seis años, seis benditos años en los que no había puesto un pie en su natal Japón, desde que su corazón había terminado roto por aquella funesta relación amorosa que casi logro acabarlo por completo,en ese momento había tomado la decisión más cobarde de su vida, agarrar sus maletas y huir, por primera vez en su vida se había permitido ser un cobarde y escapar.
hoy retornaba más maduro, con mas fortaleza y con un pequeño de 6 años que dormitaba a su lado el cual era la luz de su vida. Aquel pequeño niño, fue oxigeno cuando se ahogaba, y la razón principal por la cual se había puesto de pie cuando creía que ya no podía hacerlo.
acaricie la cabeza de mi pequeño niño y sonrei al ver como se mueve entre sueños apegándose más a mí en busca de calor y protección, el solo recordar que este pequeño es un milagro de la vida me hace sentir una calidez enorme dentro de mi pecho, sin querer mi mente viaja hasta seis años atrás.
flash back
salí corriendo de la casa donde supuestamente íbamos a pasar el día de san Valentín con kaede, la verdad es que estaba muy emocionado llevaba días planeando este evento para que saliera excelente, se suponía que kae saldría tarde del entrenamiento por lo tanto yo iba a aprovechar para preparar algo rico para comer y decorar el depto de mi novio, sonreí ya que ahora podía llamarlo así con confianza.
la verdad es que nuestro comienzo no fue bueno, de hecho fue horrible, nos peleábamos constantemente.
por mi parte sentía envidia y celos ya que el atraía la atención de todo el mundo, en especial de la muchacha de la cual creía estar enamorado, y por su parte, odiaba el hecho de que yo fuera tan alborotador, que pudiese ser tan abierto y expresivo, en el fondo por ser tan distinto a él.
nuestras peleas constantemente llegaban a los golpes, los insultos eran bastantes crueles, no fue hasta cuando llegue a ser capitán de shohoku y el sub capitán, que nuestra relación cambio y mejoro, logrando incluso ser amigos.
debido a esa amistad conocí un aspecto completamente distinto del zorro, y sin darme cuenta se me metió bajo la piel, lo comencé a querer, pero sabiendo que una relación entre ambos era imposible, debido a que kae estaba en una relación con Sendoh, así que me dedique a ser solo su amigo, compañía y apoyo.
un día de lluvia en el que debido a mi torpeza termine en el hospital, con un gran dolor en la espalda debido a la vieja lesión que me hice en el partido con Sannoh, ya que corrí en un suelo húmedo y termine con todo mi cuerpo estrellado en el suelo, sin aire en los pulmones y con una punzada fuerte en la parte baja de la espalda.
llegue al hospital en donde me dieron unos calmantes y verificaron que no me hubiese lastimado nuevamente, mientras hacían efectos los medicamentos llego kaede a hacerme compañía, y no sé si fueron los efectos del calmante o ver los hermosos ojos del zorro mostrando preocupación por mí que termine por declararme torpemente, y para mi sorpresa en vez de rechazarme tajantemente, kaede acerco sus labios a los míos y suavemente me besos,
cuando desperté un par de horas después no sabía si había soñado todo o en verdad había sucedido, pero un nuevo beso por parte del pelinegro me confirmo que no eran sueños.
así empezó una linda relación entre ambos, relación que sabía era en gran parte para sacarse del corazón a Sendoh, pese a saber todo lo que kaede sentía me arriesgue ya que quería estar con él sin importar como fuesen las cosas, además tengo que asumir que tenía la esperanza en el fondo de mi corazón de poder enamorar a mi zorro.
así paso el tiempo, un año dos años y en este san Valentín yo ya podía decir con gran satisfacción que kaede se había olvidado del puercoespín y que solo me miraba a mí.
entre al departamento con la llave que mi pareja me había entregado hace ya mucho tiempo cuando aun éramos amigos, estaba dejando las cosas en la mesa y vi una camiseta botada en el piso, la tome un poco asombrado ya que kae se destacaba por ser excesivamente ordenado, cuando la tome en mis manos sentí mi corazón latir con fuerza, esa camiseta no era de él, era un poco más ancha y tenía un perfume que no le pertenecía a mi chico, con el corazón latiendo a mil seguí el camino del salón al cuarto y como si fuese un camino habían regadas diversas prendas, cuando llegue a la puerta del dormitorio sentí que mis pulmones quemaban dolorosamente, ahí me di cuenta que había dejado de respirar por un tiempo, tome aire suavemente y empuje la puerta despacio evitando hacer ruido, ingrese un poco y el dolor de los pulmones se extendió por todo mi cuerpo concentrándose en mi pecho.
ahí en la cama que tantas noches compartí con kaede estaba el, de espaldas afirmando sus manos en el respaldo, mientras Sendoh se movía rápidamente en su interior.
me retire despacio temiendo hacer ruido aunque en el fondo sabia que hiciese lo que hiciese no habría llamado la atención de los hombres que se encontraban teniendo sexo en el cuarto, cuando logre que mis piernas recuperaran la fuerza para caminar sin caerme de bruces al suelo camine hasta la cocina donde había dejado las cosas que compre para la cena, en ese momento tome una hoja que se encontraba en la mesa y con un lápiz que andaba trayendo, garabateé las últimas palabras que le dirigiría a quien fue mi compañero durante los últimos tres años y quien era el dueño de mi corazón.
