Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fifty Shades Of Son Goku por GokuGrey

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

La historia pertenece a E.L. James, así como algunos personajes...

Algunos personajes pertenecen a Akira Toriyama

La luz llena la habitación, persuadiéndome desde el sueño profundo a la vigilia. Me estiro y abro los ojos. Es una hermosa mañana de mayo, con Seattle a mis pies. Vaya, qué vista. A mi lado, Goku Son está profundamente dormido. Vaya, qué vista. Me sorprende que todavía esté en la cama. Está frente a mí y tengo una oportunidad sin precedentes para estudiarlo. Su hermoso rostro parece más joven, relajado en el sueño. Sus esculpidos labios carnosos están separados un poco y su cabello brillante y negro es un desastre glorioso. ¿Cómo podría alguien verse así de bien y aún así ser legal? Recuerdo su habitación de arriba... a lo mejor no es legal. Niego con la cabeza, es mucho para pensar. Es tentador estirarse y tocarlo, pero como un niño pequeño, es tan adorable cuando está dormido. No tengo que preocuparme de lo que voy a decir, qué planes tiene, sobre todo sus planes para mí. 

Podría mirarlo todo el día, pero tengo necesidades... necesidades de cuarto de baño. Deslizándome de la cama, encuentro su camisa blanca en el suelo y me la pongo. Camino a través de una puerta pensando que podría ser el cuarto de baño, pero estoy en un inmenso clóset tan grande como mi dormitorio. Filas y filas de trajes caros, camisas, zapatos y corbatas. ¿Cómo puede alguien necesitar esta cantidad de ropa? Hago un gesto de desaprobación. En realidad, el armario de Trunks probablemente compita con esto. ¡Trunks! Oh, no. No pensé en el toda la noche. Se suponía que le escribiría. Mierda. Voy a estar en problemas. Me pregunto brevemente cómo lo está pasando con Gohan.

Volviendo a la habitación, Goku sigue durmiendo. Intento la otra puerta. Es el cuarto de baño y es más grande que mi dormitorio. ¿Por qué un hombre solo necesita tanto espacio? Dos lavabos, me doy cuenta con ironía. Teniendo en cuenta que no se acuesta con nadie, uno de ellos no puede haber sido utilizado. 

Me miro en el espejo gigante por encima de los lavabos. ¿Me veo diferente? Me siento diferente. Me siento un poco dolorido, si soy honesto y mis músculos... Caray, es como si nunca hubiera hecho ningún ejercicio en mi vida. No has hecho ningún ejercicio en tu vida, mi subconsciente se ha despertado. El me mira con los labios fruncidos, dando golpecitos con el pie. Así que acabas de dormir con él, le diste tu virginidad a un hombre que no te ama. De hecho, tiene ideas muy extrañas acerca de ti, quiere hacerte una especie de esclavo sexual y perverso. 

¡¿Estás loco?! Me está gritando. 

Me estremezco cuando me miro en el espejo. Voy a tener que procesar todo esto. Sinceramente, fantasear con enamorarse de un hombre que es más que hermoso, más rico que Croesus y tiene un Salón Rojo del Dolor esperando por mí. Me estremezco. Estoy desconcertado y confundido. Mi cabello está en su propia rebeldía de costumbre en forma de flama. El cabello de acabo de follar no me sienta. Trato de poner orden al caos con mis dedos, pero fallo miserablemente y me rindo, siempre tendrá esa forma.

Me muero de hambre. Me dirijo de nuevo hacia el dormitorio. El Bello Durmiente sigue durmiendo, así que lo dejo y me dirijo a la cocina. 

Oh, no... Trunks. Dejé mi mariconera en el estudio de Goku. Lo busco y alcanzo mi teléfono celular. Tres mensajes de texto. 

*Stas Bn Veg* 

*Dónde stas Veg* 

*Maldición, Vegeta*

 Llamo a Trunks. Cuando no contesta, le dejo un mensaje rastrero para decirle que estoy vivo y no he sucumbido a Barba Azul, bueno, no en el sentido que el se preocuparía; o tal vez yo lo he hecho. Oh, esto es muy confuso. Tengo que tratar de clasificar y analizar mis sentimientos por Goku Son. Es una tarea imposible. Niego con la cabeza. Necesito tiempo a solas, lejos de aquí para poder pensar. 

Saco mi iPod de la mariconera y conecto los auriculares. No hay nada como la música para cocinar. Lo guardo en el bolsillo de la camisa de Goku, encendiéndolo a todo volumen y comienzo a bailar. 

Santos infiernos, tengo hambre. 

Estoy intimidado por su cocina. Es muy elegante, moderna y ninguno de los armarios tiene asideros. Me toma unos segundos para deducir que tengo que empujar las puertas del armario para abrirlos. Tal vez debería hacerle el desayuno a Goku. Estaba comiendo un omelet el otro día... uhm, ayer en el Heathman. Vaya, han pasado muchas cosas desde entonces. Reviso en la nevera, donde hay un montón de huevos y decido que quiero panqueques y tocino. Estoy haciendo un poco de masa, bailando a mi manera alrededor de la cocina. 

