Caminaba un poco distraído… Realmente, realmente la situación era muy difícil de digerir. Su mejor amigo y rival, un ninja, un hombre!... el que era prácticamente el héroe de la villa, y no solo de esa, sino que de varias otras… Aquel que se mostraba rudo e incapaz de rendirse, ahora tenía un útero en su cuerpo, y podía concebir… Bebés?, y para colmo desprendía feromonas para que lo…violaran??
-Esto es ridículo – murmuró mientras juntaba levemente sus cejas, y caminaba lentamente con las manos en los bolsillos - ¿Cómo le llamarían a su condición esas tipas perversas?.... Uke? – Se sentía cada vez más estúpido – Eso quiere decir que mi mejor amigo se convertirá en un homosexual, y para colmo será el que… muerda la almohada – Mascullaba con cierto desconcierto – Joder, va a tener de pareja a un hombre – Se dijo parando en seco – No puede ser –Pensó- Voy a tener que juntarme con él y su pareja homosexual cada vez que nos reunamos?... – Retomó su caminar. A pesar de todos aquellos pensamientos que surcaban por su cabeza, e incluso que susurraba, su expresión no cambiaba, seguía siendo la misma de molestia, de desagrado, pero muy leve.
Sasuke no era exactamente un homofóbico, pero encontraba aquella situación muy incómoda. A pesar de que nada aseguraba que Naruto fuera a… Aparearse o tener una pareja hombre (ya que también podía ser una mujer), tenía la sensación de que se le acercarían, de forma más agresiva o insistente, los hombres. Y, pues, tener al Dobe como amigo y a la vez pensando en que haría “aquello” con otro tipo le sonaba demasiado antinatural… Además de que estaría en un aprieto si es que el rubio le hacía alguna pregunta al respecto, buscando consejo… Y ni hablar de si la pareja del rubio se ponía celoso por su relación con Naruto y lo empezaba a molestar, o lo alejaba de su amigo.
-Pff, qué estupideces estoy pensando, a Naruto le gusta Sakura, no debería de haber ningún problema – Se dijo mientras se aproximaba a su casa – Aunque si lo rechazan una y otra vez, quizá… - Dio los últimos pasos que lo alejaban de su casa y entró. Lo mejor era no pensar en la inusual situación. Su amigo era fuerte, relativamente alto (como para no ser el que muerde la almohada) y, definitivamente, no era homosexual.
Se dispuso el resto del día a descansar y, por supuesto, a meditar.
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Pasadas un par de horas, en la casa de Sasuke se escuchó el retumbar de suaves golpes dados a la puerta. Sasuke salió de su burbuja de pensamientos inquietantes, para levantarse del sillón en que se encontraba, y abrir la puerta para cerciorase de saber quién estaba insistiendo tanto desde hace ya un rato.
-Hola Sasuke-kun –Pronunció la pelirosa.
-Hola, Sakura –Respondió con monotonía Sasuke, mientras se hacía a un lado, dando a entender que permitía que la de ojos color jade entrase a su casa, pues parecía querer informarle algo.
-Permiso – Dijo ella mientras entraba lentamente a la casa del pelinegro.
-Qué sucede, Sakura? – Ahora Sasuke se mostraba un tanto más familiar, después de todo, Sakura era también su amiga.
-La Hokage nos ha dado una misión, deberemos partir dentro de tres días – Dijo felizmente la joven.
-¿Y eso qué tiene de especial? – Preguntó Sasuke.
-Vamos Sasuke-kun!, hace un tiempo desde que no te dan misiones – se detuvo un segundo a pensar –además de ello, adivina qué!... Vamos a ser tú, Sai, Naruto, Kakashi-sensei y yo… No te parece genial?, - dijo con emoción la de mirada jade - hace tiempo que- Fue interrumpida por Sasuke.
-Esa vieja loca – Masculló con rabia – A pesar de que todo esto está sucediendo…
-¿A qué te refieres con “todo esto”, Sasuke-kun? – Preguntó con preocupación la pelirosa.
