“¿Tranquila?”
-Y-Yo… -dijo intentando poner una voz más andrógina.- ¿Do-Donde estoy...?
- ¡Oh, pues estas en la habitación Sei-chan! –Hablo Reo más animado, a lo que Furihata sintio escalofrios "La habiatacion de Akashi-san...".- Bueno eso no tiene importancia ahora, ¿fuiste sola a ver los partidos? Esperamos que alguien te recogiera pero nadie pregunto por ti.
-Eh, ¡A-Ah! Si, vine solo… Digo ¡sola, vine sola! –grito nervioso moviendo sus manos haciendo gestos incomprensibles. Por un momento casi se le olvida que ahora era una “mujer”.-
-Ya veo –hablo Reo posando una mano en su mentón.- ¿y tus padres? Has estado unas cuantas horas desmayada pero no has recibido ninguna llamada.
-Ellos… ellos fueron a casa de mis abuelos están enfermos así que me iba a quedar sola hasta mañana –se felicito internamente por su gran mentira (Aunque no todo era inventado). “Abuelo… ¡lo siento!”.- La-Lamento preguntar esto ahora, pero, Qué… ¿Qué hora es?
-Hace unos cuantos minutos dieron las once –hablo por primera vez Akashi.-
-¡De-De-Debo volver a casa! –se levanto con mareo y todo. No podía seguir compartiendo ambiente con ellos, le era por demás incomodo, además la hora no era muy adecuada.-
-No, no es bueno que una dama salga sola a estas horas, no estaríamos tranquilos –dijo Reo tomándole de la muñeca a lo que la chica solamente pudo encogerse en su lugar.-
-¿Entonces qué hago? digo, tampoco puedo quedarme aquí –dijo con un hilo de voz.- solo debo volver, puedo cuidarme.
-Te quedaras aquí.
Todos miraron en dirección al Emperador de Rakuzan. Lo que decía era absoluto, pero como se suponía debían reaccionar, estaba dejando quedarse a una completa desconocida en su “cuarto” (si así se le podía decir a aquel lugar, parecía podía albergar a una familia de cinco.)
Bueno, ninguno quería dejar que la fémina se fuera sola a su casa a esas horas y como no estaban en Kyoto no podían simplemente pedirle a alguien que la llevara y tampoco llevarla ellos.
Reo despeino a la muchacha y camino a la “mini” cocina que se encontraba en aquel lugar, saco unas cuantas cosas del refrigerador y le preparo un aperitivo a la chica.
-Debes tener hambre –le extendió un platillo con un simple y común sándwich.- es tarde así qu-
-Gracias –sonrió- esto es suficiente, gracias por todo –se inclino, al parecer ellos no eran malas personas.-
-¡No hay de que! –Grito Kotaro haciendo nuevamente acto de presencia-¡¿Ne,ne te gusta mucho el básquet?! –Dijo con su normal tono enérgico.-
-Eh, ah sí, aunque no soy muy buena...-respondió luego de prácticamente devorar aquel aperitivo.-
-No digas eso, a ver ¿cuántas canastas lanzas? –Pregunto Reo.-
-O-Ocho de diez –dijo dudoso, no quería que se rieran de el.-
-Vaya eso es bastante… mediocre –dijo Kotaro.-
-¡No seas mal educado! No te preocupes eso no es malo- ¿Cuál es tu nombre?
“Mierda, mierda, mierda”
No sabía que decir, no había pensado en un nombre y no pensó que se lo preguntarían tan ‘pronto’. Repaso en su memoria los nombres de sus parientes y amigas en busca de uno que no fuera tan diferente al suyo para poder atender a este sin problemas, paso desde su madre, Naomi hasta el de su hermana, Mayu, pero nada le resultaba fácil. Decidió “echarse la soga al cuello” solo abreviando su nombre y cambiando su apellido.
-Kou… me llamo, Egami Kou.
-Kou-chan tu eres de Seirin cierto, ¿Fuiste a animarlos? ¿Crees que nos ganaran?
Esa pregunta le puso realmente incomodo, y el muchacho de colmillos no se salió libre luego hacerla. Reo le dio un zape diciéndole que por que le hacia esa pregunta, podría molestarla. La pelea entre esos dos no terminaba llevaban unos cinco minutos entre gritos hasta que el emperador se dispuso a callarlos.
-Deténganse –se hizo el silencio por unos segundos no volaba ni una mosca, mas, una temblorosa voz acabo con el.-
-Y-Yo, no estoy seguro de si Seirin ganara –hizo una pausa- us-ustedes son muy fuertes pero no es un equipo que se rinda simplemente por creer no tener oportunidad –hizo énfasis en lo ultimo.-
Todos le miraron, incluso Nebuya había parado de devorar para prestar atención a las palabras de la castaña.
Reo se limito a sonreír, esa chica se había atrevido a decir que ellos podrían perder(o que su triunfo no era seguro) en frente del absoluto Akashi Seijuro, tenía valor o inocencia, tal vez las dos. Nebuya se acerco y empezó a bromear con la muchacha a lo que Kotaro salió a su ‘rescate’.
-¡Atrás gorila súper desarrollado! –gritaba el rubio a lo que Nabuya simplemente agradecía los “cumplidos”.-
-¡Cállense los dos que la están molestando y también a Sei-chan! –intervenía Reo nuevamente a calmar las aguas porque o si no eso terminaría con varios heridos y no precisamente a golpes.- muy bien.
