Misaki Pov
Jamás he tenido mucha confianza en mí mismo, solo soy alguien común y corriente, no tengo ningún talento especial, ni alguna característica muy llamativa, a pesar de mi apariencia soy alguien bastante tímido y retraído, no dejo que las persona sepan lo que pienso con facilidad, prefiero esconder lo que hay en mi mente, así evito ser una molestia y preocupar al resto, preocupar a los que más quiero.
La única persona en la que confió plenamente es en mi amigo Onodera Ritsu, él es alguien excepcional con tan solo dieciséis años él ya está trabajando en una novela de forma profesional, yo no siento envidia por él , al contrario lo admiro y espero algún día encontrar mi pasión, poder descubrí algo que me impulse a ser mejor.
Ritsu y yo hemos sido amigos por bastante tiempo, los dos estamos siempre juntos, él es una excelente persona, nos ayudamos mutuamente y nos protegemos de todo mal, o eso era lo que yo pensaba.
A veces las personas creemos con tanta fuerza en que podremos cambiar el mundo a uno mejor que nos disipamos en esta ilusión, olvidando que es tan solo un sueño lejano, perdiéndonos en las fantasías dejando de lado la realidad, por eso cuando te golpeas con las paredes que la vida nos regala la caída es aún más dolorosa.
El oji verde hace un año se encontró en una dura rehabilitación para volver a caminar, gracias a su perseverancia Ritsu logro ponerse de pie y recuperar su vida, a pesar de eso el castaño dejo de creer en el amor y los finales felices.
“Misaki” Un sonriente oji verde me saco de mis recuerdos, mire con una tímida sonrisa a Ritsu el que se sentaba a mi lado.
“¿Cómo vas con tu novela?” Pregunte viendo como el más alto ponía una cálida expresión en rostro, gesto que me logro tranquilizar.
“Toma te traje mi avance, ya está lista y quiero saber qué opinas” El castaño me extendió un par de papeles al frente de mi asiento, yo sin vacilar los tome leyendo con sorpresa el título de su nuevo libro.
“¿La historia más triste jamás contada?” EL oji verde asintió con una gran tristeza reflejada en su rostro “Ritsu, no te cierres al amor, tu eres el único que puede hacer su final feliz” Intente animar al mayor dándole la mano en señal de apoyo.
“Amo esa ingenuidad tuya” Confeso bajando la mirada cristalina “Desearía poder mantener las esperanzas como tú lo haces” Musito sin verme a los ojos, detestaba cuando Onodera colocaba esa expresión tan dolorosa “Yo ya no puedo Misaki, Haruhiko sigue en mi corazón sin importar lo mucho que lo quiera borrar”
“Sé que el amor te llegara cuando menos te lo esperes” Susurre acariciando el meñique del oji verde con dulzura “Estoy seguro que él no era el otro extremo de tu hilo rojo” Confesé avergonzado por conocer esa leyenda.
“Tienes razón” Declaro con un hilo apenas audible de voz, mostrando poco a poco una nostálgica sonrisa.
“Escuchen” Todo el salón se quedó en silencio cuando el profesor conocido como “El demonio Kamijou” Ingreso al aula seguido de dos chicos “Este año ustedes tienen nuevos compañeros de clases, así que trátenlos bien”
“Si profesor” Dijimos todos al unísono ganándonos una mirada molesta del castaño, yo sentí un escalofría al ver que sostenía un libro de forma amenazante mientras apretaba el puño como si intentara reprimirse.
“Preséntense” EL más bajo tembló ante las palabras de sensei, dio un paso al frente mirándonos muy nervioso.
“Hola soy Yoshino Chiaki, y espero poder llevarnos muy bien” Musito con una nerviosa sonrisa sin saber a quién mirar, el chico era bastante pequeño, bajo, delgado, tenía unos llamativos ojos azules y emanaba un aire de ingenuidad.
“Muy bien Yoshino-kun siéntate al lado de Onodera” El oji verde levanto la mano para que el nuevo estudiante lo pudiera reconocer.
“Hola mi nombre es Ijuuin Kyo, me acaban de transferir de escuela y espero poder llegarlos a conocer a todos” EL hombre de cabellos negros y ojos de un penetrante color gris lanzo una encantadora sonrisa, cosa que me hizo temblar, sentí como el calor subía a mis mejillas, cosa que nunca antes me había pasado.