-No es nada – Dijo rápidamente el pelinegro – Voy a salir a hablar con Tsunade, así que te pido que salgas – se apresuró a tomar sus llaves, unos kunais, y caminó rápidamente hacia la puerta.
-Eh... Okey – Pronunció extrañada la pelichicle.
Así se despidieron ambos, Sakura en dirección a su casa, levemente preocupada por la situación. Mientras que Sasuke iba directamente a ver a la Hokage, molesto por la decisión tomada por ella.
Con esos pensamientos, luego de haber llegado a la torre de la Hokage, se detuvo enfrente de su puerta, suspiró, y luego la abrió sin más, ni un “permiso”, ni tocando la puerta. Inmediatamente, sin poder la Hokage alegar, Sasuke se dispuso a hablar – Tsunade ¿Qué rayos es eso de la misión que tendremos dentro de tres días? – dijo agitadamente.
-Hey, mocoso, no me faltes el respeto! – Algo exaltada, la hokage Le dirigió una breve mirada de molestia al menor para luego explayarse en la próxima explicación, pero no sin antes regañarlo un poco más – Sé consciente de que ahora mismo yo podría estar en una reunión importante, o algo así. En ese caso, tu interrupción realmente habría sido una molestia…. Como sea, ¿Por qué tanto problema con respecto a lo de la misión? – Alzó levemente una ceja mientras miraba al pelinegro, pero antes de que él respondiese, ella continuó – Se trata de una misión de no muy alta dificultad, sólo deben cuidar a los hijos de una familia de comerciantes de Sunagakure (País del viento) mientras estos viajan a Kirigakure (País del agua), quienes, por cierto, son bastante importantes, pues además están involucrados con la política de la villa y… de todas formas, se supone que Sakura ya te ha informado de esto, no es así? – inquirió la mayor.
-Aquello no lo sabía – respondió impávido el menor – pero no es lo que busco saber – pronunció ahora un poco más frio – la cuestión es que usted nos ha puesto una misión luego de lo sucedido con Naruto, no me parece la mejor idea – Miró fijamente a los ojos de la Hokage – En estos momentos no es una buena idea realizar una misión.
-Oh? Ahora si demuestras tu preocupación por Naruto – Dijo con intenciones de molestar la Hokage, y antes de que el pelinegro replicara, se dispuso a continuar – Él tiene que afrontar esta situación, ya que es un ninja… No sé durante cuánto tiempo él deba vivir de esta forma (“lanzando” feromonas y todo eso), y es por eso que deberá de acostumbrarse a ello... Además cuento con que tú lo protejas –Finalizó la de cabello claro.
Después de un silencio, Sasuke respondió – Yo no he aceptado cuidar del Dobe, no soy la niñera de nadie. Además, la razón por la que no quiero que asista es porque entorpecerá la misión, solo será una carga. Con 4 personas somos suficientes.
-No sabes si entorpecerá la misión, no hemos visto cómo reaccionará ante tal situación… Al menos yo no pude descifrar más de lo que ya sé sobre cómo será su situación de ahora en adelante con las pruebas en su sangre… - Pensó – Por otro lado, me da la sensación de que, después de todo, si cuidarás de él…
-¿Por qué mandarlo a una misión, Tsunade? – Preguntó molesto el menor, pero tratando de guardar la paciencia.
-Porque sé que él va a sentirse mal e impacientarse si es que no toma una misión pronto, sobre todo después de lo que ha pasado, y empezará a hacer un berrinche acá, y eso es más de lo que necesito… de todas formas, para la misión son requeridas exactamente 5 personas. Es una misión bastante fácil, por lo que no creo que él corra problema, además de que estarán todos ustedes allí. Por otro lado, esta familia es realmente importante, por lo que necesito mandarles ninjas que sean reconocidos como “buenos” y fuertes – suspiró, pues se dio cuenta de que el azabache no cambiaría de opinión – Ya he tomado la decisión, e informado de quienes participarían en la misión, así que así será, no quiero más replicas! – dijo determinada la ojimiel.
