Fue un día extraño… sentado en la sala intentaba procesar lo que ocurrió en el día y no digo que haya sido malo sino todo lo contrario, pero eso no le quita lo extraño.
Después de aquel incomodo encuentro que tuve con André en el pasillo y el haberme quedado como idiota ahí, caí en cuenta en que las clases ya habían comenzado hace tiempo, me tranquilice un poco, di unas leves palmadas en mi rostro alejando todo pensamiento que intentase buscar una explicación. Y bueno como era de esperarse la profesora me regaño por mi impuntualidad y mi falta de responsabilidad, creo que a esa profesora no le agrado, es decir, casi siempre me grita y se enoja si le replico algo, bueno, yo también me enojaría si alguien se la pasara interrumpiendo en clase para hacer saber su punto de vista… debería aprender a guardar silencio.
Las primeras horas fueron un tanto “complicadas” ya que todo el tiempo sentí sobre mí una insistente mirada, cuando giraba para toparme con ella nadie me miraba, después de un par de veces comencé a creer que estaba enloqueciendo un poco. Pero en definitiva lo más difícil fue el la clase de lengua, maldito maestro y su estúpida forma de trabajar y es que a buena hora se le ocurre formar parejas y claro ¡el maldito destino me juega mal! No solo era el hecho de trabajar con André si no que la pareja que nos asignó realizaría todos los trabajos del año, es decir, a trabajar con él hasta acabar el ciclo. Recuerdo que en esa clase se mantuvo la mayor parte del tiempo callado, solo me dirigía la palabra para lo necesaria, pero, su mirada era constante, si tuviera que describirla diría que estaba llena con una mezcla de emociones pero las principales serian: enojo y algo de desprecio. Odie aquella clase.
En el descanso, Noah ya se encontraba esperando fuera de mi salón, Clary al verlo salto sobre él, el resultado: una caída un tanto cómica de ese par. No vi a André salir del salón, aunque casi nunca lo hace, supongo que prefiere estar solo. Hablamos de muchas cosas, la mayoría fueron de como habíamos estado, recordando algunas cosas y también de los extravagantes cambios de color de Clary, espero que conserve el azul por más tiempo. Bueno bueno, pero pasando todo eso, llegamos a la parte interesante que fue el termino de clases. Al finalizar estas todos salieron de forma rápida, me quede guardando mis cosas de manera tranquila pues casi nunca llevo prisa, un pequeño golpeteo en las bancas fue lo que me hizo dar cuenta que André “manías locas” se había quedado de igual manera. El ruido producido por los golpes no era muy fuerte pero si era suficiente para comenzar a retumbar dentro de mi cabeza… ¡MALDITOS DEDOS! Solo solté un “Para de hacer eso” en un tono algo demandante, pero el golpeteo solo se comenzó a escuchar de manera más rápida y fuerte, estaba por gritarle que se detuviera cuando entro Noah, nos miró unos segundo desde la entrada, dirigió su mirada a él y esta cambio un poco, algo molesta diría yo. Llego hasta donde estaba, dejo un suave beso en mi mejilla y me rodeo desde atrás formando un abrazo, “¿Nos vamos juntos?” solo asentí, mi rostro ya estaba un poco rojo, de reojo va a André, su expresión había cambiado, desbordaba ira, solo tomo sus cosas de manera rápida y salió del salón, el pasar frente a Noah lo empujo de forma brusca, quien diría que el que me termino estaría sintiendo celos.
Lo demás ya no fue importante, Noah me acompaño a casa pues donde se habían mudado quedaba a unas cuantas casas de distancia, al despedirse me tomo por sorpresa, me tomo por la nuca atrayéndome a él, se inclinó un poco hacia mi (una acción bastante dulce), sentí sus labios sobre los míos en un beso pausado, dulce, lento, un beso que me hizo recordar cuan suaves eran sus labios y que tan deliciosos eran sus besos, me deje llevar. Cortamos el beso, fue como si el no deseara despegarse de mí, aquel beso había tenido el efecto de aturdir mis sentidos, me sentía un poco atrapado por así decirlo, se despidió con un último “adiós” y lo vi partir.
Así que heme aquí, sentado en el sillón intentando procesar de alguna manera todo lo sucedido, varios suspiros escapaban de mis labios, seguro que si alguien me viera de inmediato pensaría que estoy enamorado, aunque no es así, ¿cierto? ¡Ah! Porque carajos dudo de mí, bueno me gusta André aunque nuestra relación allá finalizado en tan poco tiempo, ¿me sigue gustando? Bueno Noah también me gusta, ¡NO!, que digo, me gustaba, PASADO, pero en un solo día había logrado pensar en nuestra pasada relación y en que realmente nosotros no terminamos porque así lo quisimos, intentaría comparar lo que tuve con André y Noah pero me parece algo difícil, y es que con André dure solo una corta semana mientras que con Noah fue más de seis meses, no puedo comparar citas que tuvimos (porque lo más parecido a una cita fue aquel sábado en su casa), tampoco podría comparar obsequios pues tampoco tuvimos tiempo de darnos algo y menos podría comparar las relaciones porque pues… no llegaron a ocurrir. Ese último pensamiento me hizo enrojecer un poco, me di una leve bofetada, vamos, mejor comienzo a hacer mi tarea.
