-Tetsu…-golpe la puerta de su cuarto, pude oír sus pasos y luego la puerta se abrió.
-¿se te ofrece algo Aomine-kun?-su voz sin vida siempre me había provocado escalofríos.
-bueno…es…sobre lo de hace un rato-su cara fría no se inmuto, y me pregunte si sabía a lo que me refería-… lo de tu relación con Kagami.
-¿Qué con eso?
-creo que lo beberías pensar mejor.
-el no me hará daño, Aomine-kun.
-solo recuerda lo que paso la última vez que digite eso, ¿qué tal salió?-su mirada se torno oscura-no quería decir eso…yo…
-está bien, no soy tan ingenuo como todos creen, no bajare la guardia ante nadie, en el momento que Kagami-kun se vuelva peligroso lo dejare.-su forma de hablar y el tono tan frio en lo que lo decía querer saber si en verdad lo entendía-si es todo, me iré a dormir, tu deberías de hacer lo mismo, mañana hay clases- la puerta se cerro y no pude hacer más que retirarme al dormitorio de Kise.
-resulto una sorpresa, ¿cierto, Aominecchi?-me acurruque en el pecho de mi novio y alce la mirada para ver sus hermosos ojos tan profundos como el mar.
-¿te refieres a lo de Tetsu?...si, aunque creo que era algo que ocurriría tarde o temprano.
-¿en serio?
-sí, bueno-su forma de hablar tan profunda hacia que se me dificultara prestar atención a la plática- si lo piensas bien, Kagami se acerco a nosotros por Tetsu, así que desde el principio ese fue su propósito desde el principio.
-¿estás preocupado?
-por supuesto, fui el primer amigo de Tetsu y el responsable de que se uniera al club de Basket…y fui-
-Aominecchi, tu no tienes la culpa-me coloque sobre su pecho y lo abrace- Kurokocchi…no nos culpa por eso… no deberías de culparte.
-lo sé…pero… si le hacen lo mismo a Tetsu no me lo perdonare.
-está bien, no lo dejaremos, ninguno de nosotros.
-por supuesto, ¿qué te parece si tenemos una cita el viernes?
-¿eh?
-si, no hemos tenido una cita desde que comenzamos a salir, así que…¿te parece bien?
-¡claro!
-entonces no hay nada que discutir, tendremos una cita el viernes después de la escuela -me beso la frente y sus ojos se cerraron, claro señal de que dormiría en mí habitación.
Al despertar mire el reloj a un lado de mi, las 7… ¡las siete!
-Aominecchi despierta-comencé a mover al gran tronco recostado a un lado-¡AOMINECCHI!
-¿eh?... a Kise, ¿Qué sucede?
-¿Cómo que sucede? Nos quedamos dormidos…son las siete levántate.
-no llegaremos…quedémonos a dormir.
-tengo una prueba hoy, no puedo quedarme-salí y me metí en la ducha, al abrir la regadera me arrepentí al instante, ¡estaba helada!
-Kise…voy a entrar-¿eh?
-no-en el mismo instante la cortina se abrió y lo único que pude hacer fue cubrir mi cuerpo-Aominecchi no tenemos tiempo para esto.
-exacto-su manos recorrieron mi cuerpo y después mi cabello-listo, ahora solo sécate.
-¿eh?
-yo me quedare un poco más de tiempo, podrías alistar nuestras mochilas ¿cielo?
-si…-salí de la ducha y me dirigí a la sala, nuestros uniformes, mochilas y bentos se encontraban sobre la mesa junto a una nota-“Kise-kun Aomine-kun, espero que lleguen a la escuela, les dejo todo aquí para que no pierdan tiempo, nos vemos”-la escritura ordenada y elegante, y por supuesto la forma en la que nos llamaba me hiso darme al instante quien era el responsable-¡Kurokocchi eres un ángel!
Seque mi cabello y me vestí, y comí el pequeño y delicioso desayuno que había dejado
Kagamicchi, después oí los pasos de Aominecchi bajando.
-Kise…oh genial-se vistió pero no se molesto en comer, me paso el casco de su motocicleta y se hecho ambas mochilas al hombro-vamos, o no llegaremos.
Al momento en que me subí al asiento de atrás la moto acelero, oí el grito de adrenalina de Aomenicchi y pude sentir la fuerza del viento intentando tirarme.
-¡baja la velocidad!
-¡si lo hago no llegaremos!-sentí mis manos siendo sujetadas por una calidez-no dejare que te pase nada, tranquilo-su voz tan tranquila y suave hiso que levantara la cara de su espalda. Instantes después estábamos frente a la escuela.
-¡me tengo que ir!-baje tan rápido como pude y sentí mi bazo siendo atrapado por el, me quito el casco y me beso.
-necesitaba una recompensa-sentí las mejillas arder y comencé a correr.
Las clase no pasaban rápido, los maestros me regañaban por estar distraído ¡estúpidas matemáticas que no me dejan pensar en Kise! El sonido de la campana fue la señal que necesitaba para salir disparado al salón de Kise y disfrutar de mi almuerzo. Al llegar el salón estaba en completo silencio, no pude visualizar a Kise.
-Aomine-san…-al oir mi nombre me gire y pude ver a una chica de pelo negro con la mirada triste.
-¿Qué pasa?
-si buscas a Kise-san no está-¿eh?-Kise-san saco la peor calificación del examen… puede que suspenda la materia…llamaron a sus padres, así que…
-¿Qué tan malo fue su calificación?
-cero…
-eso…-me di la vuelta y justo cuando iba a correr la chica me tomo del brazo.
-no creo que Kise-san quiera que lo veas ahora.
-no me importa Kise es-
-por eso mismo, no creo que Kise-san lo vea ahora.
Me solté del agarre y comencé a correr al llegar a la sala de maestros no vi ni rastro de Kise, pero al igual que en el salón, todo estaba sumergido en un silencio pesado. Mire asía la ventana y vi su inconfundible cabellera subir a una carro negro.
-¡KISE! ¡KISE!-golpe la ventana al punto de romperla, grite golpe, grite, golpe, hice el mismo patrón hasta que la ventana se rompiera y Kise se marchara en ese coche.
Esa noche Kise no regreso a casa, ni esa ni la siguiente o la siguiente a esa, tampoco fue al colegio y lo único que me aseguro que seguía vivo fue un mensaje, ¡solo un maldito mensaje!
NOMBRE: Kise Ryouta
ASUNTO: ninguno
“La he regado Aominecchi, el maestro me ha dado otra oportunidad para no reprobar este bimestre. Me hara un examen de todo lo que hemos visto hasta ahora, mi padre esta furioso y me dijo que no saldré de casa hasta el dia del examen ¡¿lo puedes creer?! Es horrible, bueno nos veremos el jueves en la escuela, diles a todos que estoy bien, ¿si? Nos veremos.”
Eso fue lo único que pude oir de Kise en todos esos días, nadie se acerco a mi porque sabían lo que les podía pasar si tocaban un mal tema. Durante todo ese tiempo me di cuenta de lo mucho que amaba a Kise, mi vida sin el era la oscuridad misma, era la casa más horrible. Era un desastre peor que cualquier cosa que pudiera vivir en mi pasado. Era el caos y el desastre mismos. Y ese dia me hice una promesa: “sin importar lo que pasara nunca, nunca dejaría que Kise se marchara de mi lado por más de siete horas”
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