“Tú siéntate en el puesto vacío junto a Takahashi-kun” Mis ojos se abrieron de golpe, no quería estar cerca del nuevo estudiante porque me ponía muy nervioso, nadie nunca me había hecho temblar con tan solo una mirada.
“Sensei, perdone pero no sé quién es” El oji avellana me arrojo un libro en la frente sacándome de mis pensamientos.
“Duele” Musite sobándome la cabeza mientras evitaba la mirada furiosa del castaño e ignoraba la molesta risa de mis compañeros.
“Es el que se está quejando” El más alto camino hasta mi lado, sentándose junto a mí para regalarme otra resplandeciente expresión.
“Mucho gusto” Proclamo extendiendo su mano hacia mí, yo con timidez respondió a la acción sintiendo una fuerte corriente eléctrica entre nuestras manos, rápidamente aleje nuestros cuerpos sin comprender que era lo que me estaba pasando.
“Soy Misaki Takahashi” Me presente sacando mi libro de literatura mientras podía sentir la mirada del oji gris sobre mí.
“Una hermosa florecilla” Me di vuelta sin entender lo que decía el peli negro el cual no me resultaba desagradable, quizá con él pueda abrir un poco más.
“¿Una florecilla?” El oji gris acaricio mi rostro con dulzura, acción que logro que yo me tensara en un par de segundos.
“Eso es lo que significa tu nombre, Misaki es muy bonito” Una boba sonrisa se dibujó en mis labios sin querer deshacer el agarre.
“Kyo-san es muy amable” Musite sintiéndome apenado al saber que había dejado escapar uno de mis pensamientos en voz alta.
“Al contrario, yo ¿Podría abusar de tu generosidad y pedirte que me prestes tu libro?” Yo asentí cerrando los ojos sintiendo como el más alto se apegaba a mi lado para poder leer los textos que Kamijou-sensei recitaba.
¿Por qué mi corazón esta acelerado de esta manera? El tenerlo así de cerca, hace que me sienta muy feliz, sin embargo mi cuerpo no para de temblar y no soy capaz de verlo a los ojos ¿Qué es lo que me está pasando?
Kyo-san es muy amable, es alguien carismático, de esos hombre que logran atraer a las personas con tan solo una sonrisa, por eso no pude evitar que nos volviéramos cercanos, su presencia me gustaba, me hacía sentir seguro.
Gracias a la atractiva personalidad del peli negro, Ritsu, Chiaki, yo y él nos volvimos realmente unidos, el pequeño nuevo amigo de Onodera me agradaba bastante, tenía una naturaleza alegre y llamativa, que era justo lo que necesitaba Onodera para poder olvidar del cruel hombre que destrozo su corazón.
Cada vez que el peli negro se acercaba a mí nuevas y extrañas sensaciones crecían en mi interior, no entendía lo que me pasaba a su lado, siempre mis manos comenzaban a sudar, las palabras no me salía, mi mente era irracional, la forma en como me avergonzaba verlo a los ojos pero a la vez no poder aparatar los suyos de los míos, el cómo su calor me transmitía una gran seguridad, la manera en que acariciaba mis cabellos con cariño.
Esos sentimientos que yo desconocía, que resultaban ser un enigma para mí y mi atormentado corazón cada vez se hacían más fuertes, muy en el fondo temía conocer la respuesta a mis reacciones, no quería traicionar a Kyo de esa manera por eso me esmere en negarlo, yo jamás se lo diría, no le confesaría la forma en que mi corazón saltaba con tan solo una de sus miradas, o la manera en que yo me quedaba después de clases solo para poder observarlo intentado grabar todas su expresiones para que vivirá por siempre en mis memorias.
Los cuatro estábamos en la casa de Chiaki intentando terminar uno de los difíciles informes de Kamijou sensei, Ritsu y Kyo parecían muy concertados trabajado arduamente mientras que el oji azul y yo nos mirábamos incomodos, detestaba dejarle el trabajo a las personas que me importan, el ser un inútil, una molestia, sin embargo cada vez que yo sugería algo la verde mirada punzante de Ritsu me atacaba dándome a entender de que yo hablaba cosas sin sentido, solté un suspiro pesado intentando al menos entender lo que estábamos haciendo.
