La luz matutina entraba a raudales a la estancia, las delgadas y vaporosas cortinas no evitaban que la luz solar se filtrara, él ya no podía seguir durmiendo con semejante luminosidad, era de sueño ligero, le hubiera gustado dormir un poco más pero también tenía un poco de dificultad al intentar dormir después de ser despertado, noto un peso extra en la cama, además de un cuerpo cálido al lado de él, al principio solo pensó que se podría tratar de uno de sus affaire pero en seguida desecho la idea ya que él no dormiría a su lado de ser así, su mente se alarmó y rápidamente se levantó de su cama, se relajó un poco al ver a la persona que estaba aún durmiendo en su cama, solo era Naruto, entonces los recuerdos de día anterior llegaron a tropeles a él, más relajado ahora se sentó en la orilla de la cama y paso su mano derecha por su cabello, se sentía un poco incómodo con la pijama ya que él solía dormir en ropa interior, desabrochó los botones de la camisa de la pijama para poder quitársela y la lanzó al cesto de ropa sucia, reparó en sus manos vendadas, ahora que lo analizaba las heridas escocían un poco, no para quejarse pero si para ser un poco molesto además de que estas, en algún momento de la noche, se habían abierto de nuevo y los vendajes tenían manchas de sangre, suspiró, le parecía molesto tener que tratarlas así que decidió tomar una ducha y esperar que el agua parara el sangrado, se levantó, caminó al ropero, de el saco unos jeans negros, que se le pegaban un poco a las piernas y una camisa roja con un estampado abstracto, caminó al cuarto de baño y le dirigió una última mirada a la persona tendida en su cama, una sonrisa se escapó de sus labios al ver que su amigo aún no despertaba, incluso aunque no había sido exactamente silencioso él seguía durmiendo plácidamente, cerró la puerta y se quitó la ropa para empezar a ducharse.
Abrió sus ojos lentamente, no quería despertar aún pero a juzgar por la luz que entraba debía de ser ya un poco tarde, a regañadientes se sentó en la mullida cama y llevó sus manos a sus ojos para quitarse la nebulosa de sueño que aún se cernía sobre él, observó la habitación en donde se encontraba, buscó inconscientemente a Gaara con la mirada pero él no estaba, entonces recordó la razón por la que había despertado; no sintió el calor de Gaara y cuando intentó buscarlo la cama estaba vacía, por lo tanto eso lo obligó a despertarse, estaba por levantarse cuando la puerta fue abierta, primeramente vio una bandeja para comer en cama con zumo y un plato de comida que no pudo distinguir al estar muy lejos, después el cuerpo de su amigo pelirrojo entró en la habitación, teniendo cuidado de no tirar la comida, a causa de esto no se percató de que Naruto había despertado y estaba observándolo sentado tranquilamente en la cama, al levantar la mirada se encontró con la de Naruto lo que provoco que una sonrisa se abriera camino en su rostro, el rubio al verlo también sonrió, eran pocas las sonrisas que llagaba a ver en Gaara y él las aprovechaba al máximo; sin decir nada el pelirrojo dejo la bandeja en las piernas del rubio y este no quitaba la mirada de su amigo.
- No esperaba que me trajeras el desayuno a la cama.
El plato de comida consistía en unos huevos revueltos con tocino, en un plato más pequeño estaban dos tostadas, dos pequeños tarros con mermelada de fresa y zarzamora para rematar con el zumo que Naruto había visto antes. Gaara se sentó a la orilla de la cama en el lado de Naruto, junto a sus pies, pasando en brazo derecho sobre sus piernas extendidas.
- Eres mi invitado después de todo – el rubio dudaba seriamente si a un invitado se le daba ese tipo de trato normalmente pero decidió ignorar eso por ahora, tenía mucha hambre como para pensar en eso.
Dirigió un poco de comida a su boca, Gaara observaba atento sus movimientos y, aunque no lo demostrara, debajo de esa calma estaba muy nervioso, era la primera vez que cocinaba algo en su vida, no sabía que tan bien lo había hecho, la verdad era que hizo al menos unos cinco intentos, probando comidas diferentes pero lo cierto era que él no sabía muy bien qué tipo de comida le gustaba al rubio y menos cual prefería para desayunar así que se decidió por hacer un desayuno común y corriente, nunca admitiría la ayuda de Google en su investigación sobre desayunos.