Estar ocupado es bueno. Me permite un poco de tiempo para pensar, pero no demasiado profundamente. La música a todo volumen en mis oídos también ayuda a evitar los pensamientos profundos. He venido aquí a pasar la noche en la cama de Goku Son y lo logré, a pesar de que no permite a nadie en su cama. Sonrío, misión cumplida. A lo grande. Sonrío. Grande, a lo grande y me distraigo por el recuerdo de la noche anterior. Sus palabras, su cuerpo mientras me hace el amor... Cierro los ojos mientras mi cuerpo zumba ante el recuerdo y mis músculos se contraen deliciosa y profundamente en mi abdomen. Mi subconsciente me frunce el ceño... mierda, no hacer el amor me grita como una arpía. Lo ignoro, pero en el fondo, sé que el tiene un punto. Niego con la cabeza para concentrarme en la tarea a mano. 

Hay una extensa cocina estilizada. Creo que le tomo el truco a esto. Necesito un lugar para mantener los panqueques calientes y me pongo con el tocino. Taylor Swift está cantando en mi oído acerca de ex novios. 

Nunca he encajado en ningún lugar y ahora... tengo una propuesta indecente a considerar desde el propio Rey de los Inadaptados. ¿Por qué es así? ¿De naturaleza o de crianza? Es tan ajeno a todo lo que sé. 

Pongo el tocino en la parrilla y mientras se cocina, bato algunos huevos. Me giro y Goku está sentado en uno de los taburetes de la barra en el mostrador del desayuno, apoyándose en ella, su rostro apoyado en sus manos. Todavía está vistiendo la camiseta con la que durmió. El cabello de acabo de follar realmente, en serio le sienta. Se ve a la vez divertido y perplejo. Me quedo paralizado, ruborizado, luego me recobro y quito los auriculares de mis oídos, mis rodillas se tambalean a la vista de él. 

-Buenos días, joven Veiiji. Está con mucha energía esta mañana -dice secamente. 

-Dormí bien -tartamudeo mi explicación. Sus labios intentan disimular su sonrisa. 

-No puedo imaginar por qué. -Hace una pausa y frunce el ceño-. Yo también, después de que regresé a la cama.


-¿Tienes hambre?
-Mucha -dice con una mirada intensa y no creo que se esté refiriendo a la comida. -¿Panqueques, tocino y huevos? 

-Suena muy bien. 

-No sé donde guardas tus manteles. -Me encojo de hombros, tratando desesperadamente de no parecer nervioso. 

-Yo haré eso. Tú cocina. ¿Quieres que ponga algo de música para que puedas continuar con tu... err... baile? 

Miro abajo hacia mis dedos, sabiendo que estoy volviéndome de un pardo rojizo. 

-Por favor, no te detengas por mí. Es muy entretenido. -Su tono es uno de diversión irónica. 

Frunzo mis labios. Entretenido, ¿eh? Mi subconsciente se ha reído de mí el doble. Me doy vuelta y continúo batiendo los huevos, probablemente batiéndolos un poco más duro de lo que necesitan. En un momento, él está a mi lado. Tira suavemente de mi pelo en forma de flama.

-¿Cómo te gustan los huevos? -le pregunto con aspereza. Él sonríe.

-Completamente batidos y golpeados. -Sonríe. 

Me dirijo de nuevo a la tarea en cuestión, tratando de ocultar mi sonrisa. Es difícil estar enojado por eso. Especialmente cuando está siendo tan inusualmente juguetón. Abre un cajón y saca dos manteles para colocar en la barra del desayuno. Vierto la mezcla de huevos en una cacerola, saco el tocino, lo giro sobre ella y lo pongo de nuevo en la parrilla. 

Cuando me vuelvo del todo, hay jugo de naranja sobre la mesa y está haciendo el café. 

-¿Quieres un poco de té?
-Sí, por favor. Si tienes un poco. 

Encuentro un par de platos y los coloco en la bandeja de calentamiento de la cocina. Goku llega a un armario y saca algo de té Twining Breakfast Inglés. Frunzo mis labios. 

-Soy una conclusión inevitable, ¿no es cierto? 

-¿Lo eres? No estoy seguro de que hayamos concluido nada, joven Veiiji

-murmura. 

¿Qué quiere decir con eso? ¿Nuestras negociaciones? ¿Nuestra, err... relación... sea lo que sea? 

Sigue siendo tan críptico. Sirvo el desayuno caliente en los platos y los pongo sobre los manteles. Rebusco en el refrigerador y encuentro un poco de jarabe de arce. 

Echo un vistazo a Goku y él me está esperando para sentarse. -Joven Veiiji.

-Hace un gesto a uno de los taburetes de la barra. 

-Señor Son. -Asiento en reconocimiento. Me subo y hago una ligera mueca de dolor cuando me siento. 

-¿Qué tan dolorido estás? -pregunta mientras se sienta. Sus ojos negros se oscurecen más. 

Me sonrojo. ¿Por qué hace preguntas tan personales? 

-Bueno, para ser sincero, no tengo nada con que comparar esto -le espeto-. ¿Desea ofrecer su conmiseración? -pregunto, demasiado dulce. Creo que está tratando de reprimir una sonrisa, pero no puedo estar seguro. 