Después de tres largas horas por fin acabamos, a pesar de mis múltiples intentos por hacer un aporte importante no lo conseguí, no es que fuera tonto, simplemente no entendía esta materia, cada persona tiene un área que se le da mejor, en mi caso eso es más la historia y economía no los imposibles análisis literarios.
“Estoy tan cansado” Reclamo un oji gris acostándose en la cama de Yoshino el que ya se encontraba exhausto durmiendo en el sofá.
“No creo que a Chiaki le importe si te duermes un rato” Confeso el castaño con unas inmensas ojeras debajo de sus ojos.
“Dormiré solo si Misaki me despierta para regresar juntos a casa” Hay estaba otra vez esa opresión en mi pecho, todo mi cuerpo comenzaba a temblar con tan solo una de sus miradas a pesar de estar tan cansado él me sonríe de esta manera.
“Y…yo lo despertare Kyo-san” Musite tartamudeando mientras Ritsu me tomaba del brazo para que saliéramos de la habitación.
“¿Desde cuándo?” Pregunto el más alto mientras yo lo miraba bastante confundido sin lograr comprender sus palabras.
“¿Desde cuándo qué?” Interrogue ganándome una cálida sonrisa del castaño, el que acariciaba con ternura mi cabeza.
“Desde cuando tú y Kyo son pareja, Misaki soy despistado pero no ciego” Sentía como el calor se subía a mi rostro ante los comentarios.
“No sé de qué hablas” Confesé desviando la mirada “Kyo-san y yo somos un par de amigos nada más, yo solo lo quiero como un compañero”
“¿Recuerdas la novela que yo estaba escribiendo?” Algo sorprendido por la repentina interrogante de Onodera asentí sospechando de las intenciones del castaño.
“Si yo me leí todo tu libro, incluso memorice parte de él” Admití bastante orgulloso al haberme envuelto por primera vez en una historia.
“Entonces reconocerás esto” El castaño tomo un gran bocado de aire para seguir hablando “¿Sabrás que con cada palabra me terminas enamorando más? ¿Serás consiente de lo que tus dulces confesiones provocan en mí? Mi querido Haruhiko, sé que no tienes idea de todo lo que causas en mi corazón, tú eres el único que lo hace latir tan rápido, eres el único que puede nublar cada uno de mis pensamientos y definitivamente eres el único que me hace sonreír en mitad de esta desgracia” Mire impactado a mi amigo por su confesión, yo reconocí perfectamente esas palabras, eran las que el había plasmado en su desgarrador libro, aquel diario de vida que relataba la amarga experiencia de su primer amor.
“¿Qué me quieres decir con eso?” Acaricie la espalda del más alto en símbolo de confianza “No tienes que seguir atormentándote con el”
“Misaki lo que te intento decir es que conozco tu mirada, era la misma que yo tenía cuando poseía esa clase de ilusos pensamientos” Mire con compasión a mi amigo, a pesar de todo el tiempo que ha trascurrido el no puedo olvidarlo.
“Ritsu ya han pasado varios meses deberías dejarlo ir” Aconseje sabiendo que el más alto solo me ignoraría por su terco carácter.
“Las cosas no son tan sencillas” Suspiro amargamente “Lo que te recite fue para que tú mismo descubrieras tus sentimientos”
“¿Estoy enamorado de Kyo?” Pregunte de forma ingenua llevándome una de mis manos directo al corazón.
“Eso solo te lo puedes preguntar tu” El oji verde me sonrió tiernamente “Deberías ir a despertar a Kyo, ya se les hace tarde”
Sin poder ocultar mi vergüenza camine a la pieza del oji azul el cual aún seguirá tirado en el sillón para cercarme al más alto, contemple su rostro unos segundos, esa dulce expresión que tenía a pesar de estar dormido ¿Cómo alguien puede ser tan perfecto? Me pregunte mientras mi ritmo cardiaco se aceleraba.
Así lo supe, yo estaba enamorado de ese perfecto extraño que llegó a mi vida para instalarse en mi corazón, a mis 16 años yo nunca me había preocupado por algo como el romance, solo dejaba que mi día a día fluyera.
