Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Thursday, never looking back... por Red Giant

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ahora estoy más que feliz. Este cap no tiene exactamente el mismo tono que el resto del fic, pero es necesario uwu y ah, no puedo dejar de sonreír. Por cierto, no fue hasta ver el título escrito que me di cuenta de que se puede malpensar lol

Lucas:

Lo primero que hago por las mañanas es mirar mi muñeca. La derecha, por supuesto, soy zurdo. Luego me lavo los dientes y veo en el espejo a ese joven con cara de no haber dormido en una semana.

El día después de lo que pasó en la piscina no fue diferente.

Tomé desayuno y me tiré en la cama a pensar en todo lo que había mandado a la mierda.

Desde siempre había sabido que me gustaban los hombres, la verdad me sorprendió un poco cuando comenzaron a gustarme también las mujeres, fue un gran alivio.

Mi primer amor fue, de hecho, un amigo llamado Pablo, pero bueno, fui lo suficientemente inteligente como para quedarme callado. Después de todo, no valía la pena arruinar la amistad por algo así. Eso había pasado cuando tenía trece.

Medio año después algo comenzó a fallar en mi cerebro, un desequilibrio químico. Eso sumado al hecho de que me sentía un bicho raro y un ser amorfo que estaba en este mundo por accidente derivaron en una severa depresión. A los catorce años intenté suicidarme por primera vez.

Me tuvieron un tiempo en el psiquiátrico porque mis padres no creían poder vigilar que no me tomara todas las pastillas que encontrara, no sé si eso me hizo bien, pero al menos el hecho de no querer seguir allí me animó a estar por lo menos tan no-mal como para regresar a mi casa.

Mi vida siguió casi con normalidad excepto porque mis padres creyeron que estudiar en casa sería lo mejor para mí, al menos por lo que quedaba del año.

Cuando volví a la escuela me sentí más fuera de lugar que nunca. Comencé a cortarme a la semana.

A los ojos de los demás yo había vuelto a ser “normal”, pero la verdad es que era una especie de bomba de tiempo. El único que pareció notar que algo no andaba bien fue Mattia, quien comenzó a buscar la forma de verme o hablar conmigo todos los días.

A los diecisiete años intenté suicidarme por segunda vez, o eso es lo que dicen, no recuerdo haber tenido la intención de matarme y no creo que hubiera sido tan torpe de cortar solo una de mis muñecas. Aunque yo sé que en ese punto probablemente no me habría importado si moría…

Cuando desperté en el hospital, lo primero que vi fue a Matty con su uniforme manchado de sangre. Me sentí una mierda y por primera vez en años, lloré como un niño.

La primera tarde que pasé en mi casa después de eso, él vino a visitarme. Se sentó a mi lado y compartimos sus audífonos. No me preguntó por qué lo había hecho, no me habló de lo bella que es la vida, y tampoco me dio un sermón repitiendo cosas que ya sabía. Solo se quedó ahí conmigo, eso era lo único que yo necesitaba.

Después de un par de semanas me había mirado a los ojos y me había sonreído.

 — No tenés por qué ser nada. Lo que los demás esperen o digan de vos no importa. Estoy feliz de que estés vivo — había dicho con la voz un poco temblorosa.

Cualquiera se habría enamorado de él después de eso.

Escuché que me llamaban entre las últimas notas de Breath. No supe en que momento me había quedado dormido.

Abrí los ojos y me encontré con el subnormal al que se le había ocurrido que su lengua estaría más cómoda en mi boca que en la suya. El retrasado que hizo que todo el tiempo que había logrado hacer mis sentimientos a un lado “por no arruinar la amistad” se fuera a la basura.

— Marco me dejó pasar, ¿está todo bien? Parecías tener un mal sueño.

Le sonreí. Sabía bien que lo de la amistad era una estupidez. Yo tenía miedo al rechazo y miedo de mí mismo.

Me encomendé a los cielos, lo tomé de la mano y lo jalé hacia mí. Lo tumbé en la cama y lo apreté contra mi pecho.

— Ahm… ¿Lucas?

— Dejá que organice mis ideas.

— Bueno.

Pasaron un par de minutos en los que nadie dijo nada.

— Lucas, tengo calor.

— Ya, ya va. Pará que no sé por dónde empezar.

Lo miré con la cara más seria posible.

— Deberíamos besarnos para romper la tensión — solté rojo hasta las orejas.

Nos cagamos de la risa. Le di un beso rápido y lo miré a los ojos.

— Por favor decime que no es “curiosidad” u “una fase” o algo así. Que no es un rebote por lo de Mica. Te conozco, te hacés el macho y fingís que todo te vale verga, que no te importan los demás, pero no es así. Sé que pretendés ser un mujeriego hijo de puta a los ojos de los demás, pero sos un romántico incurable. Por favor… decime que no me equivoco.

— Boludo — respondió con una sonrisa.

Se aclaró la garganta y me dio unas palmaditas en el pecho.

— Bueno, como ya te dije, tengo calor.

Lo solté y se sentó dándome la espalda.

— Es raro que me guste alguien que tiene pene, así que bueno… sí, eso.

— ¿Sí te gusto entonces?

Pude ver como hasta sus orejas estaban coloradas. Asintió y me miró por encima de su hombro.

— Nunca en mi vida voy a volver a emborracharme.

Solté una buena carcajada.

Me sentía como una de esas tipitas de los shoujos, pero mi “senpai” me noticeó de una forma más cool… o casi.

De cualquier manera estaba feliz.

 

 

 

Mattia:

Es extraño cómo cuando algo grande pasa, por unos segundos cerramos los ojos como esperando despertar de un sueño, con esperanza o con miedo de que nada hubiera sido real.

Bien, me había declarado y le había hablado a Lucas sobre su pene en la misma oración. Me sentía la persona más imbécil de todo el universo. Pero yo le gustaba… creo, no lo dijo, pero era así… supongo.

No quería mirarlo porque sabía que mi cara estaba tan roja como era humanamente posible. Eso es algo que nunca me gustó de mí, se supone que los hombres no se sonrojan como doncellas.

Me aclaré la garganta.

— ¿Y ahora qué?

— Eh… podemos… creo que todavía hay alfajores de los que hizo mi abuela, ¿querés?

— Sos el rey del romance, Lucas — respondí con tono irónico.

Me paré y le ofrecí la mano.

— Dale, vamos que Marco se los acaba.

Rió, tomó mi mano y caminó hasta la puerta sin soltarla. Dio un corto supiro y me dejó ir.

Mientras caminábamos hacia la cocina pude oírlo cantar: “Lucas & Matty sitting in a tree, K-I-S-S-I-N-G”. Creo que no fue hasta ese momento en el que entendí en lo que me había metido.

Notas finales:

Sí, soy ghei, por lo tanto mi fic es ghei ;w; ashgka algo del pasado de Lucas. Sigo teniendo problemas con la redundancia ugh. ESTOY FELIZ. Justo tengo que escribir esto cuando no puedo dejar de temblar. LA VIDA ES BELLA. Disculpen si tengo algún error ;w; 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).