-No. Me preguntaba si deberíamos continuar con tu entrenamiento básico.
-Oh. -Lo miro atónito mientras dejo de respirar y todo dentro de mí se aprieta. Ooh... eso es tan agradable. Suprimo mi gruñido.
-Come, Vegeta. -Mi apetito se ha vuelto incierto otra vez... más... más sexo... sí, por favor.
-Esto es delicioso, por cierto. -Me sonríe. 

Pruebo un bocado del omelet pero apenas puedo saborearlo. ¡Entrenamiento básico! Quiero follar tu boca. ¿Eso forma parte del entrenamiento básico? 

-Deja de morderte el labio. Es muy distractor y resulta que sé que no estás usando nada debajo de mi camisa, lo que lo hace aún más distractor -gruñe. 

Mojo mi bolsita de té en el pequeño tarro que Goku me ha proporcionado. Mi mente está en un torbellino. 

-¿Qué tipo de entrenamiento básico tienes en mente? -pregunto, mi voz es también ligeramente alta, traicionando mi deseo de sonar tan desinteresado, natural y calmado como puedo con mis hormonas causando estragos a través de mi cuerpo. 

-Bueno, como estás dolorido, creo que podríamos continuar con habilidades orales. 

Me ahogo con mi té y lo observo con los ojos abiertos y ampliándose más. Me palmea delicadamente la espalda y me pasa jugo de naranja. No puedo decir lo que está pensando. 

-Eso si quieres quedarte -agrega. Levanto la mirada hacia él, intentando recuperar mi equilibrio. Su expresión es ilegible. Es tan frustrante. 

-Me gustaría quedarme por hoy. Si eso está bien. Tengo que trabajar mañana.

-¿A qué hora tienes que estar en el trabajo mañana?

-Nueve.
-Te llevaré al trabajo a las nueve mañana. 

Frunzo el ceño. ¿Acaso él quiere que me quede otra noche? -Necesito ir a casa esta noche, necesito ropas limpias. 

-Puedo conseguirte algunas aquí. 

No tengo dinero de sobra para gastar en ropa. Su mano sube y sostiene mi barbilla, tirando de ella para que mi labio sea liberado del agarre de mis dientes. No me había dado cuenta de que estaba mordiendo mi labio. 

-¿Qué pasa? -pregunta. 

—Necesito estar en casa esta tarde. 

Su boca es una dura línea. 

—Bien, esta tarde. -Está de acuerdo-. Ahora come tu desayuno. 

Mis pensamientos y mi estómago están en un torbellino. Mi apetito se ha desvanecido. Observo mi desayuno a mitad de comer. Simplemente no tengo hambre. 

-Come, Vegeta. No comiste anoche.
-Realmente no tengo hambre -susurro.
Sus ojos se angostan.
-Realmente me gustaría que terminaras tu desayuno. 

-¿Qué tienes con la comida? -espeto. Su frente se arruga. 

-Te lo dije, tengo problemas con la comida desperdiciada. Come -chasquea. Sus ojos están oscuros, afligidos. 

Santa Mierda. ¿De qué se trata? Recojo mi tenedor y como lentamente, intentando masticar. Debo recordar no poner mucho en mi plato si se va a poner raro con la comida. Su expresión se suaviza cuando cuidadosamente me termino mi desayuno. Noto que recoge su plato. Espera a que termine y recoge mi plato. 

-Tu cocinaste, yo recojo. -Eso es muy democrático. 

-Sí. -Frunce el ceño-. No es mi estilo habitual. Después de que termine esto, tomaremos un baño. 

-Oh, de acuerdo. -Oh mi... Preferiría tomar una ducha. Mi celular suena, interrumpiendo mi ensueño. Es Trunks. 

-Hola. -Vago hacia las puertas de vidrio del balcón, lejos de él. 

-Vegeta, ¿por qué no me mandaste un mensaje de texto anoche? -Está enojado. 

-Lo siento, fui sobrepasado por los acontecimientos. 

-¿Estás bien? 

-Sí, estoy bien. 

-¿Lo hicieron? -Está pescando información. Pongo mis ojos en blanco con la expectación en su voz. 

-Trunks, no hablaré de esto por teléfono. -Goku me mira. 

-Lo hicieron... puedo notarlo. 

¿Cómo puede notarlo? Está fanfarroneando y no puedo hablar sobre esto. Firmé un maldito acuerdo. 

-Trunks, por favor.
-¿Cómo fue? ¿Estás bien?
-Te dije que estoy bien.
-¿Fue cuidadoso?
-¡Trunks, por favor! -No puedo ocultar mi exasperación.
-Veg, no lo ocultes de mí, he estado esperando este día por casi cuatro años. 

-Te veré en la tarde. -Cuelgo. 

Este va a ser un cuadrado difícil de circular. Es tan tenaz y quiere saber, en detalle y no le puedo contar porque he firmado un... ¿cómo se llamaba? CDC. El va a enloquecer y con razón. Necesito un plan. Vuelvo la cabeza para ver a Goku moverse con elegancia en su cocina.

 -¿El CDC cubre todo? -pregunto cautelosamente.
-¿Por qué? -Se gira y me mira mientras guarda los Twinings. Me sonrojo. 

-Bueno, tengo algunas preguntas, tu sabes, sobre sexo. -Bajo la mirada hacia mis dedos-. Y me gustaría preguntarle a Trunks. 

-Puedes preguntarme a mí. 

