-AAAAAAAAA…-
-Ya casi… Sólo… un poco más-
998…999… ¡1000!
Tras acabar con el entrenamiento pantera y tigre se desplomaron sin conocimiento alguno.
-Atsushi- cruzado de brazos y más fresco que una lechuga el capitán manda a su subordinado.
-Hai... Hai- Les carga como si de costales se tratasen con rumbo a la enfermería.
-Asegúrate que sigan con vida, aún deben de completar su castigo.- Hace una pausa- Y estando muertos… Ha… Sus cadáveres no nos servirían para ganar el campeonato-.
Todos los ahí presentes se quedaron petrificados.
-Por hoy terminamos-.
Inmediatamente todos desaparecieron.
-Akashi-kun-
Todos a excepción de un lobito de brillantes ojos celestes.
-Ah. Tetsuya-
-¿Podemos hablar?-
El pelirrojo abre la puerta galantemente haciendo una ligera reverencia- Después de ti-
Una vez más en los dominios de Seijuurou.
-Supongo que, ya habrás informado a Taiga y Daiki del gran acontecimiento-
-Lo hubiera hecho de no ser porque están parcialmente muertos a causa del entrenamiento impuesto por ti Akashi-kun.-
-Sabes que mis órdenes son absolutas, Tetsuya.- Pausa y continúa.- Y siendo capitán es mi deber imponer las reglas ante todo.- una leve sonrisa aparece en su rostro.- Además ¿de qué te preocupas? Tú y yo sabemos que ése par de idiotas no son tan o nada débiles como aparenta.-
-No.- Su semblante se ensombrece- Pero tampoco deseo que mi hijo crezca sin padres.-
-Hah. Tetsuya, hacer tanto drama por esto, no es propio de ti.- lanza un leve suspiro- Esta bien acortaré su castigo. Pero a cambio ya sabes lo que pido.- Se acerca a escasos centímetros del alvino.
-Si… No lo creo Akashi-kun- ante la sorpresa del contrario, le aparta.
-¿Y qué te hace pensara eso?- se recupera inmediatamente, retomando el terreno perdido.
-Tres razones- con sus dedos empieza a enumerar dando con ello más énfasis a sus palabras- Uno. Te proporcionamos entretenimiento gratis: Sin nosotros estarías a merced de la monotonía. Dos por Murasakibra-kun. Y tres- se aproxima al león, percibiendo su esencia y rozando prácticamente sus labios.- Porque no lo harías. No ahora que has regresado.- Le da un largo y casto beso.-
-Entonces, está es la despedida- la tristeza comienza a embargarle una vez separados.-
-Sí.- Se dirige a la salida. Llegando al marco de la puerta se vuelve ligeramente- Siempre estaré cerca cuando me necesites.- Con ello cierra la puerta tras de sí.
Los días fueron pasando, el gran día se avecinaba y Aomine y Kagami desconocían por completo el estado de salud de Kuroko.
Cada día se acercaba más la llegada del bebé pero cada día que pasaba los tres se distanciaban más.
Hasta que un día…
-Hay que llevarlo al quirófano de inmediato-
-Las contracciones ya son constantes, 10 centímetros de dilatación.-
Abriendo innumerables puertas Kuroko recorría el largo pasillo sintiendo cada vez más cerca el nacimiento de su hijo.
-No te preocupes Kuroko- le sujetaba la mano tratando de calmarle el puma Shigehiro Ogiwuara- Estoy seguro que Aomine, Kagami y los demás vienen en camino.
Debido al dolor Tetsuya alcanza a asentir levemente con la cabeza.
Momentos antes…
-Damas y Caballeros, bienvenidos a lo que promete ser un partido fuera de este mundo. Bienvenidos al juego del siglo.- la voz profunda hace una pausa dramática- Luchando por el título mundial y la copa; Los Jaberwock del nuevo mundo, de USA, contra The Generation Of Miracles del viejo continente, Japón.-
¡POM!
-Deja de hacer eso-
-¡Auch! ¡Eso dolió Midorichi!- Se sobaba la cabeza el Shiba inu.
