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Divagando en el armario por AnitaBlack

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Notas del capitulo:

Es el ultimo capitulo!!!! Espero que les guste que a mi me encantó hacerlo!!

Soy muy nueva en el lemon y por eso necesite ayuda como siempre xD Pero creo que quedo bien...

Bueno, ahí ustedes lean y me cuentan OwO


Y cuando todo parecía ir viento en popa el calendario escolar venía a joderlo de la peor manera.  Semana de parciales, previa a la semana de vacaciones en la que todo el mundo se marchaba a celebrar la libertad, juventud y belleza a alguna playa para hacer desmadres al por mayor.

Bruce ya podía imaginarse a Tony yéndose a Malibú y arrasando con cuanto culo californiano se dejara. El año pasado lo había invitado, igual que el anterior y éste no iba a ser la excepción y tampoco iba a ser la excepción que él se negara rotundamente. Apreciaba a Tony y era muy interesante vivir con él en la Univerisdad. Tony podía ser todo lo fiestero, noviero, borracho, parrandero y jugador que quisiera, pero tenía un cerebro que cuando no estaba embotado de sexo y alcohol era envidiable. Y Bruce no se quedaba atrás… bueno, sólo en lo del cerebro envidiable. El caso es que hacían un buen equipo para ser los mejores del colegio, pero seguramente Tony moriría de aburrimiento fatal a su lado. No, mejor que Tony hiciera lo que quisiera sin que Bruce sintiera pena ajena, gracias.

Steve ya había alardeado que se iría a Santa Mónica (California) a visitar a sus abuelos ya muy ancianitos que necesitaban de la visita de su nietecito antes de pasar al otro barrio. Eso era tierno, pensó Bruce. Hasta que Clint le recordó al rubio que el año pasado había ido a visitar a esos mismos abuelitos ancianitos a la costa este y que, ¡oh casualidad!, Tony había viajado a Miami. Ni la almohada metida hasta las amigdalas amortiguó las carcajadas de Barton. Natasha se rió más del rubor de Steve y Thor… sí, despertó a los muertos.

Clint se quedaría en casa y ya había planeado mil visitas a parques de recreo junto a Natasha. Bruce se confundía mucho con sus nuevos amigos; a veces creía que en algún momento lo invitarían a un secreta y pegajosa orgia de todos contra todos.  A lo mejor era una cuestión de poliamor…. ¿Por eso se hacían llamar Vengadores? ¿Acaso vengaban los genitales unos de otros?… ¿No sería mejor dejar de pensar en tonterías y concentrarse en los exámenes?  

Sí, eso sería lo mejor. Lo malo es que no podía. No eran muchas las veces que veía a Loki en el campus antes de su… cosa que tenían juntos. Ahora menos porque Loki si bien era también un parrandero se tomaba en serio los exámenes y su actividad académica. Eso también le gustaba a Bruce de Loki, que era responsable y que era guapo  y que besaba excelente y que era dueño de unas manos prodigiosas y que tenía la piel tan suave y perfumada y que tenía eso entre las piernas que le excitaba tremendamente y que le gustaba cuando lo abrazaba y que era…

“Suspiros que se van son besos que no se dan”

Bruce abrió los ojos y notó que sus manos temblaban en el teclado de su laptop. Soltó efectivamente el suspiro que traía atorado y alzó la vista para ver a Thor Odinson sentándose a su lado en la biblioteca con tremenda sonrisa. A Thor le gustaba sonreír  mucho.

“Hola…”, balbuceó Bruce torpemente acomodándose los anteojos con un dedo y desvíando la mirada. Si Thor supiera en quién estaba pensando y qué cosas imaginándose haciendo con esa persona seguramente el rubio borraría esa eterna sonrisa y le haría una nueva a él, una en la que tendría que alimentarse de por vida con pajillas.

“¿Pensando en Loki?”, preguntó el rubio cautelosamente.

Bruce tragó en seco.

“No. Estoy estudiando…”

“¿En serio? No sabía que la Física Atómica fuera tan excitante”, sonrió Thor señalándo con la vista la información de Bruce en su pantalla.