-Goku, con el debido respeto. -Mi voz se desvanece. No puedo preguntarte a ti. Obtendré tu predispuesta, perversa como-el-infierno, distorsionada visión del mundo en cuanto al sexo. Quiero una opinión imparcial. Es sólo sobre aspectos prácticos. No mencionaré el Salón Rojo del Dolor. 

Él levanta sus cejas. 

¿Salón Rojo del Dolor? Es más sobre placer, Vegeta. Créeme -dice él. Además su tono se endurece, tu compañero de cuarto está haciendo la bestia de dos espaldascon mi hermano. Realmente preferiría que no lo hicieras. 

-¿Tu familia sabe sobre tu... preferencia? 

-No. No es asunto suyo. -Deambula hacia mí hasta que está parado frente a mí. 

-¿Qué quieres saber? -pregunta y levantando sus manos recorre desde mi mejilla hacia mi barbilla suavemente con sus dedos, inclinando mi cabeza hacia atrás para poder verme directamente a los ojos. Me retuerzo por dentro. No puedo mentirle a este hombre. 

-Nada específico por el momento -susurro.
-Bueno, podemos empezar con: ¿cómo estuvo anoche para ti?. Sus ojos queman, llenos de curiosidad. Está ansioso por saber. Wow. 

-Bien -murmuro.
Sus labios se levantan ligeramente. 

-Para mí también -él murmura. Nunca había tenido sexo vainilla antes. Hay mucho que decir de eso. Pero claro, tal vez es por ti. Mueve su pulgar a través de mi labio inferior. 

Inhalo fuertemente. ¿Sexo vainilla?

-Ven, vamos a darnos un baño. Se inclina y me besa. Mi corazón da un brinco y el deseo se desliza demasiado abajo... demasiado ahí abajo. 

La tina es una piedra blanca, profunda, de forma ovoide, muy diseñada. Goku se inclina y la llena desde la llave en la pared de azulejos. Vierte un aceite de baño con aspecto caro dentro del agua. Hace espuma mientras la tina se llena, huele a dulce y sensual jazmín. Se pone de pie y me observa, sus ojos oscurecidos, luego se quita su camiseta y la arroja al suelo. 

-Joven Veiiji. -Ofrece su mano. 

Estoy de pie en la entrada, con los ojos muy abiertos y cautelosos, mis brazos envueltos a mí alrededor. Camino hacia delante mientras disimuladamente admiro su físico. Él es simplemente delicioso. Mi subconsciente se desvanece y se desmaya en algún lugar de la parte posterior de mi cabeza. Tomo su mano y me invita a entrar en la tina mientras todavía estoy usando su camisa. Hago lo que me dice. Tengo que acostumbrarme a eso si es que voy a aceptar su escandalosa oferta... ¡si es que! El agua está seductoramente caliente. 

-Date la vuelta, déjame ver tu rostro -ordena, su voz es suave. Hago lo que me dice. Me está observando atentamente. 

-Sé que ese labio es delicioso, puedo dar fe de eso, pero ¿podrías dejar de morderlo? -dice con los dientes apretados. Me hace querer follarte y estas dolorido, ¿bien? 

Jadeo, automáticamente liberando mi labio, sorprendido.
-Sí. Me reta. Comprendiste. Me observa. Asiento frenéticamente. No tenía idea de que podía afectarlo así. 

-Bien. Se estira y toma mi iPod del bolsillo del pecho y lo pone cerca del lavamanos. 

-Agua y iPods, una combinación no muy inteligente -murmura. Se agacha, toma el dobladillo de mi camisa blanca, la levanta por encima de mi cabeza y la arroja al suelo. 

Se aleja para observarme. Estoy desnudo por el amor de Dios. Me sonrojo de color carmesí y miro abajo hacia mis manos, al nivel de la base de mi abdomen y desesperadamente quiero desaparecer en el agua caliente y la espuma, pero sé que él no querría eso. 

Oye -me llama. Le doy un vistazo y su cabeza está ladeada hacia un lado. Vegeta, eres un hombre muy hermoso, el paquete completo. No cuelgues tu cabeza como si estuvieras avergonzado. No tienes nada de qué avergonzarte, es un real gusto estar de pie aquí y observarte. Toma mi barbilla en su mano e inclina mi cabeza hacia arriba para ver sus ojos. Son suaves y cálidos, incluso calientes. Oh por Dios. Está tan cerca. Podría estirarme y tocarlo. 

-Puedes sentarte ahora. Detiene mis pensamientos dispersos y me deslizo hacia abajo dentro de la cálida y acogedora agua. Ooh... pica. Lo que me toma por sorpresa, pero huele celestialmente también y el escozor pronto mengua. Me recuesto hacia atrás y brevemente cierro mis ojos, relajándome en la tranquilizadora agua. Cuando los abro, él está observándome. 

-¿Por qué no te unes? -pregunto, con valentía, mi voz ronca. 

-Creo que lo haré. Muévete hacia delante -ordena. 

Se quita sus pantalones de pijama y se sube detrás de mí. El agua sube mientras él se sienta y me empuja hacia su pecho. Pone sus largas piernas sobre las mías, sus rodillas dobladas y sus tobillos nivelados con los míos, separa sus pies, abriendo mis piernas. Jadeo sorprendido. Su nariz está en mi cabello e inhala profundamente. 

