido un "accidente", algo que no le pasaba desde hace años. Él pensaba al igual que Seiya, que se les había escapado la orina, sin saber lo que en realidad era.

Luego de mirarse, dirigió su vista hacia la cama, y con horror descubrió que estaba igual de manchada que su ropa interior.

*Pensamiento de Shun*

"Cielos cielos... esto no me puede estar pasando, yo desde hace años deje de tener esas escapadas... no... no... Si se enterara Seiya se reiría, pero si lo hiciera mi Nissan.... ¡OH POR TODOS LOS DIOSES, MI NISSAN, OH CIELOS!, ¿PERO POR QUE ESTABA SOÑANDO ESAS COSAS? ¡OH CIELOS SI SE ENTERA ME REPUDIERA Y LE DARE ASCO!, no...no quiero que eso pase... solo me gustaría morirme. Nunca me perdonare por tener esos sueños tan indecentes"

*Fin pensamiento deprimente de Shun*

Después de caminar nervioso por la habitación, mientras se le salían las lágrimas, decidió que tenía que ocultar "su delito" para que nadie se enterase.

Así que, recogió sus sabanas su edredón, su ropa interior, (ya se había puesto otros boxers mientras pensaba histéricamente, al igual que Seiya*), y sin hacer ruido, para no despertar a Seiya, salió de la habitación para dirigirse a la lavandería.

En ese momento Shun y Seiya salían de las habitaciones, se dieron la vuelta encontrándose los dos cara a cara.

Seiya miro lo que llevaba de carga Shun, al igual que el peliverde que vio lo que llevaba en brazos el Pegaso.

Luego se miraron los dos a los ojos, con las caras pálidas, mientras un mismo pensamiento les recorria por sus mentes:

"-¿TU TAMBIEN?"- Pensaron los dos chicos a la vez.

Seiya y Shun estaban sentados en las sillas de la cocina, desayunando en un silencio muy incómodo, de vez en cuando se miraban pero rápidamente apartaban la vista del otro porque se sentían avergonzados por lo sucedido. Cuando acabaron con sus desayunos seguían con las cabezas agachadas y retorciéndose las manos nerviosos. Tal era el silencio, que se podía oír el sonido de la brisa que corría en el exterior.

Seiya harto de aquella situación incomoda decidió romper el silencio, mientas miraba fijamente a su amigo Shun, que aunque no seguía con la cabeza baja, estaba mirando hacia otra dirección con las mejillas sonrojadas.

-Bueno Shun, aclaremos la situación, ya que no me gusta este incomodo silencioso- Empezó a decir el castaño, mirando fijamente a Andrómeda.

El peli verde volteo a ver a su amigo, aun seguía con las mejillas sonrojadas, pero asintió con la cabeza. Tenían que hablar de lo sucedido, si no la situación se volvería más vergonzosa de lo que ya era.

-Bien Shun, como hemos comprobado, los dos hemos tenido el mismo "accidente" pero ambos sabemos que eso no nos pasa desde pequeños, por lo cual tiene que haber una causa, lo cual no sabemos, así que deberíamos averiguarlo- Continuo hablando Seiya seriamente (raro en el estar tan serio XD).

-¿Y cómo descubriremos la causa de lo que nos ha sucedido?- Pregunto Andrómeda confundido.

Seiya sonrió por la pregunta de su amigo, aunque pareciera un cabeza hueca, ya había pensado en aquello.

-Iremos a preguntar a Miho, ella sabe muchas cosas por lo que nos podrá ayudar- Afirmo el peli castaño con una sonrisa.

Aquella idea le pareció buena al peli verde, por lo que asintió con la cabeza conforme.

Por lo que después de terminar de desayunar y de vestirse, se fueron rumbo al orfanato para hablar con la amiga de Seiya...

1 hora después de la charla con Miho...

Los dos caballeros salieron del orfanato más rojos que un tomate, mientras que la amiga de la infancia de Seiya se reía, al recordar los rostros avergonzados y horrorizados al explicarles lo que les había sucedido. Miho nunca olvidaría cuando les dijo que no era orina que se les habia escapado, si no su "semillita blanca" cosa que se produce cuando te sientes excitado.

Los dos pobres chicos, después de hablar sobre "eso"  quedaron algo traumatizados, eran muy jóvenes y nunca les habían hablado de ello, mucho menos pensar en ello.

"Me pregunto de quienes se habrán enamorado Seiya y Shun, tengo que averiguarlo"- Pensó pícaramente, con una sonrisa.

Mientras de vuelta a la mansión estaban los dos estaban de nuevo sentados pero esta vez en el salón, cada uno en distinto sofá.