-Eso te pasa por idiota- le contesta el peli verde.
-Eh… ¿Midochin está alterado?- interviene el peli purpura.
-¡No estoy alterado! Es solo que no tolero bromas de mal gusto.- contesta enfurruñado Shintaro.
-Debimos de haber traído a su novio… Así estaría más calmado- argumenta inocentemente Kise.
-Y de mejor humor- continua Murazakibara.
Al instante el shiba inu y el oso fueron atacados por un muy rojo cuyo.
Aunque no era algo de grandes dimensiones como lo hacía ver el súper modelo, si tenía cierto grado de complejidad e importancia. Después de todo los Jaberwock eran reconocidos a nivel mundial y de no ser por Kagetora Aida no se verían involucrados en un partido de basquetbol callejero.
-Ja ja ja ja- súbitamente el equipo estadounidense estallaron en risas al verles.
-¡¿Estos mocosos son los famosos integrantes del GM?! - el primero en hablar fue el capitán.- No durarían ni cinco minutos del primer tiempo.-
-Corrección, del calentamiento- secundó su mano derecha.
-Ja ja ja ja- nuevas carcajadas y burlas.
Era oficial, ahora sí era personal. Les demostrarían quienes eran los mocosos ahí.
Comienza el partido y como era de esperarse los GM abrieron el marcador con 15 puntos de diferencia.
-Vaya. Así que los niños quieren jugar rudo- se mofa Jason Silver- Creen poder con las grandes ligas.-
-Hay que enseñarles a respetar a sus superiores- comenta calmadamente Nash Gold Jr.
A partir de eso el partido dio un cambio radical, ya que ni con sus mejores técnicas (incluso estando en la zona) los GM pudieron detenerles. La diferencia era monumental.
- Si no hacemos algo nos harán papilla-- extenuado comenta Kise dejando caer su cuerpo completamente en la banca.- Quedaremos como unos completos idiotas si no reaccionamos ya.-
- ¿Y qué es lo que sugieres Kise?- recrimina ásperamente Aomine- Esos tipos respiran y viven en la zona. ¡¿Qué es más poderoso que la zona?!-
La tención crecía a cada momento.
-¡Vamos chicos no se rindan!- de entre el público rompe el silencio la voz del lobo.
-¡Ustedes pueden vencerlos!- a su lado Ogiwuara acompaña a su amigo.
-¡GM, GM, GM!- pronto todos coreaban a una sola voz animándoles.-
Fue en ese preciso momento en el que algo en su interior se ilumino, cambio. Nuevamente Tetsuya les había abierto las puertas hacia otro nivel. El poder más grande que la zona, ahora les dominaba.
Pronto empataron el marcador; ya sólo estaban a un punto de la victoria. El momento decisivo.
-¡REBOUND!-
-¡AH!-
-¿Ku-Kuroko estas bien?- se sitúa más cerca de su compañero- N-No me digas que...-
-Si...- Asiente con un rictus de dolor en su rostro.
***
-¡¡¿¿ QUÉ KUROKO QUÉ??!!- gritan al unísono Taiga y Kagami.
-Si serán idiotas- mientras corrían Kise les regañaba.-Era más que obvio-
-Pero como estamos hablando de ustedes no me sorprende del todo que no se hayan dado cuenta- al peli rubio se le une el cuyo. Y mientras se abrían paso a través de la multitud continuaban recriminándoles su falta de sensatez.
La pantera y el tigre no sabían si sorprenderse más por el hecho de que eran los únicos que desconocían completamente que iban a ser papás o que Kuroko estaba embarazado y en labores de parto.
-¡¡KUROKO!!- ambos entran a empellones al quirófano.
En eso se escucha el llanto de un bebé.
Una enfermera se les aproxima.
-Felicidades, son mellizos-
Eran idénticos a ellos. Cada quien toma en sus brazos a una de aquellas pequeñas y hermosas criaturas.
Aquel día no sólo habían ganado, sino que además, Kuroko le había recompensado con el mayor de los honores, el ser padres.
FIN