—Hueles muy bien, Vegeta.

 Un estremecimiento recorre mi cuerpo. Estoy desnudo en una bañera con Goku Son. Él está desnudo. Si alguien me hubiese dicho que estaría haciendo esto cuando me levanté en su suite ayer, no lo habría creído. 

Acerca una botella de jabón para el cuerpo del estante ubicado al lado de la bañera y vierte un poco en su mano. Frota sus manos, creando una suave espuma, luego pone sus manos alrededor de mi cuello y empieza a frotar el jabón en mi cuello, mis hombros, masajeando con firmeza con sus largos y fuertes dedos. Gimo, sus manos en mi se sienten bien. 

—¿Te gusta eso? —Lo escucho sonreír. 

—Mmm. 

Baja hasta mis brazos, luego debajo de ellos, lavándolos con suavidad. Estoy tan agradecido de que Trunks insistiera en que me afeitara. Sus manos se deslizan a través de mis pectorales e inhalo bruscamente mientras sus dedos los rodean y comienzan a amasarlos suavemente, sin tomarlos por mucho tiempo. Mi cuerpo se arquea instintivamente, empujando mis pectorales hacia sus manos. Mis pezones están sensibles, muy sensibles, sin duda por su nada delicado trato hacia ellos la noche anterior. No demora mucho tiempo y desliza sus manos hacia mi espalda y mi culo. Mi respiración aumenta y mi corazón está acelerado. Su creciente erección presionando detrás de mí. Me excita saber que es mi cuerpo lo que lo hace sentirse de esa forma. Ja... es tu imaginación. Mi subconsciente se burla. Alejo la molesta idea.

 Él se detiene y toma una toalla mientras jadeo, queriéndolo... necesitándolo. Mis manos descansan en sus firmes y musculosos muslos. Sostengo mi aliento, sus dedos me estimulan con destreza a través de la tela, es celestial y mis caderas empiezan a moverse a su propio ritmo, presionando contra su mano. Mientras las sensaciones empiezan a tomar el control, inclino la cabeza hacia atrás, poniendo mis ojos en blanco, mi boca se afloja y gimo. La presión aumenta lenta e inexorablemente en mí... Oh mi Dios. 

—Siéntelo, nene —Goku susurra en mi oído y muy gentilmente roza mi oreja con sus dientes—. Siéntelo por mí. —Mis piernas están sujetas por él en el lado de la bañera, manteniéndome prisionero, dándole libre acceso a la parte más privada de mí ser. 

—Oh, por favor —susurro, trato de endurecer mis piernas mientras mi cuerpo se pone rígido. Soy un esclavo sexual de éste hombre y no me deja moverme. 

—Creo que ya estás lo suficientemente limpio —murmura y se detiene. ¿Qué? ¡No! ¡No! ¡No! Mi aliento es irregular.

—¿Por qué te detienes? —jadeo. 

—Porque tengo otros planes para ti Vegeta. 

Que... oh Dios... pero... yo estaba... no es justo. 

—Gírate. Necesito lavarme también —murmura. 

¡Oh! Dándome la vuelta para encararlo, estoy sorprendido de encontrar que tiene su erección firme en su agarre. Mi boca se abre. 

—Quiero que te familiarices bien, con nombre de pila si es posible, con la más apreciada y favorita parte de mi cuerpo. Estoy muy unido a esto. 

Es muy grande y está creciendo. Su erección está sobre la línea del agua, el agua llega hasta sus caderas. Alzo la mirada y me encuentro cara a cara con su sonrisa maliciosa. Está disfrutando mi expresión de asombro. Me doy cuenta de que estoy mirándolo fijamente. Trago. ¡Eso estuvo dentro de mí! No parece posible. Él quiere que lo toque. Uhm... de acuerdo. Aquí vamos. 

Le sonrío y alcanzo el jabón para el cuerpo, exprimiéndolo en mi mano. Hago como él lo hizo, restregando el jabón en mis manos hasta que genera espuma. No alejo mis ojos de los suyos. Mis labios están separados para poder respirar... muy deliberadamente, suavemente, muerdo mi labio inferior y luego deslizo mi lengua por él, siguiendo el camino donde estuvieron mis dientes. Sus ojos están serios, oscuros y se abren a medida que mi lengua se desliza por mi labio inferior. Me acerco y lo rodeo con una de mis manos, reflejo de cómo él lo está sosteniendo. Sus ojos se cierran brevemente. Wow... se siente más firme de lo que esperé. Aprieto y él pone su mano sobre la mía. 

—Así —susurra y mueve su mano de arriba a abajo con un firme agarre alrededor de mis dedos. Cierra sus ojos de nuevo y su aliento da tirones en su garganta. Cuando vuelve a abrirlos, su mirada es de un abrazador negro fundido—. Así es correcto, nene.

 Suelta mi mano, dejándome para que continúe solo y cierra sus ojos mientras muevo de arriba hacia abajo toda su longitud. Flexiona sus caderas un poco en mi mano y reflexivamente lo siento más apretado. Un gemido escapa de las profundidades de su garganta. Folla mi boca... mmm. Lo recuerdo empujando su dedo pulgar en mi boca, haciéndome chupar, duro. Su boca se abre ligeramente a medida que su respiración aumenta. Me inclino hacia adelante, mientras él tiene sus ojos cerrados, pongo mis labios alrededor de él y tentativamente chupo, deslizando mi lengua sobre la punta. 