“Estoy presionado con los parciales, eso es todo”, explicó Bruce con voz suave.

“Loki tiene razón sobre ti”

Bruce se mordió un labio y siguió sin mirar a Thor.

“¿Qué dice Loki sobre mí?”, preguntó sin embargo sintiéndo que un rico calorcito subía por su cuello. Y de pronto el calorcito se convirtió en hielo. A lo mejor Loki decía de él que era un ñoño insuperable y aburrido…

“Que eres la cosa más linda y adorable que ha conocido en su vida”

Bruce dejó los dedos al aire y por fin miró a Thor. Seguramente podría freírse una cena grasosa en su cara.

“Nos vamos a ir a Noruega a visitar a la familia en las vacaciones”, continuó Thor mirándolo. Bruce agradeció que no dijera nada de su tremendo rubor. “A Loki no  le entusiasma mucho la idea pero no tenemos opción; nuestro padre es terco. El tema es que en Noruega está esa chica que siempre ha andado tras Loki…  Sigyn. Es una chica muy hermosa. Oh y también está Frandal. Es un buen amigo pero desde que tengo memoria le gusta Loki”.

Bruce dejó de mirar a Thor y bajó las manos hasta que las entrelazó en su regazo. No entendía por qué Thor le decía todo eso.

“Pues espero que se divierta mucho”, soltó de pronto y sonó molesto.

“Tal vez lo haga”, musitó Thor. “Pero Loki tiene algo en particular, cuando le gusta alguien le gusta de verdad. Es raro que eso suceda, él no es muy proactivo a las relaciones serias”. Bruce bufó. “Sin embargo creo que lo que tiene contigo puede ser lo más parecido a una relación seria.”

“¿En serio?”, cuestionó Bruce sarcásticamente.”¿Y por qué se limita a encuentros furtivos…?”, y se calló cuando Thor alzó una ceja. ¡Qué bonito! ¡Estaba a punto de hablarle de lo bien que se sentía el pene de Loki en sus manos a su hermano! ¡Ese hermano bonachón pero musculoso!

“Porque tiene miedo”

Y a Bruce se le congeló el cerebro. Adiós Física Atómica.

“¿Qué…?”

“Tiene miedo de enamorarse. Es por eso que se aleja de ti. Pensé que eras un genio, Banner”, agregó Thor lo último frunciendo el ceño divertido.

“No creo que Loki pueda enamorarse de alguien como yo…”, balbuceó Bruce sintiéndo cómo su cerebro ahora se derretia. Adiós demás exámenes parciales.

“Pues creo que ya pasó la barrera del ‘me gustas simplemente’. Es mi hermano a pesar de todo, y lo amo y lo conozco. Y porque lo amo y lo conozco te voy a dar un consejo, Bruce.”

El aludido puso atención, sobre todo porque Thor le había llamado por primera vez por su nombre de pila. Dejó de mirar las letras en la pantalla que ya habían perdido sentido y que ahora se parecían más a jhhfjhuudf&Dfjhsg y similares.

“Loki es voluble, debes saberlo ya. Dale algo para recordarte durante las vacaciones. Algo que lo tenga pensando en ti y que sea superior a los coqueteos de Sigyn o a las descaradas confesiones de Frandal, que por cierto y sólo para que lo sepas, Loki nunca ha correspondido.”

Y con esas palabras Thor Odinson dejó a Bruce en aquella apartada mesa de la biblioteca. Seguramente el teclado del chico de gafas se arruinaria porque ya una gran cantidad de baba había caído sobre él por tener la boca tan abierta hasta para comerse a un oso.

---

¿Y qué le podía dar a Loki? ¿Un regalo? ¿Pero qué tipo de regalo? ¿Y que clase de persona idiota regalaba algo por vacaciones?

Y como él era el idiota más idiota en cuanto a regalos y en realidad en cuanto a todo lo que no tuviera que ver con actividades académicas, pidió consejo. En serio tendría que plantearse cambiar de amistades, incluso la señora que limpiaba el polvo en la hemeróteca debía ser más inteligente que sus amigos.