Moví con cariño y una cálida sonrisa al oji gris observando divertido como se removía entre las sabanas, cuando finalmente nuestras miradas se entrelazaron algo dentro de mi cambio, con una sincera sonrisa el mayor me saco de la casa del oji azul para caminar juntos a la mía, me sentía nervioso a su lado.
Yo junto a él era realmente torpe, me percibía bastante inútil al no poder expresar como me sentía, no tenía experiencia en el tema, ni si quiera estaba consciente de los sentimientos del mayor, lo único que deseaba era poder estar así junto a él, caminando disfrutando de nuestra mutua compañía escuchando como latía mi corazón.
Cuando llegamos hasta donde yo vivía invite al más alto sabiendo de ante mano que mi hermano no estaba en casa ya que a esa hora tenía una cita con su linda nueva novia, Niichan siempre me ha hablado del amor como si fuera lo más preciado que tenemos, piensa que es una de las pocas cosas por las que tenemos que aferrarnos en esta vida.
Al llegar a mi habitación nos sentamos el uno al lado del otro yo trague con dificultad al sentir el frio aliento del peli negro sobre mi cuello, intente relajarme para poder actuar como siempre, sin embargo aquellos hermosos ojos grises no me dejaban pensar con claridad, los míos los buscaban por inercia esas orbes.
“¿Sucede algo?” ME pregunto con un gesto lleno de preocupación acción que me hizo sonreír, Kyo-san es muy amable.
“Solo estaba pensando” Musite bajando la mirada nervioso “¿Qué es lo que piensas de la leyenda del hilo rojo?”
“Que no es una leyenda” Mire con confusión al más alto esperando que me explicara “Yo de verdad creo que hay alguien destinado para cada persona, y que estas se encuentran unidas por un pequeño hilo rojo” Sin poder evitarlo mire la mano del peli negro sonrojándome al imaginar que él estaba unido a mí.
“¿No te da miedo amar tanto a alguien?” LA cálida mano del más alto acaricio mis cabellos, el tacto de ese hombre me relajaba como nadie más lo hacía.
“Al contrario” Susurro acercando un poco más su cuerpo al mío, contacto que yo no fue capaz de rechazar me agradaba su calor “Me siento más tranquilo al saber que yo y la persona que amo estamos unidas, así el no podrá escapar de mi” yo ¿Podría ser yo el afortunado hombre que estaba unido a su otro extremo? Con esos ilusos pensamientos una gran calidez se hizo presente en mi interior calmando mi agitado corazón.
“Espero que tú seas mi otro extremo” Musite sin ser consiente de mis palabras hasta que fue demasiado tarde.
“Misaki ¿Yo te gusto?” Abrí los ojos de golpe sintiéndome como un idiota por haberme confesado sin si quiera notarlo.
“AA... NO, no es lo que yo quiero, bueno” Una risa nerviosa salió de mis labios junto con las incoherencias que tartamudeaba.
“Si te gusto” Afirmo con una tierna sonrisa mientras él se intentaba acercar a mí, yo sentía que podría morir de vergüenza.
“Tal vez” Declare de forma apenas audible, iba a seguir reclamando hasta que unos cálidos labios se juntaron con los míos.
Eso era mi primer beso, el cual fue increíble, inexplicable, todo mi cuerpo se calentó, perdí la noción de mi alrededor, solamente me dejaba llevar por mis sentidos guiados por aquel hombre de cálidas manos que recorría mi cuerpo sin pudor.
“Porque tu si me gustas, mi pequeña florecilla” No lo aparte de mi lado, no le respondí, lo único que fui capaz de hacer fue acurrucarme en su pecho para sentir lo agitado que también se encontraban sus latidos.
Después de esa confesión, el peli negro y yo comenzamos a salir formalmente declarándonos una pareja de enamorados, Kyo-san era la persona más considerada que yo conocía, él me amaba y lo veía en sus ojos, siempre me consentía, se preocupaba por mí, por el otro lado, para mi él era mi mundo además de mis amigos.
Por un par de años yo fui genuinamente feliz, Ritsu, Chiaki y yo seguimos siendo los mejores amigos, sin embargo el oji verde no se sentía capaz de publicar su novela o de olvidar a Haruhiko, yo estaba bastante preocupado por esa situación, la que duro hasta que salimos de la escuela e ingresamos a la universidad.