—Wow.... Veg.—Sus ojos se abren. Y chupo con más fuerza. 

Mmm... es suave y duro a la vez, como acero revestido de terciopelo y sorprendentemente sabroso, salado y suave. 

—Cristo —gime y cierra de nuevo sus ojos. 

Moviéndome hacia abajo, lo empujo en mi boca. Gime de nuevo. ¡Ja¡ Mi dios interior está emocionado. Puedo hacer esto, lo puedo follar con mi boca. Giro mi lengua alrededor de la punta de nuevo, y él flexiona sus caderas. Sus ojos están ahora abiertos y encendidos con el calor. Sus dientes están apretados de nuevo mientras vuelve a flexionar y lo empujo más profundo en mi boca, apoyándome en sus muslos. Siento sus piernas tensarse bajo mis manos. Se acerca y toma mi cabello y empieza a moverse. 

—Oh... nene... eso se siente muy bien —murmura. Chupo aún más fuerte, chasqueando mi lengua en la cabeza de su impresionante erección. Envolviendo mis dientes detrás de mis labios, sujetando mi boca alrededor de él. Su aliento silba entre dientes y gime. 

—Jesús. ¿Qué tan lejos puedes ir? —susurra. 

Mmm... lo meto más profundo dentro de mi boca, lo puedo sentir en la parte posterior de mi garganta y luego de nuevo en el frente. Mi lengua gira alrededor de su final. Es como un helado con sabor a... Goku Son. Chupo con más y más fuerza, metiéndolo más y más profundo, girando mi lengua a su alrededor. Mmm... no tenía idea que dar placer pudiese ser tan candente, verlo retorcerse sutilmente con ansias carnales. Mi dios interior está haciendo el merengue con algunos pasos de salsa. 

—Vegeta, voy a venirme en tu boca. —El tono entre cortado es de advertencia—. Si no quieres que lo haga, detente ahora. —Flexiona de nuevo sus caderas, sus ojos están abiertos, cautelosos y llenos de obscena necesidad, necesidad de mí. Necesidad de mi boca... Oh Dios. 

Santa Mierda. Sus manos están realmente agarrando mi cabello. Puedo hacer esto, presiono con más fuerza y en un momento de extraordinaria confianza, desnudo mis dientes. Eso lo lleva hasta el límite. Grita y se queda quieto y puedo sentir el cálido y salado líquido rebosando en mi garganta. Trago rápidamente. Ugh... no estoy seguro de esto. Pero lo miro y se está viniendo en la bañera gracias a mí y no me importa. Me siento y lo observo, una sonrisa de triunfo regodeándose en las comisuras de mis labios. Su respiración es irregular. Abriendo sus ojos, me mira. 

—¿No tienes nauseas? —pregunta, asombrado—. Cristo, Veg… eso estuvo... bien, muy bien, pero inesperado. —Frunce el ceño—. Sabes, nunca dejas de sorprenderme. 

Sonrió y conscientemente muerdo mi labio. Me mira de manera especulativa. 

—¿Has hecho eso antes?
—No. —Y no puedo evitar el pequeño matiz de orgullo en mi negación. 

—Bien —dice complaciente y creo, aliviado—. Entonces, otra novedad, joven Veiiji. —Me mira de manera valorativa—. Bueno, obtienes una A en habilidades orales. Ven, vamos a la cama, te debo un orgasmo. 

¡Orgasmo! ¡Otro! 

Rápidamente, sale de la bañera, dándome la primera versión completa del adonis, divinamente formado, ese es Goku Son. Mi dios interior deja de bailar y mira también, la boca abierta y babeando un poco. Su erección domesticada pero solida... wow. Envuelve una pequeña toalla alrededor de su cintura, cubriendo lo esencial y sostiene una plumosa toalla grande para mí. Saliendo de la tina, tomo su mano tendida. Me envuelve en la toalla, me toma en sus brazos y me besa con fuerza, apretando su lengua en mi boca. Tengo muchos deseos de girarme y abrazarlo... tocarlo... pero tiene mis brazos atrapados en la toalla. Pronto, estoy perdido en su  beso. Acuna mi cabeza, su lengua explorando mi boca y tengo la sensación de que está 

expresando su gratitud —quizás— ¿por mi primera mamada? ¿Eh?

Se aleja, con las manos a cada lado de mi rostro, mirando fijamente mis ojos. Se ve perdido.
—Di sí —susurra fervientemente. 

Frunzo el ceño, sin entender. 

—¿A qué? 

—A nuestro acuerdo. A ser mío. Por favor, Veg—susurra enfatizando la última palabra y mi nombre, suplicando. Me besa de nuevo, dulcemente, apasionadamente, antes de que se aleje y se quede mirándome, parpadeando ligeramente. Toma mi mano y me lleva de regreso a su cuarto, dejándome tembloroso, así que lo sigo mansamente. Aturdido. Realmente quiere esto. 

En su cuarto, me mira mientras estamos de pie al lado de su cama. 

—¿Confías en mi? —pregunta de repente. Asiento, con los ojos muy abiertos con la súbita comprensión de que confió en él. ¿Qué me va a hacer ahora? Un estremecimiento eléctrico zumba a través de mí. 

