CAPÍTULO 2.
Sasuke por su parte, enarcó una ceja tras notar la mirada que el recién llegado le daba. Fue imposible el retener una media sonrisa, que se formó luego de unos segundos. Una sonrisa arrogante.
- ¿El ratón le ha comido la lengua, joven Uzumaki?
El rubio al escuchar dicha cuestión, arrugó por completo el entrecejo; el encanto que envolvía al azabache se había ido a la mierda gracias a su sonrisa tan jodidamente arrogante y el tono tan burlón que había utilizado para indagar. Sin embargo, se abstuvo de responder, pues no quería dar una mala impresión en su entrevista, aunque igual, no estaba seguro de que el trabajo le fuese a ser cedido así como así. Estaba tan centrado en sus pensamientos, que escuchar nuevamente aquella voz le sobresaltó apenas un poco.
- ¿Piensas quedarte ahí o tomarás asiento? –Inquirió una vez más el moreno, perdiendo la formalidad, pero ésta vez con el tono más grave y más serio, tanto que a Naruto se le erizó completamente la piel.
De no ser por la arrogancia que el azabache le había mostrado desde un inicio, probablemente en esos momentos ya estaría a sus pies, babeando. No, no… Uzumaki Naruto no se rebajaría a tanto por más guapo que el Uchiha esté. Ahora que lo pensaba y lo miraba más detalladamente, pudo notar que el dueño de la empresa no pasaba de los veinticinco años.
- Lo lamento… - ‘’Debo dejar de disculparme’’, se regañó internamente el rubio en lo que se iba adentrando por completo a la gran oficina, tomando asiento en uno de los sillones que se encontraban frente al escritorio del Uchiha.
- Muy bien, Naruto… -Y el mencionado sintió una vez más como su ritmo cardíaco se descontrolaba al escuchar su nombre salir de los labios impropios, tanto, que un sonrojo se apoderó de sus mejillas.
El azabache, el cual estaba centrado en el currículum del de menor edad no se había percatado del rubor que éste mantenía en esos momentos, dándole la oportunidad de hacerlo desaparecer.
- Lo que haremos será lo siguiente… -Comenzó, tomando la palabra una vez más el azabache-. No será una entrevista, ¿está bien?
El rubio le observó con algo de confusión, ¿no pensaba entrevistarle? Entonces… ¿Por qué le había citado?
- En vez de hacerte las típicas preguntas, se te dará la oportunidad de que empieces a trabajar dentro de la empresa, pero, no como un empleado como cualquier otro. No, empezarás como practicante. -Entonces, el Uzumaki lo entendió. El Uchiha continuó hablando-. En esta empresa lo que menos necesitamos son incompetentes, y el hacer la entrevista no tendrá demasiado efecto, dado que yo no supervisaré tus movimientos. Así que, la condición será que te mantendrás como practicante durante quince días. Además, tu currículum da a prometer demasiado, por ello es que te dejaremos en este plan. No recibirás sueldo, y dependiendo de tu desempeño laboral, al final de las dos semanas, te daré una última palabra. Con esto se decidirá si eres o no alguien a quién la empresa necesita. ¿De acuerdo?
Naruto, quién hasta ése momento se había mantenido al margen y atento a todo lo que su, ahora jefe, le informaba, solamente asintió.
- De acuerdo. –Fueron sus únicas palabras. Igual, tampoco es que pudiese negarse, además, tenía que aceptar sí o sí, dado que hasta la fecha, ninguna otra empresa le había llamado. Lo mejor era arriesgarse, tal vez, y con un poco de suerte, el trabajo se le daría-. Sólo… Tengo un par de preguntas.
- ¿Dime?
- ¿Cuándo comenzaré con mis prácticas? Y… En caso de que me quede, ¿cuál será mi puesto?
- Hmp… -El azabache permaneció en silencio por unos momentos-. Podrás comenzar a partir de mañana. En este momento ordenaré a Sakura que te de las indicaciones necesarias, ella será tu guía durante éste par de semanas. Acerca de tu puesto, no puedo darte una respuesta concreta en este momento. Como te he dicho, necesito observar tu desempeño, y para ello es necesario que lleves a cabo las prácticas.
Sin más que decir, el rubio recibió una que otra indicación por parte de su nuevo jefe. Dentro de éstas, le había pedido que vistiera formalmente, algo a lo cual Naruto estuvo a punto de renegar, pero había caído en cuenta de que no podía hacerlo, o lo más probable es que en ése preciso momento sería despedido sin siquiera haberle contratado. Fuera de eso… La otra indicación era que se acercará a la asistente que estaba en el mostrador, justo la chica que le había atendido tan amablemente cuando recién había llegado a la oficina.
El rubio así lo hizo, se acercó a la chica de pelo rosado, la cual añadió más indicaciones a la lista que había dejado Sasuke.
Para cuando Naruto acordó, ya habían pasado las dos semanas por completo, y en ése momento se encontraba nuevamente dentro de la oficina del Uchiha.
Tal y como había pasado el primer día en que lo vio, su pulso se aceleró, pero logró disimularlo.
- Por lo que me ha dicho Sakura, has hecho muy bien tu trabajo, Naruto. Y a pesar de lo poco que te he llegado a observar, puedo decir que eres demasiado bueno.
El mencionado tan sólo asintió.
- ¿Qué te parece ser mi asistente?
El Uzumaki se sorprendió.
- ¿S-su asistente?
- Así es.
- ¿Qué pasa con Sakura-san?
- ¿Qué tiene ella?
- Es que… Sino mal recuerdo, ella es su asistente por el momento.
- Tú lo has dicho, por el momento. Sakura se irá este fin de semana, y su puesto quedará libre. Será difícil encontrar a alguien con sus capacidades y, como te he dicho, eres demasiado bueno. Podrás reemplazarla sin ningún problema, además de que ya estás enterado de las próximas juntas y movimientos de la empresa, así que no será complicado para ti.
Naruto pareció dudar por unos momentos. ¿Estar cerca del Uchiha? Sería una mala idea… Después de todo, durante las pocas veces que se encontraron durante el lapso de aquellos quince días, el corazón del rubio comenzaba a latir desenfrenadamente. Era como si el azabache le hubiese encantado sin esfuerzo alguno. ¿Sasuke le gustaba sin siquiera haber cruzado palabra alguna? Bueno, eso era posible… Pero no aceptaría sus sentimientos así como así.
- ¿Cuándo comenzaría mi turno normal?
- El lunes, sin falta.
- El lunes nos veremos entonces. Con su permiso.
Dicho aquello, el rubio salió cual alma lleva el diablo. Había aceptado, sí. Estaba dispuesto a arriesgarse, pero de igual manera, sabía que no sería posible el desarrollar posibles sentimientos por el Uchiha.
Había aceptado el nuevo puesto… Después de todo, no pasaría más nada fuera del ámbito laboral… ¿O sí?