Sasuke se sentía molesto, la Hokage no estaba prestando, en lo más mínimo, atención a la situación, así que se preparó para, nuevamente, hablar, aunque resumiría la historia que se disponía a contar, de lo contrario sería realmente incómodo– Hoy, luego de que Naruto se fuese y yo me quedase aquí, me dispuse a ir a casa, y en el recorrido sentí el chakra de Naruto por un breve momento, por lo que preferí checar qué era lo que estaba sucediendo… Y me encontré con que cuatro tipos tenían acorralado al dobe en un callejón. Ellos no eran muy fuertes, pero Naruto no pudo siquiera defenderse, a pesar de ser un ninja – Sasuke detuvo la narración, luego prosiguió – En ese estado, Naruto será solo una molestia – Su tono era bajo, más de lo usual, como buscando ser firme en su hablar, pero aun así, no consiguió lo que deseaba, porque había un problema con su argumento.
-Pero tú lo ayudaste – Dijo la pelirrubia mientras que descansaba su cabeza posándola sobre una de sus manos, como ya aburrida de la conversación – Al final a Naruto no le pasó nada gracias a que tú lo ayudaste, así que cuento contigo… - miró una vez más al decidido joven y continuó - A pesar de ello, no puedo borrar lo dicho con respecto a los integrantes de la misión, además de que Naruto de alguna u otra forma logrará entrar en otra misión, gracias a su insistencia, así que prefiero que sea una en la que estén sus cercanos, y nada mejor que esta –hizo una pausa, y luego concluyó - Caso cerrado, ya te puedes retirar.
Sasuke no hizo más que apretar sus puños con fuerza, inclinar levemente sus cejas en una expresión de molestia, inclinarse y luego retirarse del lugar. Ya se había dado cuenta de que nada conseguiría con hablar con la Hokage, así que solo estaba desperdiciando su valioso tiempo en una inútil conversación. Continuó su camino, solo quería llegar a casa.
-Hokage-sama, no cree que fue muy dura? – Preguntó el peli plateado desde las sombras.
-Kakashi, tu probablemente habrías sido peor… ahh – Suspiró – Solo encárgate de observar la situación – Luego murmuró despacio, pero lo suficientemente fuerte como para que el de cabello cano escuchara – Este chico amargado e irrespetuoso… ¿Quién se cree que es?... El papá de Naruto? – Preguntó molesta la pelirrubia.
-Su relación es bastante cercana… Aunque no pensé que Sasuke se exaltase tanto – Luego solo mostró su ojito feliz – Tendremos que ver cómo se desarrollan las cosas – concluyó para luego regresar su atención a su libro Icha Icha.
-Sigues leyendo esas cosas, Kakashi? – Preguntó extrañada la Hokage.
-Nunca lo dejaré, es como mi biblia – Respondió el peli plata antes de retirarse – Como sea, estaré observando la situación, y la informaré al respecto - dijo mientras se retiraba y levantaba la mano en señal de despedida.
-Así lo espero – Afirmó la mayor para dar final a la conversación.
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El azabache caminaba cansado, siguiendo la misma ruta que horas antes había tomado en dirección a su casa – Maldita situación rara, maldito kyubi, por tu culpa deberé de hacer de niñera – Pensó con molestia, para luego concebir una idea que quizá le permitiría tener un plano un tanto más esclarecido de la condición de su amigo, hablar con el Kyubi utilizando el sharingan. Ello no evitaría el que tuviesen que ir a aquella misión, pero suponía que de ello algo iba a sacar – …Maldito dobe… –Para cuando ello había pasado por su mente, ya llegaba a casa, ahora solo dormiría. Ya al día siguiente se haría cargo de la situación.
Continuará…