Sentado en el comedor con la cara pegada al cristal de la mesa y mis cuadernos a mi alrededor, no podía sacarme de la cabeza el tema de las relaciones, si lo hubiéramos hecho, ¿las cosas hubieran sido diferentes? Si sus padre no hubieran llegado esa noche como hubiera sido todo ¿Cómo hubiera sido el hacerlo con él? El sonido de las llaves de saco de mis pensamientos, vi a mamá entrar con varias bolsas cargando, me acerque para ayudarlo con ellas, tome unas cuantas y las lleve a la cocina, escuche como cerraba la puesta tras de sí, mire la hora en el reloj de la sala, las 7:12 pm, por culpa de mi obsesión por la hora tenemos relojes por toda la casa, unos dos en la cocina, otro más en la sala, uno sobre la televisión, subiendo las escaleras otro, uno en cada cuarto además de uno en el pasillo hacia estos, el único lugar que se salva de no tener relojes es el baño.
-Hola cariño-. Camino a la cocina cargando las bolsas restantes, las dejo en la barra, giro para verme con esa característica sonrisa quema retinas, se acercó a mí y dejo un sonoro beso en mi mejilla izquierda, creo que está más feliz -¿Qué tal tu día? Todo bien, porque el mío fue bueno-. Esa actitud optimista de mamá podría contagiar hasta al más enojón y depresivo ser.
-Fue un día curioso, pero bueno-. Me miro buscando saber más de mi día –Ah, por cierto, sabes que regresaron los Levert, hoy encontré a Noah de camino al colegio-. Quedo estático por unos segundos, después fue cuando sus ojos adquirieron un brillo.
-Pero que buena noticia, deberíamos ir a verles, bueno cuando estén libres claro-. Comenzó a sacar las cosas de las bolsas, unas cuantas se iban directo al refri, otras a las alacenas y unas pocas quedaban sobre la barra de la cocina –Y que tal esta Noah, ¿ha cambiado? O sigue siendo guapo-. Me soltó una sonrisa burlona ante lo dicho, un notorio rubor apareció en mis mejillas –Entonces mejoró-. Porque me molestas mamá.
Estaba por acostarme cuando una cosa salto hacia mí de manera rápida, si puedo comparar las dos relaciones en algo y ese algo eran los besos, bueno André comenzaba lento, te lograba transmitir tranquilidad, sus labios tenían un extraño sabor a durazno y que decir de ese leve toque frio causado por la pieza de su perforación, esos besos pasaban a ser más audaces, roces de lengua y una clara desesperación, pasaban de ser suaves a ser húmedos y algo salvajes, en cambio los besos de Noah solían ser delicados, suaves, un suave sabor a cereza y sensación hermosa, transmitía los sentimientos, era un beso cálido, para luego volverse algo un poco más intenso, unos cuantos juegos de lengua al igual que unas leves mordidas, un beso que sin duda te haría perderte en él, y vaya que lo sabré yo.
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-Vamos, tienes que ir conmigo, no me puedes dejar solo-. Hablaba desde hace ya unos minutos por teléfono con Clary, quería que lo acompañara a un evento de música para el cual el muy suertudo había ganado boletos.
-Ya te dije que no puedo, hoy trabajaré en el proyecto de lengua, me gustaría ir contigo, pero ya será la próxima vez-. En verdad quería acompañarlo pues bandas que a mí me gustaban se presentarían ahí, pero el trabajo debía ser entregado la próxima clase.
-Malo-. Fue lo último que escuche de su parte pues termino la llamada, solté un suspiro de pesadez, la semana había finalizado de manera tranquila, exceptuando unos cuantos problemas que surgieron entre Noah y André, todo causado por esos “leves” empujones que se daban el uno al otro al pasar cerca, parecían niños pequeños. Al dejarnos este proyecto el profesor, él tuvo la idea de reunirnos en mi casa a trabajar en el… AH maldito André y su idea de trabajar el fin de semana en esto. Había dicho que llegaría a las 2pm y apenas eran las 10am, arregle un poco mi cuarto y baje a desayunar, mamá ya se encontraba con el buen ánimo de siempre mientras que papá aun dormía plácidamente.
No sentí que el tiempo pasara tan rápido, pero ya era la hora indicada por André solo que este aun no llegaba, me quede sentado mirando televisión esperando a que llegara. Con el paso del tiempo mi desesperación era más, diez, veinte, treinta, una maldita hora… ¡CASI DOS MALDITAS HORAS Y ESE MALDITO ESTUPIDO NO LLEGO! AHHGG, y claro que no llego tiempo después, solo me dejo esperando, bien me hubiera podido largar con Clary, PERO NOO. Eran las 5:49 pm, estaba platicando con mamá de cosas de su trabajo y de más, sentí mi celular vibrar, lo saque de mi pantalón “Mensaje Recibido” sin mirar de quien era abrí el mensaje.
Perdón pero ya no podré ir a tu casa, luego vemos
Cuando trabajar en el proyecto.
-André
Me quede mirando la pantalla de mi celular mientras sentía la ira acumularse dentro de mí, calma cuenta hasta diez y responde algo que sea maduro.
Muérete Mushat.
No cabe duda que soy maduro.