Al igual que esta mañana estaban en un silencio con un ambiente tenso, lo único que cambiaba, era  que ambos estaban más rojos que si estuvieran en una sauna a 60°C

1 minuto...

2 minutos...

5 minutos...

15 minutos...

1 hora después...

Seiya harto de aquel tenso silencio de nuevo, fue otra vez el que rompió aquel silencio. Carraspeo para quitarse la vergüenza que tenían sus mejillas y para llamar la atención de su amigo Andrómeda.

-B-Bueno Shun... ¿Con quién soñaste a noche para que sucediera eso? ¿Acaso fue con Shaka de virgo?- Pregunto pícaro, con una sonrisa torcida.

El peli verde ante tal insinuación se levantó de golpe del sillón para responderle con negatividad:

-¿¡Pero qué dices Seiya!? Es mi maestro nunca podría verlo de otra forma, es más lo veo como un padre- Aclaro rotundo.

-Está bien está bien... no te alteres, ¿Entonces con quien soñaste?-Pregunto divertido, mientras alzaba una ceja.

A Shun le vino a la mente el sueño que tuvo con Ikki e inmediatamente su cara se transformó en una manzana roja bien madura.

Nervioso y tartamudeando intento desviar el tema, sin decirle con quien había soñado.

Seiya se rio a carcajadas al ver como se comportaba su amigo, pero cesaron en seguida cuando Shun le devolvió el ataque.

-¿Y tú Seiya con quien soñaste?- Pregunto inocentemente, aunque sonreía levemente.

A seiya se le borro la sonrisa y al recordar el sueño que tuvo con su maestro Aioros, parecía que iba a salirle humo de las orejas de lo rojo que se le ponían estas.

Seiya no dijo nada, solo salió corriendo de la habitación nervioso, provocando que esta vez fuera el turno de Shun de reírse...

Pasaron seis días después de aquella vergonzosa situación, después de aquel día no volvieron a hablar del tema, pero eso no quería decir que lo hubieran olvidado.  Solo que cada uno lo tenía en su cabeza. Al cabo de esa semana de reflexión por parte de los dos chicos, uno de ellos había aceptado sus sentimientos, mientras que el otro seguía muy confundido.

En esa semana fue extraña para ambos, ya que de nuevo tuvieron sueños, pero esta vez no eran "normales", si no que sucedían cosas raras.

Shun soñó con que se encontraba en la oscuridad, no podía ver nada, excepto, un eclipse solar que se veía en el cielo negro. Tampoco podía sentir frio ni calor. Pero sí que podía sentir como una tristeza le invadía el corazón. Mientras que Seiya soñó con que estaba en frente del sol, un gran calor le recorrió el cuerpo, mientras que se acercaba al sol e intentaba tocarlo, sintió como un cosquilleo muy gratificante.

Ninguno le comento al sueño al otro, ya que solo lo habían soñado una vez y no pensaban que pudiera significar algo más.

Que equivocados estaban, si solo lo hubieran hablado y comentado a los caballeros de oro y a la diosa Atena, hubieran evitado el destino que les tenían preparados. Porque aquel sueño era premonitorio, ya que lo tuvieron un dia antes del eclipse solar.

En las sombras de la mansión de los kido, había dos figuras escondidas, mientras observaban durante todo ese tiempo a los dos chicos.

Las dos chicas sonrieron cuando vieron los sueños que tuvieron. La hechicera tenía razón con respecto a la profecía. Estaban delante de los dos elegidos.

La primera en hablar fue una dama joven con el cabello largo negro como el carbón:

-Por fin, de nuevo tendremos un nuevo señor en nuestro reino, esta vez lo cuidare y lo protegeré como si fuera mi propio hermano- Dijo la mujer con dulzura en su voz.

La otra mujer igual de hermosa belleza, hablo también, con otra sonrisa  que podía iluminar todo el ancho cielo.

-Por fin, por fin tendré de nuevo a mi hermano conmigo, hace tanto tiempo que lo perdí, no veo la hora de volver a abrazarlo y conversar como hacíamos antes- Dijo la muchacha con una sonrisa que transmitía toda su felicidad...

"Mañana todo comenzara"- Pensaron las dos muchachas, mientras seguían observando a los dos chicos desde las penumbras de la mansión sin ser detectadas.

Mientras que en Grecia... en el Santuario...

Se encontraba un Sagitario caminando por su casa de noche, por una sensación mala que le recorría por todo el cuerpo, el cual no le dejaba dormir. Suspiro por décima vez. Detuvo sus pasos mientras miraba hacia el exterior que mostraba una luna llena hermosa, al igual que de peligrosa. Otra vez una angustiosa sensación le recorrió por el pecho.

