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VOYAGE por Karenlauren

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---------------- UNA SEMANA DESPUÉS ------------------------

 

Hoy tocaba pruebas de resistencia... con un poco de suerte  me harían correr toda la mañana hasta que me desmayara. 

Caminé en silencio detrás del ayudante de la "doctora Frankenstein"... la mujer que se auto consideraba científica a pesar de no ser nada más que una brutal torturadora... la odiaba. 

Pasamos por delante de las jaulas de los nuevos... pobres... no sabían en lo que se habían metido... sentí sus miradas sobre mi y no pude evitar mirarlos con curiosidad... la mayoría no sobrevivía o se negaba a que les hicieran las "pruebas" así que casi cada día había más nuevos. 

Me fijé en que solo había seis jaulas ocupadas de las tantas... seguramente los que faltaban se habían suicidado o, con un poco de suerte les habían matado... 

Sentí mi sangre hervir al ver a un pequeño cachorro de leopardo ser lanzado bruscamente dentro de una de las jaulas mientras le daban golpes con una vara eléctrica para que no escapara... un gruñido salió de mi garganta y todos los presentes se pusieron tensos... 

Sentí cómo mi visión cambiaba... todos mis sentidos se agudizaban... eso significaba que si perdía el poco control que me quedaba iba a entrar en modo Chi. 

- Cálmate. - me ordenó el ayudante mientras sacaba una jeringa de su bolsillo con toda intención de clavármela... pero no iba a permitirlo ya que el pequeño seguía siendo agredido con más intensidad. 

Aparté al hombre de un golpe que le hizo volar hasta golpearse con la jaula de al lado. Todos los capturados me miraron soprendidos... supongo que al estar acostumbrados a verme ser maltratado por propia voluntad les había hecho creer que era sumiso... bien pues iban muy equivocados. 

Liberé mius garras y dejé que la energía fluyera por mi cuerpo dejando que mi piel se recubriera de un brillantor rojizo parecido al fuego. 

Me acerqué al hombre y le arranqué la mandíbula de un zarpazo. No le dio tiempo ni a gritar... estaba más que muerto. 

Me tranquilicé y extendí los brazos hacia el cachorro que sin dudar, se lanzó a ellos sollozando. 

Me di la vuelta y fui al panel de seguridad que estaba anclado a la pared... 

- No lo hagas Naruto... - dijo una voz amenazante a lo lejos. 

Gruñí y me di la vuelta. 

- Madara... 

- Sabes qué ocurrirá si lo haces ¿verdad? - sonrió de lado, odiaba su retorcida sonrisa... - Tu manada... 

No le di tiempo a continuar... si le dejaba enredarme con sus palabras me iba a tener bien cogido y no pensaba darle tal placer, me giré y pulsé el botón rojo de "EMERGENCIA". 

Enseguida todas las jaulas se abrieron y los capturados, sorprendidos, salieron de estas y echaron a correr a mi lado... Yo me dirigía a la salida que habíamos usado anteriormente y esperaba que mi lógica aplastante funcionara por que sino lo llevaba MUY mal. 

Al ver la puerta sin vigilancia nunca fui más feliz... si la otra vez escapamos por esa salida, lo más lógico hubiera sido que ellos hubieran doblado la seguridad allí pero al entrar en modo emergencia lo más probable era que nosotros pensáramos que no habría vigilancia así que tomaríamos otra ruta para salir por otra puerta dónde ellos nos estarían esperando... dejando esta puerta sin vigilancia.... 

Salimos cegándonos con la luz solar... 

- Naruto... - mierda. - ¿Por qué te vas?

- Ko-chan... - me sorprendió verle allí. Le ignoré y creé una barrera de fuego a su alrededor para que no nos pudiera seguir... si hombre, si no me había vuelto a dririgir la palabra des de que entré en la Organización ahora le iba a hablar como si nada... pues iba listo! estaba más que enfadado! 

- ¡NARU! - oí su voz dolida y sentí el impulso de retroceder e ir a ayudarle pero el pequeño leopardo que tenía en brazos se removió agarrándose más fuerte a mi... recordándome que ahora tenía alguien a quién proteger y debía avisar a mi manada. 

Le oi llamarme hasta que la distancia apagó su voz... Llegamos a un pueblo que conocía más que bien. Todos aun me seguían y supe que el ir con un cachorro de leopardo en brazos, tres linces, dos lobos y un leopardo adulto no era por qué carnaval se acercara.

Me dirigí a un lago rodeado del bosque de las afueras del pueblo... después de todo esa había sido nuestra última localización antes que nos encontraran así que conocía los terrenos como la palma de mi mano. 