Mi novio era alguien muy inteligente, se manejaba sin problemas en la facultad mientras yo aspiraba a ser editor de mangas, queríamos ser un equipo para sí estar siempre juntos, a veces hablábamos de cosas como el matrimonio o formar una familia, yo lo amaba de verdad, él era mi primer amor y quería permanecer por siempre a su lado.
Sin embargo todo cambio cuando a mi pareja le ofrecieron trabajo como modelo, jamás supe que fue lo que vio o lo que vivió pero eso lo cambio, aquel iluso mangaka de brillantes ojos grises y despampanante sonrisa desaparecía cada día más, me asustaba estar perdiendo así al otro extremo de mi hilo, cada vez me sentía más solo.
“Kyo-san” Pregunte revolviendo con dulzura al más alto de la cama “¿Hoy a dónde quiere ir por nuestro aniversario?” Ilusionado lo interrogue deseando revivir nuestro amor el cual comenzó hace casi cuatro años.
“Misaki no me siento de humor” Proclamo el peli negro dándome la espalda, una inmensa tristeza se hizo presente en mi corazón por su rechazo.
“Lamento haberte molestado” Musite dándome vueltas para dejarlo solo, sin embargo sus fuertes brazos me apresaron en contra de su pecho.
“Mi florecilla, no fue mi intención lastimarte, por favor perdóname” Susurro cansado dándome un tierno beso en la frente “Es que mi trabajo está más pesado ahora que ha llegado una nueva modelo a la empresa”
“¿Quién es?” Pregunte sin sepárame de su pecho, escuchando nuevamente los acelerados latidos de su corazón.
“Erika Ichinose, una nueva estrella” Declaro deprimido “No se cómo es posible que ella haya llegado tan alto en tan poco tiempo” Acaricia el rostro del peli negro sabiendo por lo que pasaba, mi novio se entusiasmó ante la idea de ser modelo, enamorándose de la empresa, a él le apasionaba como una imagen podía transmitir tantos sentimientos, por eso dejo la universidad para poder dedicarse a su nuevo sueño.
“Amor, nadie va a arrebatar lo que quieres” Musite intentando darle ánimos, el oji gris con debilidad apoyo su cabeza en mi pecho.
“Tengo miedo a fracasar, a haberlo dejado todo para nada Misaki” Con mis pequeños brazos lo rodee sintiendo como un par de lágrimas caían de sus ojos, me destrozaba verlo de esa forma, tan vulnerable.
Kyo siempre ha trabajado muy duro por lo que quiere, el jamás se ha dedicado a modelajes frívolos como campañas de ropa, no, el hace algo más significativo, algo que transmite un mensaje, y eso le apasiona.
No es justo como alguien mas le quite lo que el tanto quiere, él se lo merece, lo ha dado todo, no es justo, lo que más me aterra es que esa clase de personas logre cambiar a mi amado oji gris, y que yo lo pierda.
Lamentablemente mis mayores temores se confirmaron el mismo año que Ritsu desapareció para irse a Inglaterra intentando olvidar a su primer amor, mi amado oji gris, ese cálido hombre con un enorme corazón había muerto, el cambio, esas personas lograron destrozar todo lo que era volviéndolo alguien frío y distante.
Cada día él se perdía más a sí mismo, pronto todos esos dulces gestos fueron reemplazados por arrogancia, lo había perdido porque esos ojos ya no me miraban con amor, porque esas lindas palabras ya no eran para mí porque yo ya no era su florecilla.
“Misaki me vas a acompañar al estudio ¿Cierto?” Me pregunto sin si quiera dignarse a mirarme, me lastima que me trate así, que ya ni si quiera me toque, que él no me mire a los ojos porque sabe que entre nosotros ya no hay amor.
“Si, te esperare en el estudio” Declare con una falsa expresión de felicidad, no lo quería, me aterraba ver como todo se derrumbaba.
“Muy bien, entonces cuando vayas te presentare a la maldita de Erika, esa arrastrada que insiste con hundirme” Antes jamás hablabas así ¿Dónde quedo el iluso adolecente de las románticas palabras?