Tony le sugirió una fotografía suya totalmente desnudo y poniéndole con photoshop ‘no me olvides, darling’ justo en dónde deberían aparecer las partes privadas del chico de anteojos. Pervertido… oh, claro, es Tony.

Steve le sugirió una cena romántica a la luz de las velas. Por supuesto, seguramente el claro entre los dos árboles pelones del campus era una buena idea.  ¿En serio Rogers? Por eso no avanzas con Stark.

Natasha le sugirió un secuestro express y una vez lo tuviera lejos y maniátado le dijera que si se atrevía a ponerle el cuerno con alguno de los nórdicos le arrancaría la lengua. Asesina potencial, alejáte de ella, Banner.

Clint le sugirió… No, olvida lo que sugirió Clint si no quieres que tus próximas vacaciones sean en el manicomio.

Bruce iba despotricando contra el mundo, mirando de mal modo a todo aquél que se atrevía a posar sus ojos en él durante un segundo. Concluyó que lo único que podía darle a Loki antes de que se marchara era hablar con él, dejar las cosas en claro, robarle un beso epíco si podía…  Y seguir siendo un imbécil que contaría los días para su regreso y mentalizándose al pelinegro con sus grandes habilidades de pulpo sobre el cuerpo de esa tal Sigy… como se llame y de Franela… como se llame, y seguramente al mismo tiempo.

En la habitación de Loki se encontró con su compañero de cuarto, que le dijo que el chico pelinegro ya había empacado y ahora debería estar en la habitación de su hermano, esperando a por él para marcharse. ¡Oh genial! ¡De nuevo esa habitación mortal culpable de sus tormentos!

Sus piernas se movieron y pensó que el mejor momento para encontrarse con Loki no era el último día de clases y a la última hora antes de que todo mundo gritara ‘¡Púdrete escuela!’ y correr como manada en selva.

Ya estaba cerca cuando escuchó la voz de Thor.

“¡No desesperes, hermano! Aún faltan dos horas para que padre venga a recogernos y los chicos vendrán para despedirse”.

“¡Quiero irme ya, Thor!”, reclamó Loki en su tono imperativo, ese que era exclusivo para Thor,

“¿Por qué? ¿Ya te despediste de Bruce?”

“Es mejor que no. Ya te dije que no quiero nada en serio con él”.

Y Bruce sintió que algo se quebraba dentro de él y, ¡joder! Dolía.

“Y yo ya te dije que no puedes seguir negando lo que sientes. Dejó de ser calentura desde que Steve y yo tuvimos una visión privilegiada de su trasero”.

“Precisamente por eso…”, contestó Loki y el tono en que lo hizo mandó corrientes eléctricas a las piernas de Bruce cual Frankestain venido a menos.

Ni siquiera tocó la puerta, tomó el pomo y lo giró. Los hermanos Odinson le miraron, Thor sonriendo y Loki con el ceño fruncido. Y Bruce pudo ver (¡Y que lo jodiera un morenazo de tres metros si no!) un lindo rubor en las pálidas mejillas de Loki.

“Iré a ver si encuentro algo todavía en la cafetería”, dijo Thor muy animado y se marchó de la habitación dejando a la parejita de idiotas indecisos solos.

“Banner…”, comenzó Loki antes de pasarse una mano por sus sedosos cabellos negros.

Pero Bruce no permitió una palabra más. Se abalanzó a Loki y lo atrapó en un beso francés húmedo y caliente. Loki se resistió al principio, pero sólo un poco porque pronto soltó un gemido ahogado y devolvió el apretado abrazo y fue él el que manejó la situación.

¡Con una mierda! ¡Que él no quería nada serio con Banner! Pero esto no tenía que ser serio, ¿verdad? Loki comenzaba a pensar en la coveniencia o no de alimentar eso extraño que sentía respecto a Banner con una buena tanda de besos y apretones, pero pronto dejó de pensar coherentemente porque las manos de Banner (que eran muy traviesas) ya estaban subiendo su camiseta. ¡A  la shit! Si iba alejarse de Banner no lo haría sin una digna despedida.