—Buen chico —dice en un respiro, su pulgar deslizándose por mi labio inferior. Se dirige a su armario y regresa con una corbata de seda gris. 

—Pon tus manos juntas en frente tuyo —ordena mientras jala la toalla y la tira al piso. 

Hago lo que pide y une las muñecas con su corbata, anudándolas con firmeza. Sus ojos están brillantes y salvajes, llenos de excitación. Tira del nudo, está asegurado. Tuvo que haber sido alguna clase de chico explorador para aprender estos nudos. ¿Ahora qué? Mi pulso se ha ido por las nubes, el corazón latiendo a un ritmo frenético. Pasa sus dedos por mi pelo. 

Instintivamente, me muevo hacia atrás hasta que siento la cama contra la parte de atrás de mis rodillas. Tira su toalla, pero no puedo alejar mis ojos de su rostro. Su expresión es ardiente, llena de deseo. 

—Oh Vegeta, ¿qué te haré? —susurra mientras me baja hacia la cama, acostándose a mi lado y poniendo mis brazos sobre mi cabeza—. Mantén tus manos aquí arriba, no las muevas, ¿entiendes? —Sus ojos arden en los míos y estoy sin aliento por su intensidad. Este no es un hombre con el que me querría cruzar... nunca. 

—Respóndeme —exige, su voz suave. 

—No moveré mis manos. —Estoy sin aliento. 

—Buen chico —murmura y deliberadamente lame su labio lentamente. Estoy fascinado por su lengua, mientras esta se desliza lentamente sobre su labio superior. Me está mirando a los ojos, evaluándome. Se inclina y me da un beso limpio, un rápido beso en mis labios. 

—Te voy a besar por completo, joven Veiiji —dice suavemente y toma mi barbilla, alzándola, dándole acceso a mi garganta. Sus labios se deslizan por mi garganta, besando, chupando y mordisqueando, desde la pequeña caída hasta la base de mi cuello. Mi cuerpo demanda atención en todas partes. El reciente baño ha dejado mi piel hipersensible. Mi sangre caliente baja hacia mi abdomen, entre mis piernas, u nalgas justo ahí abajo. Gimo. 

Quiero tocarlo. Muevo mis manos con bastante torpeza, dado que estoy restringido y siento su cabello. Deja de besarme y alza la mirada hacia mí, agitando su cabeza de un lado al otro, haciendo un sonido de desaprobación. Alcanza mis manos y las pone de nuevo sobre mi cabeza. 

—No muevas tus manos o tendremos que empezar desde el principio. —Me regaña suavemente. Oh, es todo un bromista. 

—Quiero tocarte. —Mi voz es entrecortada y fuera de control. 

—Lo sé —murmura—. Mantén tus manos sobre tu cabeza —exige, su voz fuerte. 

Toma mi barbilla de nuevo y empieza a besar mi cuello como antes. Oh... es tan frustrante. Sus manos bajan por mi cuerpo y sobre mis pectorales, mientras alcanza la inclinación en la base de mi cuello con sus labios. Gira la punta de su nariz alrededor de ella y entonces, empieza una travesía muy placentera con su boca, dirigiéndose al sur, siguiendo el camino de sus manos, desde mi esternón hasta mis pectorales. Cada uno es besado y mordido suavemente y mis pezones son chupados tiernamente. Mierda Santa. Mis caderas empiezan a balancearse y a moverse bajo su propia voluntad, con el mismo ritmo que lleva su boca en mí y estoy tratando de recordar desesperadamente mantener mis manos sobre mi cabeza. 

—Quédate quieto —advierte, su aliento se siente cálido contra mi piel. Llegando a mi ombligo, mete su lengua y luego roza suavemente mi abdomen con sus dientes. Mi cuerpo se arquea sobre la cama. 

—Eres muy dulce, joven Veiiji. —Su nariz se desliza sobre la línea entre mi abdomen, mordiéndome suavemente, jugueteando con su lengua. Se sienta de repente, se arrodilla a mis pies, tomando mis tobillos y abriendo mis piernas. 

Mierda Santa. Toma mi pie izquierdo, dobla mi rodilla y lleva mi pie hasta su boca. Observando y evaluando cada una de mis reacciones, besa con ternura cada uno de mis dedos y luego muerde cada uno suavemente bajo las almohadillas. Cuando llega a mi dedo pequeño, lo muerde con más fuerza y convulsiono, gimiendo. Desliza su lengua por mi empeine. Y no puedo mirarlo más. Es demasiado erótico. Voy a quemarme. Aprieto mis ojos y trato de absorber y manejar todas las sensaciones que él está creando. Besa mi tobillo y hace un sendero de besos desde mi pantorrilla hasta mi rodilla, justo un poco más arriba. Luego, empieza con el pie derecho, repitiendo todo el seductor y alucinante proceso. 

—Oh, por favor —gimo cuando muerde mi dedo pequeño, la acción resonando profundamente en mi panza. 

—Todas las cosas buenas, joven Veiiji —respira. 

