-Bella durmiente… -dijo el joven moviendo dulcemente el cuerpo de Minseok-ya llagamos, despertate… ¿o acaso queres que el príncipe te despierte con un dulce beso?-dijo con una sonrisa atractiva nuevamente.
Mi cara se torno roja, me moví un poco para disimular que estaba un poco despierto pero la verdad es que estaba ebrio.
-Llegamos al castillo del gran príncipe, no creo que la princesa quiera que la cargue, ¿o si?- dijo rozando los labios del morocho.
-Puedo pararme solo-dijo con un gran sonrojo en su rostro.
-Como diga la princesa-dijo sonriendo de lado.
Solo quería llegar a un lugar y recostarme, mis ojos pesaban y lo peor de todo es que tenía un calor impresionante…
-Llegamos…-dijo abriendo la puerta- ¿O no que tiene una gran vista?
Mire atónito la gran ventana, se podía ver todo Seúl desde ese departamento.
Mire alrededor y note que su casa estaba muy cuidada y parecía de mucho dinero, o eso disimulaba su gran departamento.
-Te conviene sentarte...-dijo señalando un gran sofá.
-Gracias-dijo sentándose.
Estaba completamente mareado, me senté rápidamente prácticamente me caí al sofá, el alcohol estaba haciendo estragos en mi, gracias a dios el chicos atractivo me trajo un vaso de agua.
-Toma tranquilo, capas que esto te baje un poco el mareo.
-Gracias-repitió.
Tome tranquilamente el agua que él me había dado pero en vez de sentirme mejor me sentí peor, impulsivamente empecé a desabrocharme la camisa.
-¿No hace mucho calor?
-Yo estoy bien, ¿tenes calor?-dijo sonriendo seductoramente-sácate tranquilo la ropa a mi no me incomoda verte desnudo.
Mis manos temblaban por el calor que hacia allí, me sentía afiebrado o peor, drogado.
El tomo mis manos con cuidado y me ayudo a desvestirme.
-Sera mejor que te ayude a desvestirte-empezó a descender hasta llegar al cinturón de Minseok-tus manos son muy torpes.
-Soltame-exclamo el morocho sentándose en el sofá.
-No creo que pueda-dijo con una sonrisa cálida-tu cuerpo ya sintió mi tacto si no sigo así de seguro sufriras mucho.
No entendía lo que Jongdae me decía pero efectivamente cuando el toco mi miembro empecé a sentirme un poco mejor.
El tocaba sobre la ropa el gran bulto que se había formado en mis pantalones, pasaba su yema de arriba abajo relamiéndose los labios.
-No necesito el permiso de la princesa para proseguir ¿o sí?-dijo sonriendo.
Yo no le hice caso, solo quería que ese calor infernal se acabara.
De un momento al otro mis pantalones ya no estaban y tras ellos se fueron mis bóxers, bestialmente Jongdae tomo mi miembro y empezó a lamer de la punta hacia mis testículos saboreando con placer. Mis gemidos se podían escuchar muy claramente por el eco que tenía ese lugar.
-Pa-para…-dijo tirando su cabeza para atrás.
Tome la cabeza de Jongdae haciendo que metiese mi miembro entero en su boca, seguí moviendo su cabeza y empecé sentir como él lo mordía pasionalmente, ya no solo gemía si no que gritaba de placer. De un momento a otro me vine en su boca sin previo aviso, tape mi rostro por la vergüenza pero por el rabillo de mi ojo pude ver como el lamia ese liquido blanco de la comisura de su boca.
-Una princesa debe dormir en sabanas de seda, ¿no?-dijo tomando al morocho entre su brazos- es mejor hacerlo en la habitación, el sofá es muy incomodo, ¿No lo crees?
-Si…me parece bien-dijo entre gemidos.
Mi cuerpo estaba adormecido y lo único que deseaba era sentir el tacto de esa fría piel, la que seguro pudiera saciar su deseo y apagar su fuego interior.
Me recostó en su cama suavemente y empezó a tocar mi parte inferior tratando de buscar un agujero en donde meter sus dedos.
-Lo encontré-dijo sonriendo para sí.
Metió sus tres dedos juntos haciendo que gritara de dolor, había pasado mucho tiempo desde que alguien se había metido por allí.
El empezó a meter sus dedos muy rápidamente, yo solo gemía de dolor, le decía que parara pero eso parecía excitarle más.
Se desvistió rápidamente y sin previo aviso se metió en el.
Mi mente quedo en blanco al sentir tremenda cosa entrar en mi, su grosor y tamaño se podían sentir muy fácilmente dentro de mi estrecho lugar. El empezó a moverse muy rápidamente y cambiaba mi posición sin tener que sacar su miembro de mi agujero.