"Siento que algo malo está a punto de suceder, espero equivocarme y solo sea mi imaginación"- Pensó Aioros preocupado, mientras volvía a suspirar y volver con su caminata nocturna por su templo.

Mientras que en el templo de Leo, se encontraba un agotado y sudado peli azul tumbado en el suelo. Había tenido un agotador entrenamiento con Aioria y ahora estaba sufriendo sus efectos, aunque no se quejaba.

Entonces un escalofrió le recorrió desde su espina dorsal hasta el resto de su cuerpo. Tuvo un presentimiento de que algo muy malo estaba a punto de pasar. Cerró los ojos mientras pensaba con preocupación.

"Algo está a punto de suceder, y no es nada bueno, puedo sentirlo, espero estar equivocado y solo sea el cansancio, aun así... lo mejor será hablar mañana con Aioria"

Se quedó un rato más en el suelo con los ojos cerrados, mientras Ikki se quedaba pensativo en sus pensamientos.

No sabían lo equivocados que estaban, lo que más amaban lo iban a perder mañana....

La mañana llego al fin... el día en la que la profecía se cumpliría....

El día de la profecía llego, como si fuera el preludio a ello, en el exterior el cielo de la mañana estaba oscuro, como si una gran tormenta estuviera a punto de caer. Los animales también estaban raros, notaban que algo malo estaba a punto de suceder y no podían evitar comportarse de forma rara. Los perros no paraban de ladrar desde la mañana, los gatos temblaban nerviosamente pero no maullaban, los gallos no cantaban, estaban extrañamente callados, los pájaros no se veían por ningún lado, parecía que hubieran desaparecido todos de esa ciudad. Los insectos también parecían haber huido o al menos se habían escondido. Todos ellos intuían que algo se avecinaba y ellos lo sabían de antemano. Lástima que ningún humano se percatara de esos comportamientos extraños en los animales.

En la mansión de los Kido...

Habían despertado ya Seiya y Shun, los cuales estaban desayunando en la cocina en un extraño silencio. Ambos estaban sumidos en sus pensamientos. Los dos estaban preocupados por los extraños sueños que habían tenido, pero ninguno de los dos quería preocupar al otro, por solo un sueño que no tenía que significar nada. Si solo lo hubieran hablado, si tan solo hubieran avisado a los demás caballeros quizás el destino no hubiera cambiado, pero claro el destino tenía otros planes para ellos, y por tales razones, ninguno de los dos chicos pronuncio palabra alguna.

Después de aquello los dos chicos se fueron hacer por separado diferentes tareas. Shun se dispuso a ir a su habitación y terminar de decorar un centro hermosísimo de flores y otras plantas, mientras que Seiya también fue a la habitación pero este para terminar de componer de canción que se le había venido a la cabeza tres días antes, quien iba a imaginar que el peli castaño con su carácter que poseía se dedicara a componer canciones.

Mientras ambos estaban con sus quehaceres, las dos mujeres que andaban escondidas en la mansión ahora se encontraban en el exterior mirando el cielo con una sonrisa.

Las nubes se despejaron  misteriosamente levemente, para dejar ver apenas un sol que transmitía, no ni luz ni calor, sino una extraña energía, aunque ningún humano normal podía notarlo.

-Al fin... el eclipse está empezando- Dijo una de las mujeres.

-Si por fin... Cuando el eclipse empiece morirán… para que cuando acabe el eclipse renazcan como los dioses que ha dictaminado la profecía- Dictamino la otra chica.

Ambas volvieron a ver el cielo, y con caras satisfechas pudieron comprobar que el sol empezaba a ser ocultado por la luna....

Shun cuando acabo de hacer su centro de flores, lo miro con una sonrisa satisfecho, le había costado media hora hacerlo pero el resultado había sido magnifico. Cogió el centro y lo llevo hasta la ventana para que le diera la luz del sol, pero cuando lo coloco, pudo ver a través de la ventana el fenómeno que estaba sucediendo en esos instantes.

Estaba ocurriendo un eclipse solar, un escalofrió le recorrió desde la punta de los pies hasta la cabeza. Aquel escalofrió y aquel fenómeno no presagiaba nada bueno, lo presentía en su corazón.

Shun cerró los ojos e intento tranquilizarse, nunca le habían gustado los eclipses, por extraño que parezca ya que le gustaba todo lo relacionado con la naturaleza, pero desde que era pequeño le producían inquietud en el cada vez que las veía, como si fuera a pasar algo malo. Nunca dijo nada para no preocupar a su hermano y a sus amigos. Intento respirar con calma y pensar con serenidad.