Caminaron torpemente hasta que tropezaron con una de las camas gemelas y se dejaron caer, Loki encima de Bruce. No habían despegado sus labios ni un centímetro y las famosas ‘manos pulpo’ de Loki ya recorrían con desesperación el cuerpo de Bruce. Las piernas de éste  último se abrieron ante la insistencia de Loki de colarse entre ellas. Y se restregaron una vez más. Los ruidos obcenos comenzaban a aparecer en la habitación.  Pero no tanto como para acallar la risa de Barton que estaba muy próxima. Y la voz de Steve se le unió. Y la exclamación de desdén de Tony y… ¡Oh no! El lenguaje carretonero de Natasha hizo su aparición.

Loki y Bruce dejaron de besarse con un sonido de destapacaños y se miraron un poco asustados. Pero Loki entrecerró los ojos un instante después, tomó rudamente a Bruce de la camisa y lo levantó de la cama. ¿El destino? …

El armario se veía un poco más vacío que la última vez puesto que varias prendas de Rogers ya descansaban en su equipaje. Bien, esto sería más cómodo.

Bruce miraba con miedo a Loki, el miedo a ser descubiertos por sus amigos. Pero Loki se llevó un largo dedo a los labios y negó con la cabeza. Una predadora sonrisa apareció en su rostro. Bruce tragó saliva y sintió su corazón palpitar a una velocidad récord. ¿Loki no pretendía…? ¿O sí?

Los demás se instalaron en la habitación como si fuera su casa, se escuchaba perfecto desde el armario los chistes malos de Steve, los silbidos de Tony, las risas de Barton y las groserías de Natasha. Alguien preguntó por Thor… y Bruce ya no supo qué más dijeron porque Loki lo tomó desprevenido y lo volteó contra pared.

Comenzó lamiendo una de sus orejas mientras sus manos apretaban ese lindo trasero de Banner. Cuando Bruce gimió Loki se apresuró a llevar una mano hasta su boca y dejarla ahí.

“No hagas ruido”, susurró apenas en su oído antes de volver a lamer su lóbulo.

Bruce apretó los ojos. Bueno, no podía negar que era excitante aunque tampoco podría prometerse a sí mismo no exclamar cuál animal salvaje en pleno celo… Se mordió los labios. Loki tenía la otra mano en su entrepierna haciendo un lento y suave vaivén. Con una agilidad que le dio terror Loki desabotonó sus pantalones, bajó el cierre muy lentamente para no hacer ruido y esos dedos se colaron en el hueco de su boxer para comenzar a acariciar a mano limpia su ya endurecido sexo.

Bruce echó la cabeza hacia atrás y ya estaba llenando de saliva la palma de la otra mano de Loki que aprisionaba su boca. Le escuchó reír muy suavemente, como en cámara lenta y así, igual de lento, le giró y quitó su mano. Los verdes ojos le miraban con intensidad y se deleitó cuando la lengua de Loki lamió  su labio inferior.

“Te quedarás callado, Banner. Ni un sonido, ¿entiendes?”, murmuró Loki apenas, pero Bruce no necesitaba escucharlo para entenderlo porque no despegaba la mirada de esa sexy boca.

Asintió con torpeza y una magnifica sonrisa apareció en el rostro del pelinegro. Y entonces desapareció de su vista. Bruce bajó la mirada y maldijo el lugar en el que estaban. Seguían escuchándose los ruidos de sus amigos en la habitación, y él rogaba porque a ninguno se le ocurriera echar un vistazo en el armario, no ahora.

Un sonido gutural se le escapó cuando la lengua de Loki comenzó a lamer su pene. Bruce se concentró en respirar y dejarse llevar por la deliciosa sensación. Nunca le habían hecho algo así y se sentía maravilloso. Llevó una mano hacía una de las pocas prendas que colgaban del armario y la apretó con todas sus fuerzas, la otra la llevó a la cabeza de Loki, dejándola llevar el ritmo que el pelinegro imponía sobre su hombría. Era pegajoso y caliente y húmedo y excitante y… ¡Quería gritar! ¡Quería gritar el nombre de Loki y llevarlo hasta un pedestal por hacer tan maravillosamente lo que estaba haciendo con él!