Una vez llegamos los linces desaparecieron... tampoco me importó mucho, con que estuvieran  a salvo me sobraba. 

Los lobos, a diferencia de los linces, bebieron algo de agua, descansaron y también desaparecieron... lo que más me sorprendió fue que, cuando nos quedamos solos, el leopardo mayor se transformó dando paso a una mujer de pelo negro hasta por debajo de los hombros y ojos rojos. 

- Me llamo Kurenai, soy la segunda al cargo del Clan Yuhi del norte de Japón... ese es el cachorro de mi alfa así que si por favor pudieras devolvérmelo... 

- Soy Naruto, alfa del clan sin nombre que no tiene ubicación fija... y si, por suspuesto. - dijo el rubio con una gran sonrisa mientras en pequeño jugaba en su pecho... eso le recordó... 

¿No estaba él en período de celo?

Se puso pálido de golpe.... Casi le lanzó el bebé a la mujer y fue corriendo a la ciudad dónde robó un par de billeteras a hombres que se veía que no las echarían en falta, cogió el efectivo y las dejó en la puerta del cuartel de la policía para ir corriendo a una Farmacia y comprar un predictor. 

- ¿Padre primerizo? - preguntó la mujer del mostrador con una gran sonrisa mientras le entregaba el producto en una bolsita, ya pagado. Naruto no pudo hacer más que sonreir nervioso. Salió del lugar y se topó con la mujer vestida con un ajustado vestido blanco y  sandalias mientras que a la pequeña de pelo anaranjado y ojos negros le había puesto una camiseta rosa china con unos pantalones chinos azul oscuro. 

La pequeña enseguida saltó a mis brazos haciendo que el aparatito cayera al suelo. 

Por favor que no se haya roto... rogué mientras la mujer recogía del suelo la bolsa y me miraba con el ceño fruncido al ver el interior. 

- ¿Se puede saber para qué necesitas esto? - agitó la caja en el aire. 

- ¡No hagas eso! - dije tratando de detenerla pero tenía una máquina estranguladora que se había pegado a mi y no me dajaba ir. 

- Moegi... ten cuidado de no ahogarle... - le riñó la mujer. 

- Moegi-chan - dije tratando de empatizar con la pequeña para que me soltara - ¿ Quieres ver a tus papás? Seguro que Kurenai-chan te lleva con ellos así que... ¿Por qué no me sueltas?

La pequeña negó con la cabeza enérgicamente. 

- ¿No quieres ver a tus papás?

- No es eso... - dijo con una voz dulce que me robó el corazón a la vez que lo perforaba como si fueran mil agujas. 

- ¿Entonces?

- No me quiero separar de Onii-chan... - suspiré al notar que volvía a cogerse a mí. 

Kurenai me miró molesta y yo tan solo pude encogerme de hombros. 

- Verás, tengo unos amigos que ahora están en peligro así que debo avisarles... me puedes soltar un momento? - ella al principio pareció pensárselo pero al cabo de unos instantes saltó ágilmente al suelo y me tomó de la mano. 

Suspiré y fui a la primera cabina telefónica que encontré. 

Marqué el número de Gaara. 

 

 

********************************************************

 

- ¡Y una mierda! ¡SUÉLTAME LOBO SARNOSO! - gritaba Gaara mientras Sasuke le cargaba en su hombro como si fuera un bombero al rescate mientras Deidara, Ino, Kakashi, Kiba y Shino les miraban divertidos. 

- "Por qué no haces un movimiento ya, Ino?" - le susurró Kakashi al oído.

- No se a qué te refieres. - afirmó la rubia sin dejar de mirar intensamente a la pelirosa ahora que todos estaban distraídos. 

- "Vamos, a mi no me engañas... des del primer día que te la comes con la mirada... " 

- Sigo sin saber a qué te refieres. 

- "En ese caso tengo vía libre? " - Ino emitió un gruñido de advertencia como respuesta... Kakashi solo pudo soltar una risita por lo bajo... Su hermana era tan o más cabezota que él mismo. 

De repente todos oyeron el teléfono de Gaara sonar. 

- ¿Quién es? - preguntó Deidara des del sofá al lado de Kiba. 

Sasuke bajó a Gaara que miró extrañado la pantalla. 

- Número desconocido.... - enseguida todos comprendieron y, en questión de segundos ya estaba toda la manada alrededor del teléfono descolgado.

- Naruto!!! - dijo Kiba con lágrimas en los ojos. 

- IDIOTA!! - gritó Gaara enfadado. 

