- Mami! - gritó Ryu lanzándose encima del mencionado, que se encontraba en el sofá viendo una peli.
- ¿Qué ocurre? - dijo Naruto revolviéndole los cabellos a su hijo, después de la "reunión", Aimi y sus amigas volvieron a Japón con sus familias y la manada de Naruto. Cuando terminara el año escolar todos se trasladarían a Portugal, dónde ya estaban estableciendo su nueva base.
Aún así había algo que molestaba a Naruto... tantos miembros de la manada mudándose? Eso iba a despertar sospechas y lo último que quería era volverse a encontrar cara a cara con Madara o Ko-ch.... Konohamaru...
- Oi! no me ignores! - gritó su pequeño de ojos rojizos haciendo un lindo puchero al que no pudo resistirse y le sacó una sonrisa.
- ¿Qué te parecen empanadillas de pasta de boniato con almendras para comer?
A su hijo se le iluminaron los ojos mientras iban a la cocina y Naruto le servía el desayuno.
Una vez terminaron se ducharon, vistieron y salieron a pasear.
Adoraba esos momentos con su pequeño, Itachi trabajaba muy duro para trasladar la empresa así que eran contadas veces las que podían pasar un rato con él. En ese momento se encontraba en Tokio haciendo los últimos arreglos y papeleo.
Miró a su hijo que se había adelantado para tomar fotos, le miró feliz y le gritó:
- Ryu! - el pequeño le miró - Vamos al mercado? sinó no podré hacerte las empanadillas!
El chico en questión de segundos ya tenía agarrado a Naruto y le arrastraba en dirección al lugar al centro de la ciudad, tardarían un rato en llegar pero tampoco tenian prisa.
Caminaron hacia la plaza vieron a Diego con sus amigos y Ryu tan siquiera se despidió, salió disparado en dirección a su novio que le recibió con un suave beso en los labios, le gustaba ese lado de Diego... no escondía sus sentimientos, era honesto y la gente le reconocía por ello aunque a veces se topaba con personas algo excéntricas, nunca cambiaba...
Estaba realmente agradecido por su nueva vida.
Dos lágrimas bajaron por su rostro mientras sonreía y apretaba los puños conteniendo las ganas de llorar... pero... no se lo podía creer... él...
Era feliz.
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- Você pode saber do que está fazendo?! (¡¿Se puede saber qué haces?!) - se oyó gritar a un chico mientras evitaba que se llevaran a su pareja pero... esos hombres tenían mucha fuerza y ya eran adultos...
- DIEGOOOO!!!!!!!!!!!! - gritaba Ryu con lágrimas en sus ojos mientras forcejeaba, tenía miedo... no quería que les hicieran daño...
Entonces recordó lo que mami le enseñó cuando era pequeño...
Concentró todas sus fuerzas en la imagen de su mami, hizo una bola con sus sentimientos y la transmitió a la imagen.
Pero... perdió el control... vio como golpeaban a Diego... mucha sangre salía de su hombro.... Empezó a hiperventilar mientras su piel subía de temperatura.
Los secuestradores le soltaron de immediato mientras su ropa se hacía jirones... no... se estaba... ¿quemando?
- Diego... Diego... Diego... - no podía parar de llamarlo y esperar a que le respondiera con su habitual tono de voz diciéndole que se lanzara a sus brazos, que todo estaba bien... pero nada estaba bien... había mucha sangre, no sabía qué hacer... en el colegio no le habían enseñado cómo tratar a alguien en caso de emergencia...
Se puso a llorar desconsoladamente mientras una multitud se acumulaba a su alrededor... se estaba saliendo de control y las miradas acusadoras no mejoraron su estado... no podría aguantar más...
- ¡RYUUUUU! - se giró hacia la voz y fue corriendo a abrazar a Diego, estaba bien.... se pondría bien... unos brazos protectores que le habían protegido des de que recordaba le envolvieron en uncálido abrazo.
- Ryu... cálmate o vas a chamuscarle... - el chico se dio cuenta que había quemado a su novio...no eran heridas graves pero... le había hecho daño....- Para.
La autoritaria voz de su mami le devolvió a la realidad, empezó a regular su respiración haciendo que sus habilidades especiales se escondieran en lo más recóndito de su ser... a salvo... dónde no dañarían a los demás...
Después de ese accidente, Naruto los llevó a casa. Ryu fue a su habitación y se encerró, tendría que hablar con él pero antes debía ayuda a Diego.
Cogió un cuchillo y se cortó la muñeca. Dejó que la sangre cayera en un vaso, una vez hubo llenado medio vaso se detuvo la hemorragia haciendo un torniquete con un pañuelo, se curaría rápido, mañana probablemente tan sólo tuviera una pequeña cicatriz...
Se acercó al chico y virtió parte de la sangre en la herida, lo que sobró le obligó a tragárselo.
Después lo recostó en el sofá y esperó a que despertara... ahora tendría que ir a hablar con Ryu...
¿Qué demonios había sucedido mientras compraba?
Entró en la habitación de su hijo y se tranformó al ver a dos agentes de la organización. Sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre ellos y los mató. Sin miramientos. Sin dudas. Sin arrepentimiento.
No era un asesino pero ellos si lo eran.... e iba a proteger a su hijo de todos los males... sobretodo del demonio que le perseguia sin que este fuera consciente...
Hablando de su hijo... se acercó a él pero estaba aterrorizado, sus ojos mostraban respulsión, miedo, asombro y... desconfianza...
Eso rompió el corazón de Naruto.... su propio hijo desconfiaba de él. Se transformó en humano y acercó al chico que retrocedió hasta la pared con pasos temblorosos.
- Ryu....
- N-no te acerques.... T-tu les ha-as m...ma...matado! - su pequeño empezó a llorar - están muertos!
- Ryu, amor, yo... - hizo además de dar un paso hacia él pero...
- ¡NO TE ACERQUES! - el grito retumbó por toda la habitación. Naruto se quedó congelado en su sitio mientras Ryu intentaba calmarse, se cogió la cabeza con las manos y puso de cuclillas.
Había sido un grito capaz de travesar el corazón de Naruto de principio a fin y romperlo, despedazarlo... dañarle.
- Vaya vaya... parece que decepcionas hasta a tu propio hijo, Naruto... - esas palabras iban cargadas de veneno y sarcasmo.
Naruto se giró lentamente.
- No puede ser...
Les habían encontrado...
Su pesadilla empezaba de nuevo...
Y ni tan siquiera había podido poner a su hijo a salvo de aquellos mosntruos.
NO.
Iba a poner a su hijo a salvo, al menos tenía que intentarlo.
Se abalanzó sobre so pequeño abrazándole protectoramente mientras este se debatía en sus brazos.
Saltó por la ventana y aterrizó sin problemas en el suelo para echar a correr como alma que lleva el diablo.
Lo sentía por Diego pero Ryu era su única prioridad, además él era humano y no le había involucrado más allá del mundo humano.
Al ver que Ryu seguía peleando por soltarse de su abrazo, le dio un golpe en la nuca y le dejó inconsciente.
- Maldita sea.... te dije que no te fueras... - llevaba tiempo sintiendo rumores por el barrio de tipos extraños que merodeaban por ahí, des de que empezó el traslado de la manada.
Le pidió a su pareja que no se marchara a Tokio pero... como siempre no le hizo caso, le dijo que estaría a salvo pero... joder!
¿Dónde estaba cuando le necesitaba?
¿Por qué no le hizo caso y se quedó?
¿Tanto le costaba?
Tan solo un fin de semana más...
Y hubieran podido ser felices.