La lengua recorría todo el largo del tronco y cuando llegaba a la punta la metía de lleno en la boca y succionaba una y otra vez. Las manos ya bajaban sus pantalones y ropa interior hasta que descansaron en sus talones. Y entonces la boca dejó un momento su miembro (Bruce se atrevió a ver con la boca abierta y el hilo de presimenal y saliva le hicieron querer volver a gritar),  y entonces sus testículos fueron acariciados, uno metido en esa boca caliente, luego el otro… y luego su pene volvió a ser el plato fuerte.

Bruce jaló la prenda de la que se estaba asiendo para no caerse y se recargó totalmente en la pared, llevó la prenda hasta su boca y mordió la tela porque si no lo hacía iba a morderse su propia lengua hasta desprenderla. Su pecho ya subía y bajaba de manera alarmante y él no podía despegar la vista de su pene siendo devorado por esa boca experta. Iba a correrse si no paraba y… y Loki lo presintió porque se separó de su erección y volvió a ponerse de pie cuan largo era para estrellar su boca con la de Bruce y torturarse mutuamente en un beso indómito que procuraba ser lo más silencioso posible.

Loki miró con lujuria a Bruce y él mismo comenzó a desabotonar sus pantalones de mezclilla. Bruce no lo pensó demasiado y le ayudó en la tarea. No quería ser el único semidesnudo en ese armario. Y mientras lo hacía, mientras desabotaba e intentaba liberar el tesoro entre esas piernas largas, Loki se deshizo de los botones de su camisa y se inclinó hasta atrapar un pezón. Bruce tuvo gemir en el pelo negro y sedoso del otro para amartiguar el ruido pero no cejó en liberar el miembro ajeno.

Comenzó a acariciarlo con una mano mientras llevaba su otro brazo hasta rodear el cuello de Loki. Demandó un beso porque si no lo hacía gritaría de verdad. Loki correspondió y de pronto ambos sintieron que ese beso no era tan lujurioso, había algo más en él. Pero ahora no era importante pensar sino sentir.  A Bruce le brillaron los ojos cuando se encontraron con los del otro y con una sonrisa traviesa se arrodilló frente a Loki.

Y Bruce nerd-me-aprendo-todo-a-la-primera-y-perfectamente le hizo una estupenda felación. Maravillosa felación que repetía lo que él, Loki, había hecho en el miembro del otro. Respiraba profundamente y apretaba los ojos. Bajó la mirada para ver cómo era comido por esa boca inexperta… ¡Inexpertos sus calzones! Bruce parecía el maestro, hundiendose en su miembro y ensalivándolo con prestanza. Lamiendo y succionando la base, jugando con sus testículos y subiendo para lamer apenas esa punta ya mojada de ansias.

Y si seguía así Loki iba a venirse en su boca, lo cuál era una idea tentadora, pero primero tenía que… Sí, ¿por qué no? Bruce parecía muy dispuesto a todo ahí encerrados en el bendito armario de Rogers, en una habitación que era agitada por la plática insulsa de esos decerebrados amigos de Thor. Era excitante, tan excitante como el rostro de Bruce haciéndole una mamada… tan súmiso, tan entregado, adorable… hermoso…

Loki posó una mano en la barbilla de Bruce y éste subió la mirada. Sus largas pestañas rizadas escondían un poco el brillo intenso en esos ojos. Y Loki lo supo. Bruce sentía la misma mierda que sentía él. Ahora mismo Bruce era suyo y…

Separó esa boquita de su miembro e instó al otro a levantarse para fundirse en un beso entregado. Sus miembros se rozaron ahí de pie, semidesnudos. Loki quería a Bruce, como había dicho a Thor. Y Loki tendría a Bruce, porque a él se le hichaban los huevos tenerlo y no dejarlo ir.