- ¿Sabes lo preocupados que estábamos? - continiuó Deidara mientras todos hablaban a la vez y empezaban a hacerle preguntas que llegaban al punto de la incoherencia por la emoción y soledad que habían sentido al estar menos de dos semanas separados de su lindo alfa. 

Ya, ya, chicos... CÁLMAOS!!!! - se hizo un silencio absoluto en la sala. - Si, estoy bien... conseguí escapar y, sinceramente, tengo más suerte que todos vosotros juntos... Por cierto... tenéis que mudaros de nuevo... 


- ¿Tenéis? - exigió Gaara. 

Yo aún tengo que resolver unos problemillas por aquí... no tardaré en alcanzaros, lo prometo. 

- Pero... ¿Qué ha ocurrido? - oyeron un suspiro al otro lado de la línea. 

Que cierto cachorro se ha quedado prendada de mí y ahora no me quiere soltar la pierna... - Se oyeron más risas infantiles. - Ahora os tengo que dejar chicos, me pondré en contacto para buscaros, no tardaré mucho, lo prometo...


- ¡¿NAruto!? - gritó Itachi histérico que acababa de volver del baño. - ¡OI! ¡NARUTO! 

Bip...Bip...Bip... 

- MIERDA!!! - se giró furioso hacia los demás. - ¿POR QUÉ NO ME AVISASTEIS? 

- No se nos ocurrió - dijo Gaara encogiéndose de hombros mientras preparaba la bolsa para su próxima mudanza. 

- ¿Qué hacéis? - preguntó Itachi al ver cómo todos se dirigían a sus habitaciones rápidamente y bajabancon bolsas de mano con lo imprescindible. 

- Naruto ha escapado y lo más probable es que la Organización sepa dónde estamos... Cancelo todo trato que hemos hecho contigo... - explicó Ino. - Y perdón por haber invadido tu territorio, si nos disculpas tenemos prisa... a y deberíais salir de aquí antes de que lleguen. 

Los azabaches vieron como aquellos híbridos cruzaban la puerta uno a uno hasta que Sasuke detuvo a Gaara. 

- Espera. - le cogió del brazo. - ¿De verdad te vas a ir?

- Sí, es importante que la Organización no nos atrape... 

Itachi hablo dejnado a todos sorprendidos con sus palabras. 

- Os tomaremos bajo nuestra protección, no hace falta que os vayáis... - todos sabían que si se alejaban del alfa las probabilidades que había que este volviera a encontrar a Naruto eran casi nulas. 

- ¿Es una orden? - preguntó Ino girándose hacia el peli negro que tan solo le sonrió con una sonrisa peligrosamente siniestra.... nadie les iba a volver a separar a Naruto y a él... jamás. 

 

 

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- ¿Ya les has avisado?

- Si - dije molesto ante el tono de voz de Kurenai. Enseguida un olor delicioso a crepes recién hechas llegó a mi olfato... casi se me cae la baba... Cerré los ojos y seguí el aroma hasta una cafeteria. 

Volví a abrirlos y me encontré que Moegi tenía la misma expresión de goloso que yo, nos miramos y reímos.... 

Enseguida sentí que se me hacía un nudo en la garganta... me gustaban los niños pero me traían malos recuerdos... 

- ¿Podemos tomar crepes?

- ¡Claro! - siempre había querido consentir a mis hijos... así que no me iba a hacer daño el consentir a esa niñita adorable que compartía mis gustos. 

Entramos ignorando las quejas y gruñidos de Kurenai, nos sentamos en una mesa y pedimos un par de crepes de chocolate y otra de caramelo para Kurenai... que al final cedió. 

- ¿Y bien? - dijo la peli negra alzando la bolsa con el test de embarazo - ¿Me vas a decir por qué demonios necesitas esto?

- Mierda... - susurré tomándolo para ir corriendo al baño, leer atropelladamente las instrucciones, seguirlas con puro y absoluto terror en mi cuerpo y esperar que tan solo la noche de sexo salvaje sin condón con Itachi no fuera la causante del acortamiento de mi período de celo. 

Esperé y... bingo.... 

Se me ocurrieron mil y una formas de cargarme a Itachi en esos momentos... sentí como mis ansias asesinas creaban un aura oscura alrededor mío y la cola se disipaba... 

Dos rayas... positivo... 

- AAAAAAAAhhhhH!!!!! - grité de rabia y frustración... 

¿Es que a ese imbécil no le habían enseñado qué era un condón?

¿Realmente tenía tanto instinto suicida como para haberle dejado preñado?

Esta me las iba a pagar... 

 


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