"espero las cosas que deje en la despensa sean de tu agrado, de seguro tendrás hambre después de tanto ejercicio. Atte. Hanamichi Sakuragui."
luego salí de esa casa, y me dirigí al aeropuerto sin nada, sin avisarle a nadie, tome el primer vuelo que salía en ese momento el cual me llevo a Italia, cuando llegue a ese desconocido país me arrepentí por un momento de haber salido así de Japón, ¿que iba a hacer en un lugar donde no conocía nada ni a nadie?, por suerte en mi billetera se encontraban diversas tarjetas que podría ocupar allí, para estar unos días, hasta que me calmara y luego retornar, gracias a dios tenía bastante dinero ahorrado para no tener que dormir en la calle.
sorprendentemente la estadía en Italia no se hizo para nada tediosa, y pese a que me costó bastante adecuarme me hice de un grupo de conocidos que me ayudaron mucho y sin darme cuenta fui alargando la visita que en un comienzo iba a ser de días a meses y luego a seis años.
termine de estudiar publicidad en Italia y me asenté consiguiendo un buen trabajo, y pese a que iba con toda la intención de olvidarme por siempre del bastardo de kaede, me fue muy difícil, ya que un par de meses luego de llegar, entendería que el cansancio, los vómitos y dolores no eran solo por mi estado depresivo.
la voz del piloto anunciando que estábamos pronto a aterrizar me saco de mis recuerdos, cobije a mi pequeño niño en mis brazos para que no se asustara con el brusco movimiento, en eso estaba cuando una adormilada vocecita me reclamaba.
-Papi me estas ahogando, no me aprietes tan fuerte.
cuando me aleje un poco vi unos ojitos azules que con cierto reproche me reclamaban el exceso de fuerza.
dios como iba a olvidar a kaede si esos ojos color zafiro que tanto amaba eran los mismos que los de mi hijo.
-lo siento yuu, es solo que no quería que te asustaras con el aterrizaje dije mientras acariciaba los sedosos cabellos negros de mi bebe.
de repente mi niño tomo mi cara con sus dos manitas y en un tono divertido me dijo -papi yo soy un niño grande no me asusto por esas cosas.
sonreí enormemente y conteste -lo sé yuu es solo que a papi si le asustan esas cosas y quería refugiarse contigo dije besando su cabecita.
en eso la azafata paso anunciando que ya podíamos bajar del avión, quite el cinturón de yuu y tome su mano para salir a buscar nuestras maletas, la verdad es que yuu era idéntico a kaede, tenía una piel blanca, unos hermosos ojos azules y el pelo negro, las diferencias era que tenia la expresión cálida de mis ojos y el pelo ondulado como el mío pero fuera de eso era una mini copia de kaede.
-así que este es tu país papi dijo mi pequeño observando todo el paisaje mientras íbamos en el taxi.
-sip, ¿qué te parece yuu?
-es lindo, pero creo que me gusta más Italia dijo pensativo
-es solo porque no lo conoces, pero una vez estemos instalados te llevare a distintos lugares que te encantaran, de seguro cuando llegue la hora no te querrás ir de Japón.
en eso llegamos al departamento que había puesto la empresa a mi disposición, la verdad es que si hubiese sido por mi jamás hubiese regresado a Japón, pero mi empresa había abierto una nueva sucursal aquí y al ser yo el único japonés, me habían mandado a hacerme cargo un proyecto, el cual duraría cerca de un año.
luego de meditarlo mucho pensé que no me haría tan mal volver, reencontrarme con los viejos amigos, y si a eso le sumamos el hecho de que con esto lograría un ascenso resultaba bastante tentador, no puedo mentir de que el saber que Kaede estaba jugando en U.S.A había sido el empujon, que me había terminado por convencer ya que no existían posibilidades de encontrármelo, y una vez terminado el proyecto no tendría que volver más.
entré al edificio y me presente con el conserje, el cual era un señor muy amable, que me entrego las llaves y me ayudo a subir las maletas, cuando abrí la puerta tuve que agradecer a Biagio por haber elegido este lugar, era realmente hermoso y muy espacioso, me despedí del conserje y tome de la mano a yuu invitándolo a recorrer la casa.
primero husmeamos el comedor que estaba ligado al living el cual tenía una gran ventana, que tenía una vista espectacular ya que vivíamos en el piso 20, por lo tanto teníamos gran parte de la ciudad a nuestros pies, la cocina era muy espaciosa lo que era maravilloso ya que disfrutábamos mucho con yuu cocinar.
de repente mire a mi lado y mi hijo no se encontraba por ningún lado, me abstraje tanto mirando por la ventana que el muchacho decidió terminar su exploración solo, lo encontré en uno de los cuartos que a juzgar por su rostro había elegido como suyo, me acerque sigiloso por su espalda y lo alce en brazos.