- ¡Ha!
- ¿Qué pasa? - Gaara estaba tan sumergido en sus propios pensamientos que no se percató del momento en el que Naruto había degustado su comida y a eso se debía su repentina exclamación.
- ¡Esta delicioso!
- ¿En serio?
El pelirrojo dudaba seriamente y no era para menos pero, la expresión en el rostro del rubio no dejó lugar a dudas, había sido delicioso, inadvertidamente una sensación cálida se alojó en su pecho, se preguntó por un momento si eso era parte de sentirse amado por una persona o quizás si eso sería lo que se sentía cuando tienes a alguien importante, en cualquiera de los casos, era realmente reconfortante.
- ¡Sí!, ¿Tu lo cocinaste?
- Sí, yo lo cociné.
Naruto miró su plato con nostalgia impregnada en su mirada y esto no pasó desapercibido para su interlocutor.
- ¿Ocurre algo? – Naruto dirigió su mirada hacia su amigo para después fijarla en el techo.
- Ha…, no es nada, es solo que… había pasado tanto tiempo desde que alguien me cocinaba algo específicamente a mi… - Volvió a posar la mirada en su amigo quien esperaba pacientemente a que continuara - y que además fuera una persona importante.
Gaara no sabía muy bien qué hacer con todas esas emociones tan repentinas que eran causadas por la persona que estaba en su cama, el rubio después de sus palabras continuo comiendo mientras algunas veces alagaba la forma de cocinar de su amigo, después de comer le dio las gracias a Gaara y entró en el cuarto de baño para tomar una ducha; el pelirrojo se levantó de su asiento y se encaminó hacia el ropero, tenía que buscar algunas prendar que le quedarán al rubio y además ponerse algo de ropa él mismo, decidió hacer lo primero ya que eso iba a consumir más tiempo, al fondo del ropero pudo encontrar una camisa blanca y unos jeans, el rubio tendría que ponerse los mismos zapatos que el día anterior pero eso era lo de menos. Dejó la ropa doblada encima de la mesita de noche para que una vez que Naruto hubiera terminado de bañarse se colocara la ropa, tomó la bandeja y la llevó a la planta baja para que se encargaran de lavar los utensilios. Subió de nuevo las escaleras hacia su recamara pero no entró en esta sino que espero recargado en la pared a que su amigo saliera, no quería entrar a la pieza y encontrarse con una situación incómoda así que esa sería la mejor forma de evitar eso, alrededor de diez minutos después Naruto abrió la puerta y se sorprendió al ver a Gaara apoyado en la pared.
- ¿Llevas mucho tiempo allí?
- No, no mucho – el pelirrojo sonrió ligeramente aunque escondiendo su sonrisa viendo el suelo en donde se encontraban sus pies enfundados en unas botas negras pequeñas y sus brazos cruzados.
- Ya veo… creo que será mejor que ya me vaya.
- No hay problema si te quedas, igual casi nadie está en casa los fines de semana.
- Aun así me siento como una molestia.
- Bueno, si tanto insistes te llevaré a tu casa – Gaara ladeo levemente su cabeza mientras miraba al rubio y este sopeso su propuesta durante un momento.
- Esta bien, vamos – Sonrió mientras tomaba la mano del pelirrojo y bajaban corriendo las escaleras.
Una vez afuera de la mansión el pelirrojo caminó hacia su auto que se encontraba en el garaje, en la parte posterior de la mansión y lo llevo a la entrada principal, donde había dejado al rubio, una vez dentro del auto y saliendo del distrito Gaara se animó a entablar una conversación.
- Hay un lugar al que me gustaría llevarte.
- Hmm… bueno, podemos ir si quieres, de todos modos es domingo.
- Bien, entonces te llevaré a pasar un buen rato – El pelirrojo sonrió de lado y viró al volante hacia un nuevo rumbo, el rubio era nuevo en la ciudad y por lo tanto no sabía hacia donde lo llevaría.