“Deberíamos irnos” Dije en un hilo casi inaudible ingresando al auto de mi pareja sin ser capaz de emitir otro sonido.
Escuchaba como estruendosamente mi corazón se partía, todo lo que viví ayer parece ser un sueño, una lejana y maravillosa ilusión, sentía mis ojos arder, a pesar de eso intente no llorar, quizás mi amado Kyo aun este en alguna parte escondido en lo más profundo de su corazón, sin ser capaz de presentarse mostrándome un frío embace vacío.
Vacío…así era como yo estaba, extrañaba a Ritsu a mi incondicional amigo, me aterraba la idea de no volverlo a ver, el me prometió regresar dentro de dos a tres años ¿Cómo sobrevivirá? Ahora también sin Kyo, Chiaki es el único apoyo que me queda, y detesto decirlo pero eso no es suficiente como para opacar mi soledad.
El oji gris se bajó del auto guiándome a la una sala llena de escenas para los modelo me indico que lo esperara a fuera, yo lo detuve con mis últimas fuerzas, pelear por una relación que solo to quería me dolía.
“Suerte amor” Declare sin vergüenza intentando mantener mi sonrisa para reprimí el llanto que amenazaba con salir.
“Gracias” Lo sabía, esos ojos ya no me miraban con amor, ya no brillaban para mí y sobre todo esa persona ya no era de quien me había enamorado.
Estaba solo, me abrase a mí mismo sin saber a dónde ir quedándome estático en el lugar con el rostro agachado, estaba tan solo, poco a poco las personas me iban dejando atrás concentrándose en lo que vivían.
Tanto Ritsu como Kyo transformaron su personalidad gracias a las circunstancias por las cuales atravesaron ¿Porque? ¿Por qué las personas son tan crueles? ¿Cuál es la diversión al destruir a los demás? Recordaba con rabia a Haruhiko quien no tuvo vergüenza de robarle el corazón al oji verde para devolvérselo destrozado o a Erika la mujer que pisoteo los sueños del inocente alumno que to tanto amaba.
¿Acaso ya no queda nadie honesto? Mire con una nostálgica sonrisa el piso, conociendo la respuesta, cada vez me sentía más atrapado en mis pensamientos hasta que una intensa voz me logro sacar de estos.
“Disculpa” Levante mi mirada para encontrarme con unos hermosos ojos violetas los que hicieron que todo mi cuerpo temblara “Tú eres modelo” Me encontraba algo atónito por su pregunta, una tímida sonrisa se escapó de mis labios, ¿Hace cuánto que yo no sonreí de esta forma? Hay algo en el que me agrada.
“¿Eh?” Fue lo único que pude decir ruborizándome al recordar su comentario “No, yo estoy esperando a mi pareja Kyo, el si es modelo”
“¿Es tan guapo como yo?” Mi corazón golpeo desesperadamente mi pecho al escucharlo, mis piernas comenzaron a temblar, una parte que yo pensaba ya desaparecida en mi interior empezó a revivir.
“Más guapo que tu” EL peli negro apareció guiado por los celos para interponerse en la conversación que estaba teniendo con ese maravilloso extraño “Yo soy Ijuuin Kyo” Observe con curiosidad como el peli plata fruncía el ceño sin entender del todo la razón.
“Usami Akihiko” Mi corazón latió desenfrenadamente al escuchar la voz del oji violeta, no podía apartar mi mirada de él.
“¿Usagi-san?” Me sentía apenado por mi torpeza, había pronunciado mal su apellido pero a él no pareció importarle, podía sentir como si nosotros tuviéramos una conexión especial a pesar de apenas habernos conocido, como si estuviéramos destinados.
“Solo tú puedes llamarme de esa forma” Sonreí tiernamente recuperando las esperanzas de poder volver a amar.
Aquel extraño encuentro con el peli plata no había sido al azar, de eso estaba seguro, el logro resucitar en mí las emociones que pensaba haber perdido, aquel desconocido trajo de regreso algo de la inocencia que creía pérdida.
No supe porque me sentía tan cómodo con él, ni como él podía electrizar todo mi cuerpo con tan solo un toque de sus frías manos, mi mente estaba hecha un caos, de lo único que yo estaba seguro es que él era el otro extremo de mi hilo rojo.