Esta vez no se detiene en mi rodilla, sigue hasta el interior de mi muslo, separando mis muslos mientras lo hace. Y sé que va a hacer y parte de mi quiere alejarlo porque estoy mortificado y avergonzado. Me va a besar ¡ahí! Lo sé. Y parte de mi está haciendo gala de la anticipación. Se gira hacia mi otra rodilla y me besa hasta los muslos, besando, lamiendo, chupando y luego está entre mis piernas, deslizando su nariz arriba y abajo sobre mi pene, muy suave, muy dulce, me retuerzo... Oh Dios... 

Se detiene, esperando a que me calme. Lo hago y alzo mi cabeza para mirarlo, mi boca abierta mientras los latidos de mi corazón se esfuerzan por salir. 

—¿Sabes cuán intoxicante hueles, joven Veiiji? —murmura y mantiene sus ojos en mi. 

Me pongo de un color escarlata, por todas partes, sintiendo desmayo e instantáneamente cierro mis ojos. No puedo verlo haciendo esto. 

Lame suavemente la longitud de mi pene. Oh mierda.
—Me gusta esto. Quizás mantengamos esto. 

—Oh, por favor —ruego.
—Mmm, me gusta cuando me ruegas Vegeta.
Gimo. 

—Ojo por ojo no es mi estilo habitual, joven Veiiji —susurra mientras me lame suavemente de arriba abajo—. Pero me has complacido hoy y deberías ser premiado. —Escucho la maliciosa sonrisa en su voz y mientras mi cuerpo está cantando por sus palabras, su lengua empieza lentamente a hacer círculos en mi glande mientras sus manos sostienen mis muslos. 

—¡Ahhhh! —gimo mientras mi cuerpo se arquea y convulsiona bajo el toque de su lengua. 

Da vueltas con su lengua, una y otra vez, manteniendo la tortura. Estoy perdiendo todo sentido de mi mismo, cada átomo en mi cuerpo muy concentrado en ese gran y potente pene. Mis piernas se ponen rígidas, él desliza su dedo en mi culo algo que me sorprendio y escucho su gruñido. 

—Oh, nene. Me encanta que estés tan apretado.

 Mueve su dedo en un gran círculo, estirándome, tirando de mi, su lengua repitiendo sus acciones en mi verga y gimo. Es demasiado... mi cuerpo pide ayuda y no lo puedo negar más. Lo dejo ir, perdiendo todo pensamiento coherente mientras mi orgasmo se apodera de mí, retorciéndose en mi interior una y otra vez. Santa mierda. Grito y el mundo se derrumba y desaparece de vista mientras la fuerza de mi clímax hace todo nulo y vacio, me vengo en su boca y Goku como todo un experto lo deja en su boca, lo miro, abre su boca y me muestra mi semen en su boca, la cierra, traga y vuelve a abrir su boca para mi, mostrándome que lo había tragado.

Estoy jadeando. Lentamente se acomoda sobre mí y empieza a moverse. Oh... Dios. La sensación es dolorosa y dulce, fuerte y suave a la vez. Ahora me penetra.

—¿Cómo se siente esto? —dice sin aliento. 

—Bien, muy bien —digo. Y empieza a moverse en serio, rápido, fuerte y grande, entrando y saliendo de mi una y otra vez, implacable, empujándome y empujándome hasta que estoy de nuevo cerca del límite. Gimo. 

—Vente para mi, nene. —Su voz es dura, áspera, cruda en mi oído y exploto sobre mi abdomen, manchando de él también. 

—Gracias, joder —susurra, la mete duro una vez más y gime cuando llega a su clímax, apretándose contra mí. Luego se queda quieto, su cuerpo rígido. 

Colapsando sobre mí, siento todo su peso apretándome contra el colchón. Tiro mis manos atadas sobre su cuello y lo sostengo lo mejor que puedo. Sé en este instante, que haría lo que fuese por este hombre. Soy suyo. La maravilla que él me ha presentado está más allá de cualquier cosa que pudiese haber imaginado. Y él quiere llevarlo más lejos, mucho más lejos, a un lugar que no puedo, en mi ignorancia, siquiera imaginar. Oh, ¿qué hacer?.

Se apoya en sus codos y me mira con sus negros e intensos ojos. 

—Ves cuán buenos somos juntos —murmura—. Si te entregas a mí, será mucho mejor. Créeme, Vegeta, puedo llevarte a lugares que ni siquiera sabes que existen. Sus palabras hacen eco en mis pensamientos. Rozo su nariz contra la mía. Todavía me estoy recuperando de mi extraordinaria reacción física hacia él y alzo la mirada en su dirección, sin comprender, buscando algún pensamiento coherente. 

De repente, nos damos cuentas de las voces en el pasillo afuera de su dormitorio. Me toma un momento procesar lo que he escuchado. 

—Pero si todavía está en la cama entonces debe estar enfermo. Nunca está en la cama a estas horas. Goku nunca se queda dormido. 

—Señor Bardock, por favor. 

—Piccolo. No puedes alejarme de mi hijo. 

—Señor Son, él no está solo. 

—¿A qué te refieres con que no está solo? 

—Tiene a alguien con él. 

—Oh. —Incluso yo escucho la incredulidad en su voz 

Goku parpadea rápidamente, mirándome, con los ojos muy abiertos y llenos de horror. 

—Mierda, es mi padre.

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, Bardock lleva el apellido Son.

Perdon si no aclaro todo, pero siempre lo olvido 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).