-Un Muy Dulce Desayuno-
A la mañana siguiente...
Un nuevo día comenzaba en la vida de Naruto y como tal resaca de una suprema borrachera, no recordaba mucho de la noche anterior. Abrió sus ojos lastimándolos un poco por la fuerte luz del sol que se colaba por la ventana. Se estiro un poco sintiendo adolorido sus músculos, bajo los pies poniéndolos firmes sobre el frio suelo, eso hizo que un pequeño escalofrió subiera por su espalda.
-Ah, me duele mucho la cabeza-ttebayo- se quejaba mientras terminaba de pararse -Por lo menos es domingo y no tengo que ir a la oficina- El despistado rubio, perezosamente salió de su cuarto, rascándose la cabeza.
Comenzaría su rutina de las mañanas donde iría a correr y luego tomaría un baño, desayunaría y revisaría los estados de cuenta que le habían dado el viernes. Llego a la sala, todo estaba en orden. Su cabeza todavía daba vueltas…
-Buenos Días, dobe
-Buenos días, respondió casi con un bostezo y entro al baño...
-¡¡¡QUE!!!- se escucho un fuerte grito, para luego escuchar el sonido de algo quebrándose. Naruto estrepitosamente abrió la puerta y se acerco al despreocupado chico que estaba relajadamente recostado en el sofá.
-Hola
-No me saludes tan amistosamente, ni siquiera se quien eres o porque te enviaron a mi casa. Pensé que se había tratado de alguna pesadilla
-Pesadilla o no ahora te pertenezco. Lo único que te pediría es que cambies la decoración de mi cuarto... el rosa no va con migo, ¿porque no lo hacemos en tonos azules?
-Claro que no va contigo esa habitación. No la decore pensando en ti. La decore pensando en las necesidades básicas de mi bella sakura.
-No encuentro un solo motivo por el cual te pueda gustar esa chica tan gritona y violenta.
-¡¿Y tu como sabes eso?!
-A nosotros los DateDolls nos instalan una base de datos con información de nuestros originales.
-Hablando de eso... no pareces un robot, no tienes ninguna conexión o código por ningún lado.
-Que... ¿Quieres que te muestre donde tengo mi código de barras? dijo poniéndose en pie y bajándose el zipper del pantalón.
Rojo como un tomate el rubio le contesto -¡Claro que no! llamare a la agencia para que me entreguen lo que yo he pedido.
-Bien, tu has eso. Yo buscare algunas cortinas azules- dijo sin tomarle mayor importancia, su cabeza se sentía que explotaría y para colocar la cereza sobre el pastel, no encontraba la caja o algún recibo con el número de la agencia Uchiha.
Cansado y tratándole de no dar mucha importancia al asunto ya que de igual forma lo regresaría a la empresa, Naruto trato de seguir con su clásica rutina pero ya era muy tarde para salir a correr así que fue a bañarse.
Cerro la puerta con seguro, su baño era amplio e iluminado. Las cortinas de la ducha eran de vidrio ahumado así que no se veía completamente en su interior. Sobre el lavabo había un enorme espejo con el cual se podía ver de la cintura para arriba. Se quito rápidamente el pijama sin detenerse a ver mucho su reflejo, pero algo llamo su atención en el último segundo y regreso inmediatamente para ver con atención. Había una pequeña marca roja a la altura de su cadera e incluso poniendo mas atención había otra en su cuello. Asustado comenzó a buscar otras marcas encontrando una cerca de su ombligo, entonces recordó lo que el día anterior había pasado.
-¡Yo lo bese! no puede ser... -¿Pero... como llego esa marca tan abajo?- se pregunto mientras llegaba a la conclusión de la dura realidad y se ponía rojo de vergüenza. Tomo su bata de baño e inmediatamente se dirigió a la cocina
-¡Tu! Chuky ¿Que me has hecho?
-De que hablas- dijo extrañado –Y por cierto, me llamo Sasuke
-Tengo dos marcas en mi cuerpo, que no tenia ayer
-¿Cuales? yo no veo nada- mirando de reojo y sin darle mucha importancia
-Acá en el cuello tengo una y la otra esta abajo- dijo abriendo hasta su cintura la bata de baño
-Ah... esas dos marcas- miro la del cuello y se agacho para quedar frente a la del ombligo. Levanto su mano y trazo un círculo al rededor de ella, haciendo que la piel del rubio se erizara
-¿Que haces?- dijo cerrando rápidamente su bata -no debí perder mi tiempo preguntándote, mejor me voy a bañar- refunfuñando cerro la puerta del baño y se escucho el sonido del cerrojo
Al salir del baño se dirigió a la cocina, no vio a su muñeco diabólico por ningún lado. Siendo domingo no tenía porque apresurarse a cambiarse así que se dejo la bata de baño desenfadadamente. Abrió el refrigerador y mantuvo su mirada, buscando algo para comer. Sirviéndose solamente un vaso de jugo de naranja. Se sentó en el desayunador y comenzó a buscar en su agenda el número de la empresa de los Uchiha.
-Que... ¿Solo tomas jugo por las mañanas?- le susurro al oído desde atrás. Naruto que en ese momento estaba tomando un sorbo de jugo, lo derramo del susto sobre la agenda manchando las páginas.
Sasuke abrió la refrigeradora
-No puedo creer que tengas tanta comida y solo tomes un vaso de jugo. Espera un momento te preparare algo- dijo mientras buscaba algunos ingredientes y sacaba algunas ollas. Naruto solo veía como pasaban de un lado a otro las verduras y como la olla pasaba mágicamente de una a otra mano.
-Bien aquí tienes- dijo sirviéndole un plato tan vistoso en colores y formas que solo se podría ver en un restaurante de cinco estrellas.
Luego de servirle el plato lo miraba fijamente, esperando cualquier reacción del rubio al probar el primer bocado.
-No me veas así, ¿Porque no comes tu también?- dijo mientras con el tenedor tomaba un poco de comida .
-Yo comeré algo mas "dulce" un poco mas tarde
-Pues veamos si sabe como se ve- dijo incrédulo llevándose un poco a la boca.
-Y bien... ¿Que tal sabe?- dijo algo ansioso.
Naruto lo saboreo un poco -Pues no sabe mal- dijo sin mayor reacción, aunque por dentro el sabia que era lo mas delicioso que el jamás hubiera comido -Creo que le hace falta un poco de sal- dijo en señal de reproche tratando de quejarse de algo.
-Pues recuerdo haberle puesto la suficiente- dijo con una arruga en su frente y sin darle tiempo a reaccionar tomo su rostro y arremetió con un rápido pero intenso beso -ummm... pues tienes razón le falta una pizca de sal- tomo el salero y aplico un poco.
Dio la vuelta y regreso a la cocina y agrego un poco de sal a los huevos que habían quedado en la sartén. Naruto no podía estar más nervioso, tomo rápidos sorbos de jugo para calmar su alebrestado corazón.
-No entiendo porque mi corazón late tan rápido... es absurdo, este muñeco del mal no vendrá a mi casa a ponerla de cabeza. Se levanto, dejo los platos en el lavabo y se dirigió a su cuarto para cambiarse y tratar de secar la agenda para buscar el número.
De regreso en la cocina el joven pelinegro reflexionaba muy seguro de si mismo....
-Bien Naruto... ni sabrás que fue lo que te pego cuando termine contigo...- dijo mirando directamente al cuarto donde su victima había entrado, mostrando su picara sonrisa.