- Naruto... tú... ¿me odias?
El mundo se detuvo en el corazón del rubio.
- Yo... - apartó la mirada.
- Entiendo. - Dijo Itachi apartando la mirada también.
- No, espera... yo...
- Da igual, aun así puedes quedarte hasta que tú y tu manada enonctréis un lugar a salvo dónde vivir... - el peli negro se giró mientras Naruto corría tra él.
- Espera, Itachi... - se quejó mientras se iba sin mirar atrás. - No quería decir eso y lo sabes... Escúchame... ¡Itachi!
La figura del peli negro se perdió cuando giró por el pasillo. Naruto estaba furioso...
¿Es que ese idiota era masoquista?
Si, sin duda lo era.
Tan siquiera le había dejado terminar, tan solo había puesto palabras en su boca que jamás había mencionado...
¿Tanto le temía a que le dijera que le amaba que prefería huir de la realidad?
Le daban ganas de golpearlo...
Hasta que una personita chocó contra su pierna cayendo al suelo.
- ¡Vaya! Lo siento, ¿Estás bien? - Dijo Naruto agachándose y poniéndose a la atura de la pequeña ayudándola a levantarse.
- Sí, gracias... - dijo la peli negra alzando la mirada... Aunque jamás se habían visto ambos surfieron una especie de extraña connexión... era como si se sintieran atraidos el uno al otro...De pronto, el mundo a su alrededor desapareció y se volvieron a encontrar en aquél espacio en negro.
- No puede ser... - susurraron ambos a la vez mientras idénticas miradas examinaban al otro como si hacía años que hubieran ansiado esa connexión, buscándola desesperados.
- ¡¡¡NARUTO!!!- girtó una voz des del pasillo sobresaltando a ambos oji azules. Naruto se levantó y la niña se cogió a su mano. Él la agarró sin reparos y hasta sintió el impulso de cogerla en brazos... tampoco había por qué detenerse. Cogió a la pequeña en brazos comprovando que era muy liviana, debería tener unos seis años.
- ¡Kiba se ha puesto de parto! - Naruto no podía estar más feliz por su amigo.
- Ya veo...
- Hinata y algunos más han ido a ayudarle pero no me dejan entrar en la sala....- dijo con un pucherito mientras se fijaba en la niña y Naruto. - ¿Quién es?
- Me llamo Akiha.... - dijo la niña insegura.
- ¿Quieres ir a tomar un helado? - dijo Naruto algo distraído...
¿Dónde había oido antes ese nombre?
Sacudió la cabeza restándole importancia mientras la niña asentía feliz.
- ¡SI! - de repente parecía llena de energía - ¡Hace siglos que mamá Shizune no me lleva a por uno!
Los adultos rieron y Naruto fijó la vista en Shino:
- ¿Vienes?
- Qué va... Voy a ver si puedo colarme en la sala del parto... - hizo una mueca enfado y decisión. - VOY a ver nacer a mi hijo.
La niña y Naruto rieron a la vez, Shino los contempló con cariño... cuando naciera su hijo se imaginaba esa misma escena, su pequeño en sus brazos y riendo exactamente de la misma manera que él.... un momento... pensó mientras cada uno iba por su camino...
¿Por qué se parecían tanto?
¿Podía ser que...?
No, no era posible pero...
Todo lo racional de su mente dejó de serlo cuando oyó el grito de dolor de Kiba mientras maldecía su persona. Entró cómo un rayo a tiempo de presenciar una contracción de Kiba y ver cómo una cabecita peluda asomaba por su entrada. Su pareja estaba cubierta de sudor y esforzándose mucho para traer a su hijo al mundo... En ese momento supo más que en toda su vida que Kiba ERA suyo para mimarlo cabrearlo y pasar su vida con él.
Se acercó a su pareja y le tomó la mano con delicadeza mientras este se la aplastaba. Cuando Kiba pareció ser consciente de él, se soltó del agarre de su espachurrada mano y le agarró del cuello de la camiseta acercando sus rostros con una cara más amenazadora que la de Naruto.
- V-vuelve a... - contracción - ...embarazarme... y-y.. juro que te mato...
Después de la amenaza que hizo reir a Hinata y un par de ayudantes más y personas que estaban en la sala ayudando, Kiba volvió a espachurrar la mano de Shino mientras seguía maldiciendo.
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- ¿Y bien? - dijo Naruto mirando el escaparate de la heladería.- ¿De qué sabor quieres el tuyo?
- mmm... - la pequeña miró todos los sabores y señaló uno a la vez que el dedo de Naruto se dirigía al mismo lugar. - ¡Lo quiero de ramen!
Ambos se miraron y rieron.
- ¿Te gusta el helado de ramen? - preguntó Naruto feliz.
- ¡Es mi favorito! - dijo la niña emocionada mientras el rubio se sentía cada vez más animado.
- ¡También el mío!