-te gusta este cuarto amore mío.
-molto papi.
-entonces no hay nada más que hablar, este va a ser tu nuevo cuarto.
mi pequeño beso mi frente y me sonrió.
salí del cuarto a terminar de ver la casa y descubrí, que tenía tres dormitorios, una salita pequeña donde pondría los juguetes de yuu y un baño grande, mas el que tenía el dormitorio principal.
definitivamente su jefe había elegido un buen lugar, por suerte la casa estaba completamente equipada así que solo iba a hacer falta desempacar la ropa, ya que hasta la despensa estaba llena.
me dirigí a la cocina dispuesto a cocinar algo para cenar, de verdad extrañaría la pasta y la pizza de Italia, al menos este viaje me iba a servir para comer un poco más sano.
estaba terminando de sazonar la comida cuando sonó mi teléfono, conteste teniendo certeza plena de quien estaba del otro lado de la línea.
-ciao dije sonriendo (hola)
y una masculina voz con un marcado acento Italiano me contesto
-ciao Hana, ¿come è stato il viaggio? (hola hana, como estuvo el viaje?)
-lungo. (largo)
rapidamente me volvio a interrogar
-¿Sono arrivati in modo sicuro? (llegaron bien)
-Sì, grazie per il reparto (si, gracias por el departamento)
-yuu mi piace (le gusto a yuu)
-molto (mucho)
se quedo en silencio unos segundos y hablo
- Sapevo che avrei fatto Lascio per il vostro riposo (sabia que lo haria, me despido para que descanses)
-Grazie ancora e stiamo parlando (gracias de nuevo y estamos hablando)
-Arrivederci e ti amo Hana (adios y te quiero hana)
no conteste y colgue, la verdad es que queria mucho a Biagio pero no de la forma en que el deseaba, no negaba que era un hombre guapo y muy interesante, pero yo no estaba en busca de ninguna relacion seria, ademas que al ser mi jefe la cosa era mas dificil.
pensando en mi jefe estaba cuando la vocecita tierna de mi hijo me trajo de vuelta a la cocina.
-¿era el tio Biagio?
-sip, te dejo muchos saludos y pregunto que te habia parecido el departamento
-por que no me avisaste queria hablar con el dijo con un poco de tristeza.
me gire y lo tome en brazos para sentarlo en las altas sillas de la cocina.
me di la vuelta para empezar a servir la comida y cuando le puse el plato delante le pregunte.
-¿que querias hablar con el?
-levanto su carita como analizando si me decia o no lo que estaba pensando, me sente frente a el y empece a comer esperando que comenzara a hablar.
-nada, solo queria decirle que iba a extrañar mucho a benito.
benito era un perro gigante que tenia Biagio el cual adoraba a yuu.
-amor si quieres un mascota podemos tener una dije un poco apenado, ya que lo que menos queria era que yuu sufriera con este viaje.
cuando escucho eso mi niño levanto rapidamente su cabeza y sus ojos brillaron de emocion
-¿enserio papi?
-si, termina de comer y mañana vamos a buscar una mascota ¿te parece?
-sip dijo y empezo a comer como alma que lleva el diablo, la verdad es que tenia mucha hambre al igual que yo, cuando terminamos de comer lo envie a lavar sus dientes y cuando estuvo listo lo vi llegar a mi dormitorio.
-papi ¿puedo dormir contigo? pregunto colocando su carita de gatito de shrek
-juegas sucio yuu hable mientras abria mis brazos para que me abrazara, no esperó a que le dijera dos veces y salto hasta mi cama cobijandose en mis brazos, sabes que no puedo decir que no cuando me miras con esa carita dije.
-jajaja una linda carcajada inundo el dormitorio, por eso mismo lo hago papi, dijo mientras se metia bajo las cobijas y se preparaba para dormir, bese su frente y acaricie sus cabellos, a los minutos ya estaba en el mundo de morfeo, lo mire y senti mi pecho calido lleno de amor, apague la lampara y me cobije yo tambien, la verdad es que no sabia que me deparaba el futuro solo queria vivir el hoy y dormir abrazado a mi pedacito de cielo hasta mañana.