Fue en primaria cuando lo vi por primera vez, aun tenia presente ese primer encuentro, un pequeño niño de ojos azules como el mismo cielo, el cabello de un tono castaño claro y lacio, cuerpo delicado y tez clara, todo en conjunto nos daba; un niño hermoso. Nunca había sido amigable con los demás, solía ser el solitario de la clase y hasta la fecha lo sigo siendo pero no me mal entiendan eso no me molesta en absoluto, yo creía que no necesitaba de la compañía de alguien... vaya error en el que estaba.
Desde la primaria tenia este fuerte sentimiento hacia él, pero claro que al ser tan pequeño no sabía o más bien no lograba entenderlo, pero me agradaba sentirme así por él. Creo que fue en segundo año de la secundaria que me di cuenta de lo que sentía, él me gustaba. Como buen chico de mi edad lo primero que hice fue entrar en una total negación, y es que no podía creer que un chico me gustara... ¡UN CHICO! Para mí eso no era algo normal, estuve en ese estado alrededor de dos semanas, lo sé, no fue mucho, pero se me hacía imposible estar negándomelo por más tiempo, el solo verlo me hacía sentir pleno, una felicidad que no había sentido antes, el solo ver su sonrisa hacia que mi corazón latiera sin control; estaba enamorado de Mathew Beaumont.
Aquella mañana de lunes lo vi entrar al salón, se notaba tan radiante, esa característica sonrisa suya seguía surtiendo el mismo efecto en mí aun después de varios años, se sentó justo a mi lado –Buenos días Matt-. Su tímida respuesta se hizo sonar en el salón, desvié mi mirada a la ventana pues un leve sonrojo ya se había posado en mi rostro. Sentía su mirada sobre mí, analizándome, queriendo saber todo, me gire para sorprenderlo un poco pero su rostro yacía escondido en sus brazos, humedecí un poco mis labios, siempre lo hacía, supongo que es una de mis muchas manías. –Matt-. No respondió, era como si se encontrara sumergido en sus sentimientos. –Oye Matt.. ¿Matt?-. De nuevo sin respuesta, es que acaso este niño es sordo, me senté frente a él y lo observe por unos momentos, que tipo de expresión tendría, me estaba acercando más a él, deseaba saberlo. Di unos cuantos toque en su hombro, vaya por fin reacciono. Levanto su rostro y los vi, grandes como gemas y de el azul más hermoso que había.
-Sabes no había notado lo lindo del azul de tus ojos-. ¡A quien engañas! ¡Claro que lo habías notado! Siempre los veía, creo que eso de alguna manera sonó de acosador, debía hacerlo, lo quería besar, ya hace tiempo que lo deseaba, el beso, no a él, bueno… Me fui acercando, nuestras reparaciones ya comenzaban a mezclarse, sus labios ya casi estaban bajo los míos, pero ¡ESA MALDITA PUERTA! Regrese a mi asiento como si nada, ya habría tiempo para acabar lo anterior y de matar a la persona que nos interrumpió.
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Uffff que les he de contar, este día sin duda fue maravilloso, romántico y lindo, los sentimientos estaban a flor de piel, aunque creo que a su padre no le gustó mucho saber que su hijo tenía de novio a un chico como yo, y bueno, no lo culpo, que padre querría que su hijo tuviera un novio solitario y con una perforación en el labio y claro de mis actitudes mejor ni hablamos. Fue un día lleno de besos y unas cuantas caricias, también fue un día de descubrimiento para Matty y porqué lo digo, pues simple, mis MANIAS pero eso es lo de menos, creo que la parte interesante fue en la chica que entro al momento de nuestro momento romántico, lo pude ver en él, un poco de miedo asomándose en su mirada. Pero saltándonos el viernes pues no huno nada interesante en realidad, un día muy tedioso pues no pude pasar mucho tiempo a su lado y el principal causante de eso fu el estúpido de Clarence Labrik y sus amigos. No me molesta en absoluto que estuviese con sus amigos, solo me molestaba el hecho de que dejara que ese Clarence fuera tan cariñoso con él, y se lo que piensan “Oye calma, tan solo es su primo” y déjame decirte que eso no me importa, hay algo que simplemente no me agrada en él, son celos los que siento y estoy consciente, hay algo más que me hace sentir así.
Pero bueno volviendo a la triste realidad y dejando de recordar tan dulces recuerdos que fueron formados en tan solo tres días y siendo el momento del baño mi favorito (por obvias razones), me pregunto el por qué me tarde tanto en hacer esto, quizá sentía que no sería correspondido por él, que mal estaba.
Llevaba horas pensando en todo, acostado en la cama, solo mirando el techo, mi casa solía ser silenciosa, claro, por lo general mis padres no estaban, siempre iban de viaje y cuando estaban solo duraban una semana excusándose en que no les gustaba sentirse encerrados en un solo lugar. Aunque tenía su lado positivo esto de estar solo en casa, oh casi me olvidaba de decirles, hoy vendrá a mi casa Matty, así que eso es lo mejor de este sábado, libre de escuela, tareas, regaños y lo mejor, libre de esas laditas INTERRUPCIONES. Sé que aún es muy pronto como para intentar hacer “algo” con él, pero siempre que lo veo olvido lo pronto que es, pero vamos André, ponte reglas, no debes pasar de besos y caricias, si ves que la situación se pone un tanto calurosa repítete a ti mismo AUTOCONTROL hasta que te lo creas.
Eran las 11:25 am y Matty llegaría en 35 min, ya todo estaba listo, la casa estaba en total orden, unas cuantas películas nuevas por si él quería ver alguna y también unas golosinas por si tenía algún antojo, claro y el helado no podía faltar. Bueno solo había algo que faltaba, y es que aún no decido que ropa usaría, no quiero verme tan aburrido, pero tampoco tan formal, necesito algo casual y a la vez con estilo… ¡Que carajos uso! Saque toda mi ropa, buscando lo ideal para este día, pero no lograba hacer algún buen conjunto y seguramente pensaras “Pues ya recíbelo como estas” pero uno no recibe a su novio en playera y boxers… no aun. Mire el reloj 11:54 ¡Maldito tiempo que confabula en mi contra! Decidí que usaría lo primero que tomara, un pantalón negro y una camisa a cuadros negra y roja, nada mal. De forma rápida metí todo a mi ropero, ya no importaba el orden, lo importante era guardar antes de que el llegara
Fue en ese momento cuando sonó el timbre, mi corazón se empezó a acelerar, cálmate por favor, Salí disparado hacia la puerta, antes de abrir acomode por última vez mi ropa y un poco mi cabello, ojala y me vea bien. Abrí la puerta dejándome ver su imagen con algo que no era el estúpido uniforme… A la mierda el auto-control.