Rompió el beso con suavidad para evitar un chasquido ruidoso y acarició esas mejillas coloradas por el calor en el armario y que no venía precisamente de la ropa de Rogers. Con una delicadeza que ni él mismo comprendía, Loki besó esas mejillas y giró a Bruce para volver a dejarlo contra pared. Cogió la prenda que Bruce había dejado tirada y la colocó como almohada para que Bruce pudiera descansar su cabeza llena de rizos adorablemente alborotados en ella. Y podría morderla, porque lo que venía le haría gritar. Y el sólo pensamiento provocó que el miembro de Loki se moviera como en un impulso eléctrico.

Subió la camisa de Bruce para acariciar la espalda y pronto se hizo de ese trasero que su propio hermano había alabado. Y sí que era digno de alabanzas. Era redondo y suave y provocador. Loki pegó su pecho a la espalda de Bruce, comenzó de nuevo a lamer la nuca y la oreja, la mandíbula que alcanzaba mientras una mano recorría la espina dorsal, las caderas, la nalga y finalmente ahí, entre una y otra. Bruce se arqueó y Loki metió un par de dedos en la boca ajena.

Bruce supo lo que vendría cuando su entrada fue acariciada con suavidad y dos dedos se metieron en su boca. ¿Quería esto? ¿Hacerlo así, en el armario…? Lamió los dedos y los ensalivó lo mejor que pudo sin jadear o morir de un infarto en el proceso. Loki sacó los dedos ya muy húmedos y en un segundo la caricia en su entrada ya era dada por ellos. Húmedo, húmedo… delicioso. Deliciosos los susurros que no comprendía en su oreja, las mordiditas en su lóbulo, la lengua en su cuello… un dedo dentro suyo que le hizo apretar las nalgas y esconder la cara en la prenda frente a su cara.

La otra mano de Loki fue a la erección abandonada de Bruce para masajearla otra vez y que no fuera tan doloroso. Y la palabra virgen entró en su sistema. Bruce era todo pureza hasta en sus arrebatos salvajes, como un cachorro ansioso de complacer a su dueño. Y él sería ese dueño de la pureza de Bruce.

Metió un dedo más y escuchó el gemido ahogado, amortiguado convenientemente por una risotada de Barton allá afuera.

Suavemente levantó una pierna de Bruce. El pantalón se deslizó como si también quisiera que esto sucediera, sin dificultad. Acarició el muslo suave, pasó por el perineo y sostuvo esa pierna para abrir el camino al que estaba anhelando llegar y descubrir como explorador en tierra virgen. Bruce giró el rostro y con los ojos apretados buscó la boca de Loki, éste no se la negó y se besaron dulcemente mientras el pelinegro se enterraba de a poco en la entrada de Bruce.

Bruce mordió su labio para evitar gritar. No era tan doloroso pero se sentía extraño, como que ahí era para salir y no para entrar, pero dentro de la extraña sensación había placer y eso que le hacía estallar el corazón. No fue muy resbaladizo pues no tenían más recursos que la saliva y el líquido preseminal, ardía pero  no quemaba. Dolía pero no era tortura. Era un dolor rico, un ardor caliente y delicioso que se abría paso entre sus nalgas. La mano de Loki que sostenía su pierna parecía fuego y el beso entregado la llama que le hizo empujarse a sí mismo hacía el miembro de Loki.

Y de pronto ya no hizo falta esforzarse por acallar sus ruidos. Estaban unidos y el vaivén era lento y comprometido. Ardiente y sofocante. Bruce se aferró con una mano a la tela frente a él para arrugarla. La otra la llevó hacía atrás para acariciar lo que alcanzaba de cadera y nalga de Loki. Una mano de Loki acariciando los rizos de Bruce y la otra su miembro al mismo ritmo con el que él entraba y salía de Bruce… su Bruce.

“Mi Bruce…”

Salió sin pensar, sin esfuerzo y sin mentira.  Aquellas dos palabras hicieron que Bruce echara la cabeza hacía atrás para acomodarla en el cuello de Loki. Porque ya era cierto. Era de Loki. Suyo.

