El resto de mi fin de semana no fue mejor, después de haber dado esa escenita a los “suegros” me fui a casa, camine a paso lento, pensaba en lo que pasaría con Andy ¿Lo regañarían? Me sentí inseguro.
Llegue a casa alrededor de las 8:24pm y para mi sorpresa aún estaba vacía, papá y mamá no regresaron esa noche. Aquel domingo fue lento y aburrido, hice mis deberes por la mañana, dejando la tarde libre, ayude un poco en la limpieza, pero aquel incidente me seguí molestando, claro que no me arrepentía pero las consecuencias que tendría Andy era lo que me inquietaba. Ese día mande 5 mensajes para él, cada uno de ellos reflejaba mi preocupación; esos mensajes se quedaron sin respuesta alguna.
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Miraba por la ventana las nubes, tenían un amenazador tono gris, quizá esa llovería. Había llegado ya hace unos minutos al colegio, pero el salón estaba vacío, bueno tal vez se había retrasado un poco y llegaría tarde, así que no debía preocuparme más, aunque pensándolo bien ¿Por qué me siento de esta manera? No tengo en realidad una buena razón, pero siento que algo no está bien, al menos me hubiera contestado los malditos mensajes que le envié así por lo menos no me tendría con el “pendiente”.
Comenzaron a llegar todos, Clary como siempre salto sobre mí demostrando su cariño, esta vez no me opuse pues en verdad sentía que lo necesitaba, me miro extrañado pues casi siempre lo empujaba o regañaba por saltarme encima.
-¿Te encuentras bien? Te ves un poco extraño-. Solo asentí, no quería preocuparlo de manera innecesaria, le mostré una sonrisa un tanto falsa –Ya se seguro es porque tu novio no vino, pero bueno, Matty me podrías pasar los deberes de Matemáticas-. A veces odio a este chico.
EL resto de las horas pasaron de manera tranquila, André no llegó a clases ¿Habrá enfermado? Uhmm no lo creo, entonces que había sido. Regrese a casa solo, iba a paso lento, no quería llegar a casa ya que estaría todavía un buen rato sin compañía y creo que lo que menos necesito ahora es estar tan solo, aunque ahora lo este. Pequeñas gotas comenzaron a estamparse en el pavimento, era una pequeña llovizna, ¿es que acaso el clima conspiraba en mi contra? Corrí para resguardarme de la llovizna que cada vez se hacía más fuerte, quede bajo una pequeña carpa de una tienda, debí haber traído mi paraguas, sacudí mi cabeza quitando las gotas de mi cabello ya comenzaba a sentirse el frio.
3:45 pm parecía que la lluvia no se calmaría en un buen rato, deje escapar un suspiro… ¿Debería llamarle? Creo que me cuestiono mucho las cosas, si lo quiero llamar solo debería hacerlo y ya, no hay que pensar tanto las cosas. Saque mi celular y teclee su número y marque, un tono, dos, tres y colgué, no porque no me haya contestado si no porque a lo lejos lo vi. Salí de mi refugio y corrí hacia donde estaba.
-¡André!-. Agitaba mi mano buscando llamar su atención, se giró a verme pero todo cambio. Su mirada reflejaba indiferencia hacia mí, me detuve antes de llegar a él, se quedó mirándome sin decir nada, en su rostro se dibujó una mueca de desagrado, dio media vuelta y se marchó. Mi cuerpo empapado por la lluvia, estático en aquel lugar; mis lágrimas se confundían con la lluvia.
Logre llegar a casa, la lluvia había aumentado volviéndose rápidamente en una tormenta como la que sentía por dentro, no logre llegar a mi cuarto, me recargue en la puerta de la entrada y me deje caer. De manera inmediata comencé a llorar, abracé mis rodillas, ¿había visto mal? No, en definitiva había visto bien aunque hubiera deseado no hacerlo, esa mirada de indiferencia y desagrado que puso al verme me dolió. Todo fue un juego para él o al menos así lo parece.
André no fue al colegio en toda la semana.