-Ustedes son geniales –murmuro la muchacha a lo que todos le quedaron mirando expectantes para que continuara con lo dicho, ella simplemente se tapo el rostro negando con el rostro teñido de rojo.-
-No lo somos, solo mira a esos idiotas –dijo Reo guiñándole.-
-Lo son –hablo la chica nuevamente, su conversación era con el peli-negro pero aun así todos se mantenían atentos a esta, inclusive Akashi, aunque quisiera aparentar que no.- yo a al único modelo a seguir, que puedo aspirar es a Kuroko, pero ustedes, todos son grandiosos.
-No puedes –dijo Akashi metiéndose a la conversación.- tú eres común, Tetsuya es diferente de ti.
Mibuchi por un segundo quiso responderle por primera vez a Akashi, era una dama no debía decirle tales palabras, pero se abstuvo, no quería que algo le pasara a su linda cara. Estaba a punto de cambiar el tema cuando Kou hablo.
-Lo sé –sonrió.- pero no pienso rendirme.
Eso había dejado mudo a Akashi, pensaba que con esas simples palabras la persona ‘infiltrada’ quedaría bastante achacada, al ser descrito por el emperador como “inferior” a Testuya debía molestarle, después de todo el chico sombra carecía de habilidades especiales para aquel deporte(ya que su falta de precensia no solo aplicaba al juego).
-¿Ne,ne kou-chan tienes hermanos? –Pregunto Hayama mientras intentaba empujar a Eikichi.-
-Ah, sí, una hermanita menor, se llama Mayumi ¿Por qué?
-Es que tienes no se… ¿aires de hermana mayor? –dijo regalándole una sonrisa que fue correspondida.-
La castaña busco su bolso, saco su teléfono y apenas encendió la pantalla se veía de fondo una imagen de una pequeña castaña sonriendo mientras hacía unos ‘conejitos’ con los dedos.
Reo sonrió enternecido, y Kotaro y Nebuya bombardeaban a muchacha con que si a su hermanita también le gustaba el básquet, si quería que le enseñaran etc.
Akashi miraba con atención como aquel chico se relacionaba con sus compañeros, si, chico ya que sus ojos nadie los engañaba, lo había descubierto desde que tropezó con él.
Miro la hora, faltaba poco para las doce, hecho a sus compañeros con un simple “váyanse” y estos desaparecieron por donde vinieron, dándole las buenas noches a él y a la muchacha.
Se hizo silencio, Kouki se removía en su lugar, temía que el peli-rojo hubiera descubierto la farsa, quería convencerlo de que lo dejara volver pero no creía poder, si no lo dejaron a las once mucho menos lo dejarían a las doce.
-No creí que Seirin caería tan bajo para enviar a un espía –Akashi rompió el silencio, cuando Furihata iba a replicar simplemente una mirada le basto para que quedara mudo nuevamente.- Furihata kouki, número doce, eres patético.
-No diga eso… -murmuro.-
-A pesar de tus palabras de hace un rato viniste aquí solo en busca de que tu equipo ganase ¿no es así?
-No…ble –decía con un hilo de voz comenzando a sollozar.-
-No puedo oírte, habla más fuerte –ordeno.-
-¡N-No hable como si lo supiera todo! –grito ya llorando de la impotencia que sentía en ese momento. Hizo un pausa para que el peli-rojo dijera su típico “soy absoluto” pero al no ver ninguna expresión en el rostro del más alto prosiguió.- y-yo no pedí hacer esto, fui forzado… además, ustedes no dejaron que yo me volviera a casa.
-Es tarde.
-¿Y a usted que le importa? –dijo con voz temblorosa intentando calmar su respiración, lo que había dicho no había sonado de la manera correcta.- yo no… ¿sabe? No se preocupe, después de todo no descubrí nada, me iré apenas amanezca.
-Eso espero.
Dicho eso el peli-rojo camino hacia la cama para descansar, Furihata se había quedado en el sofá cercano a la entrada mientras esperaba el amanecer secando sus lágrimas.
Cuando despertó en la mañana. Como había prometido el chico, ya no estaba y solo yacía en la mesita junto al sofá una nota que decía:
Muchas gracias por acogerme anoche, lamento haberles causado inconvenientes a todos. No puedo ofrecerles más que unos caramelos para despedirme, les deseo la mejor de las suertes para el partido.
Escondidos tras esta se encontraban cuatro caramelos de diferentes sabores. Suspiro pesadamente, y a los minutos después sintió como tocaban enérgicamente la puerta, típico de Kotaro hacer escándalos.
La abrió entrando los tres chicos buscando con la mirada a la muchacha.
-¿Y kou-chan? –Pregunto Hayama, mientras los otros simplemente miraban a su capitán.-
-Se fue.
*0*0*0*0*0*0*
Akashi se encontraba bastante perturbado recordando el rostro lagrime ante del castaño con el que había compartido espacio esa noche. Ni siquiera comprendía el por qué no les había dicho a sus compañeros sobre la nota que había dejado para según el “mantener las apariencias”
*0*0*0*0*0*0*
Había pasado ya, una semana desde el término de Winter Cup dando como ganador a Seirin.
A nadie se le paso por la cabeza siquiera el culpar a su capitán por la pérdida del partido, simplemente no habían sido lo suficiente fuertes a sus ojos. El peli-rojo sentía que se había quitado un poco la presión que recaía en él al siempre tener que ser perfecto, Tetsuya le había hecho recapacitar, un poco.
Pero Seijuro seguía con su afán culpar al número doce de tal equipo de la pérdida del partido, no fue el que lograra bloquearle bien pero su distracción al verle nuevamente, y de cerca no le permitían concentrarse del todo.
Se encontraba practicando en el gimnasio privado de su mansión cuando el recuerdo del rostro afligido de Kouki volvía a taladrar en su memoria. Había fallado otro tiro.