Ambos se miraron en una profunda y misteriosa comprensión... tan siquiera conocerse y parecían almas gemelas, Naruto le pidió a la chica dos tarrinas de helado de ramen y fueron a un parque a comérselo y charlar animadamente.
- ¿Tú tienes novio Naru?
- Mmmmm... Algo parecido... - dijo Naruto confuso por que una niña tan pequeña se interesara por eso.
- ¿Algo parecido? - la pequeña ladeó la cabeza en un gesto muy tierno mientras Naruto soltaba un suspiro calmado.
- Verás, es que esta mañana estuvimos discutiendo y él se enfadó y luego me preguntó si le quería de verdad, antes que le pudiera decir nada ya se había ido... ¡Tan siquiera me dejó responderle!
- ¿Por qué pelearon?
- Por qué ahora vamos a tener un bebé... y yo quiero tenerlo pero no quiero que él me encierre en una habitación y no me deje salir nunca más... sé que es capaz... y se que le preocupo y le preocupa nuestro hijo, pero.... Simplemente es algo que no puedo hacer... no voy a permitir que me vuelvan a encerrar...
- Creo que te entiendo... - dijo la niña bajando la mirada, Naruto le revolvió el pelo y le dio un suave beso en la mejilla aprovechando para tomar un poco de helado de Akiha.
- ¡Oi! Cómete el tuyo... - se quejó la pequeña mientras miraba con una mueca el trozo que se había llevado Naruto.
- Es que ya lo terminé. - se disculpó el mayor encogiéndose de hombros. - ¿A qué te referías antes?
- Cuando era pequeña estuve encerrada con unos hombres malos, luego ellos me abandonaron y mis mamás me encontraron... ahora soy feliz con ellas. - la pequeña sonrió y Naruto la miró con los ojos entrecerrados.
- Oye... tú... alguna vez has soñado con que estabas en un lugar muy oscuro... ¿y buscabas a alguien?
- ¿Cómo lo sabes? - dijo la pequeña con los ojos muy abiertos. A Naruto le cayeron lágimas por las mejillas y no lo pensñó dos veces:
- ¡AIMI! - Abrazó a la chica tirando el helado por su camiseta mientras lloraba descontroladamente. La pequeña al principio no reaccionó pero enseguida le devolvió el abrazo más fuerte y cerró los ojos.
¿Cómo no había podido reconocer la voz que tantas veces había oído en sus sueños?
- ¡MAMI! - gritó llamándole sin parar en voz alta. - Mami...mami...ma-ami....
Ambos empezaron a llorar como madgalenas y a abrazarse...
Estuvieron así por horas ignorando a la gente que les veía con miradas críticas o llenas de cariño al contemplar aquella escena de mami-hija tan entrañable.
- oh, dios... mi Aimi... no sabes cuanto tiempo llevo buscándote... mi pequeña... - Naruto le acariciaba el pelo a la pequeña mientras esta seguía llorándo en su hombro y aferrándose a su espalda con sus manitas en un llanto desconsolador... igual que el suyo.
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-¿Y Akiha? - preguntó Hinata mientras hacía la cena, ya eran pasadas las seis y la pequeña debería estar en casa.
- ¿No estaba contigo? - pregunntó Shizune mirando a su pareja.
Ambas se miraron y llamaron corriendo a su alfa mientras cogían una chaqueta y las llaves para irse.
En el pasillo se encontraron a su pequeña de la mano de Naruto que hablaban animadamente.
Shizune suspiró, tranquila, su hija estaba a salvo. Pero Hinata enseguida se tensó, el ambiente entre esos dos era... demasiado amigable... casi cómo padre e hija.
Su pequeña iba abrigada con la cazadora del rubio que le iba de vestido y en el pelo llevaba una trenza adornada con flores amarillas del parque que le daban un toque dulce y encantador...
Casi demasiado.
- Entonces... ¿Otro día me llevarás al aquario?
- Por supuesto! - dijo Naruto mientras se acercaba a la pareja y las saludaba. - Sentimos llegar tarde, estábamos jugando en el parque y el tiempo voló...
- Akiha... - dijo Hinata abrazando a su pequeña.... - Me tenías preocupadísima... hemos llamado a Itachi para que te buscara...
- Cariño... creo que la estás asfixiando... - dijo Shizune tratando de sacar a la pequeña de los brazos de su novia.... - ¡Yo también quiero abrazarla!
Se quejó mientras Hianata aflojaba un poco para que ella también entrara en el abrazo.
Naruto las miró con cariño y... ¿envidia? ¿celos? no... era más bien cómo que sentía que había hecho algo mal para no poder estar en ese abrazo con su pequeña... Se sentía fuera de lugar en aquella escena tan cariñosa...
¿De verdad tenía derecho a interrumpir en su vida de esa manera?
¿Tenía derecho a reclamar a su pequeña perdida?