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Hice varias llamadas a su celular pero ninguna era contestada, no recuerdo cuantos mensajes le mande pero todos ellos eran ignorados. Había sido la peor semana o al menos para mí, después de aquel encuentro recuerdo que no pare de llorar, aquellas molestas manías me hacían falta, aquellos besos profundos los deseaba, pero lo que en verdad necesitaba era ver esa mirada verde esmeralda, esa mirada de la que me había enamorado.
Tenía unas ganas inmensas de ir a su casa, de obligarle a decirme que pasaba, pero el temor era más grande, ¿Qué temor? Fácil, a que todo acabará y es que como algo que empezó apenas hace unos días se acaba tan pronto, buenos supongo que las cosas a si son, pero no deseaba que esto acabara de esa manera.
Estaba acostado en la cama, viendo algún punto del techo, no tenía ganas de hacer algo, o bueno solo quería hacer una cosa: dormir, pero no es que sea un flojo o algo por el estilo si no que lo sentía necesario, una forma de sobre llevar las cosas. Wow seguro que en estos momentos sueno tan dolido y deprimido, y siendo sincero no imagine que yo estaría en este estado… llamémosle “deprimido” porque no todo lo que siento es tristeza sino que también tengo enojo dentro, una ganas de darle un golpe en la cara a ese estúpido de Mushat por hacerme esto…. Y eso sí que sonó dolido.
Unos leves golpes en la puerta, me senté en la cama y acomode un poco mi cabello –Pase-. La puerta fue abierta dejando ver una cabellera azul… ¿Azul? Pero que carajos. Clary entro de manera alegre y sin preocupaciones, sin más se dejó caer en la cama, este chico cree que todo lado es su casa. –Probando con el azul ahora, me gusta más que el rosa-. Se acomodó mejor en la cama quedando sentado a mi lado, me sonrió y dejo un sonoro beso en mi mejilla.
-Gracias, a mí también me gusto más el azul-. Toco un poco su cabello para luego sonreír, si recuerdo bien este era el sexto cambio de color, rosa, verde, morado, naranja y rojo habían sido los anteriores pero creo que este es el que mejor le queda. –Bien, yo solo venía a comentarte algo de lo que me he enterado-. Maldito doña chismes. –Creo que te puede interesar-. Solo lo mire para que prosiguiera. –Noah Levert regresa a la ciudad y para ser más específicos, regresa a nuestro colegio, era solo eso, así que, nos vemos-. Salió de mi cuarto, mis ojos estaban abiertos, no lo creía, Noah Levert regresa, ya hace 3 años que se fue y si esto es una broma sería una de mal gusto, pero por lo general Clary no mentía o por lo menos los “chismes” con los que llegaba eran correctos.
La tristeza se alejó un poco de mí, ¿Habrá cambiado mucho? Se comenzó a sembrar una emoción en mí y sin darme cuenta ya estaba deseando poder verlo, claro que eso es extraño uno no desea ver a su “ex” después de haber terminado. Y bueno, salí un tiempo con él ya que pensaba que con André no pasaría nada, no fue una mala relación, terminamos principalmente por su repentino cambio de ciudad. Pero eso dio paso a la oportunidad con André aunque eso me preocupe, no quiero terminar nada aun… o ¿sí? Ya no sé lo que digo.
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EL tono de llamada de mi celular me saco del sueño, lo tome de manera rápida y vi la hora 2:34 am, quien carajos llama a esta hora, conteste la llamada –Bu-ohh-bueno-. Aquel bostezo traicionero escapo mientras hablaba y seguramente había sonado ridículo. Hubo silencio del otro lado del teléfono. -¿Bueno? ¿Quién habla?-. Nadie contestaba, estaba dispuesto a colgar cuando el sonido de su respiración me hizo parar.
-Ya no quiero que mandes tus mensajes, ni que llames más-. Su voz se escuchaba seria, mis ojos comenzaron a humedecerse, en ese momento perdí todo rastro de sueño, tenía ganas de pregúntale que era lo que pasaba pero mi voz no salía. –Creo que debemos terminar-. La llamada fue cortada en ese momento.
Bienvenida sea la depresión.