*Pensamiento de Shun*

"No es la primera vez que siento eso, así que no tengo porque preocuparme, pero es que esta vez siento algo muy fuerte, creo que está a punto de pasar algo muy malo, creo que esta vez debería comentarlo con Seiya aunque me considere un paranoico"

*Fin pensamiento preocupado de Shun*

Una vez abrió los ojos volvió a mirar hacia el exterior, y una vez más, el corazón le latió con angustia. No lo pensó más, salió de la habitación y fue corriendo en busca de Seiya para que calmara su paranoia sin sentido.

5 minutos antes en la habitación del peli castaño

Seiya se encontraba echado en la cama, con los ojos cerrados mientras fruncía el ceño. Hacia 10 minutos que había acabado la canción y la había metido en su cajón de la habitación, por lo cual estaba en la cama ahora mismo sumergido en sus pensamientos.

En un principio sus pensamientos fueron dirigidos a su maestro Aioros y en la canción en la que se había inspirado tenía que ver todo con él. Pero 5 minutos después esos pensamientos cambiaron por una extraña angustia en el pecho. Por más que intentaba serenarse, su intuición le decía que estaba a punto de suceder algo realmente malo. Bufó con fuerza, y se incorporó de la cama con rapidez, no podía darle más vueltas, iría a hablar con Shun  para comentarle su preocupación, que el peliverde lo calmaría diciéndole con una sonrisa que no sucedía nada malo y le devolvería la tranquilidad.

Estaba a punto de salir cuando tocaron a su puerta.

-Seiya ¿Puedo pasar? Necesito hablar contigo- hablo Shun con tono preocupado a través de la puerta.

Seiya frunció el ceño, algo no iba bien con su amigo, podía notar la preocupación en su voz.

-Entra Shun, estoy libre ¿Que necesitas?- Pregunto el Pegaso, una vez que entro Andrómeda en la habitación.

Shun miro a los ojos del peli castaño con mucha preocupación en su rostro.

-Seiya sé que parecerá una tontería de mi parte pero... tengo la intuición de que algo malo está a punto de suceder ¿Crees que son imaginaciones mías?- pregunto con la voz temblorosa.

Seiya palideció por momentos, entonces no estaba equivocado, que dos intuyeran que algo malo estaba a punto  de suceder, es que no podían estar equivocados con sus intuiciones.

-Shun...-Empezó a decir despacio y con el rostro pálido- Shun yo... También tengo la sensación de que algo malo va a pasar- Término de decir en un susurro apenas audible, pero lo suficiente para que lo escuchara el peli verde.

Shun abrió rápidamente los ojos, mientras iba palideciendo con rapidez al igual que su amigo.

Iba a decir algo cuando unas voces sonaron en las cabezas de los dos chicos.

"Es la hora de que empiece a cumplirse la profecía"

Tras aquellas palabras, los cuerpos de ambos chicos estaban empezando a sufrir una intensa agonía.

A los dos se les nublo la vista, sus cuerpos se sacudían entre espasmos, como si estuvieran recibiendo intensas descargas eléctricas en el cuerpo. Cayeron al suelo entre gritos de dolor. Ambos chicos intentaron pedir ayuda a través de sus cosmos, pero una extraña energía bloqueaba sus cosmos impidiendo pedir ayuda.

Las corrientes eléctricas fueron aumentando, lo cual provoco mayores gritos, fueron tan desgarradores los gritos que tosieron sangre. Por fin, las corrientes se detuvieron, pero solo para peor.

El aire no entraba en sus pulmones, por alguna extraña razón, se sacudían en el suelo con fuerza intentado encontrar el aire, pero fue inútil, y la oscuridad fue empañando su consciencia.

Ambos tuvieron un último pensamiento antes de sumergirse en las profundidades de la oscuridad.

"Nissan...Te…Amo...”

"A-Aioros, lo siento, por fin entendí… qué... te... Amo"

Y tras esos pensamientos ambos cayeron en la oscuridad, mientras sus corazones dejaban de latir....

1 minuto después hubo una gran explosión en la mansión, consumiendo entre las llamas todo lo que había dentro de la mansión...

"Acaba de empezar el juego del destino"-Murmuro una joven entre las sombras, observando como las llamas devoraban toda la mansión, para luego desaparecer misteriosamente del lugar.

Notas finales:

os a gustado el capi? espero que si. de nuevo gracias por leerme :) nos vemos en siguiente capitulo besitos a todos os quiero ^^


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