-Ya-ya…Jongdae-dijo entre gemidos.
-No…-dijo agarrando la cabellera del morocho.
Empezó a moverme bruscamente, el solo meneaba su miembro dentro de mi agujero y el me empujaba para sí mismo.
-¡Duele!-grito
Grite muchas veces que dolía, aunque el placer y el orgasmo fuese hermoso podía sentir el pequeño dolor que me infligía al tomar mi cabellera y tirar muy bruscamente de ella.
Cada vez tiraba más de mi cabello, cada vez más fuerte, hasta que en un momento tiro por última vez mi cabellera dejándome ver su cara, por lo tanto que tiro de mí, su cara estaba roja de placer y su gemido hizo que el orgasmo terminara. Cayó encima de mí y luego se corrió a mi lado.
-Lo supe desde que te vi-dijo tratando de respirar-este fue el mejor sexo de mi vida, Minseok.
-No…-gemía-todavía no…
Él me miro, sonrió y tomo mis caderas.
-Subite y hace lo que quieras conmigo.
El sabía que mi sed no se había saciado.
Me monte en su miembro y empecé a darme placer con él. Algunas veces me embestía fuerte y otras despacio.
-Me canse de observar-dijo volteando al morocho-creo que ahora tenes que dejar que el príncipe cumpla tu deseo, ¿no?
Tomo mis piernas y las puso sobre sus hombros, me envistió tan bestialmente que me corrí más de tres veces seguidas.
Estuvimos así toda la noche hasta que finalmente el efecto de calor abrazador dejo mi cuerpo.
Se recostó a mi lado, su respiración agitada hacía eco en todo ese lujoso cuarto y finalmente no lo escuche más. Mire levemente con el rabo del ojo y note que sus ojos yacían cerrados “Se durmió” pensé al reírme inconscientemente.
El hombre que hace unos momentos me pedía que siguiera haciéndole cosas incoherentes y sucias, ahora dormía como un niño al que recién se le había alimentado… “¿Acaso esta es tu táctica para dormir?”, reí nuevamente.
Me recosté más cerca de su cálido cuerpo y dormí profundamente unas cuantas horas hasta que el sol de la mañana rozo mis ojos. Los fregué lentamente para no lastimarme y note que el joven seguía durmiendo junto a mí, decidí hacerme el dormido por un rato por si Jongdae despertaba pero no hubo caso. Cuando finalmente me moví él se despertó.
-¿Dormiste bien?-pregunto el joven con una voz masculina y dormida.
-Si…dormí bien-dijo Minseok tapando su leve sonrojo.
Jongdae, enredo sus brazos junto a mi torso y me acerco a él, puso su barbilla entre mis mechones traviesos y empezó a oler mi cabello.
-Cocó…-dijo besando su cabeza.
-¿Cocó?-se cuestión a sí mismo.
-Muy rico shampoo.-dijo girando la cabeza del morocho para poder encerrar sus bellos labios en un tierno beso.
El joven salvaje y arrogante de ayer había cambiado, hoy era un joven tierno y cuidadoso “¿Acaso por las noche te conviertes en un lobo?” pensé riéndome entre sus labios.
-Ahora te voy a buscar algo para que no vallas desnudo por la casa, aunque estemos solos no me gustaría que las mucamas te vean mostrando tu cuerpo-dijo con una cálida sonrisa.
Otra vez esa sonrisa atractiva me había cautivado…
Se movió un poco y coloco una musculosa y un pantalón holgado al borde superior de la cama.
-Tomate tu tiempo…de todos modos hasta que prepare el desayuno voy a tardar bastante-dijo nuevamente sonriendo.
Luego de que cerrara la puerta me levante y tome la ropa que había dejado Jongdae en la cama, me la puse lentamente tratando de hacer tiempo para que el pudiera hacer tranquilamente el desayuno sin mi molesta presencia allí. Perdí mis bóxer en la gran lucha de ayer y buscarlo en ese gran cuarto…mm…”Me parece que hoy no usare mis bóxers”.
-¿Terminaste?-dijo Jongdae tomando una gran sartén con sus manos.
-Si…-dijo mirándolo fijo y tímido.
-¿Qué buscabas?-pregunto curioso.
-Mis…mis bóxers-largo el morocho junto a un suspiro.
-Los guarde-dijo volteándose- me los tendrías que haber pedido.
-Está bien…puedo vivir un rato sin mis bóxers.
Jongdae río levemente, o eso es lo que yo pude notar…
-Veni…-dijo el joven.