¿Se la iban a devolver?
¿Se alegraría de tener un hermanito?
Por ahora la pequeña y él habían hecho una promesa... iban a mantener en secreto que eran padre e hija... No sabían cómo iban a reaccionar los de la manada de Itachi... y lo menos que querían era que les separaran de nuevo...
Suspiró pesado mientras las tres se separaban e ignorándolo por completo volvieron a su apartamento de las empresas Sharingan...
No, no tenía ningún derecho a irrumpir en la vida de su hija ni tan siquiera a cargar a Itachi con su hijo...
Pensó en su manada... ellos eran felices ahí y habían encontrado su lugar en el mundo... pero él no, no podía quedarse ahí por más tiempo.
Esa misma noche, después de cenar fue a ver a su hija y les pidió a Hinata y Shizune si podía hablar con ella a solas.
Entraron en la habitación de la pequeña... Naruto se sentó en la cama individual de sábanas de la Hello Kitty.
- Aimi... me voy a ir de la ciudad.
- ¿Como? ¿Por qué? ¿Es por mi culpa? - dijo la pequeña sentándose al lado de Naruto que le sonrió burlonamente y le removió el pelo.
- No, claro que no. - puso una cara de esas que dicen "todo va bien" con la que la niña se tranquilizó de golpe.
- ¿A dónde vas a ir?
- Creo que me voy a ir a Italia.... siempre he querido visitarla...
- ¡No es justo! - gritó la pequeña sorprendiendo a Naruto- ¡Es mi lugar favorito en el mundo!
Naruto rió más fuerte y abrazó a la niña cariñosamente... No había duda que eran padre e hija.
- Mami....
- ¿Si, amor? - dijo aún abrazándola.
-¿Me escribirás?
- ¡Pues claro!
- Entonces... supongo que puedes ir... - dijo la pequeña con un pucherito adorable que le marcaba los hoyuelos. - pero tienes que escribirme cada semana.... mami.... - la pequeña hundió su carita sobre el pecho de Naruto.
. Te echaré de menos, Aimi...mi Aimi...
- Y yo a ti, mami.... mi mami....
- ¿Qué demonios pasa aquí? - preguntó Shizune mientras observaba a Naruto abrazar a su hija como si no hubiera mañana.
Los dos se sobresaltaron y la pequeña miróa su mami que tenía un brillo de astucia en los ojos que enseguida se contagió al de la pequeña mientras Hinata aparecía por detrás de Shizune y se unía a la conversación.
- ¡Abrazo colectivo! - dijeron Naruto y Akiha a la vez saltando sobre Shizune y Hinata cayendo todos al suelo con un sonido estrepitoso mientras se abrazaban. Naruto y la pequeña enseguida se pusieron de pie y echaron a correr por la casa mientras las dos lobas les perseguían.
- ¡Ya verán cuando les atrapemos! - gritaba Hinata enfadada, Shizune se había cansado y entró a la cocina a por un vaso de agua. No podía dejar de pensar en las palabras de Naruto y su pequeña.
- ...mi Aimi...
- Y yo a ti, mami...mi mami...
Después les había interrumpido pero no podía creerlo...
¿Naruto era la mamá de Akiha?
Si era así...
¿Por qué no la reclamaba?
¿Y si había oído mal?
Por ahora no diría nada a Hinata y esperaría a ver qué pasaba y hacía Naruto... pero antes de que ellos se lanzaran en un "Abrazo colectivo" se había fijado en sus miradas...
¿Por qué se parecían tanto?
Le mepzó a entrar dolor de cabeza de tanto comerse el coco. Tan solo esperaría y se dejaría llevar por la corriente... era lo más cobarde pero lo mejor en su situación.
Naruto se despidió y bajó a la habitación dónde había dormido con Itachi y estaban todas sus cosas.
- así que sigue enfadado... - suspiró y empezó a recoger, si él hubiera estado ahí a lo mejor le hubiera contado pero...
Él no estaba ahí por qué seguía enfadado por su estúpida discusión...
Volvió a suspirar y salió de la habitación. No había nadie en la sala, probablemente todos estaban felicitando a Shino y Kiba.
Mierda, casi se le olvidó dejar una nota para su manada.
Cogió lápiz y papel y lo escribió todo rápidamente,dejando luego el papel en la mesita de la sala de los cojines, o así la llamaban.
Bajó por el ascensor hasta el garage por donde salió a pie y se dirigió a una zona oscura y de poca visibilidad.
Allí estiró su bolsa haciendo que le quedara grande. Se transformó y la bolsa quedó perfectamente ajustada a su forma de zorro.
Estiró sus músculos y echó a correr al aeropuerto.
Allí tomaría un vuelo hasta Moscow dónde haría una pausa y cogería otro vuelo hacia Roma para viajar en autocar hasta la costa de Palmi dónde cogería un barco hasta Sicília.
O esos eran sus planes.