El mundo desapareció. El armario ya no fue un armario y las voces de los otros se perdieron como si hubieran entrado en un túnel hacía lo desconocido. Ahora sólo quedaban sus cuerpos, piel con piel, haciendo el amor. Quedaban sus lentos y callados gemidos, ahogados sollozos cuando Loki aceleró un poquito y la quemadura en la retaguardia de Bruce se intensificó en ardor y placer. La mano en su miembro al mismo ritmo. El sudor cayendo de sus frentes, de pronto el suave chasquido que surgía de allí donde estaban unidos, el golpeteo de los testículos de Loki en las nalgas de Bruce… Los besitos húmedos que Loki regalaba en la mandíbula del otro y besos salivosos cuando se alcanzaban.

El mundo se detuvo. Bruce vio estrellas, literalmente, y no tuvo  más opción que morder la prenda y apretar su agarre en el trasero de Loki. Loki apretó también, intensificando el ritmo y el vaivén en el pene de Bruce. Y Bruce se vino enterrando toda su cara en la prenda, apenas si se escuchó el grito ahogado. Manchó la pared y algo escurrió en la mano de Loki que lo rodeaba. Eso lo excitó aún más si era posible y Loki dio una última y certera estocada en el apretado culo de su amante antes de derramarse  por entero dentro de él. Espamos electríficantes y gratificantes. Mordió el cuello de Bruce cual vampiro lujurioso para no soltar la exclamación que el maravilloso orgasmo le provocó.

Se quedaron así un momento hasta que Loki comprendió que podía lastimar a Bruce si seguía manteniendo su pierna en el aire. Salió lentamente y vio deleitado cómo su semen resbalaba hasta perderse por debajo de esas maravillosas nalgas. Vio también el cuerpo tembloroso de Bruce cuando lo soltó, y entonces lo giró y lo abrazó mientras se sentaban en el armario. Estaban hechos polvo otra vez. Bruce enterró su cara en el cuello de Loki y Loki besó esos rizos varias veces, intentando aclararse lo que esto significaba.

“¿Te verás con Sigy… como se llame y con Fran… como se llame?”, preguntó Bruce en el hueco de su cuello con una vocecita tierna y vulnerable.

“¿Sabes? Estoy planteándome seriamente cortarle la lengua a Thor”, sonrió Loki también en un murmullo, porque de pronto las voces de los demás volvieron a sus radares. “Y no. No los veré porque ellos ya no viven cerca de nosotros desde hace mucho tiempo.”

“Oh… entonces soy un idiota”, musitó Bruce pero Loki sintió el tono de alivio.

“Pero eres mi idiota. Mi nerd adorablemente idiota”

Y Bruce se separó un poco para ver a los ojos a Loki. Descubrió que Loki si era capaz de enamorarse de alguien como él. Y él… ya no valía negarlo, ¿verdad?

“¡Pero si los dejé aquí solos! ¿Cómo que no están?”

Oh oh… Ese era Thor. Silencio. Loki y Bruce tragaron saliva y entonces…

“¡El armario!” fue lo dicho en coro por todos los demás.

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Bruce esperó una semana para volver a ver a Loki. Se citaban por Internet todas las noches y a Bruce le hacía mucha gracia que Loki tuviera como foto de perfil la fotografía de ellos dos hechos un lío dentro del armario intentando ocultar sus partes desnudas que Barton les tomó con su celular.

Porque ya era un hecho. Bruce Banner, el nerd por excelencia había entrado y salido del armario, literal y metafóricamente hablando y no lo hizo solo. Su maravilloso y ex asediado (de ahora en adelante) novio lo acompañó.  Ahora entendía aquello de Vengadores Unidos, porque él ya estaba innegablemente unido a Loki Odinson…. y sus divagaciones ahora eran solamente por él y con él.

 

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Notas finales:

Y colorin colorado...

Gracias por leer esta cosa y sus reviews y por todo!!!

Mi querida Látex: Gracias por hacer de mis horrores algo mas aceptable :P ¡Te quiero!

¿Que tal el final? Bss!!!!


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